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Gobiernos y Green IT: salvar el planeta y ahorrar dinero

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

Los gobiernos lidian con las principales políticas económicas y medioambientales a diario, pero en 2009 la extrema preocupación por la economía y el medio ambiente llevó a plantear un desafío muy distinto al que los políticos se habían enfrentado en el pasado. 

La recuperación de la desaceleración económica global y el esfuerzo por crear mejoras medioambientales concretas tras la conferencia de diciembre celebrada en Copenhague abarcarán las políticas fundamentales para este año y los siguientes. Para los gobiernos, economía y medio ambiente están hoy íntimamente ligados. Si, incluso en los momentos de bonanza económica, la planificación estratégica a largo plazo debe centrarse en cómo las empresas pueden ser productivas y eficientes, respetando un presupuesto determinado; nuestros recientes males económicos no hacen más que agudizar esas preocupaciones. 

En cuanto al medio ambiente, nos enfrentamos a una coyuntura crítica en la que podremos actuar de forma que mejoremos el mundo o conformarnos con el statu quo y dejar a nuestros hijos y nietos una serie de desafíos medioambientales de enorme magnitud y repercusiones económicas. Los gobiernos desempeñarán un papel crucial para lograr el repunte de la economía y atajar el problema de los gases de efecto invernadero y así poner freno al daño que le estamos haciendo a nuestro planeta.

En Dell creemos que las estrategias y tecnologías ecológicas son la mejor manera de que los gobiernos puedan tratar ambas cuestiones, reduciendo los costes a largo plazo, ahorrando energía y mejorando la productividad. Los expertos previenen de que tan sólo las emisiones de las TIC podrían aumentar significativamente en los próximos años, del equivalente a 500 millones de toneladas de dióxido de carbono a 1,4 gigatoneladas en 2020. Está claro que no podemos proseguir nuestra actividad empresarial como hasta ahora.

Los gobiernos de todo el mundo, especialmente de la Unión Europea, merecen el reconocimiento por haberse comprometido de forma audaz a reducir el consumo de energía y ayudar a mitigar el cambio climático. En marzo de 2007, España y sus socios de la UE acordaron para 2020 incrementar el rendimiento energético en un 20%, fomentar en ese mismo porcentaje el uso de las energías renovables y reducir las emisiones de dióxido de carbono, igualmente en un 20%.

En Copenhague, las principales naciones industrializadas han llegado a un pequeño consenso al afirmar que presentarán sus objetivos de reducción de emisiones voluntarios a finales de enero de 2010. El hecho de que los gobiernos de la UE hayan considerado incluso aumentar sus objetivos hasta el 30%, sugiere que España y sus países socios están dispuestos a enfrentarse a los desafíos medioambientales que se les plantean. Otros países industrializados se han marcado metas similares, aunque muy pocos tan ambiciosas como los mencionadas. Estados Unidos pretende reducir sus emisiones en un 17% en 2020 y Canadá se ha marcado un 20%.

Con estas metas tan agresivas, las emisiones derivadas de la tecnología deben ser una preocupación clave en la estrategia tecnológica de cualquier gobierno. De acuerdo con The Climate Group, las TIC representan más del 5% del consumo energético total. En Alemania, la demanda energética de los centros de datos se duplicó de 2000 a 2006 y los costes de la electricidad se triplicaron durante el mismo período, según el Ministerio de Medio Ambiente de este país. Los costes de electricidad “engullen” del 10 al 15% de los presupuestos de TIC en Alemania, según la misma fuente. En medio del estancamiento económico mundial, los gobiernos de España y de toda la UE –de todo el mundo, de hecho– son más que conscientes de la necesidad económica de recortar el gasto energético.

Sin embargo, en este denso ambiente económico, las presiones por elaborar presupuestos a corto plazo amenazan con desbaratar las inversiones en tecnologías ecológicas y eficientes desde el punto de vista energético. Día tras día, Dell está pendiente de los gobiernos de todo el mundo y de los datos recogidos se desprende que muchos de la UE equiparan "rendimiento energético" a "esfuerzo económico". Como resultado, algunos gobiernos aplazan las inversiones en TIC más eficientes y respetuosas con el medio ambiente y optan por el ahorro de costes a corto plazo. Es muy fácil deducir las consecuencias negativas que estas decisiones tienen sobre el medio ambiente, pero es que además estas políticas acaban por generar mayores gastos energéticos y disminuyen la productividad de forma crucial. 

Tengamos en cuenta lo siguiente: cada nueva generación de servidores ofrece un 50% más de rendimiento por vatio de la energía que consume. Si le sumamos el uso exhaustivo de tecnologías como la virtualización, que permite que un servidor haga el trabajo de muchos, las organizaciones pueden reducir los costes hasta en un 50%, según la firma de investigación Gartner Inc. En realidad, las estrategias y tecnologías destinadas a la eficiencia energética contribuyen a ahorrar costes y, por tanto, pueden ayudar a salvar el planeta a largo plazo. En España y en toda la UE, los gobiernos tienen numerosas áreas en las que la aplicación de la energía verde podría reducir tanto los gastos como las emisiones, pero para conseguir que dichos esfuerzos den sus frutos, tienen que institucionalizar las políticas de adquisición de TIC respetuosas con el medio ambiente. 

Deben facilitar a los organismos la identificación de productos y soluciones ecológicas unificando aspectos reglamentarios por menores que parezcan, como en el caso de las etiquetas ecológicas. Afortunadamente, hemos sido testigos de una buena orientación hacia criterios de adquisición ecológica dentro de la UE, pero son bastantes los gobiernos, regiones y departamentos concretos que siguen utilizando sus soluciones de siempre. Un enfoque normalizado de la contratación ecológica ofrecería una plataforma sobre la cual los organismos podrían implantar rápida y fácilmente toda la gama de soluciones innovadoras en TIC. 

Cualquier gobierno concienciado con la reducción de costes y el medio ambiente deberá implantar tecnologías más rentables a la par que más ecológicas. Los servidores más antiguos suelen utilizar sólo del 5 al 15% de su capacidad de computación, pero el uso generalizado de la virtualización permite que un servidor funcione a una capacidad mayor y que se pueda reducir la necesidad de desplegar más hardware. Recurriendo a la virtualización y a las últimas tecnologías de almacenamiento y servidores, los gobiernos podrán reducir esta complejidad, por lo que sus organizaciones lograrán un aumento continuo del rendimiento por vatio. El Ayuntamiento de Madrid confió en Dell para la consolidación e implantación de toda una plataforma de Front-End y Middle-Tier, basada en 64 servidores, con un 60% de Sistemas Blade, que permitieron una reducción del 35% en el consumo de energía eléctrica y un ahorro del 40% en la emisión de calor, con la consiguiente reducción de costes de refrigeración del centro de datos. 

Pero en Dell no sólo aplicamos estas prácticas a nuestros clientes. A finales del año pasado, Dell ahorró unos 35 millones de euros gracias a la virtualización. Ganamos la suficiente potencia de computación actualizando y consolidando nuestros centros de datos actuales como para desechar los planes de creación de nuevos centros de datos. De esta manera, instalamos un software para apagar unos 50.000 ordenadores de sobremesa y notebooks fuera del horario laboral, una decisión que podría reducir nuestros costes energéticos en un 40%. Por otra parte, ahora mismo ya contratamos el 35% de nuestra energía global a compañías eléctricas más ecológicas.

Dell está trabajando con los gobiernos nacionales y municipales de toda la UE para desplegar nuevas tecnologías que ahorren dinero y salven el medio ambiente. Con estrategias como la consolidación de centros de datos, España y la UE podrán seguir marcando la pauta en cuanto a esfuerzos por mitigar el efecto del cambio climático, sin dejar de enfrentarse a los desafíos de energía y costes. Mediante la unificación de prácticas de contratación ecológicas y la inversión en tecnología verde –incluso en este complicado ciclo económico– los gobiernos nacionales y regionales de España podrán obtener resultados significativos, tanto desde el punto de vista económico como medioambiental.


 Paul Bell

Senior Vice President and President, Americas at Dell

Artículo de opinión publicado por Executive Excellence nº66 ene10


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