Una jornada particular
GESTIÓN DEL TALENTO
El pasado 7 de junio tuvo lugar el acto de presentación de trabajos de fin de curso de los alumnos de la 3ª edición, la edición CaixaBank, del programa Transformational Leadership del ICLD, el International Center for Leadership Development de la Fundación CEDE. En esta ocasión, este “fin de curso” se efectuó en el Centro de Desarrollo Directivo de CaixaBank, en sus instalaciones incomparables del Palau Macaya de Barcelona.
El programa, que ya ha sido glosado en estas páginas en un artículo reciente que titulaba “Bailando con lobos”, está teniendo una excepcional aceptación, y obteniendo unos resultados que no dudo en calificar de brillantes debido, sobre todo, a una especie de mágica confluencia de alumnos extraordinarios (muy bien seleccionados entre los altos directivos top talents de muy importantes compañías), con un profesorado también extraordinario (hay más profesores que alumnos…, y todos ellos, entre CEOs y presidentes y excelentes profesionales, de primerísimo nivel).
Durante el desarrollo del programa, se produce como una explosión de complicidad intelectual en la que los unos, los protagonistas, están demandando algo que casi nunca se les ha dado, y a esa demanda se entregan con auténtico esfuerzo, y los otros, los profesores, se enfrentan a un campo abonado infrecuente transmitiéndoles apasionadamente sus experiencias y sus conocimientos. Por eso, en estas puestas en escena, “salta la chispa” del entendimiento, de la anuencia, de la consistencia de intereses. De la satisfacción y la alegría de sentirse útiles. Los unos, retan con su avidez de comprensión al conocimiento atesorado en la experiencia de los otros.
Por eso el cien por cien de los alumnos valora con la máxima puntuación posible el aconsejar la realización de este programa. Y por eso, algunas empresas del máximo prestigio están introduciendo la realización del mismo en los procesos curriculares internos para poder llegar a posiciones de Comité de Dirección.
Lo que sucedió este 7 de junio es que los alumnos, organizados desde la realización del curso en cuatro equipos de trabajo, volvieron a reunirse después de tres meses de haber finalizado el programa en las instalaciones de Universitas Telefónica en Belloch, en La Roca del Vallés. El proceso de realización de sus respectivos proyectos se desarrolló, como es lógico dada su muy dispersa procedencia geográfica, a través de e-mails, videoconferencias o call conferences. Lo propio de una sociedad del conocimiento muy avanzada. Estaban asesorados por tutores, los profesores del programa Nathalie Detrie, David Cuadrado, Anna Rubí y Antonio Ruiz Va.
Tras la exposición de los proyectos previamente remitidos, en la que todos debían intervenir en una utilización del tiempo admirablemente pautada y ejecutada, tuvo lugar el acto académico de clausura. Consistió en una mesa redonda en la que intervinieron los profesores que habían desarrollado durante el curso, en el pasado mes de marzo, los diferentes temas sobre los que los alumnos hubieron de realizar sus correspondientes proyectos: Mercedes Basso, directora general de la Fundación Arte y Mecenazgo (sustituía a Bartomeu Marí, director del MACBA), Antonio Massanell, director general de Medios de CaixaBank e impulsor de la innovación tecnológica, Javier Nieto, presidente de Santa & Cole, e Íñigo Pirfano, director de la Orquesta Académica de Madrid.
¿Y qué tiene que ver todo esto con un programa de liderazgo? Pues justamente se trataba de eso: encontrar cómo puede contribuir el arte, la tecnología, el diseño o la música, en sus muy diferentes representaciones e interpretaciones, o lo que es más claro, cómo los aspectos de la excelencia de estas manifestaciones socio-artístico-culturales, pueden contribuir a un liderazgo integrado e integrador para hacerlo más humano y eficiente.
En las páginas siguientes se da cuenta y razón de qué se dijo, quién lo dijo y cómo lo dijo en esta jornada particular. Rememorando a Ettore Escola en la película del mismo nombre, de allá en 1977, con Mastroianni y la Loren, pensada para glosar un momento histórico de muy diferentes características, en lo que sí coincide nuestra jornada con aquella es en cómo se evidenciaron, tanto el crecimiento de las relaciones personales (mucho más humanas y positivas de lo que ahora nos seduce como imperioso networking), con un ejemplo de construcción de equipos multicultural y multiempresarial, realmente sorprendente y admirable, como con la puesta en práctica, absolutamente real, del compromiso con el cumplimiento de objetivos, la solidaridad, el nacimiento y el crecimiento de la amistad y, muy especialmente, el pasarlo francamente bien, además.
A pesar del esfuerzo y sacrificio que supuso realizar esas tareas, sobre las muy elevadas cargas de las correspondientes ocupaciones profesionales cotidianas, el sentimiento evidente que se observaba era de gran satisfacción, por el trabajo bien hecho y por el reencuentro. Una auténtica y gozosa jornada particular que esperamos repetir, distinta y si cabe aún mejor –siempre queda una ocasión de superarse– en la próxima edición, la de Gas Natural Fenosa en sus excelentes instalaciones de Puente Nuevo, en octubre próximo.
Antonio Ruiz Va, director académico del ICLD-Fundación CEDE