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El zoo empresarial

(Tiempo estimado: 2 - 3 minutos)

La edad cronológica y mental -incluso, podríamos decir “la edad social”- determina la movilidad geográfica de los profesionales; siendo este aspecto especialmente importante para las multinacionales, que operan a nivel mundial; de las cuales, por cierto, nuestro país tiene una nutrida y admirable representación. 

Hay tres animales -tigre, gato y oso- que nos sirven para con formar el modelo que nos permite ilustrar las prioridades en las fases de progresión en la carrera de los mejores trabajadores; esos que todas las compañías queremos y que ahora llamamos talento. Si yo le preguntase, por ejemplo, ¿qué caracteriza al tigre? probablemente respondería la agresividad, la movilidad y la rapidez de movimiento. El gato simbolizaría la búsqueda de una vida más balanceada y tranquila entre la fría calle y el cálido hogar, mientras que el oso querría estar bastante centrado y tranquilo. 

Los tigres son ese tipo de trabajadores denominados como hard workers, centrados en la consecución del éxito de su carrera. Serían profesionales aspiracionales que trabajan más de 60 horas a la semana y está totalmente dispuestos, a cualquier hora de cualquier día o de la noche, a sacrificarse por la empresa. Son expertos en mover a sus casas y sus familias, tiene movilidad total e, incluso aceptan de buen grado ser expatriados en los países más remotos del mundo. Su carrera está presidida por la ambición: desean llegar a la cima tan pronto como sea posible. Incluso su familia es secundaria a su trabajo; lo que más les importa es el reconocimiento de la empresa, y su balance se llama work and work.

Después de cierto tiempo los tigres se convierten en gatos. Se casan, compran una vivienda, tienen hijos, deben llevarles al cole y ocuparse de su educación, etc. La empresa comienza a dejar de ser el único centro de preocupación, porque el trabajador se da cuenta de que hay vida más allá de la propia empresa y la familia comienza a ser mucho más importante. El tiempo que quieren dedicar a la empresa es ya menor de 60 horas y su movilidad comienza ser más compleja. Puede que no les importe viajar entre semana, o incluso estar fuera durante la mayor parte de la semana, pero quieren volver los fines de semana a su dulce hogar. Los gatos exigen que las empresas comprenda la necesidad del balance y la armonía entre su vida laboral y profesional; es decir su balance es work and life. 

En la última parte de la vida profesional, los gatos se transforman en osos, quienes consideran que durante muchos años han trabajado muy duro y que entregado parte de su hermosa vida a la empresa. Piensan no sólo sobre su vida fuera de la empresa,  sino más allá; es decir, en su propia vida cuando se retiren. Trabajar menos de 40 horas es uno de sus objetivos; tienen ya tiempo para disfrutar de su vida y la ocupación plena de su ocio se convierte en su prioridad, puesto que ya no tienen que ocuparse de sus oseznos que hace tiempo abandonaron su cálida osera, y ahora  su interés se centra en el balance de life and life.

Ya lo sabe, o gestiona la “edad social” de sus profesionales o su “zoo empresarial” perderá atractivo para los mejores. 


 

José Manuel Casado González

Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº50 may08 


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