Reflexiones sobre la innovación en España
La Innovación: El difícil consenso de todos los sectores de opinión
A pesar de la extremada dificultad en encontrar puntos de coincidencia entre sectores de opinión tan diversos como políticos, empresarios, académicos y Administración Pública, parece que la necesidad de Innovación lo ha conseguido.
Todos los sectores mencionados, sin excepción, reconocen que, a pesar de ser España la octava potencia económica del mundo, dicha situación se verá seriamente comprometida en el futuro próximo si analizamos más en profundidad los componentes, y el peso específico de cada uno de ellos, que nos han permitido escalar hasta dicha posición.
Tanto la excesiva concentración de determinados sectores de nuestra economía (tales como la construcción o el turismo) extremadamente sensibles a las actuales circunstancias económicas, como la progresiva eliminación del factor de competitividad de la economía española basado en unos costes de mano de obra barata, ponen en evidencia la dudosa sostenibilidad de nuestra posición.
Por lo tanto, alcanzados (y en algunos casos superados) los niveles de madurez en algunos de los aspectos claves que conforman la competitividad, tales como la calidad (España es el cuarto país del mundo en nº de Certificados ISO 9000:2000), la progresiva (aunque aún insuficiente) modernización de infraestructuras y la abundancia y nivel de preparación de nuestras generaciones de técnicos y universitarios, es evidente que habrá que buscar las claves de nuestro futuro progreso en aquéllos aspectos de la competitividad menos desarrollados y que, por lo tanto, ofrezcan una mayor capacidad de desarrollo.
De nuevo todos los sectores de opinión consultados coinciden en que la Innovación (en su amplia acepción del término) es la vía (y para algunos la única) más importante para asegurar la sostenibilidad de nuestra economía en la crisis globalizada que nos ha tocado vivir.
Y… si todos estamos de acuerdo sobre la importancia estratégica de la Innovación para España, ¿qué hemos hecho en el pasado y qué debemos hacer en el futuro para asegurarnos el éxito de su despegue y consolidación?
Pero... la sensibilización hacia la Innovación no es fruto de la tradicional improvisación española
Sin perjuicio de la veracidad de las afirmaciones anteriores, la sensibilización hacia la Innovación por parte de la Administración y las organizaciones españolas, no ha sido una inquietud sobrevenida, ni despertada súbitamente por la llamada deslocalización en nuestro pasado reciente y la denominada crisis globalizada de nuestro presente inmediato.
Tanto desde la Administración, como desde las organizaciones empresariales y universitarias, se viene trabajando con mejor o peor fortuna en el impulso de políticas económicas, empresariales o académicas que impulsen a nuestro país hacia la Innovación. La Administración, potenciando el desarrollo de una infraestructura especializada, fomentando los Parques Científicos y Tecnológicos, etc. así como mediante programas de incentivos y subvenciones a las propias actividades investigadoras, las organizaciones empresariales acometiendo programas de internacionalización, desarrollando propuestas de valor innovadoras y las universidades fomentando el trabajo científico e investigador en tecnologías punteras y potenciando su traslado al tejido empresarial a través de las OTRIs (Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación).
Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos realizados, todos los agentes involucrados reconocen el escaso éxito en términos de “valor” de las acciones individuales o colectivas abordadas hasta ahora, aun cuando existan algunas notables excepciones.
Y… si todos están de acuerdo en reconocer la desproporción existente entre el esfuerzo (de promoción, financiación, formación, etc.) realizado y los resultados obtenidos (la situación relativa en términos de innovación y competitividad de España no se corresponde con su posicionamiento económico), ¿cuáles son las reflexiones a las que dicha situación nos conduce?
Hace ya cuatro años que las organizaciones socias del Club Excelencia en Gestión se plantearon dicha cuestión y pusieron en marcha un Programa de Trabajo para, en primer lugar deducir las posibles causas de dicha desproporción y en segundo lugar, buscar soluciones para corregirla. Las organizaciones socias del Club Excelencia en Gestión representan una parte importante del tejido empresarial español (entre todas contribuyen a generar más del 30% del PIB), representatividad sensiblemente potenciada si las consideramos en términos de liderazgo y excelencia aplicada a la propia gestión.
Desde tan privilegiada situación, los líderes de dichas organizaciones se cuestionaron el modelo de Innovación existente (a la vista de sus resultados) y promovieron un Grupo de Trabajo1 dentro del propio Club, integrado por sus directivos de innovación, con el objetivo de identificar las debilidades de dicho modelo y proponer sus sugerencias de mejora.
En el marco de dicha iniciativa, se analizaron en primer lugar los Modelos preexistentes (Oslo, EFQM, COTEC, CIDEM, etc.) y como resultado de dicho trabajo se obtuvieron las siguientes reflexiones que vienen a cuestionar el concepto de Innovación tal y como ha sido tradicionalmente definido.
Primera reflexión: El efecto de una “limitada” visión de la Innovación
Aunque pueda parecer superfluo, la primera decisión del Grupo de Trabajo fue el consensuar una visión compartida del término Innovación. El concepto finalmente acordado fue considerar Innovación como “TODO CAMBIO QUE GENERA VALOR”, señalando así de forma inequívoca los dos conceptos imprescindibles para que exista la Innovación: el Cambio y el Valor.
Una de las primeras reflexiones derivadas del estudio, hace referencia a la limitada “visión” que, generalmente, se tiene de la Innovación. Casi todas las referencias consultadas se refieren a la Innovación particularizada en Proyectos o Programas concretos, de Investigación o de Innovación, omitiendo consciente o inconscientemente algunos importantes factores, como puso de manifiesto el estudio del Grupo de Trabajo.
Desvinculándose de los conceptos preestablecidos, la primera decisión del Grupo de Trabajo fue considerar la Innovación en su término más amplio, expandiendo su enfoque tradicional hacia otro mucho más amplio y multidisciplinar, que se denominó el “Ciclo de Innovación”.
Esta ampliación de la perspectiva ha permitido incorporar al concepto de Innovación, aspectos a los que tradicionalmente no se les había prestado suficiente atención en las organizaciones, la Administración o el resto de agentes sociales involucrados, identificando nuevas vías de actuación que complementen a las ya desarrolladas y contribuyan a mejorar la desfavorable proporcionalidad existente entre nuestra potencialidad económica y la competitividad basada en la innovación.
Las principales aportaciones derivadas de este nuevo enfoque, hacen referencia a los siguientes aspectos tradicionalmente omitidos en los Modelos analizados:
- La definición explícita de una Estrategia de Innovación y su coherencia con la Estrategia Corporativa y de Negocio.
- La consideración de la Innovación en la Planificación de los Recursos, fundamentalmente económicos (financiación del riesgo).
- El desarrollo de políticas de Comunicación interna y externa enfocadas a la Innovación.
- La identificación y desarrollo de todos los elementos que conforman una “Cultura de Innovación” en las organizaciones.
- La evaluación y desarrollo de los conocimientos, competencias y habilidades que potencian la capacidad y actitud innovadora en las personas de la organización.
- La incorporación de la Innovación y asunción de Riesgos en los procesos de desarrollo profesional, evaluación del desempeño y reconocimiento de las organizaciones.
- La visión “integral” del Proceso de Innovación, incluyendo desde la generación de ideas innovadoras, su priorización y evaluación, transformación en Proyectos de Innovación y la medición de sus resultados finales.
- El triple análisis de resultados, en términos de negocio, competitividad e intangibles.
- La prospección y análisis de toda información relevante (interna y externa) para la elaboración de la Estrategia de Innovación.
Realizando un análisis deductivo de la relación anterior, es fácil interpretar que los aspectos sobradamente abordados y desarrollados por los Modelos existentes hacen referencia a:
- Los Proyectos de I+D (estado del arte de la metodología de Gestión de Proyectos) aplicada a la implantación de las ideas innovadoras incluyendo sus correspondientes procesos de certificación (ISO 160000).
- La Tecnología asociada a la Innovación, o en su “alter ego” la Innovación Tecnológica.
En los que, por otra parte, las organizaciones españolas no desmerecen de las europeas, por la eficiencia y eficacia demostradas en la gestión de dichos Proyectos y el desarrollo y utilización de la tecnología asociada.
Segunda reflexión: La escasa visión “sistemática” de la Innovación
Desvinculándose de los conceptos preestablecidos, que consideraban la Innovación como algo más cercano a la Inspiración o a la Visión individual (más propias del mundo artístico que del empresarial), la primera decisión del Grupo de Trabajo fue considerar la Gestión de la Innovación como si fuera un Proceso más del Negocio. Dicha perspectiva permite incorporar a la Innovación todo un mundo de posibilidades que desde su interpretación anterior eran de difícil cuando no imposible aplicación.
La más importante de ellas hace referencia a la necesidad de “Sistematizar” la Innovación. En el Club, definimos la sistematización como “el proceso permanente y acumulativo de construcción de conocimiento a partir de nuestra experiencia de acción o intervención en una realidad específica”. Aplicando dicha filosofía de trabajo al desarrollo de la Innovación en las organizaciones, no solo conseguiremos buenos resultados puntuales, sino, y aún más importante, hacer perdurar la Innovación en el tiempo, incorporándola en el ADN de las organizaciones.
Adicional e indisolublemente unido al concepto de sistematización, el Grupo de Trabajo recomienda la aplicación de la filosofía de Mejora Continua (ciclo PDCA: Planificar, Desplegar, Comprobar, Actuar) a todas las actividades relacionadas con la Innovación, reforzando así su alineamiento con el resto de actividades de gestión del negocio y facilitando así su integración en la cultura, fin último de la propuesta del Grupo de Trabajo.
Tercera reflexión: La difícil trazabilidad entre los resultados de Innovación y los resultados empresariales
De nuevo, el fruto del análisis de los modelos precedentes, en lo referente a la medición del impacto de la Innovación en las organizaciones (y por extensión en los países) nos muestra la existencia de grandes limitaciones, algunas de ellas subsidiarias de la rigidez y cortedad de los enfoques de financiación externa (vía subvenciones o desgravaciones fiscales), dando la impresión de que, el mayor esfuerzo de medición de resultados, está enfocado al control y justificación de los costes incurridos en el proceso de Innovación, más que a la evaluación de los beneficios empresariales obtenidos o esperados.
De nuevo y como fruto de las reflexiones del Grupo de Trabajo, se consideró imprescindible elevar el alcance de la medición del resultado de la Innovación y ampliar el ámbito de aplicación de la misma, identificando fuentes de generación de valor, tanto en los procesos internos (competitividad), como en los externos (mercado, productos, propuesta de valor) e intangibles (modelo de negocio, patentes, propiedad intelectual, etc.)
Y, tras estas reflexiones… ¿qué?
Evidentemente, no seríamos coherentes los miembros del Grupo de Trabajo con las reflexiones y deducciones apuntadas anteriormente si, como consecuencia del conocimiento adquirido y del diagnóstico de éste derivado, no hubiéramos hecho un esfuerzo por exponer las recomendaciones que, a nuestro juicio, vienen a cubrir las lagunas o ineficiencias del Sistema de innovación en España. Permanezcan atentos a esta tribuna, porque en los próximos números les iremos desvelando los conceptos que hemos desarrollado para reforzar las propuestas anteriores y que hemos recogido en el denominado “Marco de Referencia de Innovación”®2.
Ignacio Ruiz
Gerente de Desarrollo Corporativo del CLUB EXCELENCIA EN GESTIÓN
Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº58 abril09