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Estrategia con un excellence touch

(Tiempo estimado: 2 - 4 minutos)

Más de un tercio de las organizaciones que obtiene reconocimientos a su alto nivel de excelencia en gestión se muestra incapaz de mantenerlo durante décadas, según estadísticas vigentes en la EFQM. Más aún, un porcentaje incluso mucho mayor del total de organizaciones existentes fracasará en su intento de implantar algún programa de transformación.

Todos estos resultados debidamente extrapolados apuntan consecuencias devastadoras. Muchas de las compañías que conocemos hoy desaparecerán en un plazo no superior a 20 años. Una parte importante de las reformas gubernamentales no tendrá éxito alguno. Los esfuerzos por crear un más amplio cambio social se quedarán en agua de borrajas.

Apoyándonos en la experiencia y en la gran variedad de investigaciones llevadas a cabo en el campo de la gestión en los últimos tiempos, existen prácticas y culturas organizativas que demuestran cómo sus líderes pueden presentar resultados hoy, a la vez que preparan sus respectivas organizaciones para los desafíos del futuro. Sin embargo, el problema para muchas otras, según Richard P. Rumelt, experto en estrategia y autor de Good Strategy, Bad Strategy, no es simplemente una cuestión de ausencia de una buena estrategia, sino que, debido a errores conceptuales y de malinterpretación del liderazgo, persiguen una evidente mala estrategia.

Toda estrategia con excellence touch posee una estructura básica con cinco elementos principales: una visión que señale dónde se quiere llegar, un diagnóstico que fotografíe la situación actual, un portfolio coherente de iniciativas, una estructura para implantar toda la acción y un sistema de gestión que asegure que tanto la mejora continua como la transformación a alcanzar se incorporarán a la infraestructura de la organización.

La visión debe indicar dónde quiere llegar la organización en un plazo de tiempo suficiente, presumiendo que será alcanzable. No obstante, y quizá más importante aún, es que proporcione un conjunto de reglas generales, o elementos guía, que ayuden a superar los retos implícitos en la organización. Por ejemplo, volcar los recursos para lograr convertirnos en líder de opinión forma parte de la visión del Club Excelencia en Gestión.

Una vez se han establecido los objetivos de la organización a largo plazo, la tentación de saltar directamente a la acción puede ser poderosa, pero sería un grave error hacerlo. Tener éxito implica  dedicar un tiempo extra a evaluar capacidades, habilidades y cultura organizativa para materializar las aspiraciones. Adicionalmente, un correcto diagnóstico de dónde está la organización en relación a los retos que pretende superar, resume y clarifica los mismos. Por ejemplo, un diagnóstico de la organización, con una herramienta de eficacia demostrada como el modelo EFQM, aumenta extraordinariamente la probabilidad de definir una buena estrategia.

Establecida la visión y realizado el diagnóstico, es el momento de diseñar un portfolio coherente de iniciativas que permitan hacer realidad la visión, contemplando a su vez sus elementos guía, y pasar a la acción paso a paso, de manera coordinada. Identificar el portfolio correcto no siempre es fácil y se me ocurren analogías con la salud humana. Uno se siente enfermo, acude al médico, describe los síntomas respondiendo a preguntas, se somete a pruebas, el doctor elimina posibilidades y si es preciso utiliza nuevos tests para concluir una valoración de nuestra enfermedad. El tratamiento, como nuestro portfolio de iniciativas, debería ser el resultado de todo ese proceso.

Una estrategia con excellence touch necesita, para poder funcionar y lograr que la transformación se materialice, conectar la fuerza de la organización y aplicarla allí donde produzca su mayor impacto. En cualquier transformación se van aprendiendo lecciones por el camino, ocurren eventos imprevistos que van exigiendo la adaptación del plan y los niveles de energía van sufriendo altibajos que deben ser gestionados para lograr llegar al final. La estructura adecuada y un motor del cambio, son elementos críticos.

Y ¿cómo mantenemos el impulso hacia delante? Para desarrollar la capacidad de mejora continua y sostener después la transformación, necesitamos incorporar todo a la infraestructura de la organización, al sistema de gestión. De acuerdo con una reciente encuesta realizada por Madison para el CEG, entre más de 300 empresas y organizaciones, 8 de cada 10 considera que un proceso de transformación tendrá mayor probabilidad de éxito si cuenta con un sistema de gestión.

Nuestra experiencia nos indica que poniendo en práctica los cinco elementos principales de una estrategia con excellence touch, vuestra organización estará en el camino correcto para alcanzar resultados excepcionales hoy y prepararla, a su vez, para afrontar los desafíos futuros.


GESTIÓN / ESTRATEGIA

Juan Liquete, secretario general del Club Excelencia en Gestión.

Artículo publicado en Executive Excellence nº94 jul/ago12.


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