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Pirri, el combate y la toma de decisiones

21 de Octubre de 2013//
(Tiempo estimado: 9 - 17 minutos)

En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, José Luis Abajo, Pirri, consiguió la primera medalla olímpica en esgrima de la historia de España. Su bronce sirvió para aproximar un deporte hasta entonces prácticamente desconocido para el gran público y algo difícil de entender.

Deportista nato, su padre le inculcó desde niño los beneficios de la actividad física; así practicó varios deportes hasta que finalmente, con 11 años, descubrió la esgrima…, y hasta hoy. Con la mente puesta en las Olimpiadas de Río de Janeiro, se siente orgulloso de seguir contando con la confianza y apoyos necesarios para continuar su rigurosa preparación; a la par que explora nuevos caminos en otros ámbitos. De la mano de la consultora Tatum, se lanza a la formación y desarrollo de profesionales en entornos empresariales, donde compartir sus conocimientos sobre el entrenamiento de ciertas habilidades de la esgrima.

Según Eugenio de Andrés, socio director de Tatum, “el reto está en ser capaces de atrapar el romanticismo y atractivo que tiene el deporte y hacer la transición al día a día de la empresa, donde muchas veces la gente trabaja para hacer otra cosa, y no porque disfrute de su trabajo”.

Desde la consultora de RR.HH., tratan diariamente de “ayudar a los directivos y sus equipos a incorporar comportamientos similares –a otra escala diferente– a los que puede tener un deportista de elite”; por eso, en esta colaboración con Pirri, su labor es “de interfaz, intentando coger su experiencia vital, después de llevar 23 años tomando decisiones. La esgrima es un deporte brutal para evidenciar la toma de decisiones, porque exige tomar muchas en poco tiempo; por eso es importante entender ese proceso, para hacer luego la interfaz y traducirlo a una realidad cotidiana. Probablemente esta no sea tan atractiva como la esgrima, pero sí puede servirse de sus métodos”. Para Eugenio de Andrés, “es clave que experiencias como la de Pirri se conviertan en éxitos cotidianos”.

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: Además de España, son varios los países europeos que se atribuyen el origen de la esgrima; sin embargo, en el nuestro no alcanza un reconocimiento generalizado hasta 2008, gracias a tu medalla olímpica. ¿Cuál es el origen de la esgrima? 
PIRRI: Se dice que la esgrima es el único deporte de origen español, porque el primer tratado de esgrima reglada que existe también lo es. Fue obra del maestro Pacheco de Narváez, en el siglo XV. Cuando entonces se prohibieron los duelos a muerte, a primera sangre y la solución de rencillas con mercenarios y demás espadachines, se empezó a pensar en una esgrima con protecciones, con arbitraje, en una sala de armas, con competiciones incluso internas, y se hizo el primer tratado de las normas de la esgrima. Por eso se dice que la esgrima es el único deporte de los Juegos Olímpicos de origen español.
Con el tiempo, los maestros empezaron a transmitir sus conocimientos y a salir fuera de España; así fueron cogiendo fuerza otros maestros de Francia e Italia, dos países donde la esgrima continúa evolucionando hasta llegar a la época moderna. En la actualidad, son las dos superpotencias mundiales, seguidas por Rusia, que se está acercando bastante, y por Estados Unidos, que hace escasos diez años no era nadie en el mundo de la esgrima y que, tras haber puesto su “maquinaria” a funcionar (su infraestructura se multiplica cada temporada, han fichado a grandes maestros y tienen una liga universitaria espectacular), en 2012 se proclamaron campeones del mundo.

F.F.S.: ¿Cómo ha evolucionado la esgrima en España y cómo sientes que has colaborado a su desarrollo?
PIRRI: En España, los presupuestos para el deporte siempre han sido ajustados. En el año 92, con los Juegos de Barcelona, dimos un pequeño salto de calidad con la instalación de las becas ADO y la profesionalización del deporte. Pasamos de tener cuatro medallas en unos Juegos Olímpicos a 22. A partir de entonces, el deporte español empieza a evolucionar, siempre con presupuestos ajustados, pero llegan ayudas a los deportistas con empresas privadas, respaldados bajo la cobertura de ADO. 
La inercia que cogimos en Barcelona 92 continúa hasta Pekín 2008. Mi medalla en esos Juegos es la culminación de un trabajo de mucha gente, muchos años y mucho esfuerzo en el mundo de la esgrima. Hasta ese momento, no teníamos ninguna medalla olímpica. 
Yo mismo provengo del trabajo que se hizo en Barcelona 92. Cuando el equipo de aquellas Olimpiadas entró en combate, yo era muy joven, estaba empezando a hacer esgrima; pero luego, siendo junior, pude entrenar con ellos, que ya estaban en una etapa muy madura de su carrera. Esa experiencia me permitió aprender, mejorar y pelearme por quitarles el puesto. 
En el 98 consigo meterme en el equipo, con 20 años, una edad algo prematura para lo que se considera normal en nuestro deporte; de hecho, voy al Campeonato del Mundo junior y al Campeonato del Mundo absoluto el mismo año, siendo el más joven del equipo. El resto de mis compañeros son de Barcelona 92, con lo cual sigo aprendiendo de ellos y manteniendo esa inercia. En los años siguientes, continúo madurando mi esgrima y evolucionando como tirador y deportista, hasta que en 2008 consigo la clasificación olímpica. Toda mi larga preparación se reafirma con la consecución de la primera medalla de la historia de los Juegos Olímpicos para España.

F.F.S.: Los, cada vez más frecuentes, casos de precocidad en el mundo deportivo nos llevan a reflexionar sobre cuáles son los factores esenciales para llegar a ser un deportista de élite. En tu caso, y habiendo practicado tu padre esgrima dentro del pentatlón aeronáutico militar, ¿qué influencia dirías que ha tenido el entorno familiar?
189 pirri 400PIRRI: La cultura familiar deportiva es muy importante dentro de la carrera de un deportista de alto nivel. Evidentemente, hay excepciones de deportistas que destacan en su disciplina sin haber tenido ninguna tradición ni apoyo, sino por su forma de ser, tenacidad y persistencia, pero son casos mínimos. La mayoría tiene un ambiente familiar deportivo. Sus padres o familia más cercana practican deporte, y eso crea una cultura en casa. En este sentido, los padres son un requisito fundamental para generarla, porque son ellos quienes tienen que emplear mucho tiempo y sacrificio en llevar a sus hijos a entrenar, en elegir qué deporte practican al principio, etc. 
Mi padre siempre había practicado deporte y sabía lo positivo que es no solo a nivel físico, sino también de educación, de valores, de desarrollo de la personalidad de un niño desde el principio de su vida… por eso, él me apuntaba a todo. Es cierto que con el tiempo pude elegir, pero básicamente practiqué todos los deportes: portero en el equipo de fútbol, pívot en el de baloncesto, tenis con él los fines de semana, natación desde los tres años…
Después decidí que la natación era el deporte que más me gustaba y me puse a competir. Gané varios torneos regionales, y entraba duro durante la semana, aunque también seguía con el tenis los fines de semana. Cuanto más entrenas y más resultados consigues, más tienes que entrenar; es un círculo que se retroalimenta. 
Con 11 años, la esgrima se cruzó en mi camino y, como la cultura deportiva ya estaba instaurada en mi familia, la probé y me enganchó. La esgrima es un deporte desconocido, al que es difícil acercarse, pero que, una vez que lo pruebas, engancha.

F.F.S.: Hace poco más de un año, Russell Coutts, el regatista con más éxito de la historia de la Copa América, fue elegido para transformar esta competición en un acontecimiento sostenible y más atractivo. Él nos contaba cómo la tecnología había contribuido a mejorar y aproximar este deporte. ¿Cuál es el impacto de las nuevas tecnologías en la esgrima?
PIRRI: La tecnología tiene muy poca influencia en nuestro deporte y todos los avances van dirigidos a aumentar la espectacularidad de la esgrima, y a lograr una mejor visión y entendimiento. 
Nuestro gran handicap es que es un deporte complicado, a la par que atractivo. Ver en directo a los tiradores vestidos de blanco, intentando atacarse y defenderse, haciendo movimientos muy rápidos con las espadas, etc., es espectacular; pero puedes estar un rato presenciando el combate, y acabar sin entender nada. Al final, no sabes qué ha pasado con el arma, cómo se ha efectuado ese ataque… Si nadie te ha explicado cuatro normas básicas, es difícil que lo comprendas. 
Hoy el objetivo es intentar que se entienda, que se vea como un deporte atractivo para que las televisiones se acerquen y lo difundan. Cuesta mucho avanzar sin su ayuda. Los Campeonatos del Mundo, los Juegos Olímpicos y quizá también ahora los de Europa se televisan. 
Gracias a la tecnología, se están difundiendo en streaming todas las competiciones y se utilizan varias señalizaciones para que el espectador comprenda mejor lo que pasa dentro de la pista: las luces en las caretas para saber quién ha recibido o dado el tocado, las indicaciones de los árbitros para dar las instrucciones a los tiradores, la explicación del tocado con expresiones manuales, las repeticiones a cámara súper lenta… En ese sentido, creo que la tecnología nos ayuda a hacer el deporte más visual y entendible.

F.F.S.: Después de seguir revalidando títulos y, sobre todo, tras haber conseguido el triunfo olímpico, ¿cuál dirías que es la peor parte del éxito?
PIRRI: Quizás el momento en el que ha llegado, que ha sido uno de los peores. Todas las federaciones destinan muchos medios y hacen una inversión muy grande, algunas incluso por encima de sus posibilidades, para conseguir medallas olímpicas. Para las federaciones pequeñas, que no tenemos posibilidades de grandes patrocinios ni de cobertura por parte de las televisiones, las subvenciones son una fuente muy importante de recursos y financiación, que solo se obtiene gracias a resultados notables; el mayor de ellos, una medalla olímpica. 
En 2008, la Federación y todo el equipo de esgrima español había invertido tanto para conseguirla que, cuando por fin se logra, pensamos que sería la hora de recoger los frutos, sobre todo para que las siguientes generaciones pudieran obtener más resultados y volver a alimentar el ciclo hasta las próximas olimpiadas. Sin embargo, eso no ocurrió. Por el contrario, los presupuestos empezaron a recortarse, el mundo del deporte se ve totalmente afectado por la crisis, y el esfuerzo que habíamos realizado para llegar hasta allí no obtiene su recompensa. Creo que esa ha sido la parte más difícil de este éxito, porque si la medalla hubiera sido en Sidney, el desenlace habría sido bien distinto.

F.F.S.: Un momento complicado para cualquier deportista de élite es el de la retirada. ¿Cómo te planteas la última fase de tu carrera profesional? ¿Cómo se afronta una decisión tan complicada? 
PIRRI: Claramente, ahora mis objetivos han cambiado, y siempre son a corto plazo, mirando a la siguiente competición. A mis 35 años, estoy en un momento vital en el que la transición entre mi carrera deportiva y mi siguiente carrera está más cerca. También es verdad que tengo grandes objetivos a medio plazo, como son los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, para los cuales sigo contando con la confianza de mi maestro, de la Federación Española y de los estamentos oficiales (Consejo Superior de Deportes y Comité Olímpico), que apuestan porque siga entrenando, para llegar hasta Río y, por qué no, pelear por la clasificación olímpica e incluso por otra medalla.
Para continuar luchando, tengo que considerar que estoy en un nivel suficiente. Este año he sufrido alguna lesión y algún mal resultado, pero también he ganado el Campeonato de España, donde llevo siendo el número uno muchos años; una medalla en los Juegos del Mediterráneo, y he conseguido un buen resultado en el Campeonato del Mundo (el puesto 20, que no es una medalla ni una final, pero sí un objetivo mínimamente aceptable dentro de nuestro nivel deportivo). 
Si a ese nivel le siguen acompañando las ganas y la motivación necesarias, seguiré peleando. Me gusta entrenar, competir, viajar…, me gusta mucho mi estilo de vida, llevo muchos años disfrutando y, mientras sigan los resultados, tenga fuerzas y mi cabeza esté en orden, quiero seguir haciéndolo. 
Pero además, como amo la esgrima, estoy montando mi propia sala de armas en el Pabellón Jorge Garbajosa de Torrejón, donde pretendo poder transmitir mi esgrima a futuras generaciones y, por qué no, realizar los eventos de esgrima para directivos que estoy montando con Tatum.

F.F.S.: Hablando de fuerzas, con 48 años nos contaba el surfista Laird Hamilton que la exigencia de estar siempre listo y al 100% desgasta muchísimo; por eso hay unos profesionales que se mantienen en la cumbre durante años, y otros no. En un mundo tan competitivo como el vuestro, ¿cómo de complejo se vuelve mantener el “hambre” de éxitos? 
PIRRI: Precisamente ese es uno de mis puntos fuertes, siempre tengo ganas de conseguir mis objetivos. Desde pequeño soy muy competitivo en todo lo que hago, nunca me ha gustado perder y siempre me he esforzado al máximo por llegar a mi mejor nivel, sea el deporte que sea. 
Además, después de un objetivo llega otro. Cuando se baja la bandera en una competición ya estamos pensando en la siguiente, con ganas de corregir los errores que hayamos cometido, trabajarlos hasta la próxima competición, y ponerlos en práctica para mejorar el resultado. 
Cuando llegué de Pekín con la medalla al cuello, en el aeropuerto nos esperaban muchos periodistas y fotógrafos. Recuerdo que empecé a buscar a mi maestro y, al verle, fui corriendo hacia él y le dije: “Maestro, antes de que te me despistes, necesito saber cuándo volvemos a entrenar”. Esa sensación es la que tengo siempre, todavía hoy, con lo cual sé que estoy preparado, motivado y con fuerzas para lograr los objetivos.

F.F.S.: La transmisión de valores y experiencias de los deportistas de élite son de gran utilidad en el ámbito empresarial. Ahora te embarcas con Tatum en una nueva aventura, para trasladar ciertas técnicas y habilidades de la esgrima a la gestión empresarial. ¿Qué te está costando más? ¿Dónde tienes que dedicar más esfuerzo para generar vías de aprendizaje y conocimiento?
PIRRI: Todo lo que nosotros entrenamos en el mundo del deporte, todas las habilidades que desarrollamos para competir, son las mismas que otras personas manejan en la empresa y en otros ámbitos. Después de haber estudiado mi carrera, de formarme en marketing deportivo e interesarme por este tema y, por supuesto, gracias a la ayuda dentro del mundo profesional de los RR.HH. de Tatum, decidimos diseñar “En guardia”, un programa de autogestión y toma de decisiones, para enseñarlo en las empresas.
Desde niño, tengo muy arraigado un sistema de trabajo del entrenamiento, porque cuando nosotros entrenamos algo, lo hacemos mejor. Si preguntas a la gente si tiene ese tipo de habilidades, de herramientas especiales que le sirven en su día a día y en su trabajo, te responde que sí; pero cuando le preguntas si entrena esas habilidades, la contestación es negativa. Sin embargo, cuando vuelves a preguntar si le gustaría entrenarlas, la respuesta es que por supuesto. 
Fue entonces cuando nos sentamos, para sacar al exterior todas las habilidades que tenemos en el mundo de la esgrima, que son muy específicas y que pueden tener mucho potencial. A partir de ahí empiezan a salir temas como la estrategia, la planificación, la toma de decisiones, la gestión emocional, el manejo de la presión, la adivinación, la interpretación, el lenguaje no verbal…, todas esas cosas que yo utilizo y entreno diariamente. 
Igual que yo, los profesionales del mundo de la empresa y de otros ámbitos tienen experiencia en tomar decisiones. Yo llevo 23 años tomándolas en la esgrima. Si me quedan 15 segundos para terminar un asalto, y mi adversario está presionándome cuando estoy a punto de salirme del final de la pista, debo tomar una decisión. Sé cómo hacerlo y lo que conlleva. Muchas veces he tomado malas decisiones y he pasado por momentos críticos. Sé que, por supuesto, ellos también lo han vivido, y yo no les voy a enseñar; pero sí les puedo explicar cómo se entrena la toma de decisiones, porque yo lo hago a diario. 
Mi intención es proponer ejercicios para que la gente pueda entrenar esas habilidades, que dejen de ser algo espontáneo o basado en reacciones instintivas para pasar a estar más controladas por nuestro cerebro. Por eso propongo ejercicios para trabajar la toma de decisiones, la estrategia, la gestión emocional, el manejo de la presión, etc.

F.F.S.: Podemos decir entonces que la esgrima es un deporte que, por encima de todo, fomenta el autocontrol, ¿no?
PIRRI: Por supuesto. El autocontrol y la gestión emocional son dos aspectos esenciales en la esgrima, que también tratamos en estos eventos de empresa
En un asalto, hay tres premisas claves: entrar con una estrategia ya planificada, es decir, en el deporte el ir a ver qué pasa es la muerte, debes entrar con una táctica más o menos clara de lo que vas a hacer, aunque luego tienes que ser flexible; en segundo lugar, tomar decisiones durante el asalto, puesto que si tú no las tomas, el adversario lo hará por ti; y, además, elegir el momento de ejecución de esas decisiones, porque una decisión acertada ejecutada en un mal momento, no sirve de nada. Por lo tanto, el autocontrol que tienes que ejercer y la gestión emocional dentro de esa toma de decisión y de la elección del momento son esenciales para que todo salga según lo previsto. 
La paciencia, la sangre fría y el autoconocimiento de tu personalidad son herramientas muy fuertes que hacen que aciertes en tu decisión, o que te puedas precipitar y equivocar.

F.F.S.: Los valores empresariales determinan la forma de ser y trabajar de una compañía. En el caso de un deporte de combate como la esgrima, ¿qué papel juegan los valores?
PIRRI: Este es un deporte que lleva implícitos unos valores muy firmes, algunos de ellos fundamentales, como el respeto, la disciplina y el saber estar en la pista. Por eso, desde que los niños entran en la sala de armas se les pone en conocimiento de que cualquier actitud fuera de toda regla será sancionada en el acto y nunca permitida, para que luego en competición no les suceda nada, porque los castigos son muy severos. 
Por supuesto que es un deporte de combate donde hay que respetar al máximo al rival, puesto que es parte necesaria. Además, está el arbitraje de una persona externa que debe velar por la seguridad de los dos tiradores y por que se cumplan las normas, y sancionar cuando eso no ocurre. 
En la esgrima hay tres tipos de tarjetas: amarilla, que es una advertencia; roja, que son dos amarillas y un tocado en contra que recibe el tirador que ha causado falta grave; y negra, una tarjeta poco utilizada, pero que es sanción muy grave sobre una actitud grave o muy grave del tirador, hasta el punto de que te expulsan inmediatamente de la competición, te quitan todos los puntos que has obtenido hasta ese momento y te pueden sancionar hasta dos años. 
El respeto hacia el rival y hacia el árbitro es básico en nuestro deporte. Después de cada asalto, es obligatorio –bajo pena de tarjeta negra si no lo haces– quitarse la careta y saludar al adversario, haya pasado lo que haya pasado. También lo es saludar al árbitro, haya decidido bien o se haya equivocado, y darle las gracias por el encuentro que acaba de disputarse. Por supuesto, la falta de respeto hacia el público, con algún tipo de desdén, insulto o manifestación agresiva de tu desacuerdo, como tirar una careta contra el suelo o una espada al aire…, no está permitido y supone tarjeta negra. 
Los comportamientos se cuidan al máximo, porque el espectador tiene que ver que la esgrima es un deporte donde hay respeto hacia el rival, hay disciplina, y todo está perfectamente controlado.

HABILIDADES DIRECTIVAS / ESTRATEGIA


Entrevista publicada en Executive Excellence nº106 oct13


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