Ejemplos de liderazgo que inspiran
“Un directivo es ante todo una persona, y después, un buen profesional que tiene la misión de dirigir a un grupo de personas hacia un fin común”, esta es la principal conclusión de Alfonso Jiménez, socio-director de Peoplematters, tras coordinar El arte de liderar, un libro impulsado por la Asociación Española de Directivos (AED), que expone las claves del éxito en la función directiva, basándose en la experiencia de 15 altos ejecutivos.
Durante la presentación de la obra, María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter y una de las protagonistas, destacó el gran compromiso profesional y personal que exige la profesión de directivo. En este sentido, Dancausa insistió en la importancia de no perder nunca la humildad. “Cuando se alcanzan posiciones de poder mucha gente tiende a sentirse superior. Debemos ser conscientes de que estamos ahí de manera temporal. Ahora estás tú, pero podría estar cualquier otro. El cargo es circunstancial, y en algún momento tenemos que volver a la vida normal”, afirmó.
Junto a Alberto Durán, vicepresidente del Grupo Social ONCE, y Manuel Pimentel, editor de Almuzara, también debatió sobre la superación de los propios miedos para mejorar sus capacidades y el cómo enfrentarse a la soledad en los procesos de toma de decisiones.
“Todo el mundo da por hecho que el esfuerzo y la presión son inherentes al cargo, pero no perdamos la oportunidad de emocionarnos con lo que hacemos. Si no te lo pasas bien la mayor parte de los días, acabarás haciendo mal tu trabajo”, recomendó Durán.
Pimentel, por su parte, insistió en la importancia de incentivar la inteligencia en detrimento de la acción. “El talento siempre debe existir, pero ahora es el momento de la inteligencia, porque va a ser más importante lo que decidamos que cómo lo hagamos. Toda decisión conlleva un coste y, por eso, debemos prestar mucha atención a las decisiones que tomamos”, recalcó.
Decálogo del buen líder
- Construcción de equipos. Un buen líder debe aprovecharse de su conocimiento y combinarlo con el resto de talento en un negocio. Además de rodearse de los mejores, un jefe debe saber delegar en las personas tareas relevantes.
- Comunicación eficaz y transparente. Tan importante es comunicar bien como ser transparente. El diálogo puede ser muy enriquecedor para enderezar el rumbo de una empresa.
- Conocimiento del negocio y del mercado. Un buen directivo debe saber anticiparse a los cambios y, por ello, estar abierto al aprendizaje continuo.
- Innovación. Ser directivo en esta era pasa por abanderar la innovación. No es baladí que el directivo tenga un carácter emprendedor, sea curioso y que no castigue el error, sino que aprenda de él.
- Disciplina y autenticidad. La improvisación sólo debe aparecer en momentos puntuales. Debe primar el sentido común y el rigor. Los responsables de las empresas deben regirse por el análisis continuo en el proceso de toma de decisión.
- La sana ambición. La ambición debe ser entendida como motor para progresar y mejorar cada día. No hay que obsesionarse con conseguir el éxito.
- Diversidad. La diversidad de los equipos debe ser tomada como una ventaja competitiva.
- Cuidado físico y mental. Para llevar un negocio, lo primero es sentirse bien con uno mismo. Los directivos tienen que saber hasta dónde pueden llegar ellos y su equipo, no exigiendo niveles de estrés de manera permanente.
- Equilibrio y conciliación. Aparcar el trabajo y dedicar tiempo a los seres queridos, hacer deporte, hobbies… El directivo debe ser ejemplo en conciliación para todos los miembros de una organización.
- Pasión. Sin pasión no hay líder. La actitud y el sentir orgullo por lo que uno hace es la piedra angular de todo liderazgo.
Texto publicado en Executive Excellence nº164, feb.2020