Brightline: una idea brillante
Siempre he pensado que deberíamos dedicar el 5-10% de nuestro tiempo a la estrategia y el resto a la ejecución, que es donde realmente está el trabajo duro. Al final del día, la ejecución es la estrategia, y a veces subestimamos esto”. Así de tajante se mostraba en el pasado “Global Peter Drucker Forum” Paul Polman, ex CEO de Unilever, ante Ricardo Vargas, director ejecutivo de Brightline. Esta iniciativa sin ánimo de lucro ayuda a las organizaciones a cerrar la brecha que existe entre el diseño de las estrategias y la puesta en marcha de las mismas.
Las palabras de Polman cobran más sentido que nunca si consideramos las alarmantes cifras que revelan diferentes investigaciones en torno a este gap, tales como que “sólo el 10% de las organizaciones tiene éxito en el cumplimiento total de sus objetivos estratégicos” o que “cada 20 segundos se desperdicia un millón de dólares por el vacío que existe entre lo que una idea promete en términos de potencial y sus resultados reales”. Este despilfarro no afecta únicamente a la cuenta de resultados de las empresas; también a los gobiernos y ONGs.
En Brightline existe el convencimiento de “la imposibilidad de desarrollar una sociedad sin ayuda” y por ello llevan adelante su trabajo gracias a una inusual coalición de organizaciones globales, lideradas por Project Management Institute: Bristol-Myers Squibb, Saudi Telecom Company, Boston Consulting Group, Lee Hecht Harrison, NetEase y Agile Alliance, las cuales además colaboran en materia de investigación con entornos académicos tan relevantes como MIT, Technical University of Denmark, University of Tokyo, Duke University e Insper (Brazil).
Cada una de estas entidades contribuye con su expertise a un reto común: incrementar el éxito en la ejecución de una estrategia. Según Claudio García, vicepresidente ejecutivo de Estrategia y Desarrollo Corporativo de Lee Hecht Harrison: “Creemos que aplicar nuestro conocimiento sobre la naturaleza humana a esta discusión ayuda a entender mejor cómo cerrar la brecha entre el diseño y la implementación de la estrategia. Las viejas teorías de gestión no pueden ayudarnos en estas situaciones. Hoy la ejecución de un plan se parece más a un viaje de aprendizaje. Las organizaciones han de responder con rapidez a las necesidades y tener la capacidad para adaptarse a las exigencias emergentes, si es que quieren crearse un nuevo futuro”.
De iniciativas estratégicas a resultados exitosos
Desde su creación, Brightline ha tenido como objetivo dotar a las organizaciones de conocimiento y herramientas útiles para hacer frente a este desafío. Además de estudios que miden el coste de no materializar las ideas con éxito y que sirven para poder poner en contexto esta situación, Brightline ha desarrollado recursos útiles como MOOC’s, en colaboración con Coursera. El curso permite comprender no sólo la disrupción en las organizaciones, sino ayudar a identificar las fuerzas externas e internas que puedan afectar a la ejecución de la estrategia; de esta manera se pueden conceptualizar los problemas para después aplicar algunos de los 10 Principios Rectores de Brightline que ayudan a fortalecer las competencias básicas indispensables para tener éxito en la realización de las estrategias.
Brightline nos ha llamado la atención por la gran actividad que ha desplegado en estos dos últimos años. Parte de nuestro trabajo consiste en asistir a los congresos más importantes del mundo de la empresa, y nos hemos encontrado a Brighline apoyando iniciativas como
Web Summit, Peter Drucker Forum, EBF o Thinkers50. En uno de esos encuentros, tuvimos la oportunidad de hablar con Ricardo Vargas, a quien le preguntamos por esa estrategia de estar presentes en los eventos más relevantes del mundo, y nos explicó que “es en estos entornos donde se comprende la importancia de esta iniciativa y la consecuencia es que se discute y piensa sobre ella. Queremos que los líderes, tanto de empresas como de pensamiento, se sienten, hablen y compartan ideas sobre cómo afrontar el reto que supone transformar las ideas en realidades”.
Una guía para el camino
En 2017 tuvimos la oportunidad de estar en el MIT con el profesor Kenji Tanaka, del departamento de Gestión Tecnológica para la Innovación de la Universidad de Tokyo. Para él, la iniciativa Brightline “es esencial porque analiza aspectos como la necesidad de acompañar sistemáticamente la estrategia durante el proceso de implementación. Eso, junto con otras contribuciones de Brightline, nos ayudan a ser más eficientes y efectivos”.
Brightline propone un decálogo de actuación que empieza por entender que la ejecución de la estrategia es tan importante como su diseño, pero también por seleccionar y movilizar los recursos adecuados. Según Paul Polman, una vez que tienes “un propósito tan grande como el de Unilever, con el que todo el mundo se identifica y que depende de valores tan universales para nosotros como el respeto, la integridad, la responsabilidad…, debes definir la estrategia en torno a él”, y ofrecer los recursos necesarios para que se lleve a cabo. “Pedimos a la gente que haga cosas, pero a veces no creamos las habilidades clave para hacerlas”, advierte. Y como todo el mundo no tiene las ideas tan claras como Polman, una de las misiones de Brightline es la de acumular conocimiento que tenga utilidad para ayudar a quines lo deseen…, un objetivo generoso y muy ambicioso.
En la misma línea que Polman se expresa Karen Sibley, vicepresidenta de Iniciativas Estratégicas y decana de la School of Professional Studies de Brown University, parara quien “producir cambios dentro de una universidad pasa por recabar evidencias y datos. Es importante realizar investigaciones de mercado para comprender las necesidades de los alumnos, y luego presentar esas evidencias a la universidad. Es absurdo poner en marcha una idea sin conocer las capacidades y recursos que existen para hacerla realidad”.
Ser audaz, mantener el foco y simplificar todo lo posible es otro de los principios rectores de Brightline, aplicado en Repsol, la compañía española referente en el sector energético internacional. Tal y como explica Antonio Brufau, su presidente: “Hemos implantado una cadena de mandos muy simple y hemos conseguido crear una cultura de innovación muy potente, donde todo el mundo se siente importante. A través del empoderamiento y de la generación de empatía con los equipos de trabajo, hemos logrado que la compañía respire en una única dirección”. Precisamente, promover el compromiso de los equipos y la cooperación efectiva en toda la organización es otra de las recomendaciones de Brightline. Para alcanzar esto, “hay que dar libertad para que la creatividad fluya en todos los niveles”, afirma Polman. “Una organización que tiene oportunidades y crece hace que la gente sea más sana y esté más ilusionada”, declara Brufau.
No es frecuente encontrar proyectos sin ánimo de lucro, y Brightline es uno de los más interesantes y realistas que hemos encontrado últimamente. Entre sus principios también apuestan por el desarrollo de planes sólidos, pero que permitan pasos en falso (fracasar deprisa para aprender deprisa). “Poneos siempre al límite, y equivocaos por no saber hacer algo” –aconseja el presidente de Repsol–. Aquel que no está dispuesto a fracasar en el trabajo no va a triunfar. Nosotros nos hemos convertido en una organización que vive con naturalidad el cambio, asume el riesgo y lo afronta sin miedo, porque no hay verdades absolutas”.
Igualmente alineado con esa idea se nos muestra Polman, que además llama la atención sobre otro comportamiento clave: la transparencia. “Las compañías que publican sus riesgos financieros relativos al cambio climático están creciendo más rápidamente que las que no lo hacen. La transparencia es maravillosa, e Internet nos ofrece más facilidades para ser transparentes”. Si leen el artículo de Polman en este número sabrán por qué está tan alineado con la iniciativa Brightline.
Frente a un entorno más competitivo que nunca, donde las organizaciones deben encarar niveles de cambio y disrupción sin precedentes, Brightline nos conduce, de forma generosa, a un mundo de grandes posibilidades y que, esperamos, nos ayuden a conseguir una sociedad mejor. No dejen de visitar su website (https://www.brightline.org); sentirán cómo inspira.
Texto publicado en Executive Excellence nº156-abril 2019.