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Innovación al servicio del medio ambiente

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)

El Grupo CLH ha desarrollado y certificado nuevos métodos de análisis de biocombustibles que le han permitido introducir con éxito estos productos en su sistema logístico.

La compañía también está investigando nuevos procedimientos para la recuperación medioambiental de suelos y ha modernizado sus equipos con el objetivo de hacerlos más eficientes.

La irrupción de los biocombustibles en los mercados acabó con el protagonismo exclusivo de los combustibles minerales tradicionales. Esto supuso para las empresas del sector del petróleo un auténtico desafío puesto que, debido a las características particulares de estos productos, tuvieron que desarrollar nuevos y complejos métodos de análisis y control para garantizar su calidad y su comportamiento.

En el Grupo CLH, los biocombustibles están perfectamente integrados en su sistema logístico desde hace años. La compañía ha invertido 25 millones de euros en adecuar sus infraestructuras y cuenta con 13 instalaciones de almacenamiento adaptadas para el almacenamiento y transporte de gasoil con biodiésel, así como otras 9 plantas que expiden gasolina mezclada con bioetanol, todas ellas situadas estratégicamente en las zonas de mayor consumo. 

Para hacer esto posible ha sido necesario un gran trabajo previo, especialmente del Laboratorio Central de la compañía, que ha tenido que incorporar nuevas técnicas y poner en marcha métodos estandarizados para analizarlos y comprobar que cumplen, entre otros requisitos, con la norma europea EN 14214, que recoge las especificaciones que deben cumplir los biocombustibles. 

Al tratarse de productos relativamente nuevos, cada vez se tienen conocimientos más exactos sobre sus propiedades. De ahí que la norma esté en continua revisión, sobre todo en lo que a puesta a punto de métodos de análisis se refiere. Con estas actualizaciones se quiere conseguir que los valores de especificación de los biocombustibles estén cada vez más claros para conseguir mayor seguridad y fiabilidad  en su comportamiento, sobre todo teniendo en cuenta que, por ley, se irán aumentando sus porcentajes de utilización. 

El subdirector de Calidad e Innovación de CLH, Félix Gómez, resume la trayectoria de la compañía en este ámbito: “La creación de la normativa europea de biocombustibles en los años noventa supuso el desarrollo de métodos de análisis estandarizados. Posteriormente fuimos implementando nuevos métodos de control con el objetivo de asegurar la calidad del producto. Por último, cuando hemos tenido la certeza de que nuestros métodos eran fiables, hemos procedido a su acreditación por ENAC para constatar la competencia técnica de nuestro laboratorio en los métodos en cuestión”. 

CLH también desempeña tareas de desarrollo y asistencia técnica relacionadas con los biocombustibles. “La norma EN 14214 no responde completamente al comportamiento del producto en el mercado, al menos no en todos sus aspectos, ya que puede haber propiedades que todavía no se han estudiado. Mediante su análisis somos capaces de incorporar a la especificación características que no están en la norma y, para ello, hay que poner a punto métodos de medición”, explica Félix Gómez. 

El análisis de los biocombustibles ha supuesto un aumento significativo en la actividad total de los laboratorios de CLH y también de las salas de análisis de las instalaciones. Además del número de pruebas, el desarrollo de métodos, su puesta a punto y mantenimiento, así como el control de calidad, estos productos han requerido un porcentaje cada vez mayor de recursos analíticos.

La experiencia acumulada ha permitido el desarrollo de métodos innovadores para poder analizar los biocombustibles en todas las instalaciones de la compañía antes de ser suministrados. Estas herramientas permiten controlar la calidad del producto en el mismo punto de entrega. Son robustos y fiables y, sobre todo, ágiles.

La compañía, añade Félix Gómez, “ha adaptado sus equipos para hacer éstas y otras mediciones, como por ejemplo el porcentaje de biocombustibles mezclado con gasolinas o gasóleos. Ahora se están terminando de poner a punto los métodos de caracterización de etanol puro, ya que es un producto que tiene que ir mezclado con un 5% de gasolina para diferenciarlo del alcohol destinado a consumo humano”. 

El Grupo CLH es pionero en todos estos procesos, como sucede en la medición del porcentaje de biodiésel presente en el queroseno, como consecuencia de su transporte por oleoducto, o la inclusión de un aditivo de comportamiento en frío, eficaz en mezclas de biodiesel en los meses más fríos del año, para mejorar su comportamiento en los motores.

De cara al futuro, la compañía está estudiando la forma de optimizar la tecnología disponible para profundizar en los análisis que se realizan en las instalaciones. Del mismo modo, se buscan los caminos para conseguir mayor automatización en las pruebas analíticas y otras tareas para optimizar mejor los recursos. En lo que se refiere a asistencia técnica, el objetivo es seguir aprendiendo, especialmente desde el punto de vista de la vigilancia tecnológica. 

Nuevos procedimientos para la recuperación de suelos

Dentro de las iniciativas relacionadas con la innovación y el desarrollo, el Grupo CLH está investigando nuevos procedimientos para la recuperación medioambiental de aquellos terrenos en los que contaba con instalaciones de almacenamiento que han dejado de estar operativas.

Durante los últimos  años, el Grupo CLH ha construido nuevas plantas de almacenamiento para atender las nuevas necesidades operativas de la compañía, que una vez puestas en funcionamiento han reemplazado a otras instalaciones más antiguas, situadas en la misma zona de influencia.

El compromiso con el medio ambiente de la compañía incluye la recuperación de estos terrenos que, gracias a la utilización de diferentes técnicas, son sometidos a procesos de adecuación y limpieza.

Los trabajos realizados por la compañía, en ocasiones con la colaboración de las administraciones públicas, han permitido desmantelar varios centros en desuso y recuperar los terrenos para otros fines, como viviendas, zonas de ocio o espacios verdes. 

CLH ha ejecutado actuaciones de este tipo en diferentes localidades donde disponía de instalaciones, como Valencia o Santurce (Vizcaya), y está ultimando la recuperación paisajística del entorno de la playa de La Arena, en Muskiz (Vizcaya), donde se ha recuperado una antigua marisma. La compañía tiene planificado realizar nuevos trabajos en Mahón, donde comenzará a desmantelar la planta que tenía en Cala Figuera tras el verano, y en Burgos, que estrenará en breve una nueva instalación que se encuentra en fase de pruebas.

Para hacer más efectivos estos procesos, CLH está investigando nuevos procedimientos microbiológicos para la recuperación de suelos. La compañía está estudiando nuevas pautas, herramientas y productos para que puedan ser utilizados en sus próximas obras de saneamiento y mejorar la recuperación de los emplazamientos en los que existían instalaciones de almacenamiento de hidrocarburos.

Este proyecto tendrá una duración de dos años con el fin de desarrollar nuevos procesos de biorremediación y bioaumentación para la recuperación de suelos que tendrán en cuenta, de una manera más fidedigna, las características reales y las condiciones habituales de este tipo de terrenos. Para ello, se está construyendo una planta experimental piloto donde se tratarán diversos tipos de suelos con distintas metodologías.

Los resultados obtenidos proporcionarán a la compañía nuevos métodos de saneamiento, respetuosos con el medio ambiente, y también nuevos sistemas de valoración y de reutilización de los materiales tratados, de acuerdo  con las Directivas Europeas de Gestión de Residuos.

Ahorro y eficiencia energética

La innovación tecnológica juega un papel muy destacado en el plan de ahorro y eficiencia energética que el Grupo CLH está desarrollando y que permitirá disminuir el consumo de energía en un 13% y evitar la emisión a la atmósfera de 21.700 toneladas de CO2.

Entre otras medidas, se han empezado a implantar nuevos motores y bombas con un rendimiento mayor en las estaciones encargadas de bombear los productos petrolíferos en los oleoductos.

También se están instalando variadores de frecuencia en los cargadores de camiones cisterna. Estos dispositivos permiten ajustar la potencia de las bombas a las necesidades de caudal de producto, en lugar de bombear a una potencia fija, lo que supone un importante ahorro energético en las operaciones.

Igualmente, se están sustituyendo las luminarias de las instalaciones de almacenamiento por elementos de bajo consumo y se han comenzado a implantar nuevos sistemas de regulación de la tensión en el alumbrado exterior de las plantas, lo que posibilita ahorrar en la electricidad consumida por los sistemas de iluminación.

Junto a las actuaciones incluidas en este plan, la compañía está llevando a cabo otros proyectos medioambientales con un fuerte componente tecnológico, como el desarrollo de nuevas herramientas para gestionar el mantenimiento de los oleoductos o la utilización de placas solares para alimentar varias válvulas de los oleoductos, una experiencia pionera que permitirá estudiar la viabilidad del abastecimiento de las instalaciones mediante energías alternativas.

Este conjunto de medidas ha contribuido a que el Grupo CLH haya renovado la certificación ISO 14001 para su Sistema de Gestión Ambiental y a que haya obtenido la máxima calificación en sostenibilidad, dentro de las empresas mundiales de oleoductos, según la última evaluación realizada por Sustainable Asset Management (SAM). 


Publicado en Executive Excellence nº83 jul/ago11


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