Mauro Guillén: “Los perennes no piensan ni actúan según su edad”
“En los próximos 50 años nos enfrentamos a retos increíbles. Nunca antes hemos tenido sociedades tan envejecidas. Esto crea problemas, pero tenemos una oportunidad de lograr un equilibrio, sobre todo demográfico, en un mundo distinto”, afirma Mauro Guillén.
Con motivo de la publicación en español de su último libro, pronunció una conferencia magistral en la Fundación Rafael del Pino, de la que destacamos algunas citas:
Durante la Segunda Revolución Industrial, la escolarización obligatoria y la creación del sistema público de pensiones dieron solución, respectivamente, a la necesidad de los empresarios de tener trabajadores (industriales) más formados y a las demandas de los primeros movimientos obreros. Esas dos innovaciones dividieron la vida en cuatro etapas: juego, estudio, trabajo y jubilación. El sistema funcionó bien durante años y la secuencia era predecible, con la jubilación como recompensa; pero el aumento de la longevidad y el cambio tecnológico lo cambiaron todo.
La jubilación es una idea absolutamente irracional. Cuando llega ese momento, la mayoría se arrepiente. En EE.UU., el 42% vuelve a trabajar. Los seres humanos necesitamos sentirnos útiles. Además, la velocidad a la cual se entra en declive cognitivo y físico se acelera tras la jubilación.
Por otra parte, estamos lanzando a los jóvenes un mensaje muy equivocado. Les decimos: “aquí tienes un puesto de trabajo” (porque alguien se ha jubilado), y al mismo tiempo: “paga impuestos porque tenemos que pagarle la pensión y sus cuidados sanitarios”. Hoy en España hay dos personas en edad de trabajar por cada persona en edad de jubilación. Japón está cerca del 1-1. Esto es insostenible. Me refiero a los perennes como una nueva fuerza de trabajo que ya no está encorsetada por las ocho generaciones que ahora mismo están conviviendo, algo que no había ocurrido antes en la historia de la humanidad, y que serán los encargados de impulsar una era de innovaciónUna solución (poco popular) es la inmigración. Otra es crear incentivos para que la gente trabaje más años. Hablo de los perennes como una nueva fuerza de trabajo que ya no está encorsetada por las ocho generaciones que ahora mismo están conviviendo, algo que no había ocurrido antes en la historia de la humanidad. Los perennes son personas que ni piensan ni actúan en función de su edad, y serán los encargados de impulsar una era de innovación.
Con el cambio tecnológico, tendremos que reinventarnos varias veces y debemos tener oportunidades para adquirir nuevas destrezas o conocimientos. En España, no más del 2-3% de la población cambia de carrera profesional a lo largo de su vida laboral, pero en el futuro será algo frecuente. Presionamos a nuestros adolescentes para que decidan a qué quieren dedicar el resto de su vida, cuando tendrán que cambiar dentro de 10 años y reinventarse. Pedimos a los individuos que sean flexibles para adaptarse a los cambios tecnológicos, pero no les damos las herramientas para que puedan hacerlo. En el mundo real, las generaciones no existen, son puras invenciones. La heterogeneidad dentro de cada una, las diferencias que existen, son mayores estadísticamente que las diferencias entre generaciones
Históricamente, cada generación ha criticado a la que viene detrás. En el mundo real, las generaciones no existen, son puras invenciones, porque la heterogeneidad dentro de cada una, las diferencias dentro de cada generación, son mayores estadísticamente que las diferencias entre generaciones. Las generaciones son clichés, pero incluso el marketing y la publicidad –ahora que pueden tener datos en tiempo real de los consumidores– siguen hablando de ellas.
Contrariamente a lo que se piensa, la IA ayudará a los trabajadores de más edad. Como seres humanos, empezamos a perder capacidad cognitiva a partir de los 26 años. Ese declive lo vamos compensando con la experiencia. La IA requiere formular las preguntas adecuadas, y quienes están en mejores condiciones para ello son las personas con experiencia. Las empresas innovadoras o directivos ilustrados que deseen beneficiarse de ellas serán quienes marquen la pauta. Les empezará a ir mejor en el mercado, y al final la competencia en el mercado lo cura todo.
La creciente oferta educativa a través de plataformas digitales dará más flexibilidad para volver a aprender a cualquier edad. El mercado educativo cambiará, y esto redundará en beneficio del mercado de trabajo y de la economía".
Mauro Guillén, catedrático William H. Wurster y vicedecano de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania.
© Daniel Santamaría.
Artículo publicado en Executive Excellence n190 abril-mayo 2024.