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La economía circular rige el desmantelamiento de Endesa de su central térmica de Compostilla

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

Endesa ha dado inicio a los trabajos de desmantelamiento de la central térmica de Compostilla y de clausura de su vertedero, en Cubillos del Sil, una operación de gran complejidad técnica que movilizará a unas 130 personas, el 80% del Bierzo, durante 48 meses.

Para el desmantelamiento de esta central histórica, Endesa aplicará los principios de economía circular, que no solo permitirá dar empleo a la población local, sino que, gracias al sistema de demolición selectiva, optimizará el aprovechamiento de los residuos, estimados en 266.870 toneladas, para su posterior valorización y reutilización.

“Endesa ha implicado a todas las áreas de la compañía para llevar a cabo un desmantelamiento que no solo técnicamente sea ejemplar, sino que sea sostenible y con principios de economía circular y lo estamos consiguiendo”, ha señalado Miguel Temboury, director general de Endesa Noroeste, quien ha puesto en valor “la participación de mano de obra local cualificada gracias a los cursos de formación impartidos. Endesa no se va de las ubicaciones de sus centrales históricas, nos quedamos con nueva tecnología y nuevos proyectos para ser parte también del futuro”.


El desmontaje de la instalación dará empleo a unas 130 personas en el momento de mayor volumen de trabajo, y durará un total de 48 meses


La central térmica de Compostilla disponía de tres grupos, cuya potencia sumaba 1.051,7 megavatios (MW), que habían entrado en funcionamiento entre 1972 y 1985. Otros dos grupos más antiguos ya se encontraban en proceso de desmontaje cuando se cerró la central en 2020, después de permanecer en servicio desde comienzos de los años 60. Las instalaciones de la central ocupan unas 375 hectáreas, superficie en la que se distinguen tres zonas claramente diferenciadas: un área que alberga los grupos de generación eléctrica, otra que acoge los parques de transformación e instalaciones auxiliares, y el parque de carbones con el vertedero de residuos no peligrosos.

Economía circular en el proceso de desmantelamiento: empleos

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Antes de iniciar el proceso de desmantelamiento, en el que se aplican conceptos de economía circular, se han realizado diversos trabajos previos relacionados con la seguridad y la instalación en el lugar de la compañía adjudicataria de la obra, Recifemetal. La clausura del vertedero de residuos no peligrosos (cenizas y yesos) la ejecutará Intacta.

Las obras se prolongarán durante unos 48 meses, y un número máximo de 130 personas trabajando en el emplazamiento en el momento de mayor volumen de trabajo. Los trabajadores proceden en gran parte de antiguas empresas contratistas o son residentes en el Bierzo, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, dio prioridad en el concurso de adjudicación a las ofertas que incluyesen el mayor número de empleados locales. En este sentido, de todos los trabajadores que participarán en el desmantelamiento, el 80% son de la comarca.


Endesa, en colaboración con las fundaciones Ciuden y Santa Bárbara, ha llevado a cabo cursos de formación en desmantelamiento de térmicas para 200 alumnos


Para que la cualificación profesional no fuese un obstáculo en la búsqueda de oportunidades laborales por parte de los residentes en la comarca, Endesa se ocupó de organizar cuatro cursos de formación en desmantelamiento de centrales térmicas, por los que pasaron doscientos alumnos. En la actividad docente, la compañía contó con la colaboración de las fundaciones Ciuden (Ministerio de Transición Ecológica) y Santa Bárbara (Junta de Castilla y León).

La gestión de la demolición está siendo llevada a cabo por un equipo de alta cualificación, que es lo que requiere un cometido tan complejo como el que se realiza en Cubillos del Sil. Los trabajos siguen un minucioso proyecto, en el que nada queda a la improvisación, con el objetivo de mantener un alto estándar de seguridad para el elevado número de personal implicado.

Demolición selectiva

Endesa aplica al proyecto los principios de la economía circular. De ahí que haya establecido un sistema de demolición selectiva, que se define como aquel conjunto de operaciones realizadas de forma gradual y coordinada para el máximo aprovechamiento posterior de los materiales que constituyen el residuo de demolición. Así se minimiza la fracción destinada a eliminación en vertederos autorizados. Se trata de un objetivo muy ambicioso, teniendo en cuenta que los residuos superarán las 266.870 toneladas.

Para reducir en todo lo posible las afecciones al entorno, se sigue un exhaustivo plan de vigilancia ambiental, con especial atención a las emisiones y los vertidos durante la ejecución de los trabajos, manteniendo en funcionamiento la planta de tratamiento de aguas residuales de la parcela.

Tras la implantación en el lugar y la ejecución de las tareas previas, se ha procedido al desmantelamiento de las cintas y otros equipos de superficie que de otro modo habrían interferido en la clausura de los vertederos, que también se va a llevar a cabo. Para esta última actividad ya se ha completado el suministro del material de impermeabilización y sellado de superficies, dando sus primeros pasos hacia la clausura.

Además, se han vaciado los tanques de combustibles y aceites y se han desmontado cableado, cuadros eléctricos, luminarias, chapas y otro pequeño material. Todos estos residuos han sido gestionados siguiendo la normativa, valorizando y reutilizando el material siempre que ello ha sido posible. Igualmente se han iniciado los primeros trabajos de desmantelamiento en la zona de desulfuración de los grupos 4 y 5, procediendo a las actividades de descalorifugado y tareas de desmontaje de electrofiltros en estos grupos.


Durante los trabajos de desmantelamiento se aplicará el concepto de economía circular para tratar las 266.870 toneladas de residuos que tendrán una segunda vida


Dentro del compromiso de economía circular por el que apuesta Endesa está prevista la reutilización de los residuos de hormigón. Para ello se instalará en Compostilla un equipo de machaqueo con capacidad para tratar 300 toneladas por hora; contará al menos con una machacadora de mandíbulas, un separador magnético para la segregación de las armaduras desprendidas y un cribado para la clasificación de los hormigones triturados. De esta manera se obtendrá una valorización del acero de armaduras y un árido reciclado que se empleará en el relleno de los huecos generados en las obras. Se pretende mantener la cota de rasante del terreno actual, rellenando con los residuos los huecos que aparezcan tras la demolición.

La mayoría de los residuos generados en obra, como por ejemplo materiales de yeso, las mezclas bituminosas, las tierras y rocas contaminadas, los revestimientos refractarios, los lodos que contienen sustancias peligrosas, los residuos cálcicos, las cenizas y las maderas con sustancias nocivas serán tratados por gestor autorizado, excepto el hormigón resultante de la demolición que se valorizará in situ. La mayor parte de los restos generados irán para valorización y únicamente se eliminarán aquellos para los cuales no exista otra solución. En la medida de lo posible, los residuos de transformadores serán cargados directamente sobre camión y enviados a un gestor autorizado, si bien los más voluminosos se desmontarán previamente en una nave.

Los restos de fibras y amiantos serán retirados inicialmente por empresas especializadas, por lo que no llegarán a ser almacenados en el emplazamiento. Para los residuos peligrosos se dispondrá de al menos diez contenedores cerrados de 30 m3 para los sólidos y de cincuenta bidones de 1.000 litros para líquidos. Los productos químicos desechados se almacenarán también en bidones.

Durante las obras, podrá plantearse la reutilización de algunos equipos mecánicos, tanques o depósitos que se encuentren en buen estado, especialmente por parte de los promotores empresariales acogidos al Plan Futur-e de Endesa. En caso de no estimarse finalmente viable, todos los residuos generados serán igualmente valorizados de forma preferente, o enviados a un gestor autorizado de resultar imposible lo anterior.


En la foto: el director general de Endesa en la zona Noroeste, Miguel Temboury, junto a Francisco Naya, responsable del desmantelamiento.


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