Mur&Martí: Más&Mejor

06 de Julio de 2017//
(Tiempo estimado: 6 - 12 minutos)

Carmen Mur, ex presidenta ejecutiva de Manpower, se considera a sí misma una mujer afortunada. Sin embargo, en su caso la suerte no le ha llegado por casualidad, sino que ha venido propiciada por grandes dosis de esfuerzo, un talento innato para los negocios y una extraordinaria capacidad de trabajo que cautivó a la firma estadounidense de reclutamiento hasta el punto de convertirla en la responsable de su filial en España. Ahora ha vuelto a meterse de lleno en el mundo del emprendimiento para involucrarse de forma directa en el contacto personal, algo de lo que se había distanciado desde la máxima dirección. Con la fundación de Mur&Martí, una consultora especializada en la selección de ingenieros, disfruta de nuevo del placer de los pequeños detalles que proporciona el sector del reclutamiento. Se ha embarcado en este proyecto junto a la psicóloga Anna Martí. 

Carmen Mur es partidaria de la movilidad laboral y muy crítica con el absentismo y el individualismo en el ámbito del liderazgo. 

A lo largo de su carrera profesional, ha recibido importantes reconocimientos como la Medalla Francesc Macià, que se concede a personas que han mostrado una dedicación especial en su trabajo diario en beneficio de los intereses de la sociedad, el Premio Internacional IWEC, o el galardón Woman Together, otorgado por la Unesco. Ambos premian la ambivalencia empresarial y humanitaria. 

EXECUTIVE EXCELLENCE: En 2012 dejó su puesto como presidenta ejecutiva de Manpower, pero lejos de retirarse ha seguido trabajando intensamente. ¿Sintió la necesidad de empezar a correr de nuevo?

CARMEN MUR: Creo que he sido una mujer afortunada, lo he dicho siempre. Yo puse en marcha una empresa que más tarde compró Manpower y, aunque esté mal decirlo, la hice crecer desde mi puesto como presidenta. Cuando llegó el momento de parar y jubilarme podría haberme ido a mi casa y dedicarme a gestionar mi patrimonio o a viajar por el mundo. Pero sentía la necesidad de seguir haciendo cosas. Primero puse en marcha Impulsió de Negocis, una organización dedicada a hacer crecer a las pymes, y después la vida puso en mi camino a Anna Martí, que además de ser una persona excelente, tiene una fuerza y una empatía fantásticas. Entre las dos creamos Mur&Martí, empresa especializada en la selección de ingenieros. Hemos tenido tanto éxito en este nicho tan concreto que las empresas han empezado a pedirnos que abramos otros procesos más generalistas. 

E.E.: Han elegido un sector con gran potencial de crecimiento, porque los expertos aseguran que los perfiles técnicos van a marcar el futuro…

C.M.: Es cierto que existe una gran demanda de ingenieros, pero muchos siguen teniendo miedo a cambiar de puesto de trabajo, pese a que la crisis está remontando. Además, el número de alumnos en las carreras técnicas ha descendido en los últimos años. De alguna forma se podría decir que ahora hay más demanda que oferta. 

E.E.: El sector de los headhunters ha sufrido un gran impacto en los últimos años con la entrada de nuevas herramientas como Linkedin. ¿Qué características diferencian a Mur&Martí?

C.M.: Las redes sociales como Linkedin no dejan de ser herramientas que ayudan a identificar y seleccionar, pero después hay que profundizar, analizar bien al candidato, a la empresa y las necesidades de cada uno. Todo ese trabajo posterior es precisamente lo que nos diferencia. 

E.E.: Es decir, que Mur&Martí vuelve a las cualidades básicas del headhunter profesional, que en cierto sentido fueron abandonadas por la tremenda demanda y la falta de rigor…

C.M: Bueno, Mur&Martí no es una empresa de headhunter en sentido estricto. Hacemos labores de ese tipo pero no publicamos anuncios. Nosotros vamos a buscar a los candidatos y los evaluamos con el objetivo de encontrar la mejor posición para ellos en la empresa.

E.E.: ¿Cómo surgió la idea de crear la empresa?

C.M.: Mur&Martí nació por casualidad. El marido de Anna, mi socia, me comentó que estaba poniendo en marcha una plataforma especializada en Recursos Humanos y me pidió que me reuniera con ella para darle algunos consejos. Nos entendimos muy bien desde el principio, a pesar de que ella es mucho más joven que yo. Me gustó tanto su actitud y el proyecto que en seguida quise formar parte de él. 

Empezamos en noviembre de 2015 y hoy tenemos 12 personas trabajando con nosotros. Estamos muy contentas y yo creo que tenemos mucho futuro. En Manpower empecé prácticamente sola y acabé con 1.000 personas en plantilla y 200 oficinas repartidas por toda España. Ahora no sé si sucederá lo mismo, pero seguro que vamos a hacer grandes cosas. Eso sí, siempre con conocimiento, paso a paso. No queremos crecer por crecer y que esto repercuta en la calidad y el servicio, sino convertirnos en los mejores y ser un referente en el sector. 

Crecer mucho tiene un peligro, y es acabar convirtiéndote en una commodity. Pero nosotros no vamos a permitir que eso pase. 

E.E: Decía Jonas Ridderstråle que las organizaciones deberían contratar por actitud y luego formar para capacitar. ¿Dónde ha quedado el conocimiento en la contratación de perfiles de ingeniería en los que, precisamente, el atributo técnico siempre ha sido el factor diferencial?

C.M.: La actitud es fundamental para tener éxito en cualquier labor profesional. Alguien puede ser fantástico profesionalmente, pero si tiene una actitud negativa o individualista pierde muchos puntos. Yo siempre digo que la carrera de ingeniero contribuye a amueblar muy bien la cabeza de los que la estudian. Simplemente elegir esa carrera ya muestra que tienes esa predisposición, pero la universidad acaba de formar esa facultad que tienen la mayoría de los ingenieros. Si, además, a estas carreras técnicas se les añade formación en humanidades, filosofía, psicología… esas capacidades se multiplican por cuatro. 

E.E.: ¿Los millennials siguen siendo así de estructurados? 

C.M.: Hay de todo, pero en general sí. Sin embargo, yo les recomendaría que hicieran un máster en disciplinas relacionadas con las humanidades, porque entonces sí que van a ser unos profesionales maravillosos. 

E.E.: ¿Cree que los máximos responsables de los entornos empresariales se van dando cuenta de que las nuevas generaciones necesitan valores emocionales para implicarse? 

C.M.: Los seres humanos necesitamos cariño, aquí, en África y en Oceanía. La gente quiere sentirse útil, sentir que lo que hace es importante. Es fundamental que las personas que trabajan para ti sientan que están siendo valoradas y que tienen un proyecto por delante que les gusta. Yo creo que los jóvenes valoran más trabajar en un proyecto ilusionante que el salario puro y duro. Por supuesto, se mira el factor económico, pero es una motivación totalmente diferente. 

E.E.: Michael Porter afirma que el enfoque de la responsabilidad social corporativa debería cambiar. Las empresas tienen que dejar de dar dinero a las ONGs y utilizar su capacidad y conocimiento para ayudar a la sociedad de forma autosostenible, productiva y que genere beneficios. ¿Qué opina?

C.M.: Creo que las nuevas generaciones piensan y sienten de otra forma, que tienen un concepto social mucho más arraigado. Sienten la necesidad de colaborar, de compartir, y prueba de ello son todos los proyectos que están surgiendo en el ámbito de la economía colaborativa. 

E.E.: Una de sus frases más conocida es: “se consigue más con miel que con hiel”. ¿Continúa creyendo que es cierto?

C.M.: Sí, es algo que me ha demostrado la vida y que procuro aplicar siempre, porque cuando utilizo más la hiel que la miel, siempre me equivoco. 

La era post crisis

E.E.: Durante una entrevista concedida a principios de 2007 a Executive Excellence, usted predijo que la crisis forzaría un aumento de la competitividad y que el absentismo se reduciría. ¿Cree que ha sido así?

C.M.: En aquel momento lo pensaba, pero es que finalmente se ha demostrado. La crisis ha hecho descender el nivel de absentismo. En cambio, ahora que la economía se está recuperando, el absentismo ha vuelto a repuntar, aunque no llega a los niveles que teníamos antes de la crisis. Además, aunque la crisis no haya pasado del todo desde el punto de vista económico, sí que se ha superado mentalmente. La gente está cansada de apretarse el cinturón y quiere empezar a pasar página. 

E.E.: También señalaba que los españoles tendrían que cambiar el chip en cuanto a la movilidad geográfica. ¿Se ha modificado esta percepción en los últimos años?

C.M.: Sí, afortunadamente esto ha cambiado. Hay más movilidad dentro de España pero, además, muchos jóvenes se han ido a trabajar a Londres, a Nueva York, a Alemania… Cada vez más gente sale fuera y, además, sabe que ha de salir. Al principio todo el mundo decía “pobrecitos, se tienen que marchar”, y yo siempre pensaba: que se marchen va a ser bueno para ellos porque van a trabajar en otros entornos, van a conocer otras culturas, van a aprender un idioma nuevo y siempre van a tener la oportunidad de volver. En Mur&Martí estamos contactando con personas que se fueron a trabajar fuera y ahora quieren regresar. Y lo hacen con un salario más bajo del que obtienen en Alemania o Inglaterra, pero prefieren vivir en España. 

E.E.: Siempre ha sostenido que el individualismo es uno de los grandes defectos del liderazgo. ¿Siguen los líderes pecando de ello en España?

C.M.: No me gustaría pensar que esta sea una característica de los líderes españoles, pero es cierto que los españoles tenemos en nuestro ADN un punto de individualismo. Nos cuesta asociarnos, tenemos una importante parte quijotesca que es, si cabe, más evidente en determinadas regiones. 

E.E.: Hasta ahora hemos vivido en un entorno económico y empresarial basado en los logros a corto plazo. Pero la crisis de 2007 ha dejado claro que es necesario mirar a larga distancia para poder mantener el equilibrio. ¿Cree que la empresa española ha interiorizado ya esta visión?

C.M.: No, yo creo que las empresas siguen siendo cortoplacistas. Cada vez es todo más inmediato y esto ha sido propiciado por la entrada de las nuevas tecnologías. Tenemos cualquier noticia, aunque ocurra en la otra parte del mundo, en tiempo real. Podemos localizar a cualquier persona en todo momento a través del móvil. Esta inmediatez tiene cosas muy buenas, pero también cosas malas porque a veces crea adicción y desasosiego. 

No somos conscientes del tsunami que viene con todo el tema de la inteligencia artificial, la robótica… Como no empecemos a prepararnos pronto, este tsunami acabará por arrollarnos.


Anna Martí, cofundadora de Mur&Martí: 

“El mejor talento se lo queda quien mejor trata a la gente”

Licenciada en Psicología y directora de consultoría en Recursos Humanos desde 2007, Anna Martí es patrona fundadora de la Fundación Eduardo Punset y profesora del Máster de Recursos Humanos y de Responsabilidad Social Corporativa en el Grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña. En 2015 fundó junto a Carmen Mur la consultora Mur&Martí, especializada en el reclutamiento de ingenieros. 

EXECUTIVE EXCELLENCE: Mur&Martí está especializada en la selección de ingenieros. ¿Tiene previsto abrirse a procesos más generalistas? 

ANNA MARTÍ: Mur&Martí nació como negocio offline de una plataforma de RR.HH. e Ingeniería. Fue una respuesta necesaria al mercado. Las empresas nos lo pedían y, además, después de conocer a Carmen ¡es imposible no querer montar nada con ella! Es una persona única.

Nosotras queremos estar atentas a las necesidades de nuestros clientes y es verdad que para adaptarnos a ellos hemos ido iniciando otros proyectos para dar soluciones.

Nuestro grupo pretende ayudar a crecer a las empresas dando todas las respuestas que podamos a nuestros clientes.  

E.E.: En su labor como profesora universitaria, ¿ha detectado nuevas formas de entender los negocios por parte de las nuevas generaciones? 

A.M.: Veo que la gente joven, en general, no quiere hacer dinero a cualquier precio. Les interesan los proyectos sostenibles, el medio ambiente y los temas sociales.

Lo que he notado también, y me alegra, es que últimamente los alumnos van poco a poco perdiendo el miedo a iniciar proyectos. 

E.E.: ¿Hasta qué punto influye en los más jóvenes el salario emocional?

A.M.: Creo que influye mucho, aunque más en unos perfiles que en otros. Muchos jóvenes valoran más aspectos como el horario, la flexibilidad, trabajar desde casa y la proximidad al trabajo que el dinero.

Cada vez hay más empresas que hacen yoga, crossfit, relajación... que tienen en sus oficinas gimnasios, fisioterapeutas y dietistas. El nivel de lo que se le ofrece al trabajador va subiendo y las compañías cada vez lo tienen más difícil para competir con las que lo hacen mejor. El mejor talento se lo queda quien mejor trata a la gente.

Hay empresas que no ofrecen grandes sueldos, pero ofrecen tanto que el dinero deja de ser la prioridad.

Durante los años que he estado en la Fundación de Eduardo Punset, he visto que se iba incrementando el interés de las organizaciones por los temas vinculados a la inteligencia emocional, la gestión emocional... Es ahora con el fin de la crisis cuando las empresas quieren hacer realidad todos estos proyectos. 

E.E.: Entonces, ¿la crisis ha transformado la forma de entender los Recursos Humanos?

A.M.: Actualmente hay un boom. La empresas quieren crecer, contratan, invierten... Los departamentos de RR.HH. están desbordados. No creo que haya grandes diferencias entre el 2007 y ahora, excepto en la forma de reclutar a las personas.

Las redes se utilizan mucho más que hace 10 años. Aun así, nosotras vemos que lo que realmente nos funciona es la manera de siempre de hacer las cosas. No hay una fórmula mágica. Linkedin no es la gran solución. Hay muchos ingenieros que no tienen ni quieren tener perfil en las redes, así que al final lo que nos funciona son los contactos, tratar muy bien a los candidatos y estar siempre atentas a las necesidades de nuestros clientes. 


 

Carmen Mur es cofundadora de Mur&Martí

Entrevista publicada en Executive Excellence nº140 jun/jul. 2017.