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José María Álvarez-Pallete: “En vez de fronteras, imaginen nuevos horizontes”

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

Bajo el título “Directivos sin fronteras”, la última edición del Congreso anual de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE) debatió sobre el nuevo contexto económico, marcado por la globalización, la paulatina recuperación de las tasas de crecimiento, y el efecto de la digitalización y las innovaciones tecnológicas. 

Cerca de 1.100 directivos españoles y algo más de 100 jóvenes –que participaron en un encuentro paralelo–, tuvieron la oportunidad de escuchar las reflexiones de destacados líderes políticos, sociales y empresariales.

Uno de ellos fue José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica desde abril de 2016, quien fue el responsable de la ponencia inaugural.

Con una cita cervantina: “No ames lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser”, tituló una ponencia en la que trasladó a los “directivos sin fronteras” un mensaje clave: “Las fronteras no son geográficas, son mentales. Por tanto, abran sus mentes y no pensemos en lo que somos sino que ambicionemos lo que podemos ser. En vez de fronteras, imaginen nuevos horizontes”.

El responsable de la operadora de telecomunicaciones habló de un mundo “en el que nada se entiende sin el impacto de las tecnologías. Lo que está ocurriendo tiene su origen en la denominada ley de Moore (cada 18 meses se duplica la capacidad de procesamiento de los chips y se divide a la mitad el coste de producirlos). Estamos viviendo un ritmo de cambio desconocido en la historia de la humanidad”. 

Con más de 16 años en Telefónica, Álvarez-Pallete no solo vive el cambio, sino que desde hace un par de meses siente “el peso de la responsabilidad y de estar a la altura de lo que esta empresa representa. Sé que tengo que ir más rápido y seguir por la senda de transformación que Alierta ha marcado. La presidencia de César pone el listón muy alto”, confesó.

Además de sin precedentes, este cambio es exponencial: “Hace 10 años Internet era un mundo fijo, hoy hay 4.000 millones de personas conectadas a la red a través de la tecnología móvil. Durante los próximos cuatro o cinco años todo va a estar conectado a Internet (coches, neveras, lavadoras…)”. El Internet de las cosas supondrá un vuelco de información hasta ahora desconocido: “Esto va a provocar que en los próximos seis años se multiplicará por 10 el crecimiento exponencial del tráfico de datos por redes móviles. Por tanto, cuestiones como la eficiencia y la productividad cambiarán la vida de las empresas a través de la tecnología”. 

También se está acelerando la rapidez a la hora de transmitir la información: “El 4G ha multiplicado por cinco veces la velocidad, y el 5G va a hacerlo por 20 y eliminará la latencia; todo se hará a la vez”. Como consecuencia, tendremos mucha más información para tomar decisiones en tiempo real y poder juzgar. “No habrá faceta del ser humano que no vaya a ser revolucionada por la tecnología: economía, deporte, arte, etc.”, afirmó Álvarez-Pallete. La cuestión será cómo tomar las mejores decisiones. En gran parte, la respuesta dependerá de la habilidad para analizar los datos.

“Necesitamos capacidad de procesar y comprender la avalancha de datos que se nos viene; y por eso, la explosión de la llamada Inteligencia Artificial. Todos tendremos que digitalizarnos”. No solo la de científico de datos será una profesión de futuro, “sino que necesitaremos sociólogos digitales, politólogos digitales, médicos digitales, etc.”.

Cómo son los nuevos modelos disruptivos

Según el directivo, “las plataformas digitales se están convirtiendo en comunidades en sí mismas: Uber, Facebook, Alibaba, Airbnb… están cambiando los modelos de negocio”. 

La desaparición de las fronteras (entre productos y servicios, en la producción o en la logística) hace que el el foco se centre en la escala: “Hoy distribuir un producto a través de un canal es mucho más sencillo, estamos en una pelea por la escala”. 

Álvarez-Pallete instó a los directivos a imaginarse sus empresa de una manera distinta, porque la realidad de nuevos modelos de negocio se impondrá sin poderlo remediar: “Antes las empresas de teleco vendíamos minutos de voz, pero ese es un servicio que la genta ya no quiere; luego encontramos en el negocio de los sms una fuente de ingresos, pero de repente apareció WhatsApp gratuito y surgió un nuevo modelo, que fue disrupción y rompió una vía de negocio”.

Asimismo, ofreció algunas orientaciones para lograr compañías de éxito: “Si una empresa hoy quiere triunfar, debe tener alguno o todos estos elementos, que son los cuatro ‘superpoderes’ que las nuevas plataformas tienen en común”:

  • Tiene que ser magnética: capaz de atraer a otros para que innoven en su ámbito (como hace Apple con sus aplicaciones, o Uber, que sin tener ningún producto propio ha detectado dos parcelas de necesidad y las ha puesto en contacto).
  • Tiene que ser en tiempo real: el producto se diseña y prepara por la noche, al igual que las actualizaciones de software, para que el consumidor pueda disfrutarlas al día siguiente.
  • Tiene que ser infinita: como Facebook, con gran capacidad de almacenamiento y servidores preparados.
  • Tiene que ser personal: la gente ya no quiere comprar y tener un producto idéntico al de los demás. 

El presidente de Telefónica destacó la cuestión –aún no resuelta– de la regulación de estas nuevas plataformas: “¿Están siendo comprendidas por los reguladores?”, se preguntó. “Las normas de este juego no están escritas. Igual no hay que regular a Uber, pero sí desregular a otros, o viceversa”.

Más allá de cualquier legislación o confín, Álvarez-Pallete resaltó que “siempre existirán fronteras en la ética y la moral. No me refiero solo a los valores sobre la privacidad y la seguridad, sino a los valores humanos, de respeto. Como directivos, debemos ser activos en proponer qué marco de valores queremos para nuestras empresas y para nuestra sociedad; y ser activos en la elaboración de normas”.

El ejemplo de Telefónica

“Nunca ha habido frenos mentales en Telefónica. Es una compañía que siempre ha amado lo que podría llegar a ser”, desveló. 

La historia de la organización así lo demuestra. De ser una fábrica de voz se ha convertido en una compañía de datos: “Hemos pasado de vender minutos a vender gigabytes. Esto exige una complejidad y una rapidez brutal, pero estamos siendo capaces de reinventarnos”

Tanto es así que “ya no miramos Telefónica por países ni por departamentos, sino por plataformas. Nuestros activos físicos (los centros de datos, los call centers, etc.) hacen que las personas puedan digitalizar su vida. Por eso, la plataforma de activos físicos es fundamental. La segunda son nuestros sistemas, que hacen inteligente a la primera plataforma (como la computación en tiempo real), la tercera son los productos y servicios que distribuimos de otros (vídeo, cloud, machine to machine, seguridad, IoT, etc.). Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que los datos que tenemos son mucho más potentes que los que nunca tendrán Uber, Airbnb, etc., porque la red no duerme. Por eso, vamos a agregar todos los datos para devolvérselos al ciudadano, para que pueda decidir qué quiere hacer con ellos, porque creemos que son suyos, y él debe decidir. Si lo hacemos, empezaremos a cambiar las reglas del juego”.

Además de ese conocimiento diferencial, el presidente de Telefónica destacó la posición de España en fibra óptica: “Somos el tercer país de la OCDE en redes de fibra óptica, por detrás de Japón y Corea”. Hay más fibra en España que en Alemania u otro país europeo, porque se ha incentivado el desarrollo de esas redes y se ha comprendido que la digitalización es importante: “Esto nos da unas ventajas competitivas que debemos aprovechar”. 

En la era de la colaboración, Álvarez-Pallete animó a “matar la complejidad, digitalizar las empresas, abrir las puertas a la innovación en abierto, e invertir en ella”, porque la innovación no va a venir solo por la I+D tradicional o por los canales internos, sino también por los externos.

El directivo no quiso finalizar su exposición sin poner en valor la misión social de la compañía –“debemos tener una legitimidad en valores, en la forma de hacer las cosas”– y mencionó el trabajo que desarrollan a través de Profuturo: “Telefónica tiene la segunda organización de cuidado de la infancia más grande del mundo, solo por detrás de Unicef. Somos la tercera entidad en inversión educativa a nivel mundial”.


 


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