Guía práctica para mantenerse sano durante el COVID19
Experta en robótica y medicina digital, Nell Watson participa en el grupo de trabajo sobre coronavirus de la Asociación Americana de Medicina de Precisión.
Durante la jornada virtual COVID19: estado y futuro de las pandemias, organizada por Singularity University, Watson detalló algunos consejos simples pero importantes para mantenernos saludables física y mentalmente en tiempos difíciles, que les ofrecemos a continuación.
Sistemas para prevenir el contagio
El mundo está atravesando un momento muy particular en el que todo cambia a una velocidad tremenda. Italia se se ha convertido en una de las zonas calientes más importantes del planeta, y cada día aparecen noticias preocupantes, como el hecho de que se va a tener que utilizar triajes a la hora de administrar los tratamientos. Esto quiere decir que las personas jóvenes, fuertes y sanas tendrán prioridad a la hora de recibir atención médica, mientras que aquellos que no cumplan esos requisitos no van a ser tratados. Se trata de una situación horrible a la que se ha llegado debido a la falta de respiradores, de personal, de material de protección y de camas en los hospitales.
Un tratamiento con respiración asistida tiene una duración de entre tres y cuatro semanas, y cuando se retira el ventilador muchos pacientes sufren secuelas cerebrales, al menos durante un tiempo. Los jóvenes pueden pensar que son invencibles, pero lo cierto es que el virus también afecta a personas jóvenes como Sehraz, que se encuentra en cuidados intensivos con tan sólo 16 años. En Holanda, por ejemplo, hay entre 40 y 50 pacientes en la UCI y más de la mitad de ellos tienen menos de 50 años.
El coronavirus no es una enfermedad carente de gravedad y debemos poner medios para evitar contraerla. Por eso, a continuación voy a explicar cuáles son los mejores métodos para evitar el contagio.
El COVID19 se transmite principalmente a través de tres métodos:
1.- Gotitas y aerosoles procedentes de la tos y los estornudos.
2.- Por contacto, al tocar un objeto o superficie y después tocarse las membranas mucosas, como la nariz, los ojos y la boca.
3.- No estamos seguros, pero también es posible que exista transmisión fecal.
El sistema para prevenir el contagio fecal oral es bastante sencillo, simplemente hay que bajar la tapa cuando se vacía la cisterna, lavarse las manos con cuidado después de defecar e intentar evitar el uso de los baños públicos.
Durante los estornudos es posible alcanzar grandes distancias con las gotas que se escapan de nuestra boca en el proceso, pero si llevamos una mascarilla puesta, las gotitas no se desplazan muy lejos. Por eso, en un mundo donde las mascarillas escasean, tiene sentido ponérselas a las personas enfermas, y no a alguien que todavía no está contagiada. Si hay 10 personas en un edificio y una de ellas esta enferma, siempre ha de ponerse la mascarilla a la que está infectada, porque así los otros nueve tendrán más posibilidades de no contagiarse.
Esta falta de mascarillas dificulta el trabajo del personal sanitario, así que si alguien tiene reservas acumuladas de mascarillas que no va a utilizar, sugiero que las done a las personas que realmente las necesitan.
Mascarillas caseras y recomendaciones para viajar
Es posible fabricar mascarillas caseras con toallas, papel higiénico o kleenex.
También pueden hacerse de tela, solo hay que sacar la vieja máquina de coser del armario y empezar a protegerte a ti y a tu familia.
Recomiendo a los hombres que tengan barba o bigote que se lo recorten para asegurar que cualquier mascarilla encaja bien. También es conveniente taparnos la cara con un cortavientos, una máscara de esquí o un pañuelo palestino, porque las posibilidades de que puedas tocarte la cara si está cubierta son más bajas.
A la hora de poner una mascarilla a una persona enferma debemos asegurarnos de que encaja bien por encima de la nariz. Para ello, hay que empezar enganchándola de las orejas para después sujetar la parte de la nariz y estirarla hacia abajo hasta colocarla por debajo de la barbilla. Comprueba que está bien ajustada a la cara, que no se cae, y nunca la bajes para hablar con las personas. Se retira desenganchando las orejas e intentando no tocar la parte delantera.
Otra recomendación es no viajar. Si podemos evitarlo, habremos ganado muchas ventajas, porque existe un gran riesgo de quedarse confinado en un sitio sin poder salir, y también se están registrando problemas con los seguros, cancelación de vuelos… Por ejemplo, a los viajeros internacionales que se encuentran en Pekín pasando una cuarentena les obligan a pagarla ellos.
Si no queda más remedio que viajar, es conveniente poner los chorros de aire al 50% (a más potencia resecan las membranas mucosas facilitando la entrada de gérmenes), porque así crearemos una especie de escudo de aire que ayude a evitar el contagio.
También debemos intentar no tocar ni comer nada, estar inmóviles. El jabón, los guantes de nitrilo o los desinfectantes basados en alcohol ayudan a mantenerse sin contagio.
Asimismo hay que procurar no dar la mano a nadie. Es algo realmente complicado porque es un acto reflejo, especialmente en un mundo donde esas son las expectativas sociales. Mover la mano, inclinar un sombrero, hacer un Namasté… saluden de cualquier otra manera que funcione.
Lavado y desinfección de manos
No puedo dejar de resaltar la importancia de lavarse las manos todo lo posible.
Si no es posible conseguir jabón y agua, hay que utilizar limpiador de manos, aunque este gel hidroalcohólico es un 70% menos efectivo que el agua y el jabón. Hay que intentar mantener el líquido húmedo todo el tiempo posible para que haga bien su trabajo. Si se acaba el limpiador sanitario, es posible hacerlo en casa siguiendo las instrucciones.
Este tipo de limpiador suele secar las manos haciendo que se estropee la piel, así que hay que protegerlas con loción hidratante para evitar cortes y abrasiones que, además de ser molestas y dolorosas, pueden ser peligrosas y facilitar la entrada de gérmenes.
Son muy útiles las tiras de cobre adhesivo. Estas láminas se pueden pegar a cualquier superficie dura y tienden a destruir el coronavirus antes de 12 horas, aunque también destruyen otros gérmenes. Pueden colocarse en los interruptores, pomos, mangos, o cualquier sitio que se toque frecuentemente.
Es importante evitar tocar los botones con las manos. Para llamar al ascensor, por ejemplo, se puede utilizar el codo, un aparato para abrir puertas, un pañuelo de papel que luego se tira o, incluso, el abrigo.
Los guantes deben quitarse de forma segura. Para ello hay que coger un pellizco en la parte superior próxima al brazo y extraerlo de dentro hacia fuera. Luego se hace una pelota con la mano libre y, mientras se mantiene el puño cerrado con el guante, se introduce el dedo índice libre por debajo y se saca el guante envolviendo el de la otra mano. De esta forma también se podrá tirar de forma segura, porque los dos guantes estarán invertidos y uno dentro del otro.
Es importante acordarse de desinfectar los teléfonos móviles. Estamos todo el rato tocándolos y suelen estar sucios. Se pueden lavar con agua y jabón, sumergirlos si son resistentes al agua, fregarlos con alcohol o guardarlos en una bolsa con zip.
Ejercicio, ventilación y humedad
No hay que ir al gimnasio, pero sí es importante hacer ejercicio, porque estar en buena forma nos ayuda a mantenernos más seguros y fuertes, así que se deberá hacer ejercicio en casa utilizando videos online. Es básico no asistir a cines, teatros, bares, discotecas, peluquerías y dentistas. Las uñas deben permanecer cortas, porque bajo ellas se acumulan muchos patógenos.
Hay que evitar el contacto de proximidad con otras personas. Por tanto, debemos procurar no acudir a iglesias o sinagogas y realizar nuestros ejercicios espirituales solos o de forma virtual.
Maximizar el flujo del aire representa una gran diferencia frente a la difusión de los virus, porque ayuda a desintegrar las gotas con virus que se encuentran flotando en el aire y minimiza la transmisión. En coches o taxis viajaremos con las ventanillas bajadas e intentaremos realizar todas las tareas posibles en el exterior. Durante la pandemia de la gripe española, por ejemplo, se celebraban los juicios en la calle, porque era más seguro que en los juzgados.
Los estudios señalan que la humedad relativa entre el 40% y 60% ayuda a reducir la contaminación por coronavirus. Cuando salimos a la calle hemos de permanecer al menos dos metros alejados de cualquier persona, y tenemos que llevar siempre un documento identificativo.
Zonas rojas también en casa
En casa hay que crear una zona de líneas rojas. El lugar tiene que estar cerca de la entrada y en él se guardarán cosas que puedan estar sucias o contaminadas, como los zapatos. Al salir de la zona roja es necesario lavarse o descontaminarse.Cuando recibas un paquete, si es algo no perecedero, mételo en la zona roja durante 48 horas, o límpialo con desinfectante. Si algún miembro de la familia enferma, su habitación se transforma en zona roja.
La compra debe realizarse en los momentos de menor afluencia y no es conveniente usar bolsas reutilizables, porque pueden ser portadoras de gérmenes. Utiliza las bolsas que traigas de la calle para eliminar cualquier cosa que pueda estar contaminada.
En el supermercado debemos limpiar la barra para empujar el carrito con toallitas y mantener una mano en el bolsillo y la otra sujetando la bolsa o el carro, porque esto ayuda a no tocarse la cara. Es aconsejable utilizar el pago con tarjeta o a través del teléfono móvil.
No metas el virus en tu nevera. Lava los productos que hayas comprado o limpia los envases con toallitas si los envases son impermeables. Ten en cuenta que muchos servicios de distribución online están sujetos a gran tensión y se pueden retrasar, así que haz los encargos con tiempo y no esperes a quedarte sin un producto que necesitas.
No humedezcas los sellos con la lengua, es una forma perfecta de contaminar las cartas de otros. Y si pides comida para llevar, intenta que sea algo cocinado a altas temperaturas, ya que así se reducen las posibilidades de contaminación. La comida a domicilio debe dejarse a la puerta, y recomiendo dar una buena propina a los repartidores, porque son personas que están corriendo riesgos.
Hacer testamento y revisar los seguros
Es una conversación difícil, pero quizá convendría pensar en hacer testamento y redactar instrucciones para la disposición de tus bienes. Si ocurriese lo peor, nos dará tranquilidad saber que ese tema está solucionado. Es importante que pensemos en los albaceas del testamento, porque ellos también están en riesgo.
Conviene nombrar a más de un ejecutor y elegir a las personas menos susceptibles de ser afectados por el coronavirus. Y a la hora de firmar los documentos en la notaría o el abogado, no olvidemos utilizar nuestro propio bolígrafo.
Es recomendable echar un vistazo a los seguros de vida y salud para confirmar que estamos cubiertos y tener la información a mano. En ciertos países es importante hacer un testamento vital y dejar órdenes de no reanimar o de practicar la eutanasia si ese es nuestro deseo.
Es horrible tener que hablar de estos temas, pero tenemos que pensar que en algunos casos es posible que se produzcan triajes, como ocurre en Italia.
Tomar vitamina D y cuidar a los mayores
Una investigación demuestra que la vitamina D reduce hasta un 19% las infecciones de pecho, bien sean virales o bacterianas. El estudio recomienda la utilización mínima de 10 microgramos diarios durante todo el año. Tomando vitamina D existe una importante posibilidad de reducir complicaciones de pulmón y respiratorias en caso de contagio. Esto es especialmente importante para personas de piel oscura que viven en latitudes altas. Dormir bien también es esencial para no ponerse enfermo.
Francia ha recomendado no utilizar fármacos antinflamatorios, como ibuprofeno o aspirina. Esta tema ha generado un gran debate, pero a lo mejor deberíamos prestarle atención y utilizar cualquier otro medicamento, como el paracetamol.
Puede resultar muy útil usar medidores de oxígeno en sangre, porque alertan cuando la respiración se complica, ya que cuando alguien tiene el nivel de oxígeno por debajo del 92% o el 93% puede ser peligroso y sería conveniente consultar con un médico.
Las personas mayores que viven en residencias son especialmente vulnerables ante esta situación. Por eso, si estamos seguros de no habernos contagiado deberíamos considerar llevarnos a nuestros familiares a casa, siempre y cuando nos lo podamos permitir y tengamos la infraestructura necesaria para hacerlo con total seguridad. Tampoco es una buena idea pedir a los abuelos que se ocupen de los niños.
Los jóvenes que se encuentren en buen estado de salud pueden acudir a donar sangre, porque siempre es necesaria en casos de este tipo.
Cultivar alimentos en casa
Es importante incluir en nuestra dieta verduras, como las espinacas y derivados, que tienen alto contenido en hierro. Ahora que muchos tenemos más tiempo libre podríamos valorar el hecho de cultivarlas en casa, porque posiblemente podremos consumirlas antes de que se acabe este periodo de cuarentena.
En China, a lo largo de esta crisis, se ha estropeado muchísima comida: marisco, zanahorias, fresas, pollo... Los bloqueos y el cierre de fronteras provocó la pérdida de cantidades ingentes de comida y fue imposible trasladar los alimentos de las granjas a los mercados, lo cual significa que los precios pueden subir. Recordemos que China sigue teniendo problemas con la peste porcina y aviar, lo que dificulta la cría de cerdos y pollos en el país.
En otras partes del mundo estamos viendo plagas de langostas que arrasan con todo lo que encuentran a lo largo de grandes distancias, desde Sudán a Arabia, Irán, Afganistán, Pakistán… incluso India y el sudeste de China. Esperamos que estas plagas de langostas no entren en otros territorios, pero puede añadir más presión sobre los alimentos en el mundo. Estoy convencida de que nos vamos a adaptar y no creo que se vayan a producir hambrunas, pero debemos tener en cuenta que el precio de la comida pueda aumentar.
Enfrentar las dificultades económicas
La economía es estos días una auténtica montaña rusa que registra continuas subidas y bajadas, y esto va a impactar sobre nosotros, especialmente en la salud mental de las personas.
Los efectos económicos pueden afectar a la ciudadanía más aún que la pandemia en sí misma. Se están produciendo ataques en todo el mundo, algunas personas están siendo agredidas por ser potenciales portadores del coronavirus, y se está recrudeciendo el racismo y el nacionalismo.
Incluso en las prisiones italianas se están produciendo situaciones muy tensas. En Irán dejaron en libertad a multitud de presos, porque estaban en riesgo de contagiarse. En algunas ciudades como Portland (Oregón) la policía ha declarado que sólo acudirá si la situación pone en peligro la vida de una persona, porque están preocupados ante un posible contagio, lo cual hace que debamos reflexionar sobre cómo podemos protegernos.
En los próximos meses vamos a ver muchos traumas generados por esta situación y síndromes PTSD (post-traumatic-stress-disorder), asociados a pacientes, a personal médico que ha tenido que tomar decisiones difíciles, a aquellos que han perdido a personas queridas, a los que han perdido su estatus, su trabajo… van a surgir multitud de preocupaciones derivadas de la pérdida de recursos y dificultades económicas.
Estas presiones pueden incrementar la depresión, y en un entorno vírico como en el que nos encontramos, reducir la capacidad inmunológica. El viejo método Kübler-Ross, ayuda a entender cómo sobrellevar estas situaciones y superar el duelo. Las persona comienzan por un estado de negación, para luego pasar a la rabia, la negociación, la depresión y, finalmente, la aceptación. Este sistema puede tener sentido cuando atravesamos una situación horrible a la que tenemos que ajustarnos, pero en una situación tan cambiante como la que estamos viviendo ahora, los problemas van a venir por muchos frentes y la gestión de las dificultades va a ser verdaderamente complicada.
En China los casos de divorcio se han incrementado notablemente, y muchas relaciones se han destruido por haber estado obligados a convivir durante la cuarentena. Por eso, mi recomendación es ayudar a los demás, y siempre que sea posible, estar disponible emocionalmente, ser agradecido, aprender a perdonar y a aguantar. Ayudar a las personas contribuirá a encontrar algún sentido a todo lo que está pasando.
Contribuir a la comunidad
Esta es una buena oportunidad para conocer a nuestros vecinos, porque también podemos llegar a necesitarlos en algún momento. Consigue sus teléfonos. Ofrécete para hacer las compras a las personas que son más vulnerables o tienen más impedimentos, pero no olvides llevar siempre guantes si lo haces.
La distancia física no tiene por qué significar distancia social. Nosotros no estamos aislados, no estamos atrapados, y podemos contactar con otras personas digitalmente. No es bueno sentirse aislado ni estar solo con uno mismo durante la cuarentena.
Igual que en EE.UU. se ha creado QuarantineChat.com, seguramente existan otros entornos de redes sociales que permitan mantener cierto tipo de relación. Es importante conectar con otros que estén pasando situaciones complejas como la que estamos atravesando nosotros.
También recomiendo buscar una vía de escape creativa como escribir, pintar… es importante poder liberar algunas emociones, aunque sea a través de un trozo de papel.
Están surgiendo ejemplos tremendamente interesantes en el ámbito de la ingeniería para ayudar, por ejemplo, en la búsqueda de soluciones para respiradores o impresiones 3D, como el famoso caso de las válvulas en los aparatos de reanimación, que ha ayudado a cerrar cuellos de botella en situaciones muy complicadas y ha salvado un montón de vidas.
Ejercer un liderazgo público y personal
Para terminar, me gustaría aportar una perspectiva filosófica. El dolor en estos tiempos es, de alguna forma, parecido al de cuando nuestros músculos están muy estirados, cuando estamos levantando un objeto muy pesado, o hacemos algo de una manera nueva o diferente. Ese dolor que sentimos se supone que debe estar ahí, que tiene que ser incómodo, pero que al final nos hará más fuertes.
A todas aquellas personas que están pasando una temporada dolorosa, les pido que recuerden eso. Hoy el mundo está unido. La humanidad está unida ante un enemigo común, y eso es algo maravilloso. Todos y cada uno de los casi 8 billones de habitantes de este planeta tenemos que estar presentes y aportar lo que está en nuestras manos para ganar esta lucha. Todos tenemos que hacer nuestro trabajo y tirar del carro en la misma dirección para ayudar a salvar vidas y a que la sociedad se mantenga en su camino. Depende de todos y cada uno de nosotros el dar un paso hacia delante, ejercer un liderazgo público a nuestra manera.
Quizás podemos ayudar a cuidar a aquellas personas cuyos casos sean menos críticos, para permitir a los profesionales con más experiencia ocuparse de otros que están más graves; podemos asegurarnos de que nuestros vecinos vulnerables tengan lo que necesiten; podemos contribuir utilizando nuestras capacidades y conocimiento para aportar soluciones que ayuden a mejorar las situaciones de salud; podemos ayudar a destilar esas cantidades masivas de información para transformarlas en acciones y en hechos; podemos promover los buenos mensajes y memes y compartirlos para educar y entretener a los demás; podemos escuchar a otros, aportar consejo y apoyo a los que sufren…
Sea cual sea nuestra situación, debemos encontrar ayuda y también proporcionarla para mejorar la excelencia y decencia de las personas y de la humanidad en general.
Ser amigo de nuestros amigos. Ayudar a las persona a encontrar una situación mental positiva para que cuando nosotros nos sintamos mal ellos nos ayuden a levantarnos y andar.
Todos tenemos que encontrar una forma de hacer algo. Este es el trabajo al que nos enfrentamos. Un trabajo frente a la guerra. Este es el trabajo de Dios. El foco de la historia brilla ahora sobre nosotros. Todos y cada uno de nosotros. ¿Qué es lo que tú vas a aportar para mejorar la humanidad?
Nell Watson, profesora de Singularity University y miembro del grupo de trabajo sobre COVID19 en la Asociación Americana de Medicina de Precisión