20 años del Club Excelencia en Gestión
Juan Antonio Zufiria y Juan Liquete, presidente y secretario general del Club Excelencia en Gestión, comparten un mano a mano para reflexionar sobre el pasado, presente y futuro del Club, con motivo de la celebración de su vigésimo aniversario.
Han pasado 20 años desde que se fundó el CEG, ¿cómo era el Club en aquel entonces?
JUAN ANTONIO ZUFIRIA: Era una organización que nacía con vocación de ser un referente en la gestión avanzada, mirando al futuro pero partiendo del análisis autocrítico del presente. El factor diferencial que motivó su creación fue convertirse en una plataforma para el intercambio de experiencias. Los fundadores entendieron que la calidad de gestión tenía mucho que ver con la cultura de las organizaciones, con el cambio que debían experimentar sus directivos y profesionales, cambio que impactaba en la forma de hacer las cosas, en los principios que guiaban sus decisiones, en sus comportamientos, y para que todo eso cambiase y se adaptase a lo que exigían los nuevos retos, era necesaria una organización que fuese más allá del entrenamiento teórico en el aula. Entendieron que todo eso sólo se aprende por contagio, por rozamiento, aprendiendo unos de otros. Eso intentaba ser y hacer el Club y eso mismo persigue aún hoy. Y seguro que seguirá siendo así en el futuro.
¿Pensó hace 20 años que el CEG podía convertirse en lo que es actualmente? ¿Cuál ha sido el secreto de su éxito?
JUAN LIQUETE: Francamente, no me sorprende lo que el Club ha conseguido. No me sorprende en absoluto. Hemos contado con lo mejor de mucha gente durante todos estos años. Hemos tenido, y tenemos, el apoyo de grandes líderes que nos han transmitido lo mejor de su repertorio, sus sueños, su impulso, su entusiasmo. Desde la Secretaría General hemos trabajado siempre para tratar de ser referentes de todo lo que promovemos, con humildad, pero con ambición y mucho esfuerzo también. Por eso yo creo que una de las razones, tal vez la más importante, del éxito logrado durante estos 20 años, ha sido que el Club ha estado liderado y gestionado como si de una empresa se tratase, como una empresa que persigue el éxito de sus socios y el de la sociedad en la que se desenvuelve. El Club siempre ha estado muy cerca de sus socios y ha hecho lo que éstos han querido que haga. Y así seguirá, estoy convencido de ello.
Desde su perspectiva como secretario general, ¿cómo es el equipo interno que mueve diariamente el Club?, ¿cómo ha evolucionado en estos 20 años?
J.L.: El equipo es una mezcla de juventud y veteranía, con experiencias y competencias muy variadas que complementan muy bien. Ha ido creciendo, en número y en capacidades, junto con el crecimiento del Club. Cuando yo llegué, en 1994, éramos tres personas. Hoy trabajamos 14 personas de forma permanente en la Secretaría General, pero contamos con muchos más que colaboran de manera más puntual, unos de forma voluntaria y otros mediante fórmulas de subcontratación. Sin embargo, todos nosotros formamos un gran equipo, muy cohesionado, que practica una política integral de puertas abiertas dentro de la cual caben prácticas de feedback 360º y coaching, para ayudarnos unos a otros a crecer y madurar lo más rápida y eficazmente posible. Tenemos una cultura que prima el aprendizaje constante y sobre todo, somos gente que creemos en lo que hacemos, y eso se nota, se contagia.
Su mandato como presidente del Club, ¿es un reto para usted, en los tiempos que corren?
J.A.Z.: Ser presidente de una organización como el Club Excelencia en Gestión es sin duda un reto, pero también un privilegio, en tanto en cuanto tengo el placer de trabajar con excelentes profesionales en torno a un objetivo que, sin duda, también supone un reto en sí mismo, como es la búsqueda de excelencia en la gestión. No obstante, es precisamente eso lo que me motiva y me anima a liderar en estos momentos el Club: pensar que desde un foro de encuentro como el nuestro podemos ayudar a las empresas a explotar su potencial creativo e innovador.
En estos 20 años ¿ha evolucionado el Club en la misma línea que las empresas y entorno social?, ¿cómo diría que ha sido su trayectoria?
J.L.: Uno de nuestros valores es esforzarnos por ser ejemplares en todo aquello que promovemos. El eje nuclear en nuestra propuesta de valor, sobre el que pivota todo lo demás, es la excelencia en gestión. Promovemos que empresas y organizaciones, para mejorar sus respectivos niveles de competividad, apliquen los principios universales de la excelencia a su gestión y que lo evidencien vía la obtención de sellos de excelencia europea e incluso presenten candidatura al Premio Europeo a la Excelencia en Gestión que cada año otorga la EFQM. Pues bien, para ser consecuentes con este principio, desde la Secretaría General venimos, desde hace ya muchos años, administrándonos esta misma medicina y en estos momentos hemos alcanzado el Sello Oro 500+ puntos de Excelencia Europea, lo hemos renovado una vez (se otorga por dos años), y nos estamos preparando para un próximo asalto al Premio Europeo. Ésta es nuestra manera de acompañar el proceso de transformación de nuestras empresas y organizaciones, porque así sabremos en todo momento de qué estamos hablando y entenderemos mejor aquello por lo que han de pasar todos los que decidan seguir nuestro ejemplo. Me gustaría añadir que en toda Europa y entre las organizaciones que desarrollan al menos alguna de las actividades que nosotros desarrollamos (en todos los países europeos existen una o varias organizaciones de esta naturaleza), solamente dos organizaciones hemos alcanzado tales niveles de excelencia en gestión: Euskalit y el Club Excelencia en Gestión.
¿Cuáles eran los retos del Club hace 20 años y cuáles son ahora?
J.L.: Como ya he dicho anteriormente, el Club hace 20 años era una organización pionera y, por tanto, su pretensión entonces no era otra que encontrar su sitio entre las empresas y organizaciones que operaban en el territorio español y consolidar una posición de liderazgo en la promoción de la calidad aplicada a la gestión, siguiendo los cánones del modelo EFQM. Era un reto indudablemente muy significativo ya que estaba casi todo por hacer en este aspecto, especialmente si mirábamos a sectores como el educativo, las administraciones públicas y los servicios en general. Tan sólo se podía decir que existía una razonable penetración en los sectores más intensos en fabricación, como el del automóvil o la alta tecnología de entonces, que estaban monopolizados casi en exclusiva por las multinacionales del sector.
Transcurridos estos 20 años, nuestros socios y en general todos nuestros grupos de interés esperan mucho más de nosotros, presumo que porque nos ven más capaces, por un lado, y porque sus necesidades van mucho más allá por otro. Quizá en los próximos años nuestro reto principal sea trabajar con la innovación y lograr, haciéndolo, un resultado similar al que hemos alcanzado promoviendo e induciendo la excelencia aplicada a la gestión, a lo largo de todo este tiempo. También tendremos que incidir en las competencias que nuestros directivos necesitarán para que la innovación se propague y no solamente preocuparnos de aflorar y difundir métodos o prácticas de gestión, como mayormente hemos venido haciendo hasta ahora.
Publicado en Executive Excellence nº80 abr11