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Las empresas españolas aprenden idiomas

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

Hace no demasiados años, muchos españoles salían rumbo al extranjero para ganarse mejor la vida y aprovechar oportunidades que aquí no existían. Esta tendencia está de plena actualidad no sólo para numerosos jóvenes con una destacable formación, sino también para un importante número de empresas españolas.

Muchas de ellas están tomando la senda de la internacionalización para aprovechar nuevas oportunidades y hacer frente a una crisis económica que de otra manera sería difícil superar. 

Aunque no son ni mucho menos las únicas, las compañías del Ibex 35 se han abierto con convencimiento al exterior, coincidiendo con la corriente global de deslocalización de la producción y de los servicios que domina el panorama empresarial internacional. A día de hoy, cerca del 60% de la facturación de estas compañías procede de fuera del mercado español. De hecho, las empresas del Ibex facturaron cerca de 113.000 millones de euros en el extranjero hasta junio de este año, un 57,3% del total. Un buen ejemplo es el de FCC, presente en 54 países, que obtiene más del 44% de su facturación en los mercados internacionales, especialmente Europa y Estados Unidos.

Un reciente estudio de Expansión, elaborado a partir de datos de la CNMV, revela que de las 30 sociedades españolas analizadas, 19 han elevado el peso de sus ventas internacionales (un 63% de las compañías) y 14 (casi la mitad) han obtenido más del 50% de su facturación en el exterior, debido a la apuesta, desde hace años, por Latinoamérica y a la creciente presencia en Europa, EE.UU. y Asia. Sin duda, es el momento de reaccionar y buscar el negocio donde lo haya, sin tener que preocuparse por las típicas trabas de operar en una red global de sedes. Mientras las economías española y europea siguen estancadas por una difícil coyuntura económica, otros mercados emergentes han tomado el relevo como motores del crecimiento, y las multinacionales están aprovechando esta diversificación del negocio. 

Más allá de los mercados bursátiles, no obstante, existen numerosas empresas de tamaño medio que tienen una gran presencia fuera de las fronteras españolas. En 2010, y según los datos aportados a la CNMV, se contabilizaban 42 empresas con al menos un 40% de la cifra de negocio generada fuera de España.

Sin embargo, pese a este nivel histórico de internacionalización, los procesos y tecnologías que soportan esta expansión no siempre alcanzan el grado de madurez de sus equivalentes domésticos. Como consecuencia, según alertaba ya en octubre de 2009 una investigación de Stanford Research (“How Enterprises and Trading Partners Gain from Global Trade Management”), existen significativas ineficiencias en la cadena de suministro global. Es necesario, por tanto, echar un vistazo a las necesidades que las compañías españolas deben abordar para que sus procesos de internacionalización sean eficientes y resulten verdaderamente rentables.

Retos tecnológicos para las compañías que se internacionalizan

Cuando una empresa comienza un proceso de expansión internacional, existen dos requisitos fundamentales sobre su infraestructura tecnológica: que sea flexible y que acelere la llegada al mercado de sus productos y servicios. Por eso, frente a los modelos tradicionales de expansión, basados en una inversión de recursos intensiva, hoy se buscan nuevas fórmulas que aligeren esta fuerte carga económica. Es necesario lograr el equilibrio entre robustez y eficiencia, y sobre todo, con la flexibilidad suficiente para que la empresa pueda dar marcha atrás en sus planes, en caso de que no obtenga el éxito esperado, con los mínimos costes posibles.

Conseguir la eficiencia tecnológica en las operaciones globales pasa en primer lugar por la alineación de la estrategia corporativa con los recursos TIC (las tecnologías de la información y las comunicaciones). A este reto -no siempre fácil de resolver- se une la correcta gestión del riesgo, el control y optimización de costes y el gobierno de las TIC en un entorno tremendamente complejo. Por ello, en lugar de disponer de una estructura completa de TIC replicada en cada país, para muchas empresas resulta más eficaz desplegar una buena estrategia de externalización con una infraestructura común estándar, gestionada y controlada a escala global por un proveedor experto. La consolidación global de infraestructuras facilita el control de los procesos, reduce la complejidad, mejora el servicio y puede producir grandes ahorros que llegan hasta un 20% en algunos casos.

Los proveedores TIC tienen que ofrecer hoy capacidades globales para clientes internacionales, pero aprovechando las relaciones y sinergias con los actores locales. A través de los nuevos modelos de suministro, como por ejemplo el cloud computing, las empresas pueden acceder a servicios de alta calidad, desde infraestructura de datos a redes de comunicaciones avanzadas, en todo el mundo y gestionarlos con una gran  flexibilidad y eficiencia. El cloud computing ha abierto nuevas y revolucionarias posibilidades para las empresas, ya que acceden a la tecnología más avanzada sin tener que realizar fuertes inversiones iniciales ni ocuparse de su actualización y mantenimiento. Esto significa, por ejemplo, que miles de empleados accedan de forma remota al call center de la empresa para cumplir con sus tareas diarias, disfrutando siempre de un servicio de alta calidad y seguridad.

Las grandes empresas con presencia multinacional necesitan acelerar la integración de sus aplicaciones de comunicación con el puesto de trabajo y realizar una transición ordenada hacia las comunicaciones unificadas. Los casos reales de empresas multinacionales son los que mejor muestran los beneficios de esta estrategia global. Tomemos, por ejemplo, la experiencia de uno de los líderes mundiales en viajes online, con más de 1.000 agentes concurrentes entre la región EMEA y Asia Pacífico. Esta empresa ha sido capaz de consolidar y virtualizar sus centros de contacto, con servicios en la “nube” que han mejorado la eficiencia y la optimización global de recursos. La compañía disfruta ahora de una mayor flexibilidad, visibilidad y control, manteniendo la agilidad que demandan hoy los clientes de la industria de viajes.

En otro sector de fuerte empuje internacional como es el logístico, una de las principales compañías de este sector ha transformado su plataforma de comunicaciones en apoyo al proyecto de consolidación del negocio en la región Asia Pacífico, donde ha llevado a cabo una expansión muy agresiva en los últimos años, con la compra de un gran número de empresas. Los servicios gestionados que ha contratado incluyen componentes como la seguridad de red, los servicios de conferencia o la movilidad de personal.

Por último, las entidades financieras con miles de empleados y sedes requieren una plataforma de colaboración global que les permita acelerar el negocio a la par que aumentar la eficiencia y reducir costes. Como resultado de la incorporación de un servicio global, un gran banco europeo ha logrado una reducción de sus costes de telefonía de hasta un 25% en la región EMEA.

Mientras las economías española y europea luchan por superar la crisis, la aventura internacional de muchas empresas españolas será una oportunidad para su crecimiento a largo plazo. Lejos de convertirse en un gasto más para el negocio que dispare los costes sin obtener nada a cambio, la tecnología puede ser el aliado perfecto para alcanzar la eficiencia a lo largo de toda la cadena de suministro global. En este sentido, es fundamental valorar y escoger al socio tecnológico capaz de acompañar estos procesos de internacionalización, un compañero de viaje que debe ofrecer las soluciones y la capacidad de expansión requeridos en cada caso específico pero escalables a cualquier lugar en el que se desee operar.  

Los mercados cerrados y las estrategias a corto plazo ya no son válidos en un mundo interconectado y globalizado en el que se exige ser diferente, proponer algo diferente y hacerlo también de una forma diferente. Las empresas españolas están ya inmersas en esta corriente de innovación colectiva que abarca todo el planeta. Plenamente abiertas al exterior, tienen que mirar más allá del mercado doméstico y aprender el idioma de negocio del mercado internacional. Podrán así acercarse a los clientes de todo el mundo con soluciones concretas que respondan a sus problemas particulares. 


Ana Lledó Tarradell, directora de Productos y Diseño de Soluciones BT España.

Artículo publicado en Executive Excellence nº84 sept11


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