La selección de buenos colaboradores. El caso Basilio Bessarione

Por Javier Fernández Aguado

Cuando Nicolás V (1397-1455) alcanzó el solio pontificio, entre los innumerables aprietos que le esperaban se encontraba el anhelo de la ciudad de Bolonia por independizarse de la férula romana. Para pastorear adecuadamente el enfrentamiento, el 23 de mayo de 1447, el santo padre nombró obispo de esa ciudad a un oriundo, Giovanni Batista del Poggio. No lo encumbró solo por su nacimiento, sino, sobre todo, por su preparación. La investidura fue recibida con alegría por parte de los implicados, que lo encarecieron con repicar de campanas y procesiones públicas.

Con todo, los boloñeses seguían reclamando de forma insaciable más autonomía. El papa deseaba que las aguas bajasen calmas. Fue posible pocos meses más tarde. En concreto, con la firma de unos pactos el 24 de agosto de 1447. Bolonia disfrutaría de acotada soberanía y el legado pontificio compartiría la administración con el Senado de la localidad y sus magistrados. La elección de las autoridades sería autónoma, dispondrían de milicias propias y las pontificias garantizarían la seguridad frente a enemigos externos.Los boloñeses seguían reclamando de forma insaciable más autonomía

La interlocución quedó fijada por un lado a través de Sante Bentivoglio, distinguido personaje de la ciudad, conocido por su ponderada ecuanimidad. Por parte de Roma, y en una primera instancia, el propio pontífice se sentaría en las negociaciones.

Para mimar más al revoltoso municipio, poco tiempo más tarde designó gobernador de Roma al boloñés Giovanni Poggio. Su sustituto sería su hermano, Giovanni Calandrini. Por si no fuera suficiente, convocó al gobernador de Bolonia, Astorgio Agnesi, como nuevo miembro del sacro colegio.

Corría el año 1449 cuando nuevas tormentas políticas asomaron en el horizonte. Decidió entonces Nicolás V seleccionar como legado (delegado del gobierno) al célebre patriarca Basilio Bessarione (1403-1472). En el documento en el que informaba a los incansablemente bulliciosos, les aseguraba que ese mortal eximio sería como un ángel de la paz. Así sucedió.El cardenal griego supo surfear con sabia moderación para evitar conflictos

Bessarione llegó a Bolonia el 16 de marzo de 1450. Aquí permanecería durante todo el pontificado de Nicolás V. A lo largo de ese lustro, el cardenal griego supo surfear con sabia moderación para evitar conflictos. Por su sesgo humanista dedicó especial atención a la antigua universidad, otrora floreciente, que se había despeñado en profunda decadencia a causa de los remolinos sociales de los últimos cincuenta años. También, porque los dirigentes locales habían estado muy atentos a sus propios intereses y no a los del municipio. Ayunos de ética, tampoco habían sido cuidadosos con la técnica. El resultado había sido una calamidad colectiva.La obra de Bessarione fue particularmente fructuosa, porque supo mantenerse por encima de los intereses partidistas

El legado pontificio centró particular interés en la selección de profesores convenientemente preparados a los que retribuyó con generosidad y proporcionó nuevos edificios. Poco a poco fue congregándose un selecto grupo de literatos en torno a su persona. La obra de Bessarione fue particularmente fructuosa, porque supo mantenerse por encima de los intereses partidistas. ¡Cuántos ejemplos más pueden encontrarse en “2000 años liderando equipos” (Kolima, 2020)!El prelado volcó su esfuerzo en apaciguar las pasiones populares, suavizar los egoísmos nacionalistas y castigar a los delincuentes que el mal gobierno había permitido crecer en número. A nadie se le pasó por la cabeza plantear una amnistía para los malhechores

El prelado volcó su esfuerzo en apaciguar las pasiones populares, suavizar los egoísmos nacionalistas y castigar a los delincuentes que el mal gobierno había permitido crecer en número. A nadie se le pasó por la cabeza plantear una amnistía para los malhechores. Una conducta ejemplar y el cumplimiento atento de sus deberes se convirtieron en un paradigma para quienes le contemplaban con mirada limpia. Muchos laudaron su energía por mantener las mejores relaciones con Sante Bentivoglio.

Los frutos de tanta brega enseguida se pusieron de manifiesto. El orden y la paz retornó. Los boloñeses depositaron tanta confianza en el legado que siempre que era posible lo requerían como árbitro de sus disputas. Incluso críticos severos como Girolamo de Burselis tuvieron que admitir el extraordinario respeto de Bessione por el derecho y la justicia. Quizá acopiaba en la memoria la incisiva interpelación de San Agustín: “Excluida la justicia, ¿en qué se diferencia un gobierno de una banda de forajidos?”. Acuciante pesquisa entonces y ahora.Frente a la inclinación de muchos directivos por la ostentación, él vivía de forma frugal. Al margen de conductas prepotentes y groseras, Bessarione se comportaba con cordialidad

El purpurado heleno cuidó las denominadas hoy día habilidades blandas (soft skills), entre las que se cuenta la amabilidad. ¡Qué eficaz es recordar que la afabilidad y la sonrisa componen en buena medida la generosidad de los poderosos! Frente a la inclinación de muchos directivos por la ostentación, él vivía de forma frugal. Al margen de conductas prepotentes y groseras, Bessarione se comportaba con cordialidad.

Los boloñeses honoraron la memoria del legado con un epígrafe que le calificaba como benefactor de la villa. Fue la prueba del algodón de la buena elección realizada por Nicolás V, al haberle confiado el gobierno de la ciudad de los estados pontificios más ilustre después de Roma.

 Javier Fernández Aguado, socio director de MindValue.

Imágenes: © Freepik, @ Pixabay (Bolonia), ©Javardh y © McKenna Phillips en Unsplash  (pluma y manos).

Artículo publicado en diciembre de 2023.