IA, ¿aumento de la capacidad cognitiva o crisis existencial?
Mantener el progreso tecnológico y humano alineados no es un debate nuevo, pero se va complicando y sumando derivadas conforme surgen nuevas tecnologías. Los asombrosos avances de la IA exigen una reflexión más profunda sobre la buena vida y lo que constituye un mejor conjunto de herramientas para alcanzarla.
Tres expertos de ámbitos distintos (educativo, venture capital y tecnológico) se reunieron el 15th Global Peter Druker Forum para este fin. Santiago Íñiguez de Onzoño, presidente de IE University; Scott Hartley, cofundador y socio director de Everywhere venturesy autor de The Fuzzy and the Techie, y Bob Goodson, cofundador y presidente de Quid, compartieron sus impresiones bajo la moderación de la profesora del IMD, Zhike Lei.
ZHIKE LEI: Quisiera saber su opinión sobre las tendencias de la IA en su área profesional.
SANTIAGO ÍÑIGUEZ DE ONZOÑO: Las consecuencias del impacto de la IA y las tecnologías, que hemos apreciado durante los pasados 25 años como institución dedicada a la educación, han sido profundas.
Lo primero que quisiera decir es que la tecnología es buena y sus efectos generalmente positivos. Aunque mu-chos pueden preguntarse, o incluso temer consecuencias impredecibles, la realidad es que su impacto en la educación ha aportado personalización.
Tradicionalmente, la educación era una forma de estandarizar el conocimiento para preparar a los estudiantes y a la ciudadanía en general. Actualmente, y gracias a la tecnología, podemos adaptar la educación, incluso identificando las fortalezas o debilidades; por ejemplo, aplicando analítica predictiva podemos descubrir necesidades educativas de los estudiantes, complementándolas. Con analíticas de educación y aprendizaje, podemos descubrir también cómo los profesores pueden mejorar en su enseñanza. Podemos incluso descubrir cómo adaptar los contenidos a disciplinas en particular, para que se adecuen a los gustos y preferencias de los estudiantes… En general, la tecnología hace prosperar todo el proceso de aprendizaje, proveyendo de muchos y nuevos efectos positivos.Gracias a la tecnología, podemos adaptar la educación. La analítica predictiva nos permite descubrir necesidades educativas de los estudiantes, complementándolas". Santiago Íñiguez de Onzoño
En el IE, hemos podido experimentar de primera mano casos como el que lanzamos hace unos años cuando creamos WOW Room (Window on the World Room), un auditorio virtual en el que un profesor no solo podía enseñar virtualmente, sino saber cómo sus alumnos, mediante tecnología de reconocimiento facial, seguían la clase. Para la enseñanza en un entorno virtual, detectar si los alumnos se aburren o siguen con interés la clase es algo crítico.
Las tecnologías no solo se aplican al proceso de enseñanza, sino a otros aspectos importantes y utilizar la analítica prescriptiva para saber si alumnos serán capaces de seguir un curso o no es otra aportación de la tecnología.
También es cierto que la enseñanza es una de las profesiones más estresantes y proveer de un exceso de información a un profesor puede ser contraproducente.
El Santo Grial en la educación ejecutiva es ser capaces de valorar el impacto de la educación. Muchas compañías se han esforzado en la búsqueda de sistemas de evaluación capaces de determinar si un programa o formación ha tenido realmente impacto en la educación de los participantes. Hoy tenemos los mecanismos que nos permiten valorar estos impactos.
Evidentemente que la tecnología hace que aparezcan otros nuevos retos, como el de cuál ha de ser el rol del profesor o del coach. ¿Se ha transformado el profesor en un director de orquesta, dejando de ser la “máxima autoridad” en la materia? Cada vez resulta más frecuente que los alumnos aporten a la clase información más actualizada que la que tiene el profesor.
¿Qué metodologías deberíamos utilizar en el proceso de aprendizaje? Estamos inmersos en una plétora de plataformas, formas y metodologías.
Por último, el acceso a las fuentes de información. Porque, siendo honestos, una de las consecuencias de Internet y la IA es la mentalidad única. Es común el acceso a un único flujo común de conocimiento. Esto representa un reto ulterior, dado que la IA gestiona y procesa información de fuentes gratuitas. Las fuentes fiables y de confianza son de pago. Comparando información del Financial Times con medios gratuitos en abierto resulta evidente que los datos del primero son mucho más fiables. ChatGPT utiliza fuentes gratuitas. Es importante que alcancemos un compromiso común para mejorar la calidad de las fuentes de información en Internet, sobre todo cuando se utiliza IA. Las editoriales, las universidades, los gobiernos, las empresas de IA y muchos otros stakeholders implicados necesitan ponerse de acuerdo al respecto."Es importante que alcancemos un compromiso común para mejorar la calidad de las fuentes de información en Internet, sobre todo cuando se utiliza IA". Santiago Íñiguez de Onzoño
Además, se ha de conseguir que las redes sociales se vuelvan un entorno pacífico de construcción interactiva, pues en la actualidad los dos mayores peligros a los que se enfrentan las democracias liberales son los populismos y las conductas que derivan de ellos.
SCOTT HARTLEY: Me dedico al venture capital, la “boca de riego” de la investigación en ideas innovadoras de futuro. Mirando atrás en mi trabajo de 12 años, lo que se repite es que siempre hay algo “nuevo, nuevo”. En las primeras oleadas de venture capital, la gente hablaba de semiconductores; luego de Internet, e-commerce, el despegue de mobile web, la economía de las apps, machine learning, big data, sharing economy, WEB 3.0… y ahora de Gen AI.
Es importante que contextualicemos la Gen AI dentro de este entorno de innovación en continuo movimiento. Cuanto más cambian estas cosas, más permanecen. Si retrocedemos a lo que ocurría en los años 50 en el MIT, los debates entre crisis existencial versus cognición aumentada ya tenían lugar. Académicos como Marvin Minsky y J.C.R. Licklider discutían sobre AI (artificial intelligence) frente al concepto de IA (intelligence amplification), y este debate dura ya 60 años.
Cuando hablamos sobre si la tecnología es buena o mala, yo daría un paso atrás y diría que la tecnología es agnóstica, pero está imbuida de los valores de las personas que están detrás de ella. Tenemos que pensar de una forma holística no sobre unos y ceros, no desde una perspectiva binaria, sino desde la perspectiva de los valores humanos y la composición de los equipos que se encuentran detrás de la tecnología. Lo que ha pasado con la OpenAI las pasadas semanas son conversaciones reales, porque son esas personas las que están detrás de la tecnología y sobre las que tenemos las conversaciones.
Mi visión sobre la IA es muy optimista. Soy más de la opinión de J.C.R. Licklider (Inteligencia Amplificada) que del catastrofismo pendular que se mueve hacia robots que nos van a dejar sin trabajo. En McKinsey, en 2017, analizaron 700 trabajos y explicaron que la tecnología estaba en continua progresión, pero ¿estaba eliminando puestos de trabajo? Poca antes Oxford Internet Institute publicó que el 40% de los trabajos serían automatizados. McKinsey profundizó en las definiciones de trabajos, clarificó que estos se basaban en tareas. Cada trabajo tiene una serie de tareas, algunas de las cuales son rutinarias y otras de gran especificidad para esa industria."No necesitamos una mentalidad catastrofista, cuando lo que estamos haciendo es una aumentación de la inteligencia humana. Hay que destruir mitos y superar el miedo que tenemos a la IA". Scott Hartley
Reflexionando sobre tecnología, IA o AI son tecnologías organizativas, capaces de utilizar datos no estructurados y estructurarlos; capaces de ocuparse de ciertas tareas rutinarias y, a lo que llamase machine learning, servicios de software o pivot table de Excel… hoy se denomina IA. No necesitamos esta mentalidad catastrofista cuando lo que estamos haciendo es una aumentación de la inteligencia humana. Creo que hay que destruir mitos y superar el miedo que tenemos a la IA. A corto plazo, evidentemente puede haber dislocaciones de trabajo y carencia de habilidades, por lo que se necesitará entrenar a personas; pero, por encima de todo, para mí es una historia optimista.
BOB GOODSON: Para obtener información, y tener los pies en el suelo sobre lo que pasa con IA, quisiera compartir algunas observaciones derivadas de los 70 años de historia que tiene la IA, y que pueden ayudar a darnos un poco de perspectiva.
¿Cuándo es una máquina inteligente? La realidad es que no hacemos más que incrementar el nivel de requisitos. Al final de los años 40, Alan Turing planteó siete algoritmos a través de los cuales una máquina podría vencer a una persona en ajedrez. En los años siguientes se consideraba que, si una máquina era capaz de ganar a una persona, esa máquina era inteligente. Esas ideas se mantuvieron hasta 1997, cuando Deep Blue venció a Kaspárov. Entonces se precisó que Deep Blue solo era un algoritmo que podía jugar a ajedrez muy bien, pero no era inteligente como un humano…, y seguimos elevando el nivel. Creo que este patrón, que ya dura 70 años, se seguirá manteniendo."¿Cuándo es inteligente una máquina? Durante 70 años no hemos hecho más que incrementar el nivel de requisitos, y creo que este patrón se seguirá manteniendo". Bob Goodson
Otra cosa sorprendente y paradójica es que cosas que consideramos muy difíciles, como el razonamiento superior, no son muy intensivas computacionalmente. En cambio, cosas que consideramos simples, como es percibir nuestro entorno o levantarnos y andar, son muy intensas computacionalmente. Nuestra percepción sobre la dificultad es una paradoja, hoy más evidente que nunca, a causa de los grandes avances y de los modelos lingüísticos grandes capaces de hacer cosas que parecen mágicas.
Z.L.: John Maynard Keynes, en los años 30, predecía que sus nietos trabajarían 15 horas a la semana. Parece que estamos de acuerdo en que la tecnología es buena, particularmente la IA, pero ¿qué significa para la sociedad? ¿Haremos más o menos?
S.Í.D.O.: Gen AI podrá proveernos de más tiempo para aprender, para socializar y para el ocio. Impactará muchas y diferentes actividades. Me pregunto cuántos habéis utilizado ChatGPT para cartas de recomendación. Confieso que yo lo he hecho, aunque no lo utilizaría para escribir un artículo. Similarmente se podría aplicar respecto de qué tipo de tareas uno podría delegar a un “profesor adjunto de IA”. Podría aplicarse para corregir exámenes y poner notas. Es algo que ya hacen muchas plataformas. Obviamente, con respecto a la investigación, el pensamiento o la interacción con alumnos no pueden ser delegadas a la IA. La interacción personal con los alumnos es esencial para la educación. La educación es una actividad social. "Tareas como la corrección de exámenes podrían delegarse a un “profesor adjunto de IA”; sin embargo, la interacción personal con los alumnos no puede ser delegada". Santiago Íñiguez de Onzoño
Habiendo dicho esto, hay muchas tentaciones. Imaginemos que pudiésemos aprender en cinco minutos grandes cantidades de conocimiento. ¿Cuántos pagarían por aprender el equivalente a un Máster en un rato? Muchos se lo plantearían, pero aquí lo importante es que perdemos la experiencia del aprendizaje. Perderíamos la parte más satisfactoria y agradable del proceso. Vivir es un viaje, igual que aprender. Si renunciamos a ello, perdemos muchas de las cosas que nos hacen humanos. Lo mismo es aplicable a muchas otras tareas que pueden ser realizadas por la IA, pero que yo recomendaría que no se dejasen en sus manos.
S.H.: Cuando escribo un libro, me voy a inspirando en mundos diferentes. Uno de esos mundos en los que he buscado inspiración es el de los juegos de guerra. Fui al Army War College de los Estados Unidos, donde se preparan escenarios para luchar con otros entornos del mundo. En el ámbito de la IA, donde con datos se pueden predecir escenarios y resultados, y experimentando el trabajo en este contexto del ejército, les pregunté por y para qué hacerlo si teníamos la tecnología. Su respuesta fue que, gracias a estas actividades, haciendo que personas de muchos entornos se reuniesen presencialmente, tenían una experiencia humana que les permitía descubrir lo que no sabían que desconocían.
Aunque podamos utilizar la tecnología para empujar esas fronteras en los juegos de guerra, hasta que no damos esos saltos adelante no sufrimos esos fracasos que nos permiten aprender y descubrir.
Me acuerdo de un discurso que Drew G. Faust, presidenta de Harvard, dio a los cadetes de West Point. Les dijo que mantuviesen una copia de La Ilíada bajo su almohada y que necesitamos experimentar en primera persona como seres humanos. Les dijo que, a través del polvo y el peligro, a través del extraño y desorientador futuro que podrían encontrarse en el campo de batalla, verían en La Ilíada, que ocurrió hace 2000 años, que lo que les sucedía ya había ocurrido. Es un sano tira y afloja entre lo temporal y lo atemporal y la necesidad que tenemos de ambos lados de ese espectro.
"La IA aportará más eficiencia, pero no debería coartar nuestra capacidad de centrarnos en lo importante y mantener la experiencia humana que permite descubrir lo que no sabemos que desconocemos". Scott Hartley
Una buena vida no se vive siguiendo el ejemplo de los “Jetsons”, donde con apretar un botón las cosas ocurren de forma automática. Tenemos una obsesión con la eficiencia y creo que la IA aportará más eficiencia, pero también espero que no coarte nuestra capacidad de centrarnos en las cosas importantes, esas cosas atemporales que necesitamos experimentar en primera persona, como seres humanos.
B.G.: Cuando pienso cómo la IA puede mejorar nuestra vida y cuáles son algunos de los retos del mundo actual, algo sobre lo que reflexiono mucho es cómo de globalmente conectadas están las personas hoy, y cómo nos afectará dentro de 20 años si esta tendencia se mantiene.
Cada día estamos más conectados lo que significa que, cuando hay un evento o movimiento importante, este ocurre mucho más rápidamente que en el pasado. Los gobiernos y las organizaciones educativas se ven afectadas por sorpresa. Estos bruscos cambios respecto de cómo las personas piensan y sienten aumentan las desconexiones entre el liderazgo y lo que las personas desean y les preocupa. "La IA Generativa nos está dotando de un nuevo suministro de herramientas que nos va a ayudar a entender lo que las personas sienten realmente". Bob Goodson
En el pasado, los líderes podían ver venir el cambio, que ocurría en siglos, décadas o años. Hoy el cambio en las necesidades de las personas es tan rápido… En el ámbito donde trabajo, la clave está en cómo puedes abrazar toda la información disponible respecto de lo que le preocupa a las personas. A pesar de que tenemos el mayor suministro de la historia al respecto, resulta difícil dar sentido. La IA Generativa nos está dotando de un nuevo suministro de herramientas que nos va a ayudar a entender lo que las personas sienten realmente. Conforme vaya creciendo la tecnología, podemos extraer más información que nos ayude a llenar ese vacío existente, algo que creo será muy importante para los líderes.
"Gobiernos y organizaciones educativas se ven afectadas por sorpresa de unos cambios cada vez más bruscos, y esto aumenta las desconexiones entre el liderazgo y lo que las personas desean y les preocupa". Bob Goodson
Z.L: ¿Qué nos recomendarían para ser capaces de hacer frente a la realidad que enfrentan sus diferentes esferas de trabajo?
B.G.: Pensando en el impacto en la vida de las personas, me gustaría compartir los resultados de una solución de IA que llevamos desplegando ya durante 10 años en 500 orga-nizaciones. Hemos podido observar las diferentes formas de reaccionar de las personas, una vez que esta capacidad se ha introducido en su organización. Se trata de una tecnología que da capacidad de decisión y podemos analizar cómo se adaptan los equipos y cómo afecta a sus vidas.
Al comenzar el despliegue, pensábamos que era posible que los equipos redujeran su tamaño, ya que podríamos detraer de su responsabilidad muchos aspectos que son parte del proceso de toma de decisiones. Podríamos hacer los procesos más rápidos y suaves, así que la conclusión de que los equipos podrían empequeñecerse era una posibilidad. Sin embargo, lo que hemos observado en cientos de casos es que los equipos no se empequeñecen sino al contrario, crecen. El uso individual de nuestros sistemas está afectando, respecto de sus trabajos, a que esas tareas que les llevaba mucho tiempo realizar –y que eran aburridas– estén automatizándose, permitiéndoles dedicar más tiempo a los aspectos más creativos y que representan un mayor reto en sus roles. Pasan más tiempo en lo que prefieren y que además crea más valor, y menos en lo rutinario y burocrático. Con el mismo coste de personal, más resultados y más productividad.
S.H.: Uno los aspectos más contraintuitivos de la IA y el progreso tecnológico es todo lo que gira alrededor de las humanidades o de las STEM. ¿Cuál de las dos es más relevante? ¿Cuál es el billete para el futuro? ¿Cuál es la correcta? Si damos un paso atrás, este es otro debate que viene de 1959, cuando C.P. Snow pronunció la conferencia denominada “The Two Cultures”, en la que cuestionaba si eran las ciencias o las humanidades y cómo poner juntas estos dos lados de la moneda.
"ChatGPT es como un juego de ping-pong, donde un oponente te puede devolver preguntas. Quizás no sea el más inteligente, pero te provee de una lente, un espejo que te permite estructurar tus propios pensamientos". Scott Hartley
Estoy totalmente de acuerdo con que la tecnología obvia algunas de las tareas más rutinarias e, irónicamente, algunas de esas tareas son las de hacer código. En este entorno, es necesario que las personas mejoren sus capacidades en temas humanos, evitando los prejuicios. Cathy O’Neil escribió un libro que me encanta: Weapons of Math Destruction (Armas de destrucción matemática). Habla de cómo big data está lleno de preguntas fundamentalmente morales y éti-cas. Creemos que el big data con más información nos lleva a tener más conocimiento y sabiduría, pero eso solo ocurre si estamos haciendo las preguntas adecuadas. Hoy hay muchas metáforas sobre qué es ChatGPT. Para mí es como un juego de ping-pong, donde tienes un oponente que te puede devolver preguntas. Quizás no sea el más inteligente oponente, pero te provee de una lente, un espejo que te permite estructurar tus propios pensamientos. Lo importante es cómo usar estas herramientas para tener una vida mejor como personas.
S.Í.D.O.: ¿Qué es lo que nos hace humanos frente a la Gen AI, y la tecnología en general? Recuerdo un artículo escrito en The Atlantic por Drew Gilpin, presidenta de Harvard. Dando clase en uno de sus cursos de historia, se dio cuenta de que muchos de sus alumnos no sabían leer cursiva, escritos hechos a mano. Si estaban estudiando historia, ¿cómo es que no tenían esa habilidad? Hoy la mayoría de nosotros tendría dificultades para leer manuscritos medievales y páginas escritas mano. De hecho, muchos jóvenes no son capaces de leer una novela. Están cambiando sus hábitos.
Diría que lo que nos hace más humanos es la reflexión, el pensamiento, la filosofía, los valores y principios que aplicamos a las situaciones. Suelo decir que el management es filosofía en acción. Tras cada decisión importante en la gestión, hay una visión del mundo y una percepción sobre cómo una compañía debería ser gestionada. La reflexión sigue siendo una de esas virtudes que pertenece a la educación clásica, y que deberíamos seguir manteniendo en la educación actual. La combinación de las STEM, que te permitirán ser gran profesional, junto con las humanidades, que te preparan para ser un ciudadano global, es necesaria; ambas son necesarias.
Z.L.: ¿Qué consejo darían para aproximarnos a la IA y las nuevas aplicaciones que de ella se derivan?
S.H.: En los mercados desarrollados, hablamos mucho de tecnologías disruptivas. Se busca generar disrupciones a través de la tecnología. En los mercados emergentes, frecuentemente la tecnología es la función organizativa; es lo que nos hace capaces de extraer una señal de entre el ruido y nos ayuda a encontrar el camino entre el caos. La IA es una tecnología organizativa que nos permite la optimización de aspectos rutinarios. Es como una vertical aislada organizada en un sector específico y busca esas tareas repetitivas y mundanas para ayudarnos a realizarlas.
Una cosa táctica que la gente podría hacer, y que yo hago, es usar ChatGPT para estructurar mi forma de pensar. Le formulo preguntas y dentro de las respuestas suelen aparecer algunas nuevas sobre las que no había reflexionado.
Si pensamos que estas herramientas no reemplazan nuestro cerebro, pero sí aportan nuevos andamiajes con aproximaciones diferentes a las nuestras frente a problemas, pueden ayudarnos a evitar zonas ciegas.
B.G.: Quisiera compartir una idea sobre cómo pensamos frente a los riesgos y las crisis. Cuando me preguntan sobre estos temas, respondo lo importante que es diferenciar entre lo que es posible con lo que ya existe y frente a una tecnología que podría existir en el futuro. "Gobiernos y organizaciones educativas se ven afectadas por sorpresa de unos cambios cada vez más bruscos, y esto aumenta las desconexiones entre el liderazgo y lo que las personas desean y les preocupa". Bob Goodson
La forma típica en la que las tecnologías entran en nuestro mundo es a través de un avance tecnológico, que luego pasará a ser corporativo en forma de aplicación, y luego esas aplicaciones crecen y se transforman en algo popular. Este proceso es largo, diez años o más. Hoy ya existe mucha tecnología nueva, y creo que sería más fructífero averiguar qué implicaciones podría tener esta. El 99% de nuestro esfuerzo debería dedicarse a esto.
La otra perspectiva es preguntarnos qué tecnología podría existir alrededor de la IA, por ejemplo, y cómo nos preparamos ante ella. Hay algunos expertos en el mundo capaces de trabajar en esto, y son muy pocos. También hay algunos líderes de gobiernos capaces de afrontar este tema, aunque también muy pocos.
El resto de nosotros deberíamos dedicar nuestros esfuerzos, ya sea en la empresa buscando oportunidades, ya sea en la educación o en los gobiernos, a aquello que es inevitable ahora que ya existe una cierta tecnología. Es un problema mucho más sencillo sobre el que trabajar que el de intentar predecir qué tecnología va a existir y qué deberíamos hacer al respecto. Predecir es muy difícil y, como nos demuestra la historia de la ciencia, nunca sabemos cuándo se van a producir grandes avances ni cómo se van a desarrollar.
S.Í.D.O.: Mi recomendación sería que es importante diversificar las fuentes a través de las cuales accedemos al conocimiento. Diversificar es fundamental, porque la innovación suele localizarse en los puntos de encuentro entre diferentes disciplinas. La IA tiende a generar un pensamiento único, con un flujo unificado.
Santiago Íñiguez de Onzoño, presidente de IE University; Scott Hartley, cofundador y socio director de Everywhere ventures, y Bob Goodson, cofundador y presidente de Quid, moderados por Zhike Lei, profesora de Liderazgo y Comportamiento Organizacional en IMD Business School, en el 15th Global Peter Drucker Forum.
Entrevista publicada en Executive Excellence n188, diciembre 2023.