Embajador de Corea en España, Oh Dae-sung
MERCADOS / INVERSIÓN / LIDERAZGO / NEGOCIOS
Históricamente, Corea ha pasado por muchas dinastías y sus fronteras han cambiado a lo largo de los siglos. Durante más de 1.200 años, desde el 668 hasta 1910, el país mantiene su soberanía a pesar de las invasiones a gran escala, sobre todo por los mongoles y los japoneses en los siglos XIII y XVI, respectivamente.
Desde 1910 hasta 1945, el país fue colonizado por el Imperio japonés. Tras la II Guerra Mundial, las Fuerzas Aliadas se dividieron en Norte y Sur. En 1950, Corea del Norte invadió Corea del Sur, desatando una guerra de tres años.
De las cenizas de la guerra, el pueblo de Corea del Sur construyó rápidamente su economía, pasando a establecer una democracia con libertad de prensa, de expresión y religión. En 1990, Corea se unió a la OCDE y en 2010 acogió con éxito la Cumbre del G20. En apenas 50 años, el país ha pasado de ser una nación agrícola a una economía digital.
Durante el vertiginoso desarrollo de la década de los 70 y 80, el país se convirtió en uno de los “cuatro dragones asiáticos”, junto con Taiwán, Hong Kong y Singapur. Corea ha sufrido graves crisis económicas en 1997 y en 2008, pero a través de la determinación del Gobierno y del pueblo ha sido capaz de recuperar el impulso económico.
Actualmente, la República está clasificada entre los 15 primeros países en términos de PIB y se espera un progreso económico aún mayor en los próximos años. Sobre este futuro, hablamos con el Excelentísimo Embajador de Corea en España, Oh Dae-sung, quien ostenta el cargo desde marzo de 2011.
Con gran conocimiento del entorno latinoamericano, gracias a sus diversas responsabilidades diplomáticas en países como Argentina, Brasil, Venezuela, Chile o la República de El Salvador, donde también fue Embajador durante tres años (de 2007 a 2010), Oh Dae-sung es licenciado en Ciencias Políticas y Diplomacia por la Universidad de Corea (donde también ha ejercido como profesor), Máster en Ciencias Políticas por la Graduate School of Seoul National University y, desde 2009, Doctor en Políticas por la Universidad Complutense de Madrid.
FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: El director del Departamento de Análisis e Indicadores Globales del Banco Mundial, Augusto López Claros, nos explicaba que el estudio “Doing Business 2011” incluyó un case study dedicado a Corea, país que ha conseguido pasar de la 15ª posición del ranking a la 8ª. ¿Por qué se ha producido este salto? ¿Qué hay detrás de este “milagro” del crecimiento coreano?
EMBAJADOR: No ha sido algo repentino, sino que responde a varios factores de entre los cuales destacaría cinco. En primer lugar, el liderazgo político del presidente Park. Al inicio de la década de los 60, el PIB per cápita en Corea del Sur era de 87 dólares, éramos uno de los países más pobres del mundo, más incluso que el país africano de Ghana. Por eso Park, un líder autoritario pero no corrupto, accedió al poder y se marcó el objetivo de promover el desarrollo económico y social.
Durante los 18 años de su mandato, Corea –que entonces solo era un país agrícola– pudo realizar el despegue económico. Con el firme propósito de cambiar la zona rural, el presidente Park comenzó y promovió el movimiento de nueva comunidad, para motivar a los campesinos a trabajar y modernizarse: poniendo pavimento en sus zonas rurales, cambiando los techos de paja de sus casas, motivando a los trabajadores de las fábricas a esforzarse mucho más para exportar pescado, arroz, pelucas… En la década de los 70 comenzó la exportación de vestidos y zapatos; en los 80, la de coches; y en los 90, la de barcos, productos semiconductores y electrónicos, entre otros.
Para el presidente, los empresarios eran una prioridad. Por eso una vez al mes les convocaba a una reunión en su oficina presidencial, en la que les animaba, chequeaba, reprendía, etc. De modo que los empresarios trabajaron con el apoyo del Gobierno.
F.F.S.: ¿Hasta qué punto la plena alineación de la sociedad (campesinos, empresarios, Gobierno...) con un objetivo común fue determinante para el desarrollo económico?
EMBAJADOR: Ese es justamente el segundo factor: la cohesión y solidaridad de los ciudadanos coreanos. Cuando vino la primera crisis financiera de Asia, en diciembre de 1997, nuestro Gobierno únicamente tenía 3.000 millones de dólares como reserva internacional, es decir, estaba en una situación muy crítica y no podía pagar la deuda a corto plazo. Nuestro país tuvo que ser rescatado por el FMI, que prestó 21.000 millones de dólares.
Nuestros ciudadanos iniciaron entonces la recolección de anillos de oro y todo tipo de accesorios de valor que donaron al Gobierno, o los vendieron muy baratos, para salvar la patria. Se consiguieron más de 2.100 millones de dólares con la participación de 3,5 millones de ciudadanos. Nuestro Gobierno pudo salir de la crisis en dos años. No existe este tipo de antecedente en el mundo.
En 2008, la segunda crisis económica del mundo provocó la caída de nuestro crecimiento, llegando a un -0,3% aproximadamente. Un año después, gracias al liderazgo del Gobierno, se logró un pacto social entre los empresarios y los trabajadores, con el apoyo de los líderes sociales y religiosos. Ningún trabajador fue despedido y los propietarios y empresarios de grandes empresas redujeron su salario para compartir el sufrimiento conjunto. Por eso en 2009 se registró un crecimiento del 0,2% y, al año siguiente, en 2010, se logró el 6,2%, superando la crisis. El año pasado descendió al 3,9% y está previsto que en 2012 sea del 3,5%, debido a los efectos de la crisis mundial.
F.F.S.: ¿Cómo se consiguió un pacto social con un compromiso tan significativo por parte de los grandes empresarios?
EMBAJADOR: El liderazgo empresarial y el espíritu de sacrificio de los empresarios coreanos es otro de los rasgos que explica el crecimiento de nuestro país.
Ellos no tenían nada entonces, comenzaron sus negocios con las manos vacías y sin medios, como fue el caso de empresas como Hyundai, Hanjin (Korean Air), que hoy son grandes grupos. El mercado coreano era muy pequeño, así que se vieron obligados a salir, especialmente a Medio Oriente, al desierto, donde construyeron y ganaron dinero que iban enviando al país.
Un episodio interesante fue el vivido por el autoritario y patriota presidente Park, quien llamó al Sr. Chung, fundador del grupo Hyundai (ya fallecido), para encargarle la construcción de un astillero. Este le explicó que no tenía ninguna experiencia ni conocimiento sobre el tema, pero el presidente le reprendió y le ordenó hacerlo. Así que no tuvo más remedio que buscar un préstamo financiero. Se fue a Londres para hablar con el presidente de Barclays, que no entendía por qué debía prestar dinero a un empresario de un país tan atrasado, como era Corea del Sur. El Sr. Chung le mostró entonces un billete coreano (equivalente a menos de un dólar) con el dibujo del almirante Lee, nuestro antepasado. Cuando en el siglo XVI, durante siete años, los japoneses invadieron la Península Coreana con multitud de flotillas, el almirante Lee inventó y construyó el primer barco acorazado del mundo. Con 12 acorazados derrotó a más de 300 flotillas japonesas durante 14 batallas, hasta que finalmente aquellos se retiraron. El Sr. Chung le explicó al banquero que los coreanos somos descendientes del gran Lee, ¡y podemos construir astilleros! El presidente de Barclays se quedó tan impresionado que, finalmente, le prestó el dinero. Como un visionario, el Sr. Chung le mostró una foto de la costa vacía en la que se construiría el astillero.
Después de conseguir el préstamo financiero, hizo el mayor astillero del mundo, ayudado también por otros apoyos, como el de Onassis de Grecia que le ordenó algunos barcos… Y así comenzó. Esta industria coreana impactó negativamente a España, que era el líder mundial de astilleros. Hoy en día, la construcción naval de Corea es la número uno del mundo, gracias a empresas como Hyundai Heavy Industries, Samsung Heavy Industries, Daewoo Shipbuilding y STX, que ocupan el 67% del mercado mundial; seguidas por China. Sin embargo, gracias a la alta tecnología, Corea es capaz de fabricar buques de perforación, metaneros, cruceros, contenedores de mercancías, etc.
Además Corea es el quinto país productor de coches, con 4,6 millones de coches. Algunas marcas destacadas son: Hyundai y Kia Motor, que pertenecen al mismo grupo de Hyundai; SsangYong; Renault-Samsung (una joint venture) y Chevrolet. En siderurgia ocupamos el sexto lugar del mundo, después de China, EE.UU., Japón, India y Rusia; aunque Corea cuenta con Posco, la tercera mayor empresa del mundo, después de ArcelorMittal de India y Baosteel de China; además del quinto puesto en industria química, en producción de etileno y sobre todo en información y tecnología, como los semiconductores, donde Corea es el número uno gracias al liderazgo de Samsung Electronic y al cuarto lugar de LG Electronics.
Otro punto fuerte es el de la construcción. El Burj Khalifa de Dubai, el edificio más alto del mundo (163 pisos), fue construido por Samsung Construcción; o el hotel Marina Bay en Singapore, por la coreana SsangYong Engineering & Construcción..., y muchos más ejemplos.
F.F.S.: Los coreanos reconocen el valor competitivo de la formación, por eso la inversión de su país en educación es de las más elevadas del mundo. ¿Cómo ha contribuido esta concepción de la educación al fortalecimiento de Corea?
EMBAJADOR: Como cuarto factor, destacaría la pasión y el fervor de nuestro pueblo por la educación. Corea no tiene recursos naturales. Somos el quinto importador de petróleo del mundo, más del 30% de nuestra electricidad proviene de las energías nucleares y exportamos construcción de reactores a todas partes. Sin embargo, más del 99% del pueblo está alfabetizado y el 80% de los estudiantes de Bachillerato entra en la Universidad. Algo que nos está causando ciertos problemas, pues los graduados no quieren ser mano de obra directa y tenemos que importar trabajadores extranjeros de Asia.
También es significativo el número de estudiantes coreanos en EE.UU. En primer lugar están los chinos, con 120.000; seguidos por 100.000 indios y, en tercer lugar, por 72.000 coreanos; aunque proporcionalmente somos el número uno, pues India y China cuentan con 1.300 millones de habitantes, mientras que nosotros somos solo 50 millones.
Esto quiere decir que en Corea del Sur mucha gente habla inglés, y eso es un signo de competitividad. Asimismo, hasta el 50% de las clases de la Universidad se enseña en inglés. Además, los estudiantes coreanos son el mayor grupo en China y destaca nuestro puesto en el informe PISA, siempre dentro de los cinco primeros lugares, siendo normalmente primeros o segundos en matemáticas.
Todo esto sucede porque nuestros padres, hasta hoy en día, invierten mucho en la educación, sacrificándose. Gran parte del salario de los padres se destina a la educación de los hijos, a los que envían a EE.UU. y a Australia para que puedan aprender inglés. Son muchos los padres que se quedan trabajando solos en Corea, mientras que sus hijos y su esposa están en el extranjero.
También durante el mandato del presidente Park, en una época muy difícil, nuestros padres se sacrificaron para enseñar a sus niños, vendiendo sus pertenencias (vacas, campos, etc.) para enviarlos a la Universidad. Por eso, el Gobierno respondió a estas pasiones de los padres e invirtió mucho en el sector de la educación.
Por ejemplo, hoy el salario de los profesores de las escuelas es elevado, de ahí que los jóvenes excelentes quieran convertirse en profesores. Después de la jubilación (ahora con 63 años), los profesores reciben pensiones bastante altas, por eso es una profesión muy popular.
F.F.S.: ¿Cuál es el quinto factor que explica el crecimiento coreano?
EMBAJADOR: La competitividad. Corea es el cuarto país del mundo en número de patentes. En 2008, por ejemplo, Samsung Electronics tenía 5.000 investigadores con título de Doctor para desarrollar nuevas tecnologías. Además, la inversión en investigación y desarrollo es muy alta, la quinta del mundo, después de EE.UU., China, Japón y Alemania. Estoy hablando en cifras absolutas por tamaño de inversión, con lo cual, si atendiésemos a la inversión per cápita, subiríamos de puesto.
Para los coreanos, es muy importante mantener un desarrollo sostenible con nuevas tecnologías para el futuro.
F.F.S.: Son muy pocos los embajadores que tengan un conocimiento de la cultura hispana tan profundo como el suyo, que ha vivido mucho tiempo en Latinoamérica y es el único con un Doctorado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. ¿Qué posibilidades de colaboración y sinergias existen para que España y Corea puedan ir juntas a otros entornos, como el latinoamericano? ¿Se puede generar más trabajo en este sentido?
EMBAJADOR: No estamos haciendo nada. Hace un año que llegué aquí y me di cuenta de que España no ha estado interesada en Asia. Es cierto que, desde hace unos años, sus empresas han comenzado negocios y comercio con China e India, pero poco más.
Por eso me sorprendí al ver la estadística de comercio bilateral. Hasta 2007, se alcanzaron 5.000 millones de dólares en comercio bilateral, pero el año pasado la cifra del comercio bilateral cayó 2.800 millones de dólares. Corea exporta 1.900 millones de dólares, frente a los 900 millones de dólares de España. Nosotros exportamos móviles, coches, barcos, productos electrónicos…, y ustedes venden hierros, aluminios, medicamentos, químicos, comida (carne, jamón ibérico, vino, etc.), pero muy poco, menos de mil millones. Por eso estoy recomendando a los empresarios españoles que aprovechen el acuerdo de Libre Comercio firmado entre la Unión Europea y Corea del Sur el pasado mes de julio. Estoy visitando cada provincia para explicar las oportunidades de la economía coreana a los empresarios y a las Cámaras de Comercio, y me estoy dando cuenta de que desconocían la existencia de este Tratado.
Creo que los españoles tienen que fortalecer el comercio y la cooperación económica con Corea del Sur, porque nuestra economía es la más abierta de Asia. Somos el único país asiático que ha firmado el TLC (Tratado de Libre Comercio) tanto con la UE como con EE.UU., y también con ASEAN e India. Ustedes pueden utilizar el mercado coreano como una plataforma estratégica para fortalecer la cooperación económica con este continente. En este momento, China ha propuesto un TLC con Corea del Sur, por eso recientemente los dos líderes han anunciado el comienzo de la negociación. Japón no quiere quedarse atrás, pero desconozco cuándo comenzará la negociación.
F.F.S.: Actualmente, podríamos decir que el eje estratégico China-Corea es el centro neurálgico del entorno comercial asiático, pues China es el primer partner comercial de Corea, ¿verdad?
EMBAJADOR: Así es. En 1991 se estableció una relación diplomática, pero hoy en día China es el primer país del comercio bilateral con Corea. En el año pasado, hubo 220.000 millones de dólares de comercio bilateral, con un superávit de más de 50.000 millones de dólares para Corea. Este año está previsto sobrepasar los 250.000 millones de dólares. Además, el intercambio de personas asciende ya a más de 6 millones.
Me gustaría subrayar que, aunque por idioma y por costumbre, Corea y España están alejados, ustedes tienen que ir a Asia, sobre todo a Corea, como pioneros y motivados por un espíritu desafiante. Estoy enfatizando la importancia de formar una asociación estratégica con Corea del Sur, porque la compra-venta no es suficiente. Es necesario establecer una asociación estratégica para trabajar conjuntamente en el tercer mercado del mundo, en América Latina, en Asia, en Medio Oriente; que no vean a las empresas coreanas como rivales y competidoras sino como aliadas, porque política y diplomáticamente ambos países cooperamos muy bien. Además, el nivel económico es similar, compartimos los mismos valores de libertad y democracia, tenemos la misma experiencia histórica de democratización, el logro económico en un corto período de tiempo, ambos somos países peninsulares, nuestra población es más o menos igual (47 millones nosotros, casi 50 en España), también aficionados a los deportes…
F.F.S.: Hablando de ese eje chino-coreano, ¿es posible una “reunificación a la alemana” de las dos Coreas en un futuro no muy lejano?
EMBAJADOR: Nadie puede pronosticarlo. Teniendo en cuenta las situaciones actuales y algunas señales políticas y económicas que hoy muestra Corea del Norte, parece que es cierto que el día de la reunificación de la Península Coreana está acercándose.
La realidad es que nuestro PIB per cápita nominal en 2011 fue de 24.000 dólares y la PPA (paridad del poder adquisitivo) en Corea del Sur es de más de 31.000 dólares, mientras que en el Norte el PIB per cápita nominal fue de ¡750 dólares! No se puede comparar. Muchos norcoreanos siguen escapándose a China a causa del hambre, para venir a Corea del Sur; esa es la situación.
No hay duda de que la libertad, la justicia, la democracia y el respeto de los derechos humanos triunfarán, pero la dictadura comunista como una secta religiosa, la idolatría, la violación de los derechos humanos y la falsedad caerán. Esa es la enseñanza de la historia. Por eso creo que es cuestión de tiempo y que este está de nuestro lado. Queremos un aterrizaje suave, que Corea del Norte abra la puerta política y económica para intercambiar con los países, que actúe como un miembro responsable de la sociedad internacional. Ese es nuestro deseo.
Entrevista publicada en Executive Excellence nº93 jun12