Salud mental: de estigma a propósito
Promover una cultura corporativa positiva en torno a los trastornos mentales, abordarlos desde la compasión e incluso llegar a hacer de la salud mental el propósito de una marca es difícil, pero no imposible.
La salud mental no discrimina entre cargos ni grupo demográfico alguno. En la actualidad, es una de las mayores preocupaciones de la sociedad a nivel global. Particularmente en el ámbito laboral, la salud mental de los trabajadores, incluida la de la alta dirección, se ha visto muy afectada en los últimos tiempos.Percibimos la incapacidad de desconectar en la vida personal de la vida laboral; y eso tiene sus consecuencias
“Los líderes debemos escuchar, pero llega un momento en que hemos de decidir, y hacerlo bien. Esta presión no hará más que crecer y hay un aspecto que me parece importante tener en cuenta: nuestra salud mental. No tenemos claro si es mejor el trabajo a distancia desde casa, en la oficina o un modelo híbrido; pero sí es evidente que percibimos la incapacidad de desconectar en la vida personal de la vida laboral; y eso tiene sus consecuencias”. Así se expresaba recientemente Gonzalo Brujó, CEO de Interbrand, ante cientos de directivos. La salud mental de los CEOs, de quienes han de tomar decisiones que influyen en multitud de personas, es un tema capital.
En 2022, el Índice de Bienestar Global de Bupa recopiló las respuestas de más de 2.400 creadores de riqueza y líderes empresariales de ocho países y regiones, incluidos Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Hong Kong y Singapur. El Índice reveló que un tercio de los altos ejecutivos tenían dificultades para hablar de su salud mental, mientras que 9 de cada 10 aseguraron que tomarían medidas para mejorar el equilibrio entre su vida laboral y personal (haciendo ejercicio con mayor regularidad, pasando más tiempo con amigos y familiares, cuidando su dieta y meditando).
Carlos Jaureguizar, CEO de Bupa Global y UK, destacó entre las principales conclusiones del estudio que:
- El 89% de los líderes entrevistados habían experimentado síntomas de mala salud mental en los últimos 12 meses, frente al 77% en 2021. Entre ellos: alteraciones del sueño, tristeza o bajo estado de ánimo, falta de energía o desesperanza.
- El aumento del coste de la vida y la conciliación de la vida laboral y familiar eran las mayores preocupaciones cotidianas de los directivos.
Normalizar el problema
La salud mental está en la opinión pública. La pandemia la ha convertido en una cuestión de salud pública, y son muchos los referentes de diferentes ámbitos –políticos, artistas…– que han mostrado sus trastornos personales ante los ojos de todos. También los desafíos en torno a la salud mental en el lugar de trabajo han ganado cada vez más atención dentro del propio espectro corporativo.
El World Economic Forum ha puesto en marcha una iniciativa que pretende dar a conocer las prácticas actuales aplicadas por las organizaciones para mejorar la salud mental de sus empleados y evaluar estas prácticas para determinar cómo benefician tanto al trabajador como a la organización. Según el Índice de Bupa, casi la mitad (47%) de las empresas afirmaban que la salud mental y el bienestar de los empleados serían su prioridad número uno para el próximo año.Establecer “días de salud mental” en las empresas ha de pasar por crear una política de "no hacer preguntas"
Es verdad que se han hecho esfuerzos para crear una conciencia colectiva sobre esta cuestión, aunque todavía queda camino por recorrer. Recordemos el caso viral de la desarrolladora web Madalyn Parker y su jefe, Ben Congleton, quien celebró que Parker contase a sus compañeros la decisión de cogerse un par de días libres para sobreponerse: "Hola equipo. Me tomo libre hoy y mañana para centrarme en mi salud mental. Espero regresar la semana que viene descansada y al cien por cien“, les dijo. Un correo que su jefe agradeció, añadiendo: "Eres un ejemplo para todos nosotros a la hora de enfrentar el estigma y así dar lo mejor en el trabajo".
Quizá cueste más imaginar esta historia invirtiendo los papeles (empleados de una organización aplaudiendo la decisión de su CEO de tomarse ese par de días), pero la mejor manera de priorizar la salud mental en el trabajo es que sea precisamente el líder quien predique con el ejemplo. Sincerarse sobre la propia experiencia de agotamiento y compartirla adecuadamente ayudaría al resto a sentirse capaz de hablar de ello si está pasando por ese, u otro, trastorno mental.
Si bien el relato de Parker puede sonar a excepción anecdótica, y más aún en un contexto pre-pandémico, también sirve como paradigma al que aspirar. Desde WEC advierten que instaurar esos “días de salud mental” en las empresas ha de pasar por crear una política de "no hacer preguntas", algo que fomentaría un sentimiento de seguridad. Idealmente, dicha política debería formalizarse por escrito para que todos –empleados y líderes– pudieran acogerse fácilmente a ella.Los empleados enfrentan desafíos de salud mental independientemente de su país, industria, grupo de edad, función o género
Según un informe de McKinsey Health, la salud mental no discrimina a ningún grupo demográfico. "Los empleados enfrentan este tipo de desafíos independientemente de su país, industria, grupo de edad, función o género. Si bien los grupos específicos pueden experimentar diferentes desafíos, los datos de la encuesta reflejan que ningún grupo demográfico es inmune".
Reconocerse en el otro
La comprensión y la compasión son esenciales para normalizar, y superar, los trastornos de salud mental en el trabajo. “Cuando hablamos de compasión, no hablamos de algo blando y lleno de sensiblería, sino de la voluntad real de ayudar a alguien que está pasando por una situación complicada. La compasión nos mueve a ayudarle a recuperar la serenidad, la alegría y la confianza. Cualquier palabra o acción que esté movida no por lástima, sino por compasión, puede tener un impacto extraordinario en la vida de otras personas”, sostiene el doctor Mario Alonso Puig. Esta reflexión es secundada por la psicóloga Susan David: “La compasión es no dejar abandonado a nadie, sino el reconocimiento de protegernos a nosotros mismos y a los demás. Cuando los otros sienten que les estamos protegiendo, es cuando florece el crecimiento en nuestras organizaciones”.Cuando hablamos de compasión, hablamos de la voluntad real de ayudar a alguien que está pasando por una situación complicada
Muchas empresas ya están considerando ciertos roles diseñados –o adaptados– específicamente para mejorar el bienestar de los empleados y reducir el estrés. Otras incluso están armando sólidos departamentos con recursos suficientes para velar por el bienestar corporativo.
En cualquier caso, es aconsejable liberar a los directivos de esta responsabilidad directa. Si a la exigencia de ser un tomador de decisiones ágiles, un visionario estratégico, un motivador de equipos… se le añaden las funciones dedicadas al bienestar, la sobrecarga podría producir el resultado contrario. En cambio, los CEOs sí pueden, y deben, trabajar a favor de una cultura positiva en torno a la salud mental.
Marcas que dan la cara
Incluso hay algunas empresas que han hecho de la salud mental su propósito de marca. “Muchas marcas deberían plantearse el potencial de la salud mental como territorio de comunicación en el que desempeñar un rol activo, legítimo y con un efecto concienciador y positivo para las personas”, destaca el informe “La salud mental como propósito de marca”, desarrollado por Llorente & Cuenca.
El documento demuestra cómo las marcas pueden, desde su propósito –esto es, “desde su razón de ser, el porqué de su existencia”–, influir para mejorar el entorno laboral. En concreto, llama la atención sobre “cuatro ángulos de la salud mental que han ayudado a diferentes marcas a relacionarse con sus audiencias desde su propia esencia, visibilizando problemáticas complejas desde un punto de vista cercano y aportando valor para luchar contra ellas”. Uno de ellos es el cansancio o la extenuación mental (decision fatigue) ante una toma de decisiones permanente.Tanto la procrastinación, que provoca el bloqueo mental, ante la imposibilidad de tomar decisiones, como la impulsividad en la toma de las mismas, conducen a la insatisfacción
“Tanto la procrastinación, que provoca el bloqueo mental, ante la imposibilidad de tomar decisiones, como la impulsividad en la toma de las mismas, conducen a la insatisfacción de las personas, y por tanto, a una sociedad que se estanca”, recoge el informe. Para aligerar esta carga, Adolfo Domínguez lanzó la iniciativa #UniformMonday, pensada para eliminar la tarea de elegir qué ropa ponerse e invitando a sus empleados a repetir cada lunes la ropa que más les guste, la que mejor les siente, sea de la marca que sea.
Otro es el síndrome de Brain Fog, “afección mental caracterizada por la falta de concentración y de claridad mental. El origen está en nuestro contexto vital: la falta de sueño, el estrés, el exceso de trabajo y las horas que pasamos delante del ordenador, el móvil o la televisión”. #Correrparaparar es la propuesta de ASICS para ayudar a disipar la niebla mental que el estrés provoca.
Publicado en junio de 2023.
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