La realidad de la robótica en la logística
Robots de carga, brazos robóticos, bandas transportadoras con contadores de inventario, sistemas de almacenaje o paletizado inteligente de pedidos mediante código de barras son algunas de las innovaciones que están cambiando el rumbo de la logística. El sector ha sufrido una transformación tecnológica absoluta desde su base abriendo las puertas hacia la automatización en la última década con la incorporación de tecnologías como la robótica colaborativa, Internet de las cosas, Big Data e Inteligencia Artificial.
Las pequeñas y medianas empresas vinculadas a la logística ya han comenzado a transformar sus procesos, sus aplicaciones y desarrollos tanto para dar servicio a unos clientes cada vez más exigentes que buscan máxima personalización en la recepción como para lograr la eficacia en la última milla, un tramo considerado como punto crítico.
El papel del comercio electrónico como uno de los principales motores de crecimiento para el sector de la mensajería y paquetería urgente ha tenido también un papel fundamental para el inicio de esta transformación. Por ejemplo, SEUR entregó en 2018 más de 115 millones de paquete, incrementó un 2,5% su volumen de envíos y seguirá apostando por este segmento, manteniendo su liderazgo en ecommerce con una facturación de 229 millones de euros. Asimismo, las cifras en España continúan siendo de récord, en el segundo trimestre de 2018, la facturación alcanzó una cifra récord con 9.333 millones de euros, un 27,2% con respecto al año anterior según la CNMC.
En el caso de la robótica colaborativa, las previsiones apuntan a que transformará la cadena de suministro, donde robots y personas trabajarán conjuntamente en tareas de precisión. Su implementación ha aumentado, en 2017, la venta de robots industriales fue de 380.550 unidades, 29% más que en el año anterior y hoy, en 2019, según los cálculos de la Federación Internacional de Robótica, hay funcionando tres millones de robots en las fábricas de todo el mundo.
Sin embargo, los robots y la automatización han generado en los últimos años un debate en torno a la amenaza y la pérdida de puestos de trabajo, los nuevos modelos de negocio, las nuevas relaciones laborales y el propio cambio interno al que se ven sometidas las empresas. DPDgroup, grupo internacional al que pertenece SEUR, no le ha dado la espalda a todas estas tendencias, permaneciendo atento a todo aquello que les pueda impactar a través de la creación de un laboratorio centrado en estas innovaciones y posibles aplicaciones de los robots en su trabajo.
La robótica ya está presente en la logística en casos concretos como dar soluciones de picking y almacenamiento automático, que permiten incrementar la productividad, reduciendo el número de movimientos, tareas de transporte y el espacio del almacén. También en la asistencia en carga y entrega pesada de productos para lograr minimizar el error en la operación, para el delivery y la entrega de paquetes e incluso para tareas de empaquetado y personalización del producto, los robots tienen cada vez un papel más predominante.
En SEUR, los avances tecnológicos permitirán simplificar el trabajo diario y reducir el tiempo de los repartidores que operan en las naves para dedicarlo más al reparto y acortar así los tiempos de la última milla. La compañía ya trabaja en el desarrollo de sistemas de clasificación y gestión de stock más rápidos y precisos.
Asimismo, según Mckinsey Global Institute, en menos del 5% de las profesiones se realizan actividades que se puedan automatizar por completo. Para SEUR tanto, la robotización que se pueda dar a corto o medio plazo vendrá para facilitar su trabajo y mejorar su eficacia, hacer más fácil la gestión de su día a día y ayudarles en todo lo posible. Además, la gran cantidad de combinaciones posibles (de tipos de productos, de actividades a realizar en su procesamiento, de cumplimiento normativo en el caso del transporte de medicación o alimentos…) hace que sea muy difícil configurar una robótica sin supervisión o cooperación humana.
La tecnología es una herramienta que facilita estar preparado tanto para el presente como para el futuro, gracias a la cual se pueden mejorar la experiencia de cliente, pero que quien la articula y pone en marcha, y donde reside el éxito final de estos nuevos desarrollos, es en el capital humano, que sabe adaptar su día a día a esta nueva realidad para seguir demostrando su profesionalidad ante los cambios importantes. La cuestión real es cuándo y cómo prepararse mejor para ello.