El liderazgo de Isabel la Católica
Elegir a los hombres con talento y fiar bravamente en ellos”, decía Isabel la Católica. Su vida es un modelo de liderazgo en un tiempo y lugar donde la mujer jugaba un papel muy secundario en todos los niveles sociales: pueblo, nobleza y realeza.
Estas fueron sus características:
1. LEGÍTIMA AMBICIÓN POR EL PODER. La primera característica del líder es desear el liderazgo y sentirse capacitado para él. La subida al trono de Isabel es un verdadero asalto al poder: victoria sobre el reino, sobre Portugal y hasta sobre las aspiraciones de su propio marido. Sus derechos a la Corona no eran evidentes.
2. LIDERAZGO EN SITUACIÓN DIFÍCIL. La aristocracia castellana creada por las mercedes enriqueñas quería seguir controlando el Estado. En la Farsa de Ávila los nobles rebeldes depusieron a Enrique IV e instalaron en el trono a Alfonso, hermano de Isabel. La muerte de este les obligó a cambiar de planes. Aquí apareció para Isabel su esperanza al trono.
3. APROVECHAR OPORTUNIDADES RESPETANDO LA INSTITUCIÓN. Forzado por los nobles en el pacto de los Toros de Guisando, Enrique reconoció a Isabel como princesa heredera. Esta demostró entonces un profundo sentido político. No se prestó a ninguna acción contra Enrique, al que siguió respetando como titular de la Corona.
4. VISIÓN ESTRATÉGICA. Leal a la Corona y a sus derechos al trono, Isabel supo preparar el futuro. El pacto de Guisando fue fundamento jurídico de sus derechos como princesa heredera y esperó pacientemente la muerte de su hermanastro.
5. CASAMIENTO INTEGRADOR. Desde niña Isabel ya estaba comprometida con Fernando. Enrique quiso casarla con nobles castellanos y portugueses para alejarla del trono de Castilla. De todos se pudo evadir Isabel para casarse finalmente con Fernando, en secreto.
6. TOMAR DECISIONES, ACTUAR Y ANTICIPARSE. Isabel tenía todo pensado. Al morir Enrique, no pierde un solo día y prepara una ceremonia sencilla y espectacular, creando una situación irreversible. En Segovia se alzan pendones por Isabel, reina, y don Fernando, su legítimo marido.
7. LLEVAR LA INICIATIVA. Su proclamación cogió a todos desprevenidos, incluso al mismo Fernando, reducido a rey consorte. Isabel creaba una situación nueva, con una política de hechos consumados: reconocer el nuevo poder u oponerse a él, sin término medio.
8. FLEXIBILIDAD NEGOCIADORA Y EJERCICIO DEL PODER. La autoproclamación suscitaba la oposición de Fernando, como rey consorte; la de los nobles opuestos al poder real; y la de Portugal, contrario a un bloque hegemónico Castilla-Aragón. Isabel tuvo que negociar con su marido, enfrentarse a una guerra civil y rechazar la invasión de las tropas portuguesas.
9. EL YUGO Y LAS FLECHAS: TANTO MONTA. El Acuerdo firmado en Segovia muestra tanto la energía de Isabel como la inteligencia política de ambos monarcas. Todas las decisiones tomadas durante el reinado fueron en nombre de ambos. Las iniciales de sus nombres (Y/F) están grabadas en monedas, libros, documentos y edificios.
El reinado de Isabel y Fernando, como el de todo gran líder, culmina en algo muy superior a lo que empieza: fin de la Reconquista (tras la invasión musulmana en 711) con la toma de Granada en 1492, descubrimiento de América y posicionamiento de España como potencia mundial.
El liderazgo excelente reside, sin duda, tanto en mujeres como en hombres. Pero el liderazgo de Isabel y el de Fernando, alineados, transformó el mundo de entonces.
LIDERAZGO
José Medina, presidente de Odgers Berndtson Iberia
Artículo publicado en Executive Excellence nº100 feb13