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Excelentísimo Embajador de Portugal en España, Álvaro José de Mendonça e Moura

(Tiempo estimado: 6 - 11 minutos)


ESTRATEGIA / MERCADOS

Desde el 1 de noviembre de 2008, Álvaro José de Mendonça e Moura asumió sus funciones como Embajador de Portugal en España, en un momento especialmente complicado. Tras la celebración en Oporto de la XXV Cumbre Ibérica el pasado 9 de mayo, tres años después de la anterior, ambos países se han mostrado decididos a dar un impulso a sus relaciones, conscientes de que “juntos tenemos muchas más oportunidades”, tal y como nos explica el Embajador.

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: En el último trimestre de 2011, Portugal tuvo una caída del PIB del 1,3%, mientras que en el primer trimestre de este año la caída ha sido prácticamente cero. Parece que empiezan a asomar los primeros signos de recuperación y de estabilización frente la crisis. ¿Es así como analiza esta cifra?

ÁLVARO MENDONÇA E MOURA: En el contexto en el que nos encontramos, las cifras no son malas, pero pueden cambiar de un trimestre a otro, ya que están influenciadas por lo que suceda en Europa. Por eso creo que, aparte del hecho de que el dato sea mejor de lo esperado, es más importante el gran consenso que existe en Portugal sobre la dirección que el país tiene que tomar. En mi opinión, esto es lo que nos distingue de muchos otros países en Europa.

En Portugal hay una gran conciencia de que el país tiene que salir unido de esta crisis, algo posible gracias al amplio acuerdo –suscrito por cerca del 80% del parlamento portugués– con las líneas del programa y con el compromiso que firmamos con la troika. Incluso hemos podido llegar a un acuerdo con los agentes sociales, del que solo se excluyó la central comunista (la otra gran central sindical, próxima al partido socialista, también lo firmó). A mi juicio, esto es lo más importante, porque lo que realmente va a contar en el medio plazo es la determinación para hacer las reformas. Nosotros tenemos las condiciones políticas y sociales para ello, y eso es lo que me da más optimismo.

Es cierto que las cifras son buenas y que estamos por encima de las previsiones en los análisis que trimestralmente la troika hace con las autoridades, para asegurar el cumplimiento de los datos. Todos los exámenes han sido muy positivos, con lo cual me parece que el país está en una vía sólida de recuperación.

F.F.S.: Se acaba de celebrar la XXV Cumbre Ibérica. ¿Cuáles son sus impresiones sobre la misma? ¿Hacia dónde van los acuerdos más importantes?

A.M.M.: Estoy especialmente satisfecho con la Cumbre, pues he trabajado mucho para que se realizase. Llevábamos tres años sin una, y considero que es muy negativo para los dos países estar tanto tiempo sin este tipo de encuentros que, no solamente permiten resolver problemas concretos, sino trabajar el ambiente político que luego facilitará seguir adelante.

Los resultados alcanzados también son muy satisfactorios. Había un par de cuestiones sobre la mesa que era necesario desbloquear, y creo que lo hemos conseguimos. Además, hay que valorar la presencia de los nueve ministros, más aún en este momento de crisis que hace todavía más complicado irse de turismo político.

F.F.S.: Antes del 2004, apenas había un centenar de empresas portuguesas importantes en nuestro país; sin embargo, a partir de ese año, se observó una gran expansión (en 2006 había 400 empresas portuguesas en España, siendo este país el segundo mayor empleador de portugueses –después de Francia–). ¿Cómo está la situación ahora? ¿Cuáles son las expectativas de las empresas lusas en España?

A.M.M.: Creo que debemos abordar esta cuestión desde varios ángulos que, aunque no responden directamente a su pregunta, sí guardan mucha relación con ella. Por un lado, desde el crecimiento de las exportaciones. Actualmente el mercado español representa el 24% de nuestras exportaciones globales, y sigue creciendo. En 2010, las exportaciones de Portugal a España aumentaron un 15%, y el año pasado un 13%. Estamos hablando de unas tasas de crecimiento muy importantes que, considerando la situación actual del mercado español, solo se pueden explicar por una particular proximidad.

Igualmente significativo es el dato de que España vende más a Portugal que al conjunto del continente americano. Es decir, lo que España vende a EE.UU. más lo que vende a América Latina es igual a lo que vende a Portugal. Incluso Cataluña, que es la comunidad más alejada, vende tanto a nuestro país como a Italia, cuando los italianos son 55 millones, y nosotros solo 10.

Por otro lado, cada vez más empresas están acercándose a este mercado. Para muchas pymes portuguesas, España funciona como la primera experiencia de internacionalización, por la facilidad. De modo que, antes de irse más allá, se inician aquí, algo que también explica el crecimiento de la exportación a España, pues se produce una concentración de esfuerzos muy importante. Del mismo modo, también hay empresas españolas (sobre todo las fronterizas de Galicia), que realizan el proceso inverso y comienzan su experiencia de internacionalización en Portugal, antes de lanzarse a otros mercados.

Cuando hablo con los empresarios portugueses presentes en España, por supuesto todos se refieren a la crisis (la situación no está siendo fácil para nadie), pero no oigo a ninguno hablar sobre la posibilidad de irse. Ellos comprenden que es un momento complicado para todos, pero la mayoría está aquí para quedarse. Se dan incluso ejemplos de empresas que, a pesar de la crisis, están funcionando muy bien. La semana pasada estuve en la celebración de los 100 años de la BA, una de mayores empresas de producción de envases de vidrio en España, y están muy contentos, porque están creciendo. De las cinco unidades de producción industrial que tiene en el mundo, el propio presidente me contaba que las españolas lo están haciendo muy bien.

Otro ejemplo es el caso de Bial, que el próximo día 29 va a inaugurar –con la presencia de los Príncipes de Asturias– un gran laboratorio farmacéutico en el País Vasco, que dará empleo directo a 200 personas, además de contar con un elevado porcentaje de investigadores. Esto supone una inversión enorme.

Creo que cada vez más las empresas portuguesas miran a España de una manera distinta y consideran este país como su mercado natural, como si fuese su ambiente, y no ya tanto como irse al otro lado de la frontera. Además, los 47 millones de españoles con los 10 de Portugal consiguen una dimensión similar a la de Francia. Muchas empresas portuguesas valoran las oportunidades del mercado ibérico total, por eso también la primera experiencia de internacionalización se da aquí.

Yo siempre animo a los pequeños empresarios portugueses a vender en algún punto de España, no es necesario plantearse la venta en todo el país, sino seleccionar algunas ciudades para empezar, como Salamanca o Sevilla. Luego se dan cuenta de que no es tan complicado, especialmente para quienes tienen un poco de estructura, y que la lengua se comprende sin demasiado esfuerzo.

F.F.S.: Para España, Latinoamérica representa su mercado natural, mientras que Portugal tiene mucha experiencia y unas posiciones muy interesantes en países con grandes recursos naturales, como es el caso de Mozambique y Angola; así como una presencia destacada en Brasil. Por tanto, sería lógico que ambos uniesen esfuerzos en el proceso de internacionalización. ¿Se está potenciando la presencia de joint ventures hispano-lusas en otros mercados?

A.M.M.: Es algo que estamos incentivando mucho. Precisamente ahora, por la ocasión de la Cumbre, se organizó una reunión empresarial entre la CEOE y la CIP (Confederación Empresarial de Portugal) para tratar este tema, es decir, cómo irse juntos a mercados terceros donde individualmente no tenemos oportunidades, pues nuestras empresas no tienen la dimensión suficiente. Se habló justamente de las potencialidades de ir de la mano tanto a África, especialmente Angola y Mozambique, como a América Latina (ya sea Brasil o la América Latina de habla hispana).

Es posible que algunas veces seamos competidores allí –y esto es algo que además nos parece muy saludable–, o que incluso un grupo de empresas luso-españolas tenga que competir con otro, porque cuando hay concursos públicos tienen que hacerlo; pero todo lo que sea aproximar las empresas y mostrarles las ventajas de ir de la mano, lo estamos impulsando y hablando con los empresarios. Creo que también existe una mayor conciencia por ambas partes de las ventajas que unos y otros pueden obtener.

F.F.S.: Portugal es un país donde se dan casos muy creativos, con mucha investigación, donde hay un fuerte desarrollo tecnológico, contando con empresas referentes mundiales en ciertos sectores; sin embargo, al igual que en España, nos da la impresión de que tiene un déficit en la Marca Portugal. ¿Qué se puede hacer? ¿Qué aspectos son importantes para dar a conocer Portugal al exterior?

A.M.M.: Tenemos un problema con la marca. En el exterior no se conoce suficientemente bien lo positivo que hay en nuestro país. Ese es el problema.  La Marca Portugal no se identifica con lo que realmente somos, me refiero a la noción de avance tecnológico, de calidad… Incluso todavía mucha gente en España nos relaciona con producciones de bajo coste y poco sofisticadas; sin embargo, cuando uno mira a la estadística, eso no es lo que refleja. Es cierto que Portugal tiene un déficit comercial tradicional con España, (considero normal que importemos más de lo que vendemos a este país, en parte por la dimensión de ambos. Sucede lo mismo entre otros países vecinos como Alemania y Holanda), pero lo que es menos normal –y que no conoce casi nadie– es que desde 2007 y hasta mediados de 2011 (no he tenido oportunidad de ver la estadística de finales de ese año), Portugal tenía un superávit con España en la balanza tecnológica. Esto quiere decir que vendíamos a España más productos de tecnología que los que comprábamos. Esto no lo conoce nadie, se trata de un problema de Marca Portugal.

Tenemos que hacer un esfuerzo por darnos a conocer, por mostrar las producciones de calidad del país, y esto se consigue yendo al encuentro de la gente, exhibiendo nuestros productos, subrayando los datos estadísticos. En definitiva, mostrando el país real e invitando a la gente a venir a Portugal, a conocer las industrias, los centros de investigación. Por ejemplo, la Fundación Champalimaud en Lisboa, es uno de los centros de investigación de oftalmología más prestigiosos del mundo.

No quiero decir con esto que tengamos que olvidar las asociaciones más tradicionales de la Marca Portugal, porque por supuesto nuestro país también son los buenos vinos; pero hay más que eso, y tenemos que comunicarlo. Creo que Portugal no ha sabido venderse en el exterior lo suficientemente bien; puede que por un tema de temperamento, quizá seamos demasiado discretos. Lo que está claro es que tenemos que hacer un esfuerzo por comunicar lo que somos. No se trata solamente de hacer publicidad, sino que hay que demostrar la realidad con datos. Sin duda tenemos aspectos que mejorar, pero también muchas fortalezas.

Hace algún tiempo, un empresario portugués que vende en España, aunque no fabrica aquí, me contaba que tenía grandes dificultades cuando, por primera vez, se acercaba con sus productos (vende productos muy sofisticados de alta tecnología, una especie de procesos informáticos con sistemas muy complejos para la vigilancia de bancos, grandes empresas, etc.) a ciertas regiones. Él me decía que, cuando presentaba el producto, siempre le preguntaba quién era su socio: si alemán, sueco o inglés. Es decir, nadie creía que una empresa portuguesa pudiese hacer algo así. Y esto sucede porque la imagen de Portugal no se asocia a un producto muy sofisticado de gran tecnología.

F.F.S.: El 1 de noviembre de 2008, en plena crisis, asumió sus funciones como Embajador. ¿Qué valoración hace de su gestión durante este tiempo? ¿Sigue teniendo las mismas motivaciones?

A.M.M.: Las motivaciones siguen siendo las mismas: aproximar los dos países, dar a conocer Portugal en España, convencer a la gente para que lo visite, y mostrar lo que es el Portugal del siglo XXI. Ese es mi objetivo, ahora y en 2008.

Sin embargo, las condiciones en las que esto se hace sí han cambiado. Estoy especialmente contento por la gran relación de proximidad que ha sido posible establecer con España a todos los niveles, empezando por la Casa Real, con la que tenemos una relación muy especial y que queremos seguir desarrollando, queremos que la relación que hoy Portugal tiene con Su Majestad El Rey siga en el futuro. De hecho, a finales de este mes, los Príncipes de Asturias visitarán Portugal, y esto es algo que nos llena de orgullo. Estamos hablando de una relación de muy largo plazo, que hay que alimentar.

Por eso, considero fundamental realizar las Cumbres con una periodicidad anual. Afortunadamente, ya fijamos que la próxima será en España en 2013.

Creo que cada vez más, y puede que la crisis nos ayude también en esto, hay una conciencia de que juntos influimos más en las decisiones internacionales.


Entrevista publicada en Executive Excellence nº92 may12


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