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La RS como impulsora de la gestión innovadora y creativa en el Tercer Sector

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)

El Tercer Sector de Acción social1 ha experimentado un gran crecimiento en las últimas décadas ligado a la democratización, al desarrollo económico, a la revitalización de la sociedad civil y a la evolución del Estado de Bienestar español, pese a que estamos hablando de un sector relativamente joven y marcado por el escaso desarrollo organizativo. 

Sin embargo, nos encontramos también ante un sector dinámico, compuesto por un gran número de organizaciones de tamaño y presupuesto reducido pero con una predisposición y motivación que acompaña a la evolución del mismo. Las causas que acompañan a la paulatina evolución del sector suelen ser la falta de recursos no solo económicos sino humanos. Es aquí, precisamente, donde la responsabilidad social cobra un protagonismo fundamental para poder gestionar estos recursos y mantener a flote no solo el presupuesto de las organizaciones sino también la motivación y la iniciativa de la plantilla. Las entidades del Tercer Sector o entidades sociales no deben ofrecer o producir solo servicios o apoyo, deben ir un paso más allá, transmitir valores y fomentar la construcción de una sociedad basada en valores.

Lo cierto es que estamos hablando de un sector que, como afirma el catedrático Gregorio Rodríguez Cabrero2, cuenta con varios retos tanto instrumentales como de carácter sociopolítico. En lo que se refiere al crecimiento organizativo del Tercer Sector de Acción social, nos encontramos en un momento de maduración en el que es necesaria la articulación del mismo y el trabajo en red. El objetivo de las entidades de acción social es asegurar una fuente de financiación estable que favorezca la planificación a largo plazo, la consolidación de proyectos y una desvinculación de la Administración Pública, que podría ser posible gracias a una transformación de la Ley de Subvenciones y a la introducción de las cláusulas sociales. Seguir apostando por planes de formación y reciclaje de las personas que trabajan en y para el Tercer Sector, es uno de los retos y, en ocasiones, asignatura pendiente de las ONG. Es especialmente relevante la preparación de las personas voluntarias, entendiendo el voluntariado como algo solidario y no meramente instrumental. El Tercer Sector se verá reforzado y reformado si logra fomentar una gobernanza participativa y transparente –lo que en el mundo empresarial se conoce como buen gobierno-, unas estructuras horizontales y un sistema de gestión integral de los recursos humanos. Las ONG deben liderar, ser proactivas y receptivas a la hora de integrar la responsabilidad social en sus estructuras y no caer en el falso pensamiento de que por ser entidades no lucrativas, con valores sociales, son responsables socialmente por naturaleza.

Es a partir de los años 80 cuando el Tercer Sector comienza a despuntar y cuando la sociedad civil manifiesta sus demandas a través del mismo, sin embargo, aún cabe proponerse el desarrollo democrático como otra de las principales metas u objetivos de estas entidades. ¿Estamos las asociaciones y fundaciones promoviendo un modo activo de participación ciudadana? ¿Favorecemos la intervención, proposición y actitud democrática y abierta de los ciudadanos más allá de las urnas? El Tercer Sector de Acción Social se ha encontrado con la necesidad de convertir en rutina la participación de todas las organizaciones en las políticas de inclusión social, pretensión que se hace plausible a través de la europeización de las políticas sociales en la Estrategia 2020. Asume el Tercer Sector por tanto un reto más, el desarrollo de un diálogo civil similar al ya existente diálogo político y diálogo social. Todas estas metas o retos se alcanzarán gracias a la innovación y la creatividad del sector impulsadas desde la responsabilidad de cada una de las organizaciones y la apertura a la transformación y adaptación de las mismas a las necesidades sociales actuales.

Hoy día, el Tercer Sector sigue creciendo, innovando y siendo más creativo tras una primera apuesta por la profesionalización; propósito que cada vez tienen más claro y es llevado a cabo por organizaciones no lucrativas, independientemente de su tamaño y actividad. Las organizaciones combinan su misión solidaria de lucha por la promoción de los derechos y la igualdad que les caracteriza, con mejoras y avances en su gestión técnica, innovación, creatividad y calidad de su actuación.

Las organizaciones del Tercer Sector que cada día invierten más en su gestión no solo se ocupan de ayudar y atender a sus beneficiarios, usuarios y resto de grupos de interés, sino que además lo hacen con calidad reconocida. Estas ONG saben gestionar personas y recursos -en muchas ocasiones escasos- y finalmente conseguir resultados exitosos en su gestión diaria. Hablamos de aquellas asociaciones y fundaciones que apuestan realmente por la mejora continua a través de la inversión en el conocimiento individual de sus trabajadores y en la creación de métodos y procesos que eviten la pérdida de esos talentos. 

El Tercer Sector está hoy donde está gracias al esfuerzo de personas que han dedicado su tiempo a luchar por una sociedad del bienestar que incluya a quienes están excluidos  socialmente. El inconveniente, como afirma Nuria Rodríguez3, responsable de Calidad de la Fundación Luis Vives, es que el mundo de las organizaciones, de la gestión, la tecnología y las personas ha cambiado y la realidad se ha transformado a un ritmo vertiginoso. Para el Tercer Sector de Acción Social, el exceso de actividad y la orientación a los usuarios ha supuesto el cien por cien de los esfuerzos dedicados y se ha olvidado en muchas ocasiones de la visión estratégica, fundamental para adecuarse a este nuevo entorno. 

Ahora toca mirar al futuro, buscar la flexibilidad para incorporar cambios, crear líderes, fomentar la creatividad y la innovación dentro de las organizaciones no solo en las formas de hacer, sino también en las formas de relacionarse y pensar. Es necesario fomentar el trabajo en equipo, potenciar redes de colaboración entre los actores del Tercer Sector y otros agentes sociales, y ser capaces de generar recursos propios para lograr la continuidad de los programas. Todo ello de una manera responsable con todos nuestros públicos, con los que siempre lo han sido y con los nuevos grupos de interés con los que surgen nuevas alianzas y proyectos, por ejemplo las empresas.

Hablar de una gestión innovadora y creativa significa hablar de la gobernanza participativa y de la orientación a la motivación de equipos y consolidación del liderazgo, anteriormente citados. Las organizaciones, y por ende, sus líderes se reafirman en la tarea necesaria de diseñar sistemas y ambientes donde las personas puedan desarrollarse, ser creativos, sugerir mejoras, ser flexibles, escuchar las motivaciones y aportaciones de los trabajadores como seres individuales y, en definitiva, crear un clima laboral propicio y adecuado. 

El Tercer Sector de Acción Social se empieza a dar cuenta de que para dirigir bien ya no basta con saber administrar y gestionar eficazmente, hace falta algo más, hay que aportar un valor adicional. Fructuoso de Castro, experto en gestión de entidades, asegura que es preciso comunicar eficazmente y ejercer un liderazgo integral. Se trata de un liderazgo responsable. Al hablar de responsabilidad, el liderazgo apunta a varios tipos de responsabilidades: el líder es responsable ante sí mismo, ante su equipo o colaboradores más cercanos, ante su organización y ante la sociedad.

Si hablamos de innovación no podemos ignorar la transformación tecnológica que como adelanta Gutiérrez-Rubí en su libro 32 Tendencias de cambio 2010-2020 será cada vez más amable, intuitiva y cómoda. La tecnología se adapta con facilidad a la vida cotidiana y cada vez elimina más barreras de usabilidad. Desde el Tercer Sector de Acción Social nos sumamos al cambio tecnológico trabajando por estrechar la brecha digital entre las personas más vulnerables. 

El Tercer Sector se mueve, cada vez cobra un protagonismo mayor y busca su nuevo lugar en este mundo actual. Anticiparse y detectar los movimientos del sector que nos ocupa es parte del trabajo de investigación y análisis que la Fundación Luis Vives desarrolla, además de tender puentes entre entidades enfocadas al trabajo en red en coherencia y consonancia con su misión de apoyar y fortalecer al Tercer Sector. En esta misma línea, desde la Fundación Luis Vives organizamos el II Congreso Anual de Excelencia en el Tercer Sector, bajo el lema “Innovación y Creatividad”, que tendrá lugar en Madrid los días 1 y 2 de diciembre, como espacio de encuentro entre las entidades no lucrativas, el mundo académico y empresarial. Una oportunidad para escuchar a profesionales del sector y caminar de la mano hacia la evolución, las nuevas tendencias y retos que acechan al Tercer Sector de Acción Social. 

NOTAS

1 Nos referimos a la definición adoptada por el Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España publicado por la Fundación Luis Vives en 2010. “El conjunto de entidades formalmente organizadas, privadas, sin ánimo de lucro, que gozan de la capacidad de autocontrol institucional y cuentan con el grado de participación voluntaria”. 

2 Declaraciones en la Presentación Anuario del Tercer Sector de Acción Social en España. 20 de octubre de 2010 en Casa Encendida. 

3 Entrevista en la Revista Executive Excellence nº73, septiembre 2010. 


Esther Camuñas y Beatriz Revilla, área de Comunicación de la Fundación Luis Vives. Artículo publicado en Executive Excellence nº75 nov10.


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