Sin miedo a la cirugía estética
La belleza se manifiesta en el ser humano con una infinidad de rostros, al igual que la buena presencia. Hay rasgos y detalles que combinados hacen que cada persona pueda tener una imagen única y atractiva, algo muy importante hoy en día a la hora de enfrentarse al mundo empresarial y laboral.
Detener el paso del tiempo es uno de los anhelos más perseguidos por el hombre a través de los siglos. Las distintas manifestaciones del arte, sobre todo la escultura, han reflejado el afán por alcanzar la armonía de las formas y mantener la juventud. La confianza no solo está basada en un buen proyecto, una buena exposición o un buen trabajo, tanto la buena imagen de nuestra empresa como nuestra propia imagen juegan un papel muy relevante en el momento de la toma de decisiones de nuestro interlocutor, ya sea un cliente, jefe o empleado.
Desde hace una década, se observa un aumento constante en el número de hombres que consultan y luego realizan distintos procedimientos estéticos o de cirugía estética. Hemos pasando de un exiguo 4% del total, hace algunos años, a un 25% del total de las cirugías estéticas en la actualidad. Ya no son únicamente las mujeres las que dan importancia a su imagen, prueba de ello es también la gran proliferación de productos y tratamientos estéticos para el hombre, así como las cirugías específicas dirigidas a aspectos concretos de su género. Los hombres buscan mejorar su atractivo o recuperar su juventud, como es el caso de todas las cirugías de rejuvenecimiento del contorno de los ojos. La eliminación de la piel redundante y las bolsas que provocan un aspecto cansado es ya una cirugía habitual en ejecutivos de una gran cantidad de países, entre los que se encuentra España. Aquí se observa una tendencia al alza, pues cada vez más los hombres españoles han dejado sus aprehensiones o miedos a este tipo de cirugía.
Este fenómeno se explica, entre otras razones, en el hecho de que una apariencia del rostro sin signos de cansancio puede inclinar una selección laboral a su favor o ayudar a cerrar un negocio, o sin duda alguna a potenciar la posición de liderazgo, en un momento en que hay miles de ejecutivos buscando empleo, nuevos mercados o intentando afianzar su puesto en la empresa. Estos mismos motivos son válidos para los directivos de entre 50 y 65 años, que quieren combatir la caída de sus tejidos faciales o una papada con flacidez, para poder competir en un entorno voraz, en el que se valora algo más que la experiencia, la trayectoria o la preparación.
Por otra parte, incluso en los profesionales autónomos como dentistas, arquitectos, hombres de negocios y empresarios, el aumento de la expectativa de vida incide en que hoy, a los 60 o más años, muchos se sientan en plena actividad laboral y deseen verse con un aspecto saludable frente a sus clientes o competidores.
Los procedimientos menores, como tratamiento de arrugas localizadas, manchas por envejecimiento, una punta nasal caída u otros pequeños signos, pero que acusan envejecimiento, ya son habituales. Ahora los ejecutivos están dando el paso a procedimientos más especializados y de mayor duración y envergadura. Recordemos que incluso hay países, como Brasil, donde muchos negocios se cierran en traje de baño, con el cuerpo como garante de seriedad. Sin embargo, una buena marca de ropa y un talle perfecto que denoten toda una actitud de trabajo, perseverancia y preocupación, requieren cada vez con mayor frecuencia que la estética sea más completa.
Dr. Héctor Valdés, especialista en Cirugía Plástica y Reconstructiva - www.doctorvaldes.es
Artículo publicado en Executive Excellence nº109 feb14