Breves reflexiones para el nuevo curso
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Llega el final del año 2007 y es momento de tomar papel y lápiz para hacer balance. Un ejercicio que se va y otro que comienza repleto de ilusiones. Dejamos algunas reflexiones:
- “No te agobies y tomes la vida demasiado en serio porque no saldrás vivo de ella”. Pocas cosas –casi nada– son importantes. Hay que relativizar. “La vida –decía Chaplin– es una tragedia si se contempla de cerca, pero una comedia si se contempla desde cierta distancia y en un plano general de conjunto”. El mundo no se para. Llevaba mucho tiempo girando cuando aterrizamos en él y probablemente lo seguirá haciendo cuando le digamos adiós. Para aquellos que creen que las cosas no pueden funcionar sin ellos, unas palabras de Rudyard Kipling (1865–1936): “Escuchad esto vosotros los indispensables: ahí afuera hay 500 personas esperando tomar tu puesto o el mío”.
- “La muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja”. Por tanto, la mejor forma de aprovecharla es no desperdiciándola. Tenemos fecha de caducidad. Cada día que pasa ya no vuelve. “Vivir es ir muriendo”, afirmaba Martín Heidegger. Lo único real de lo que disponemos es el presente. Hay que evitar dejar las cosas para mañana porque tal vez no llegue. “La vida –se suele decir– es aquello que ocurre mientras preparas planes para el futuro".
- “No hay falta de tiempo, sino de prioridades y proyecto de vida”. El cineasta Woody Allen decía en cierta ocasión: “Me gustaría ser rico y vivir como un pobre”. Eso no existe. La vida es una cuestión de prioridades. No hay tiempo para todo pero siempre hay tiempo para lo que uno quiere que haya tiempo. La existencia tiene vectores –profesional, personal y social–, y por lo general, cuando se pone en un lado hay que quitar del otro, y viceversa. Y cuanto más se pone en uno, más hay que quitar del otro.La vida es una cuestión de prioridades. No hay tiempo para todo pero siempre hay tiempo para lo que uno quiere que haya tiempo
- “Los sabios suelen pecar de lentos, pues una mirada atenta obliga a detenerse” (Baltasar Gracián). La vida para saborearla exige pedalear con cierta calma. El mejor vaso de vino bebido de un trago no sabe a nada; la mejor langosta comida de un bocado, tampoco. Las cosas valiosas para disfrutarlas demandan que las manijas del reloj ralenticen su paso y corran despacio. Cada vez cobra mayor protagonismo el “Movimiento Slow” –como respuesta al ritmo frenético en que vivimos–, una corriente que nació en 1989 en protesta por la apertura de una tienda de McDonald´s en la Piazza di Spagna (Roma) dando lugar a la organización “Slow Food”.
- “El exceso de trabajo impide la adecuada contemplación de la belleza y de la verdad” (Aristóteles). Una persona exhausta por el cansancio acaba siendo insoportable; termina amargada, y lo más triste, acaba amargando a los demás. Con gran acierto, el poeta húngaro Attila József (1905- 1937) decía: “Los hombres que no saben divertirse me dan miedo”. Hay que vivir para vivir, y si bien el trabajo es una parte inseparable de nuestra existencia, no es ni lo único ni lo más importante. A veces es mejor una vida más “calmada” en lo profesional y más “colmada” en lo personal. Crecer profesionalmente desatendiendo la vida personal tiene, a la larga, consecuencias demoledoras para la persona. No obstante, y como repite el pensador José Aguilar, “la conciliación es, sobre todo, estar a gusto con uno mismo”. Que el trabajo no sea una excusa para escapar de otras realidades y que el ocio no sea el refugio del insatisfecho en su puesto de trabajo.
- “Era un hombre tan pobre, tan pobre, tan pobre... que lo único que tenía era dinero”. En businesslandia no es fácil mantener la compostura y no dejarse arrastrar por el “tener o no tener”. Hay jaulas que son de oro. Una recomendación de libro: “Ejecutivos: la gran mentira” (Planeta, 2003). Merece la pena darse un paseo por sus páginas y comprobar el testimonio en primera persona de un ex directivo cuya carrera profesional se ha desarrollado entre multinacionales. Entre otras cosas, se dice: “El directivo, por muy elevada que sea su posición, no es sino un simple peón. Como tal peón, todo su sentido y su razón de ser en el puesto de trabajo se sustentan en la aportación de un valor añadido. La empresa sabe retribuir económicamente la entrega total, aunque sólo sea porque representa la forma más inmediata de asegurar voluntades y confirmar lealtades”.
- “La risa es una cosa demasiado seria” (Groucho Marx). El político británico Winston Churchill (1874–1965) sentenciaba: “Creo que no se pueden tratar las cosas más serias de este mundo a menos que uno comprenda las más divertidas”. También el filósofo indio Juddi Krishnamurti (1895–1986) aseguraba: “La inteligencia o falta de inteligencia de una persona se mide por las cosas que le hacen reír”. Y para seguir el ejemplo, un chiste de vascos. Patxi ve a Aitor que va rodando por la calle un enorme barril y le pregunta: «Aitor, ¿dónde vas con ese barrilón?». A lo que éste responde: «Pues donde voy a ir, al doctor». «Y por qué vas con ese barril», le dice Patxi. «Pues me dijo el médico que volviese con la orina al cabo de dos semanas».
- “No se trata de poner años a la vida sino de poner vida a los años”. En cualquier momento y en cualquier lugar hay que exprimir cada instante –una película, una comida, una conversación...– y evitar tener la cabeza en otra parte. Alguien dijo una vez que la vida sólo se vive una vez, pero si se hace bien, una es suficiente. Séneca lo expresa magistralmente: “No es breve la vida, largo es el hombre en el descuido del tiempo. Así es, no recibimos una vida breve, sino que la hacemos breve, y no estamos faltos de ella, antes somos sus despilfarradores... Mínima es la parte de la vida que vivimos”.
- “Hay gente que no sabe lo que quiere y está dispuesta a todo para conseguirlo” (Marquis). Muchos van corriendo a todos los lados para al final llegar a ningún sitio. No llega antes el que va más rápido sino el que sabe a donde va. Dejarse arrastrar por la tentación de la moda es peligroso y nos instala en un estado de insatisfacción continuo. Empeñarse en vivir la vida de otros es frustrante. Así lo expresa el filósofo Isaiah Berlin (1909–1997) en “The sense of reality”: “El hombre que es dependiente de otro no es ya un hombre, ha perdido su sitio, no es más que la posesión de otro hombre”.
- “En ninguna parte está quien está en todas partes; a los que pasan la vida de aquí para allá les ocurre que tienen muchos albergues y ninguna morada” (Séneca). Quien quiere abarcarlo todo, al final acaba teniendo nada. Hay que aspirar a un nivel de satisfacción razonable. La ambición sin límites acaba por dañar a la persona. Una persona que sólo quiere más y más acaba derrotada y agotada emocionalmente. Como escribe J. M. Cabodevilla: “De todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre, y habla sin tener nada que decir”.
- “Cuando tienes dinero, no tienes tiempo; cuando tienes tiempo, no tienes dinero” (Ley de Murphy). Solución: la búsqueda de una cierta armonía, algo que casi nunca resulta sencillo porque la vida tiende a los extremos, ya sea por exceso o por defecto. A pesar de todo, hay que intentar hacerse respetar. No se puede estar disponible para todo el mundo todo el tiempo. Saber parar a tiempo es síntoma de madurez. Echamos mano del general Bonaparte (1808–1873): “Prefiero un ejercito en retirada que un campo de héroes muertos”.
- “La vida es un arco iris que incluye el negro” (Proverbio Checo). El psiquiatra Enrique Rojas afina bien al referirse a este tema: “La felicidad absoluta no existe, hay que aspirar aun nivel de felicidad razonable”. Merece subrayarlo porque muchas veces vamos en búsqueda de lo que no existe, y cuándo no lo encontramos, nos frustramos. Basta recordar las palabras de Maquiavelo (1469–1527) en “El Príncipe”: “En todos los asuntos humanos uno se da cuenta, si los examina de cerca, que es imposible eliminar una inconveniencia sin que surja otra”. Cada alternativa tiene un precio.
- “Sé quien en verdad eres. Descubre tus talentos y tu propósito en la vida. Esto te llevará a hacer lo que amas y porque haces las cosas con amor, obtendrás lo que necesitas” (Erich Fromm). El éxito profesional –más allá del salario y otras consideraciones– está, sobre todo, en llenar el frigorífico haciendo lo que a uno le gusta. Hay que intentar alinear talento con actividad laboral. Sólo entonces la conexión entre ambas variables produce un cóctel explosivo. ¿El mayor enemigo? Los convencionalismos, los prejuicios, la necesidad de aprobación de los demás... Existen muchas presiones por todos los lados. Es cierto que en ocasiones las circunstancias mandan, pero como afirmaba el escritor irlandés George Bernard Shaw (1856–1950): “La gente siempre echa la culpa a las circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. Las personas que tienen éxito en esta vida son individuos que buscan las circunstancias que quieren, y si no las encuentran, las crean ellos mismos”.
- “Si te atrae una lucecita, ¡síguela! ¿Qué te conduce a un pantano? Ya saldrás de él pero si no la sigues toda tu vida te martirizarás pensando que acaso era tu estrella” (Cleóbulo de Lindos). El riesgo es el ingrediente común a cualquier proyecto retador. La valentía –se dice– es hacer lo que se tiene que hacer aunque se haga con miedo. El valiente también tiene dudas, pero a diferencia del cobarde, suelta amarras y navega mar adentro. Los temporales avistan –son inevitables– pero su ilusión por lo que tiene entre manos permite que no le atenacen. Si las cosas no marchan según lo previsto, no pasa nada, al menos uno podrá dormir tranquilo sabiendo que lo intentó. El Mariscal Turenne decía: “Es preciso haber sido derrotado dos o tres veces antes de ser algo”. Es inevitable: No pain, no gain. Ninguna biografía destacable es un camino de rosas. Más bien sucede lo contrario. Rara vez las cosas marchan bien desde el primer momento. Hay que fallar cien golpes en la herradura para acertar una vez en el clavo. Detrás de cualquier logro importante lo que hay es mucha resistencia y perseverancia. Es de sentido común.
- "Si quieres ir rápido, avanza sólo; si quieres ir lejos, ve con otros” (Dicho Africano). Una de las muestras de mayor sabiduría de una persona es ser consciente de sus limitaciones. Los éxitos de las empresas residen siempre en los equipos y los éxitos de los equipos en la complementariedad. Sólos no somos nadie. Necesitamos de los demás para llegar lejos. La receta está en apalancarse en las fortalezas, reconocer las debilidades, asumirlas con naturalidad y compensarlas. No merece la pena luchar contra nuestros puntos flacos; el desgaste de energía es elevado y el coste de oportunidad grande.Una de las muestras de mayor sabiduría de una persona es ser consciente de sus limitaciones
- “Todo pasa, nada permanece” (Heráclito). El éxito también. Todo es pasajero y cuando se deja de estar en la rueda de las alabanzas hasta el más agasajado comienza a ser desplazado: el teléfono deja de sonar, las invitaciones se reducen y los privilegios menguan. Por ello, es importante tener anclajes fuertes –fundamentalmente dos: familia y amigos– y no alejarse de ellos. En el ocaso de la carrera profesional lo único que quedan son los afectos.
- “La flor más poderosa nace, crece y se mantiene a la sombra” (Proverbio Sefarad). Lo importante es no sentirse importante. Quien se cree el ombligo del mundo –y actúa como tal– acumula pelusa. Es fácil dejarse deslumbrar por el glamour de los focos y las cámaras pero es recomendable resistirse porque cuando uno está más pendiente de satisfacer un ego débil que de conseguir resultados es habitual que las cosas comiencen a torcerse. Es preferible adoptar una postura más discreta y anónima –aunque no por ello menos efectiva– que vivir de cara a la galería. Hay personas que confunden popularidad con prestigio y eso es un gran error. Lo relevante son los resultados.
- “La curiosidad es uno de los rasgos distintivos de las personas más felices”. La ilusión por aprender continuamente mantiene viva la llama de la felicidad. La gente a la que le brilla la cara siempre tiene proyectos en la guantera: aprender a cocinar, a bailar, conocer un determinado país, decorar la nueva casa... Si la chispa de la ilusión se marchita estamos amortizados anticipadamente. La depresión, dicho de manera coloquial, no es más que la ausencia de futuro. La persona no tiene reto por delante, le faltan alicientes que tiren de él: “Pobre no es el hombre cuyos sueños no se han realizado, sino aquél que no tiene sueños por cumplir”.
- “Las cosas más agradables de este mundo se convierten en las más desagradables cuando no reina la moderación” (Demócrito). Equilibrio, ésa es la key word. Equilibrio entre ocio y negocio; entre corto plazo y largo plazo; entre teoría y práctica; entre ambición y modestia; entre acción y reflexión; entre prudencia y atrevimiento; entre proximidad y distancia; entre creatividad y rentabilidad; entre exigencia y permisividad... In medio virtus, enseñaba Aristóteles.
- “Si tienes mucho, da mucho; si tienes poco, da poco; pero da siempre” (Libro de Tobías). Es algo sobre lo que hemos escrito en otros sitios: la importancia del concepto de justicia social. Como expone el filósofo norteamericano John Rawls (1921–2002) en su libro “A theory of justice” (1971), existe una “lotería natural” porque nacemos en un sitio u otro y eso condiciona nuestra existencia. Nuestra posición de partida en el mundo no es la misma para todos. Unos nacen con estrella y otros estrellados. Por este motivo, es de justicia –que no de bondad– contribuir a equilibrar un poco la balanza. Con palabras de la Madre Teresa de Calcuta: “la caridad hacia el que la merece no es caridad, sino justicia”.
Francisco Alcaide Hernández, Profesor Universidad Antonio de Nebrija. Autor del libro “Who´s Who en el Management Español” http://franciscoalcaide.blogspot.com/
Artículo publicado en Executive Excellence n46, diciembre de 2007.
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