Skip to main content

Un excellence touch en networking

24 de Septiembre de 2012//
(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

Los que habitualmente leéis esta columna, sabéis que una de mis recomendaciones favoritas es, que siempre debemos buscar el apoyo de gente para recorrer nuestro propio camino, en lugar de hacerlo en solitario, tanto si lo que uno quiere es comenzar un nuevo negocio, lograr que la  organización se mueva hacia una nueva dirección, captar fondos para una buena causa, o cualquier otro proyecto que uno pueda tener en mente.

A lo largo de los años, y ya peino muchas canas, he comprobado, una y otra vez, que lo que distingue a la gente con excellence touch del resto es la manera de utilizar ese importantísimo activo que llamamos relaciones, compuesto normalmente por una amplia comunidad de colegas, contactos, amigos, familiares, socios e incluso mentores.

Desarrollar y sostener una amplia red de relaciones no es lo único que necesitamos para tener éxito, sin embargo, trabajar tu carrera o incluso vivir tu vida con el apoyo de una amplia red de relaciones, aporta enormes satisfacciones. Para empezar, estaremos continuamente aprendiendo más y más acerca de nosotros mismos, de otras personas, del arte de los negocios y del mundo en sí. Además, una carrera intensa en relaciones será algo también beneficioso para la compañía u organización donde trabajamos, porque todo el mundo se beneficiará de nuestro crecimiento.

Hay gente que dice: “Me acabo de quedar sin trabajo. Necesito comenzar a hacer networking”. Es tarde. Uno debería haber comenzado mucho antes a construirse su “red de relaciones”, de manera que ahora que necesitas un trabajo, pudieses hacer 15 o 20 llamadas para lograr, en corto espacio de tiempo, acceder a posibles oportunidades o estar dentro de las bolsas de trabajo que aún siguen moviéndose, en gran medida, por el procedimiento del boca oreja. La gente se muestra mucho más proclive a ayudarnos si nos conoce con antelación y tiene formada una buena opinión sobre nosotros. De ahí que haya que pensar, en todo momento, en las relaciones que podríamos necesitar mañana y comenzar a desarrollarlas hoy.

¿Y qué impide a muchas personas llegar a la gente que necesitaría conocer? ¿Quizás el miedo? La gente con bajo nivel de tolerancia por el riesgo, normalmente tiene poca propensión hacia el éxito y en los tiempos que corren no podemos escondernos. Hay que elegir entre arriesgar un poco y aspirar a algo grande o no arriesgar nada para estar con certeza en la mediocridad. Una vez que nos damos cuenta de que no hay beneficio quedándose atrás, en la zona sin riesgo, cada situación, cada persona objetivo, no importa lo lejos que nos pueda parecer que esté, se convierte en una oportunidad a abordar. Por eso yo digo, ¡seamos audaces! Es sorprendente descubrir cuánta gente hay que quiere ayudar por el solo hecho de sentirse satisfecho haciéndolo, satisfacción que de otro modo no podrían experimentar si no les dijésemos cómo pueden hacerlo.

Una red de relaciones no es algo finito como un pastel. Un pastel solo puedes cortarlo en un determinado número de trozos y cuando tomas uno de ellos encuentras que ya van quedando  menos para más adelante. A diferencia del pastel, pensemos en la red como si de un músculo se tratara. Cuanto más se trabaja, más grande y más fuerte se vuelve. Ahora bien, nuestra red funcionará bien si todos vemos en ella la existencia de un beneficio compartido. No tiene sentido llevar la cuenta de los favores hechos y debidos. En cambio, es mucho mejor dar antes que recibir. Si nuestras interacciones están guiadas por la generosidad, las recompensas vendrán a continuación.

Nunca antes ha habido más facilidades para permanecer en contacto que ahora y cuanto mayor y más frecuente sea el contacto, mayor ascendente sobre nuestros objetivos tendrá. El individualismo es cosa del siglo pasado. La comunidad y las alianzas son los temas del presente y futuro. Ahora bien, un excellence touch en networking tiene menos que ver con alcanzar  objetivos personales y mucho más con logros con tu familia, tus amigos, tu organización, tu comunidad y la sociedad en general, haciendo el mejor uso de tus contactos y tu talento.

No hay nada malo en querer ser el mejor del mundo, siempre y cuando quieras ser también el mejor para el mundo. Generosidad, reciprocidad y conocimiento son lo contrario de una cuenta bancaria que cuanto más la usas más pequeña se vuelve. Creatividad engendra más creatividad, conocimiento engendra más conocimiento y éxito engendra más éxito. Reciprocidad y generosidad engendran más reciprocidad y generosidad, reciprocidad y generosidad que necesitamos para construir y sostener nuestra red y no tener así que recorrer nuestro propio camino en solitario. 


HABILIDADES DIRECTIVAS / NEGOCIOS

Juan Liquete, secretario general del Club Excelencia en Gestión

Artículo publicado en Executive Excellence nº95 sept12