Vicente del Bosque, el líder amable
Vicente del Bosque comparte conversación con Leonor Gallardo, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y directora del Máster de Gestión del Deporte de la Real Federación Española de Fútbol. En julio de 2008, Del Bosque es nombrado seleccionador nacional de fútbol, en sustitución de Luis Aragonés. Su primer desafío: “Ganarme la confianza de un equipo campeón”.
Declarado “profano en los temas empresariales”, Leonor Gallardo conversa con el entrenador acerca de las transferencias del mundo del fútbol a la empresa y nos acerca sus impresiones sobre el talento de ‘La Roja’, su liderazgo y las complejidades de un deporte donde “de repente tienes 25 chavales; de esos 25, hay 14 que no juegan; unos vienen de la cantera, otros son fichajes; ninguno cobra lo mismo…”. Todo un reto en gestión de la diversidad.
LEONOR GALLARDO: A su juicio, ¿cuáles son las claves del talento de ‘La Roja’?
VICENTE DEL BOSQUE: Fundamentalmente, una buena dinámica de grupo y una excelente relación entre los jugadores, a lo que se suma su gran capacidad técnica y física.
L.G.: ¿Cuál fue la mayor dificultad a la que tuvo que hacer frente cuando asumió el cargo de seleccionador nacional de un equipo ganador?
V.B.: Los jugadores habían tenido un seleccionador al cual apreciaban mucho, de modo que tratar de ganarme su confianza era lo primero. Tenía que lograr que no me vieran como un intruso, sino como un colaborador que venía a implicarse en nuevos retos. Por otro lado, el hecho de llegar a un equipo ganador produce una sensación de inmovilidad, es decir, como toda va bien, parece que no hay que cambiar nada. Y ésa fue justamente la mayor dificultad: ganarme su confianza y empezar a aportar.El líder debe ser colaborador y facilitador de la labor de todo el grupo
L.G.: ¿Cómo ha logrado incorporar con éxito los nuevos jugadores a un esquema de juego ya consolidado?
V.B.: Todo deporte debe ir evolucionando y “metiendo sangre nueva” sin grandes traumas, para no quedarse en ese pensamiento inmovilista del que hablaba, que no es bueno.
L.G.: ¿De qué se siente más satisfecho con las nuevas incorporaciones?
V.B.: En mi opinión, hemos ido cumpliendo los objetivos trazados, en algunos casos de forma brillante, como ha sido la clasificación para el mundial; y sin perder la identidad del equipo en el pasado, que nos ha servido como hilo conductor.
L.G.: ¿Cómo definiría su propio estilo de liderazgo como seleccionador nacional?
V.B.: Si tuviera que buscar una palabra, creo que sería la de líder amable. No creo en el liderazgo agresivo y estoy convencido de que se conduce mejor un grupo a través de las buenas formas que de la agresividad.
L.G.: ¿Cómo ha evolucionado su liderazgo en estos últimos años?
V.B.: Yo diría que, sobre todo, en la capacidad de adaptación a nuevas situaciones, como ha sido ésta. Yo venía de un día a día intenso –en un club es imposible aburrirse-, y aquí todo es más espaciado en el tiempo. Creo que hemos realizado progresos y mejorado la calidad del entrenamiento y las relaciones. En general, el liderazgo creo que es más fácil en una selección que en un club.
L.G.: ¿Qué le pide a los capitanes de ‘La Roja’?
V.B.: Un entrenador debe ser un líder, pero también tiene que rodearse de líderes positivos que tengan la capacidad de influir en sus compañeros y tener una buena relación con ellos. Hay varios perfiles pero, en el caso de la selección, ese líder de la capitanía debe ser colaborador y facilitador de la labor de todo el grupo.
L.G.: Qué hace para generar en el equipo un clima de satisfacción, rendimiento y desarrollo?
V.B.: Lo fundamental es no caer en la rutina, conseguir que tanto la calidad y contenidos del entrenamiento como las propias concentraciones, que muchas veces son más largas de lo deseado por los futbolistas, sean agradables. Hay que buscar nuevos alicientes, objetivos y unirlos a través de la organización del juego y el talento de los jugadores.
L.G.: Qué cree que aporta ‘La Roja’ a la sociedad española en este momento?
V.B.: Se ha producido una inercia positiva en torno a la selección que viene motivada por una situación nueva. Años atrás, el deporte español tenía talentos a nivel individual, pero no tanto a nivel grupal, muy pocas selecciones brillaban. Yo creo que la selección española de fútbol ha dado un buen ejemplo colectivamente y encarna lo que es la sociedad española en todos lo sentidos.
L.G..: ¿Qué papel debe jugar el seleccionador respecto al presidente de la Federación, Ángel María Villar ? ¿Cómo se reparten los roles?
V.B.: Tenemos una ventaja entre los dos: fuimos compañeros en la selección en una época determinada y prácticamente cada uno tenemos nuestro espacio. Él es la máxima autoridad en la Federación, pero no es ajeno a los temas deportivos, puesto que los conoce. Hablamos mucho de fútbol, pero nunca se ha inmiscuido en nada. El respeto es mutuo.
L.G.: ¿Qué espera de ‘La Roja’ en el mundial de Sudáfrica?
V.B.: Hay una corriente muy positiva sobre este tema. Sabemos que tenemos delante un reto magnífico y toda la gente está entusiasmada con la posibilidad de ganar, pero también debemos de ser cautos y conscientes de que es una competición muy difícil, donde España no ha ganado nunca, aunque intentaremos cumplir los objetivos.
L.G.: ¿Qué opinión le merece el estilo de liderazgo de entrenadores como Guardiola, Pellegrini, Unai y Manolo Jiménez?
V.B.: Yo creo que no hay dos líderes iguales. Cada uno, dentro de su carácter, personalidad, formación y experiencia es diferente. Si en el trabajo técnico podemos mirar atrás y reflejarnos en la labor de algún entrenador anterior, el liderazgo es una cosa muy de cada uno y tiene relación directa con la personalidad.