Liderazgo español, por José Manuel Casado
Cada maestrillo tiene su librillo y cada experto, su definición, pero para quien suscribe, “el liderazgo es un proceso complejo y dinámico de influencia sobre personas para conseguir resultados en una situación determinada”. Por ello, me gustaría dejar claro que el liderazgo del que hablamos, el de las organizaciones, el de verdad, no se entiende sin resultados.
Soy un firme defensor del concepto de liderazgo pegado a resultados, porque es de la capacidad gerencial de los líderes de la que dependen los resultados, ya que esa capacidad es uno de los factores importantes de la productividad total. Como me dijo en una ocasión, el ya fallecido, amigo y profesor, Emilio Ontiveros: “En la medida en que la Productividad Total de Factores (PTF) refleja la eficiencia con que los factores de la producción son utilizados, las mejoras organizativas en las empresas y, muy especialmente, la calidad de la función empresarial, de la gestión, desempeñan un papel central”. En este sentido, tener buenos o malos directivos no es una cuestión neutral o baladí porque tiene un impacto importante en los resultados que se obtienen y así lo demuestran multitud de estudios e investigaciones.Soy un firme defensor del concepto de liderazgo pegado a resultados, porque es de la capacidad gerencial de los líderes de la que dependen los resultados
He de reconocer que soy un apasionado de este fenómeno; no en vano, uno de mis últimos libros lo dediqué a este asunto y lo titulé Liderazgo Made In Spain: Claves para la Competitividad. Para la redacción del mismo, llevamos a cabo un estudio a través de encuestas con una muestra importante de directivos españoles, y tuve el honor de contar una docena de grandes personalidades del mundo empresarial que de manera sostenida vienen liderando –de verdad– empresas y consiguiendo resultados, y a los que tuve el privilegio de entrevistar personalmente.
José Manuel Casado González, socio de 2.C Consulting y presidente de Qaracter.
Quizá se preguntará ¿por qué un libro con este título? Desde luego hay muchas razones. La primera es porque creo que hay una ausencia de liderazgo importante en la sociedad y en la empresa. En este sentido, la mayoría de los estudios y expertos significan que, de todas las personas que están ocupando puestos de responsabilidad en las organizaciones, solo un 20% pueden ser consideradas como auténticos líderes: individuos capaces de transformar contextos y crear entornos organizativos retadores y atractivos. La mayoría, el 80% restante, son más bien gestores; individuos que mantienen, reproducen, conservan y responden con soluciones viejas a problemas nuevos. El propio John Kotter llegó a decir que “no se pueden dirigir empresas del siglo XXI, con estructuras del siglo XX y directivos del siglo XIX”, en clara alusión a este terrible déficit que padece el mundo de las organizaciones.
Otra de las razones, no menos importante, es que es mucho lo que se habla, se escribe y diserta sobre el liderazgo, de forma que el concepto se retuerce banalmente como remedio para casi todos los males que vive nuestra sociedad y sus organizaciones, sirviendo cualquier ejemplo para explicarlo e interpretarlo.
En España disponemos de magníficos líderes empresariales; hecho no sobradamente conocido por la comunidad internacional, quizá porque no lo digamos
¿Y lo de Made In Spain? Pues porque estoy convencido de que en España disponemos de un nutrido grupo integrado por magníficos líderes empresariales; circunstancia que, sin embargo, no es sobradamente conocida por la comunidad internacional, quizá porque no lo digamos. Ya me advertía mi buen amigo Luis Bassat –por cierto, un líder de la publicidad y gran experto en marca y uno de participantes en el texto referenciado–: “José Manuel, las cosas hay que hacerlas, pero sobre todo… hay que decirlas”.
¿Existen aspectos o cualidades diferenciales de los líderes españoles?
La respuesta es que no demasiadas, aunque, generalizando, hemos de resaltar algunas que se nos antojan importantes.
La primera es que lejos de los tópicos de antaño, hemos de subrayar la gran capacidad de trabajo del ejecutivo español. Los managers de nuestro país que hacen carrera en grandes compañías tienen una excelente formación y demuestran una gran capacidad de trabajo y compromiso con sus responsabilidades. Por no hablar de que siempre están disponibles y dispuestos; mucho más que otros colegas foráneos.Nuestros talentos directivos han demostrado una mentalidad práctica que no siempre se atribuye al carácter español
La segunda es su pragmatismo y capacidad de adaptación al cambio. Un valor sin duda muy valioso en estos tiempos, en lo que lo único estable y cierto es el cambio y la incertidumbre permanente. Nuestros talentos directivos destacan en la compleja –y muchas veces ingrata– labor de adaptación a los nuevos ciclos y disrupciones. Además, creo que los directivos han sido y son valientes tomando decisiones pragmáticas; han sido realistas, no chocando una y otra vez contra el mismo muro, y han demostrado una mentalidad práctica que no siempre se atribuye al carácter español.
Por último, insisto, generalizando, nuestros líderes se caracterizan por la creencia en la importancia de la persona como eje central de la vida y del progreso de la empresa; asimismo, el atributo que claramente percibo en mis análisis y observaciones es su gran humildad, esa que distingue a las personas de valía…, a quienes son auténticos líderes.
José Manuel Casado González, socio de 2.C Consulting y presidente de Qaracter.
Imágenes de apertura: mamewmy y macrovector © Freepik.
Artículo publicado en Executive Excellence nº187, octubre 2023.