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Lombard Odier: siete generaciones, historia, tradición y modernidad

(Tiempo estimado: 6 - 11 minutos)

Ginebra es sinónimo de banca y Lombard Odier, uno de sus representantes más emblemáticos. Con más de 214 años de historia está entre los bancos privados más importantes de Suiza y cuenta con una importante trayectoria y reconocimiento de sus banqueros (un término protegido para diferenciarlos de otros bancos-empresas) a nivel mundial.

Los ocho partners de Lombard Odier Darier Hentsch & Cie asumen una responsabilidad directa sobre las actividades de su entidad, respondiendo con sus respectivos patrimonios. Quizá por ello, familias, durante siete generaciones, les han confiado la gestión de sus patrimonios. 

No existe en las finanzas una forma más ética de servir a sus clientes. De hecho, y como decía Gandhi, “el capital, como tal, no es malo. Es el mal uso lo que es pernicioso. El capital en una forma u otra siempre será necesario”, y sólo mirar hacia horizontes lejanos con ética permite prosperar con continuidad… y de eso saben mucho en Lombard Odier. 

Desde que Henri Hentsch abriese una tienda de sedas –y más tarde una correduría en asociación con Jean-Gèdeon Lombard (1796)– mucha agua del Rhône ha pasado bajo los puentes de Ginebra. Desde entonces, bajo la ocupación Napoleónica y hasta hoy, el banco ha sobrevivido a guerras, crisis y dificultades como un banco privado independiente.

Jean Pastré y Lombard Odier, una relación de futuro

Para hallar la conexión entre la familia de Jean Pastré y Lombard Odier debemos remontarnos a algunas generaciones atrás. Aunque esta relación se estrechó hace 15 años, cuando Pastré se incorporó al banco como socio. 

Su familia se hizo un nombre durante los siglos XVIII y XIX en Marsella, donde se encontraba entre los navieros y comerciantes más prominentes de la época.

Jean Pastré tiene una visión muy amplia de las estructuras financieras internacionales. Después de cuatro años en JP Morgan, pasó a Guyerzeller donde fue nombrado director general en 1992, desde donde se incorporó a Lombard Odier como managing partner en 1996 (y hasta hoy).

Como banquero, Pastré considera que la reciente crisis, especialmente en 2008 y 2009, ha sido un período particularmente significativo. Muchos de sus competidores tradicionales han parecido más débiles a causa de ella, mientras Lombard Odier ha capeado la tormenta, a tenor de lo que nos explica uno de sus socios principales: Jean Pastré, amante del arte, de la filantropía, de la música y de la naturaleza.

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: ¿Qué es Lombard Odier y qué lugar ocupa entre los bancos privados suizos hoy?

JEAN PASTRÉ: Somos evidentemente un banco con una larga trayectoria pero, aunque tenemos más de dos siglos, hoy somos más modernos que nunca. Nuestro modelo de negocio continúa, en cierto modo, siendo similar al de nuestro origen. Es un modelo que ha demostrado ser tremendamente adaptable, incluso a estos tiempos modernos, y eso se debe esencialmente a que estamos en línea con las necesidades de nuestros clientes. 

No siempre es fácil estar alineados con los clientes, pero nuestras particulares características así lo permiten. Somos un banco independiente, propiedad de ocho managing partners, sin accionistas externos y con una perspectiva siempre orientada al largo plazo. 

Creemos firmemente que esa independencia del cortoplacismo a la hora de tomar decisiones (no teniendo socios externos, ni cotizando, con la consiguiente presión sobre resultados que estos generan) nos permite una profunda y sosegada reflexión. Trabajamos para clientes que desean una gestión, no a dos años vista, sino a una década, y como consecuencia de esta visión a largo plazo, nuestras decisiones son reflexivas,  como la decisión de estar en España. Creemos que la necesidad de obtener beneficios a corto plazo interfiere con nuestros verdaderos objetivos y misión. Buscar relaciones a largo plazo con nuestros clientes es siempre nuestro principio fundamental. Tenemos clientes que han estado con nosotros durante generaciones y estas relaciones son las que construimos.

Otro factor diferencial es el hecho de que Lombard Odier no toma posiciones por cuenta propia en los mercados de capitales. Nuestras únicas inversiones, conservadoras, están conformadas por un equilibrio entre bonos del Estado y liquidez. Nos focalizamos en la gestión de bienes y no en el mercado de capitales. Es por eso que los efectos de la última crisis no han sido importantes para Lombard Odier. Nuestra gestión de bienes es y ha sido sólida, dado que hemos evitado los riesgos.

Nuestra política, por tanto, tiene en cuenta de forma acusada los posibles riesgos, directa consecuencia de la naturaleza de nuestra estructura legal. Otro factor diferenciador es que, aún siendo un global player (manejamos unos 114 billones de euros, dependiendo de las fluctuaciones del mercado), tenemos pocos clientes que podemos gestionar con un equipo de especialistas. Eso nos permite estar más enfocados en el negocio y en las garantías. No tenemos esas grandes estructuras que hacen difícil la conjunción del talento; en la actualidad, 2.000 profesionales forman parte de nuestra firma.

Respondiendo a su pregunta inicial, aún teniendo unas raíces antiguas, creemos que el modelo de negocio que comenzó hace más de 200 años es hoy aún más válido que cuando fue creado y, teniendo en cuenta los acontecimientos recientes, demuestra un gran potencial de futuro.  

F.F.S.: El concepto de confianza es uno de los valores esenciales de la banca privada suiza. ¿Qué significa la palabra confianza para Lombard Odier? ¿Cómo han afectado las fugas de información, como la reciente de HSBC al sector?

J.P.: El concepto de confianza, cuando se es cliente y se confían los bienes, se centra en que estos estén plenamente seguros y bien gestionados. Además, la base de la confianza radica en que los intereses personales (del cliente) y los del banco estén plenamente alineados. Ello conlleva que esta confianza no sea puesta solamente en una persona y por un periodo, sino que se pueda depositar en una institución y por un largo periodo de tiempo. La historia y el pasar del tiempo hacen crecer la confianza. Desgraciadamente, y refiriéndome al “incidente” que menciona, hay ciertas consideraciones que hacer.

En primer lugar, cuando se alcanza un cierto tamaño, los controles de riesgo son más difíciles de implementar que en organizaciones más reducidas. También, y siendo franco, que gobiernos compren información robada es una parte del problema mencionado. En nuestro caso, teniendo en cuenta nuestro tamaño y focalización, y considerando cómo gestionamos nuestro negocio –con un agudo sentido de los riesgos- creo que la confianza que depositan los clientes en Lombard Odier está más que justificada.

España se ha convertido en un mercado importante en las últimas dos décadas. Los banqueros consideran este mercado cada vez más interesante, justificándose su presencia en él, pero hoy en día los bancos comerciales luchan por conseguir cuadrar sus balances. 

F.F.S.: ¿Merece la pena, para un banco privado, estar ahora en nuestro mercado?

J.P.: Esta pregunta me parece interesante, dado que refleja las razones que motivan nuestras decisiones. La actual crisis es difícil para España, como para la mayoría de los países desarrollados, pero como le he mencionado con anterioridad, nuestra perspectiva es a largo plazo.

F.F.S.: ¿Por qué tiene interés en España? 

J.P.: España tiene una importante red de negocios y empresas familiares que son clientes naturales para nuestro banco. Incluso ahora que la situación no es la mejor, estamos convencidos de que es un momento adecuado para empezar a crear relaciones y demostrar que nuestras convicciones y compromisos son los de una presencia a largo plazo, construyendo para el futuro. Sí es cierto que estamos en una crisis, pero también podemos ver oportunidades en esta situación. 

F.F.S.: Las principales actividades de los bancos suizos han estado orientadas hacia actividades off-shore. ¿Cómo pueden conectarlas con las on-shore, como las españolas? ¿Cómo pueden competir con los bancos españoles, también interesados en la gestión de los importantes capitales privados y familiares españoles?

J.P.: Lo primero que hemos considerado en nuestro modelo de negocio es la proximidad a los clientes y, por ello, nuestra presencia en Europa y España es una necesidad en los mercados privados. Pero, ¿cuáles son las posibilidades de tener éxito frente a los players locales? Creemos que nuestras posibilidades de tener éxito -con nuestra filosofía y estrategia- son elevadas.

Es cierto que no estamos solos, pero España es un país grande, con familias con grandes patrimonios y con espacio suficiente para que una fórmula local con nuestra perspectiva a largo plazo tenga cabida. Nuestro objetivo es convertirnos en 5 o 10 años, no en el mayor banco sino en una solución de excelencia en la gestión conservadora (y a largo plazo) de grandes patrimonios. Para ello, hemos puesto en pie el mejor equipo posible para la gestión de todos aquellos aspectos que puedan surgir en las relaciones de una gestión patrimonial familiar a largo plazo.  

En este sentido, España ha demostrado en el sector bancario -y en muchos otros- audacia e innovación encomiables; tuvo un desarrollo fantástico en las últimas décadas quedando demostradas sus capacidades ante los mercados internacionales. Fue un desarrollo muy destacable. Ahora bien, y desde nuestra perspectiva, España no puede evadirse de las condiciones generales que viven de las economías desarrolladas. 

Los bancos están en el centro de esta problemática, particularmente en relación a los temas inmobiliarios. La amplitud de los daños en todo el mundo está reconocida y queda aún mucho por hacer en relación a los balances de los bancos. Es un proceso que será doloroso en todo el mundo, requerirá de una gran determinación y habilidad política, y no tengo dudas de que en España esa voluntad política está ahí. 

F.F.S.: Los productos financieros han cambiado de forma drástica recientemente –sirva como ejemplo los hedge funds-. ¿Cuáles son las perspectivas que prevé? ¿Aparecerán nuevos productos e ideas para la inversión?

J.P.: Ha existido una excesiva imaginación de parte de los banqueros en la creación de nuevos productos financieros. Muchas veces estos productos no eran los más adecuados y, por eso, la “burbuja” –si así la queremos denominar- ha tenido las consecuencias que todos conocemos. Creo que ahora, y de forma global, se es más cauto sobre lo que se puede ofrecer y los riesgos que se pueden correr.

En relación a los posibles productos que se puedan ofrecer, estoy seguro de que un denominador común de ellos será su transparencia. Y eso afecta también a los hedge funds. Esta industria tiene aún futuro porque atrae un entorno de talento muy interesante. Es cierto que el mercado de los hedge funds se ha contraído mucho pero no es menos cierto que algunos se han comportado muy bien. Mirando hacia el futuro, creo que continuará existiendo la gestión de los hedge funds, basándose en la premisa de reunir una gran imaginación junto con un gran talento para la gestión a la hora invertir dinero en los canales adecuados. Cuando existan grupos de personas con gran motivación y trabajando bien de forma conjunta, los resultados –desde la perspectiva del rendimiento- continuarán haciendo interesantes estos instrumentos de inversión. 

F.F.S.: Y ahora la pregunta del millón, ¿dónde y cómo debemos invertir en estos días?

J.P.: Esa pregunta nos la hacemos todos los días. La inversión, en el mundo que nos toca vivir ahora, ha de ser cauta. La crisis de deuda y financiera no es algo que vaya a solucionarse en meses, sino que nos quedan algunos años por delante. Por ello, los mercados financieros se comportan con mucha cautela. Es evidente que, hablando del mercado de valores, se sea muy selectivo invirtiendo sólo en aquellas compañías que tengan  balances muy saneados y con modelos de negocios muy claros. También será importante tener efectivo y bonos corporativos de deudores de alta calidad. En general, y esta es nuestra posición, el retorno por ser cauto es evidente. En cualquier caso, y respecto de la liquidez, hay que estar preparados por si se presentan –y estoy convencido que así será- oportunidades.

ANA FIGAREDO, consejera delegada de Lombard Odier en España

Lombard Odier está presente en España desde 2007. Cuenta con un equipo de banqueros seniors con amplia experiencia en banca privada, liderado por Ana Figaredo. 

Figaredo, con más de 20 años de experiencia en el sector financiero y tras su paso por otras firmas suizas como Credit Suisse y UBS, ha logrado en Lombard Odier -junto a los socios de la firma- atraer el mejor talento.

“Somos una empresa familiar –que ya va por la séptima generación- y nuestra perspectiva de negocio es a largo plazo. Esta filosofía la transmitimos a nuestros clientes en España, como parte fundamental en el proceso de preservación del capital”, asegura.

Además, Figaredo destaca como uno de los aspectos distintivos de la firma, que los clientes de Lombard Odier en España se benefician de la estrecha colaboración entre el equipo local y los especialistas de Suiza, lo que posibilita que realmente el asesoramiento sea completo y eficaz.

 


Entrevista publicada en Executive Excellence, nº74 oct.10

 

 

 


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