Ifema, liderando el cambio
El fuerte desarrollo tecnológico vivido en los últimos años, unido a la irrupción de la digitalización en los procesos de gestión, producción y comunicación de las empresas, ha representado un punto de inflexión en el rumbo de la economía. Un gran cambio que ha supuesto la aparición de nuevos modelos de negocio absolutamente inéditos y disruptivos, con el consecuente impacto, y la inminente necesidad de actualización del tejido empresarial e industrial, por una clara razón de supervivencia en un entorno marcado por la globalidad y la alta competencia.
Todo ello, condicionado por el contexto de crisis vivida en los últimos años, que a pesar de haber limitado los recursos para afrontar los nuevos retos, ha sido un claro elemento de presión en los procesos de ajuste y transformación que han sido necesarios para recuperar posición en el mercado, e incluso en ocasiones, para reinventarse.
Un contexto al que no ha sido ajena IFEMA, que vio en la crisis una oportunidad. Un impulso para replantear estrategias y ampliar horizontes. También la exigencia tecnológica ha acompañado en este trayecto al importante cambio experimentado por IFEMA. Merece la pena apuntar que uno de los factores que han marcado la evolución de la industria de las ferias, y otros muchos sectores, ha sido el cambio experimentado en la concepción y medición de la rentabilidad de las empresas. El impacto de la crisis internacional, unida a la transformación digital, ha modificado las prioridades empresariales, y consecuentemente su nivel de exigencia y su necesidad de retorno medible, lo que ha llevado a las ferias y los operadores a adaptarnos con un cambio de estrategias.
Una apuesta por el valor añadido
El nuevo escenario se focaliza prioritariamente en el valor añadido. Hoy, la responsabilidad de IFEMA no solo se ciñe a ofrecer el mejor entorno de negocio, y de mayor alcance internacional, sino a crear alrededor de las ferias todo un ecosistema que aporte innovación, conocimiento e inteligencia, que permita a las empresas y a los profesionales descubrir hacia dónde se dirigen los nuevos retos y exigencias de cada sector y contribuya a avanzar e innovar en sus negocios.
Por ello, el objetivo de IFEMA va más allá de desarrollar plataformas comerciales, y de tendencias. Su apuesta actual también se dirige hacia el desarrollo de estrategias y tecnologías que aporten valor trascendiendo el momento de eclosión que suponen las ferias. El reto es mantenerlas activas a lo largo del año; que permitan una gran conectividad, una mayor eficiencia para el negocio a través de la agenda digital; y mejorar la experiencia antes, durante y después de una feria; algo que es ya una realidad, junto a su actual desarrollo del proyecto de feria aumentada que facilite la participación e interacción virtual. Un proyecto este, pionero en el sector ferial, gracias al trabajo que realiza la Fundación IFEMA LAB, de la mano de un equipo de investigadores que están dando continuidad a las distintas aplicaciones que fueron presentadas en la pasada edición de FITUR. A ello se suma otro hito tecnológico de especial relevancia, como es la inminente instalación de red wifi abierta y de alta potencia para todo el recinto ferial, lo que permitirá a los más de 3,5 millones de visitantes y más de 33.000 empresas que acuden cada año a IFEMA amplificar la capacidad de gestión de su participación en los eventos.
Impactando en el negocio
Este cambio de estrategia ha contribuido no solo a ser percibida IFEMA como una empresa ágil, a la vanguardia tecnológica y volcada en la calidad y cualificación de su actividad, sino también ha ayudado decididamente a revertir al alza los resultados económicos de los últimos años, y con ello a generar mayor riqueza en su entorno y mayor empleo, como consecuencia del crecimiento de actividad. De hecho, en los dos últimos años IFEMA ha crecido un 21% en facturación, y un 48,1% en lo relativo a beneficios operativos, triplicando solo en el último ejercicio 2017 el beneficio neto. Porcentajes que en términos cuantitativos representan en el balance financiero de su último ejercicio 2017, 118,1 millones de euros de ingresos, 22,6 millones de EBITDA y 4,9 millones de beneficio. Unos parámetros que también vienen a significar la solidez de la solvencia financiera de la institución, construida sobre un modelo eficaz, capaz de generar los recursos necesarios para acometer todos sus planes de futuro, y siendo la única entidad del sector ferial que no tiene deuda y genera beneficios. Estos resultados ponen a IFEMA en el mejor camino para la consecución de los objetivos de su plan estratégico, que ha puesto su horizonte en el año 2020, con un crecimiento sostenido anual del 12% y el reto de duplicar su cifra de negocio hasta superar los 200 millones de euros, y de destinar a lo largo de estos próximos cinco años un total de 100 millones de euros a inversiones en tecnología, digitalización del negocio, conectividad y seguridad.
De hecho, el pasado ejercicio ha representado un salto cuantitativo y cualitativo también en sus resultados de actividad, como consecuencia de esa voluntad de cambio que ha llevado a IFEMA a incorporar y desarrollar nuevos proyectos, gestionar importantes congresos internacionales, crear ferias en el extranjero, especialmente en Latinoamérica, además de Europa, Asia y África, y de abrirse a nuevas líneas de negocio como la de los eventos especiales de gran público, permitiendo una mayor rentabilidad y utilización del recinto a lo largo del año.
Proyecto de transformación
Se trata por tanto de la evolución hacia un escenario ambicioso, que ha hecho necesario un proyecto de transformación que ha requerido de un profundo ejercicio de introspección para avanzar en todos aquellos aspectos que puedan mejorar y flexibilizar la gestión, hacerla más rentable y sostenible, y aportar mayor valor a sus clientes y colaboradores, ayudando a su vez a generar negocio y a impulsar el cambio. Un proceso en evolución que abre importantes oportunidades de futuro y un marco favorable para el crecimiento, como así apuntan las previsiones al alza para el próximo ejercicio que estima un incremento superior al 10%, con unos ingresos de más de 130 millones de euros, y unos datos de actividad que rondarán los 600 eventos, las 33.000 empresas expositoras, los 3,5 millones de visitantes y los 1,2 metros cuadrados de exhibición.
Este reto de crecimiento va asociado e indisoluble al compromiso del cambio de IFEMA y su apuesta por la innovación y la transformación tecnológica y digital, sin olvidar el peso que la experiencia real tiene en la actividad ferial.
Estamos asistiendo por ello a un momento ilusionante, en el que hemos aprendido a contemporizar lo más innovador, como es la concepción digital del negocio, con el valor de lo que constituye la esencia de las ferias; el contacto humano, el contacto directo y el intercambio real. Un valor que hace de las ferias una de las más poderosas y rentables herramientas de marketing y su fortaleza, en la travesía de la internacionalización, las hace imprescindibles para las empresas.
Este es el camino emprendido orientado al futuro y dirigido a desarrollar toda una estrategia de valor añadido a nuestras empresas.
Eduardo López-Puertas, director general de IFEMA.
Texto publicado en Executive Excellence nº150 julio-agosto 2018.