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El futuro de la economía española

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

A finales de septiembre asistimos a la conferencia recomendada por el MBA de ESIC, impartida por uno de sus profesores, Mario Weitz, quien también es consultor del Banco Mundial y de la Comisión Europea y, anteriormente, consejero delegado del Fondo Monetario Internacional, además de asesor de directivos de importantes bancos internacionales.

Citamos a continuación, de manera muy sintética, algunas de las reflexiones del experto sobre las causas de la crisis y sus posibles soluciones.

Las tres debilidades

Política: No hay visión estadista de Europa. Necesitamos un Roosevelt, un Churchill, que piense soluciones a largo plazo para Europa.

Económica: EE.UU. crece muy poco, existe una posibilidad de recesión y tiene una tasa de paro del 9% (ningún presidente americano ha ganado con un paro superior al 7%). Alemania es la base de Europa y un 75% de los alemanes cree que estamos en esta situación por culpa de los griegos, pero si Alemania no ayuda a Grecia, nos hundimos todos, el efecto contagio sería tremendo. No creo que Grecia se vaya del euro, pero sí que terminará con una quita del 60%-70%, seguida de algún tipo de corralito, y eso es peligroso. 

Los países emergentes ya representan la mitad del PIB mundial, lo cual evitaría una recesión mundial. El problema es que si Europa va mal y EE.UU. se hunde, los emergentes se contagian. China basa su crecimiento en la exportación, aunque cada vez consume más, al igual que Brasil e India, pero vivimos en un mundo globalizado. Se da la paradoja de que España, Grecia, Portugal e Italia estamos pidiéndole a China que nos compre bonos.

Bancaria: Después del caso Lehman Brothers, los bancos recibieron ayuda pública pero ahora, sobre todo los europeos, tienen bonos de los países que no pueden pagar. Si los bancos no prestan dinero, la economía no funciona. 

Creo que la economía española tiene potencial para salir, no así Portugal ni Grecia, cuyas economías no tienen industria, ni sectores estratégicamente potentes y su competitividad es muy baja. España cuenta con algunos sectores líderes a nivel mundial: la banca, el negocio de la alta velocidad, las infraestructuras y, por supuesto, los sectores de energías limpias (molinos de viento, paneles solares…). 

Aumentar la productividad

España necesita hacer muchas reformas para que la economía empiece a funcionar. Ahora crecemos al 0,8; el paro sigue siendo elevado y la previsión de crecimiento es del 1,1. La buena relación del Gobierno con los sindicatos, vía subsidios; el apoyo familiar, y la economía en negro –que según el Banco Mundial representa el 23% del PIB- hacen que en España no se dé una revolución masiva. Una economía sumergida no recauda dinero de impuestos, pero es un “colchón” para muchos parados, y eso evita una revolución. El problema es que el seguro de desempleo se acaba y podemos tener 5 millones de personas sin ningún ingreso. 

Debemos trabajar en reformas que hagan aumentar la productividad. ¿Cuáles serían las reformas?

1-. Hemos crecido mucho, pero hemos crecido mal. La base del crecimiento ha sido  el consumo. Si consideramos las cuatro vías de crecimiento: consumo, inversión, gasto público y exportación, debemos ir a la inversión (maquinaria, tecnología…) y a la exportación. Para esta última, habría que resolver primero el problema de la marca España (muchas empresas ocultan que son españolas, porque eso no vende), arriesgar, fusionarse y comercializar nuestros propios productos (comercializar el aceite de oliva, en lugar de venderlo a granel y como italiano), y formar a gente en comercio exterior, marketing, operaciones… para ayudar a las pymes en la exportación.

Desde el Banco Mundial pensamos que la política debería ser exportar a los emergentes y apostar por un modelo más productivo basado en formación, tecnología y empresarios innovadores.

España es un país con poca tecnología. Los expertos lo atribuyen a cuatro motivos: las empresas prefieren pagar una patente a investigar, no hay un prestigio social por ser investigador, cuesta asumir la idea del fracaso como un aprendizaje para intentarlo de nuevo y no tenemos una cultura de empresarios emprendedores (en el mundo anglosajón, terminas un máster y expones tu proyecto ante potenciales inversores de ese negocio, en España no). Sobre la formación, tenemos gente joven preparada, pero hay abundancia de universitarios y escasez de formación profesional. Por último, una economía no funciona sin gente joven que quiera innovar. Es algo que habrá que cambiar desde la educación.

2-. Hay que bajar el gasto público y tomar medidas de austeridad. Las reformas estructurales se han hecho muy tarde y muy mal. El Gobierno debe profundizar en el tema de las pensiones, la reforma del mercado laboral y la reforma de los bancos y cajas de ahorros. 

En este momento hay tres trabajadores contra un pensionista; pero en 25 años, el ratio será 1 a 1, y la situación empeora ante la escasez de niños, la salida de población joven y el aumento de la esperanza de vida. El Gobierno ha hecho reformas en el tema de las pensiones, más o menos en la dirección correcta: atrasar la edad de jubilación; tratar de terminar con la prejubilación; cambiar el cálculo de la cotización de 15 a 25 años para aumentar la recaudación, y otra idea sería incentivar a los españoles a tener más hijos. Es algo difícil, porque cuesta dinero (ya se ha quitado el cheque bebé, y la cuenta es que en España hay que tener 11 hijos para recibir la misma ayuda que en Alemania se tiene con 3). 

Cómo es posible que España sea el único país de Europa con un paro del 21%, cuando la media europea es del 9%. Desde la época de Franco, hay un modelo de convenciones colectivas que funciona más o menos así: si tú tienes una pequeña empresa y estás por quebrar, en teoría debes negociar lo que ha negociado la patronal (la CEOE) con los sindicatos en tu provincia; eso es absurdo, hay que negociar empresa por empresa y olvidarse de las convenciones colectivas; y, si la empresa va bien, subir los salarios, y si va mal, moderarlos. En España esto no ha sido posible, por eso el paro ha subido tanto. Suena mal, pero los economistas pensamos que un despido barato ayuda a que baje el paro. La idea es que el empresario pueda contratar fácil y despedir fácil, pero abaratar el despido y no hacer nada más no sirve para nada.

La propuesta de que en el futuro los salarios vayan en función de la productividad de la empresa y no de la inflación, que se está debatiendo ahora en la Comisión Europea, me parece muy bien. Como también me parecería correcto que en España todo el mundo tuviese un salario variable. Es necesario acometer una reforma para crear un mercado laboral más flexible que ayude a que el paro baje a medio-largo plazo.

España es casi el único país del mundo donde organismos públicos bancarios, como son las cajas de ahorros, tienen tanto peso. Básicamente, las cajas captaban la mitad de los depósitos y daban la mitad de los créditos. Hay que reconocer que, durante años, funcionaron bien, pero aparte de ser un tema donde hay mucha política, sindicato etc., no estaban internacionalizadas, las plantillas estaban sobredimensionadas y dependían demasiado de las hipotecas, las constructoras y las promotoras. La opción de que el FROB, el Banco de España, ponga dinero, despida a los administradores de las cajas y se nacionalicen, hace que al final terminemos con las cajas de ahorro con dinero público. Una vez que se aumente el capital, y si la cosa mejora, se privatizarán más delante. Ahora bien, en las últimas semanas, nos enteramos de que también hay que capitalizar a todos los bancos europeos, incluso los grandes. 

Por último, quiero comentar que España –al igual que Italia– no es rescatable, porque es demasiado grande. Es el doble que Portugal, Grecia e Irlanda juntas, de modo que no hay dinero para rescatarla, y eso nos obliga a hacer los deberes.

 


Mario Weitz, profesor de Macroeconomía y Mercados Emergentes de ESIC y consultor del Banco Mundial.

Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº85 oct11

 

 


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