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Goirigolzarri, la firmeza de una trayectoria

(Tiempo estimado: 6 - 11 minutos)

“La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes”. La frase es de John Lennon, pero aplica a muchos momentos importantes de la trayectoria profesional de José Ignacio Goirigolzarri; una trayectoria por la que ha recibido el Premio Aster de ESIC.

En 1977 Goirigolzarri ingresó en el Banco de Bilbao en el área de Planificación estratégica, pero poco tiempo antes estaba perfilando su futuro profesional fuera de España. Finalmente, la vida tenía otros planes…

Su carrera evolucionó dentro del Banco, forjándose en fusiones varias y asumiendo responsabilidades a uno y otro lado del Atlántico, hasta que en diciembre de 2001 fue nombrado consejero delegado de BBVA, cargo que desempeñó hasta octubre de 2009. “La vida tiene muchos ciclos, y estos se acaban –manifestó algún tiempo después–. Tras mi ciclo en BBVA, tenía algunas cosas muy claras para mi siguiente etapa. Primero, no deseaba una labor ejecutiva, pues venía de cruzar el Atlántico más de 60 veces al año. Por ello, me dediqué a completar mi formación estudiando filosofía, y a invertir tiempo a apoyar a la gente en el mundo del emprendimiento”. Pero, una vez más, la vida tenía otros planes.

A principios de mayo de 2012 recibió “la llamada”. “Dije sí al ofrecimiento por una razón fundamental. Asumí el cargo no solo por el reto profesional sino por responsabilidad social”. Y el 9 mayo de ese año, José Ignacio Goirigolzarri se convertía en presidente de Bankia, cogiendo las riendas de una entidad con una compleja situación financiera, con una fuerte crisis reputacional e inmersa en escándalos de diferente índole que se colaban en todo tipo de prensa, no solo económica.

La Bankia que ahora está culminando su proceso de fusión con CaixaBank poco, o más bien nada, se parece a aquella. En estos años, Goirigolzarri y su equipo han ido labrando un banco basado en los principios y valores.

El banquero afronta la próxima etapa, en la que será presidente de la nueva CaixaBank, con “mucha ilusión” y como “un servicio”. A finales de enero, durante la rueda de prensa de presentación de los resultados del cuarto trimestre de 2020, Goirigolzarri se mostró orgulloso de los logros alcanzados, aunque resaltó que “lo mejor de estos años ha sido conocer al equipo de Bankia y trabajar con él”. Precisamente de ellos, de su gente, también se acordó en la ceremonia de la 38ª edición de los Premios Aster.


Cuando uno recibe un reconocimiento a la trayectoria profesional se da cuenta de cómo, sin darse cuenta, el tiempo pasa; y eso también es un motivo de nostalgia


UN PREMIO COMPARTIDO

Rafael del Pino, César Cernuda, José María Álvarez-Pallete, Fernando Francés, Antonio Brufau, Ignacio Garralda o María Dolores Dancausa son algunos de los directivos que ya ostentan el Premio Aster a la Trayectoria Profesional. Convocados anualmente por ESIC desde 1982, estos galardones –en sus diferentes categorías– reconocen los méritos de personas y entidades alcanzados en el ejercicio de su actividad profesional y que fomentan la integración entre formación académica y labor empresarial.

A este palmarés se suma ahora el presidente de Bankia, quien pronunció unas sentidas palabras al recoger su galardón:

“Este premio me hace especial ilusión porque, de alguna manera, muestra algo que para mí es muy importante: la hibridación, la relación, entre el mundo empresarial y el universitario.

Cuando uno recibe este tipo de reconocimientos se da cuenta de cómo, sin darse cuenta, el tiempo pasa; y eso también es un motivo de nostalgia. En todo caso, es cierto que quitando mis experiencias en los Consejos de Repsol y Telefónica, mi vida ha estado básicamente centrada en el mundo bancario y financiero. Pero mi trayectoria profesional ha sido poco monótona. En primer lugar, porque tuve la suerte de poder trabajar durante muchos años con equipos de países muy diversos, tanto en América como en China y en Europa; y en segundo lugar, porque a lo largo de este tiempo hemos visto cómo el sector bancario experimentó un boom extraordinario y cómo estamos viviendo hoy una situación distinta, una reestructuración del sistema bancario. Los requerimientos actuales, en términos de gestión, son muy distintos a los que teníamos hace 30 años.

A la hora de recoger este premio, quiero dejar muy clara mi posición respecto al liderazgo. No creo en los liderazgos personalistas y carismáticos, puede ser que en algún momento determinado, en el corto plazo, resulten útiles en ciertas empresas y circunstancias; pero los liderazgos carismáticos y personalistas tienen riesgos tremendos para la sostenibilidad de los proyectos. Yo creo muchísimo más en el liderazgo institucional, sobre todo en una empresa como un banco, muy diseminada geográficamente. Creo en la creación de un caldo de cultivo en el que afloren cientos de líderes locales.


Los liderazgos carismáticos y personalistas tienen riesgos tremendos para la sostenibilidad de los proyectos


Estoy convencido de esto por muchas razones, pero sobre todo por dos. Primera, porque el líder local es, en definitiva, el líder de su equipo, y es clave para motivarlo. Una persona no se motiva por un speech más o menos brillante cada tres meses, sino por la labor diaria, el trabajo diario y el ejemplo diario que le da su jefe. Pero además, cuando uno analiza una entidad como Bankia, si quiere pasar de ser un banco grande a un gran banco, hay un concepto fundamental: concebir el banco como un sumatorio de pymes, que son cada una de las oficinas. Es la única manera de dar agilidad a una organización grande y de estar cerca de los clientes de forma ágil, que es lo que todos perseguimos. Para que eso funcione y sea posible, se necesita un líder en cada una de esas pymes, que en el pasado eran físicas y ahora son crecientemente digitales; pero en todo caso siguen siendo pymes.


Para pasar de ser un banco grande a un gran banco, hay que concebir este como un sumatorio de pymes, que son cada una de las oficinas


Me parece que el liderazgo local es el elemento más importante para el desarrollo de una organización. Por supuesto, para eso tienes que dar delegación, pero esta debe ser aceptada. Por lo tanto, pienso que este galardón es el reconocimiento a la cantidad de personas que han trabajado conmigo y han aceptado ese reto de liderar localmente a su equipo.

Sin embargo, no es suficiente con esto. Además de ser líderes locales, tienen que trabajar siempre en una base con elementos comunes desde el punto de vista de los valores y los principios. Ahora hablamos mucho del propósito, pero yo siempre he creído profundamente en los valores y en la cultura común. Y no solo porque sea rentable, que me parece un error plantearlo así y estoy totalmente en contra de las teorías consecuencialistas, sino porque creo en los principios y los valores como cimientos para el desarrollo de una estrategia.


Hablamos mucho del propósito, pero yo siempre he creído en los valores y en la cultura común como cimientos para el desarrollo de una estrategia


Esa estrategia ha de estar abierta a la innovación, pero en su implementación siempre ha de tener un objetivo, el de mirar a los clientes, que son quienes justifican la actividad. Y todo esto en un ambiente de alto rendimiento, y por lo tanto de alta exigencia, que es fundamental para la sostenibilidad de un proyecto. Una alta exigencia basada en los principios meritocráticos y en un respeto total a la dignidad de las personas. Solo así se produce realmente un caldo de cultivo para generar un gran ambiente.

Defiendo los buenos y grandes ambientes, porque estoy convencido de que mejoran los resultados. Hay quien me pone ejemplos de lo contrario; y es verdad, hay entidades que son exitosas con mal ambiente. Puede ser, pero a mí no me interesa nada trabajar en esos sitios.


Pertenezco a una generación que pensaba que siempre iba a ser del mismo equipo de fútbol y del mismo banco, pero sobre esto último, los derroteros me han llevado por otro lado


Pertenezco a una generación que pensaba que siempre iba a ser del mismo equipo de fútbol y del mismo banco. Sigo siendo del mismo equipo de fútbol de todo corazón, eso no ha cambiado nada, pero los derroteros me han llevado por otro lado. La última fase de mi vida profesional se está desarrollando en Bankia, y ha sido una etapa entrañable para mí. Hemos vivido un proceso de transformación extraordinario, al que me gustaría referirme. Cuando me preguntan cuál es la razón, siempre digo lo mismo: fue la transformación anímica del equipo de Bankia. Un equipo que vio el color del abismo, que vio que el abismo era muy muy negro, y reaccionó; y en esa reacción se hizo propietario de este proyecto. A todos ellos también les estoy muy reconocido. Este equipo, y yo mismo, estamos inmersos en un proceso de cambio, un proceso de fusión con CaixaBank en un nuevo entorno; un nuevo proyecto con el cual estamos muy ilusionados.

Por último, nuevamente agradezco este premio y lo comparto con todos los equipos que han formado parte de mi vida profesional”.

38 AÑOS DE ESTRELLAS

La estatuilla de los Premios, diseñada en forma de estrella (la palabra “aster” proviene del latín aster, y este del griego ἀστήρ, estrella) se ha convertido en todo un símbolo con luz propia. Como expresó Eduardo Gómez Martín, director general de ESIC: “Entregar y recibir una estrella nos recuerda que hay personas que han brillado y están brillando y que son –para toda la sociedad y para el resto de las empresas– esa señal, ese faro, que hace que no se nos olvide la importancia del esfuerzo, de la valentía y del buen hacer”.

A lo largo de los años, los galardones han ido ampliando sus categorías. En esta 38ª edición, entre los premiados también se encontraban compañías tan reconocidas como Mahou San Miguel, cuyo director general, Alberto Rodríguez-Toquero, recibió el premio a la Trayectoria Empresarial. “Es un orgullo por el reconocimiento que representa a nuestra vocación por hacer las cosas bien. Un compromiso que pones en práctica cada día, gracias al empuje e ilusión de todos los profesionales que han formado y formamos esta compañía. Este premio nos compromete a seguir superando nuevos retos y a aprovechar las oportunidades que aparezcan en el futuro, pensando en el largo plazo para aportar valor allí donde estamos presentes, impulsando la reactivación económica y el progreso social, con especial foco en apoyar al sector hotelero, tan afectado por la situación actual y clave para la economía y el turismo de nuestro país”, declaró.

El premio a Innovación Digital fue para Bizum. En palabras de Ángel Nigorra, su director general: “Siempre es un orgullo que reconozcan el trabajo que Bizum y sus bancos están realizando para facilitar pagos cotidianos, tanto para realizar compras como para saltar deudas con amigos y familiares. Estamos enormemente agradecidos a ESIC por considerarnos merecedores de este galardón, que nos anima a continuar trabajando con más ilusión, si cabe”.

Entre las categorías que destacan los premios Aster se encuentra el Emprendimiento, área con la que ESIC tiene un fuerte compromiso en su propuesta educativa. En esta ocasión, el premio al Mejor Emprendedor fue para We Are Knitters, un “reconocimiento a años de esfuerzo y dedicación en hacerlo crecer”, aseguraron sus fundadores. Otros premiados fueron Fundación BBK por “Invisible soledad” en Marketing y Valores, o Marketing para NH Hoteles.

Antes de finalizar la ceremonia, el director general de ESIC, llamó la atención sobre la responsabilidad última y común de los galardonados. “Todos sabemos que las estrellas no brillan siempre por sí mismas, sino que lo hacen gracias a otras luminarias. El hecho de hoy hayáis reconocido a la familia, a los amigos, a los equipos, a ese liderazgo local, también hace que tengamos la responsabilidad de que no se nos olvide. Hoy entregar y recibir una estrella nos recuerda que estas también tienen su ciclo de vida, que los éxitos conseguidos o el buen hacer de un momento no duran para siempre, sino que esto exige de nosotros un trabajo constante. Y es más, cuando acabe ese ciclo de vida, que ese resplandor sirva para saber trasladar el testigo. Por lo tanto, para mí –afirmó Gómez Martín– celebrar estos premios es muy interesante porque nos hace recordar, volver a pasar por el corazón tantas y tantas cosas que nos han hecho llegar donde estamos y que, entre todos, podamos compartir y hacer realidad el propósito de ESIC, esto es: transformarnos como personas para hacer un mundo mejor”.


38ª edición Premios Aster de ESIC.

Publicado en Executive Excellence n173 febrero - marzo 2021.


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