Vodafone y el papel de las telecomunicaciones frente al cambio climático
Las telecomunicaciones como catalizador en la reducción de emisiones de otros sectores
El cambio climático se ha convertido en un gran reto global sin precedentes al que debemos hacer frente con urgencia, tanto la sociedad civil en general, como el sector público y privado, de forma que todos los sectores de actividad reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero.
En este contexto, se enmarca el objetivo establecido por la Unión Europea de reducir en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2020, con relación a los niveles de 1990. Al mismo tiempo, es preciso tener en cuenta que reconocidos científicos y expertos en la materia manifiestan la necesidad de estabilizar las emisiones globales antes de 2015 para evitar niveles irreversibles de la situación, e incluso indican que las emisiones globales deberían reducirse un 50% para 2050 frente a los niveles de 2000, independientemente de que la población aumente y el desarrollo económico continúe.
El sector de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) es un sector que genera un bajo nivel de emisiones relativo, y a la vez su papel puede ser fundamental en la lucha frente al cambio climático al facilitar un uso más eficiente de los recursos energéticos por otros sectores. A este respecto, conviene recordar que el sector TIC en su conjunto ha tenido un papel transformador en la innovación y rediseño de los modelos de negocio de todos los sectores en la denominada era digital, y puede ser el catalizador que necesitan otros sectores en la nueva economía de bajas emisiones de gases de efecto invernadero, al facilitar usos innovadores de productos y servicios “inteligentes”, lo cual además de generar beneficios medioambientales, también permitirá ahorros de costes de energía a sus usuarios.
En septiembre de 2009, Vodafone España presentó un estudio elaborado de forma conjunta con Accenture (“Telecomunicaciones y CO2: El Papel de la Tecnología Móvil frente al Cambio Climático”), cuyo objetivo era identificar las aplicaciones potenciales en las que la tecnología móvil puede ayudar a otros sectores a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En dicho estudio se cuantifican las reducciones en emisiones de GEI y en costes de energía, se identifican los potenciales obstáculos, y las recomendaciones a considerar para conseguir dichos beneficios.
El alcance de dicho informe se centra en las telecomunicaciones móviles en Europa (debido a la significativa presencia del Grupo Vodafone en esta área geográfica), con especial énfasis en Alemania, España, Italia y Reino Unido.
Las conclusiones del estudio indican que aplicando 13 iniciativas de la tecnología móvil se pueden reducir en 113 millones de toneladas las emisiones de CO2 (equivale a las emisiones generadas por unos 50 millones de vehículos) y generar unos ahorros de energía de 43.000 millones de euros en Europa para el año 2020. Para ello, se necesitarían 1.040 millones de nuevas conexiones móviles, de las cuales el 87% corresponderían a conexiones “máquina a máquina” (M2M).
Su aplicación en España implicaría una reducción de 10,6 millones de toneladas de emisiones de CO2 (equivale a las emisiones generadas por 4,7 millones de vehículos, que es el 15% del parque actual), y unos ahorros de energía de 4.042 millones de euros para 2020. En el caso español, se precisarían unos 98 millones de nuevas conexiones, de las cuales unos 85 millones serían conexiones M2M.
El ahorro energético se producirá principalmente por la sustitución de actividades físicas por otras virtuales (“virtualización”) y muy especialmente, como se ha indicado, por el mayor protagonismo de servicios inteligentes M2M. Así, el estudio especifica 13 tipos de soluciones agrupables en 5 áreas clave: virtualización, redes eléctricas inteligentes, logística inteligente, ciudades inteligentes y sistemas de producción inteligente (en estas 4 últimas áreas se aplicarían conexiones M2M).
- “Virtualización”. Consiste en la sustitución de procesos, desplazamientos, reuniones y viajes por alternativas “virtuales” con bajas emisiones de GEI. Se trataría, por ejemplo, de reducir los viajes apostando por salas de reuniones virtuales a las que conectarse a través de las telecomunicaciones, fomentar el uso de productos de telecomunicaciones para que los empleados puedan trabajar a distancia desde su casa o utilizar las comunicaciones móviles para mejorar los procesos de comercio electrónico y facilitar los sistemas de pedido y entrega de las compras. Estas iniciativas permitirían reducir las emisiones de CO2 europeas en más de 22 millones de toneladas y un ahorro potencial en consumo energético de 14.100 millones de euros (en España: ahorros de 2 millones de toneladas de emisiones de CO2, y 1.330 millones de euros).
- Redes eléctricas inteligentes. El objetivo es mejorar la eficacia de la distribución de energía por las redes eléctricas mediante el uso de tecnologías inalámbricas, que faciliten la comunicación entre el proveedor de electricidad y los puntos intermedios de la red o los usuarios finales.
- De esta forma, se puede mejorar tanto la eficacia de las redes de transporte y distribución (y reducir los requisitos de mantenimiento de la red), como la eficacia del uso de la electricidad por los consumidores finales. Dentro de este grupo se contemplan iniciativas como:
-La supervisión de la red eléctrica: los dispositivos inalámbricos supervisan las pérdidas y la capacidad de carga de la red de transporte y de distribución, lo que permite ubicar las pérdidas de la red.
-Los contadores inteligentes en microgeneración de energía, que posibilitan el tráfico bidireccional de la energía en las redes urbanas, y de este modo se promocionaría la venta de electricidad producida por pequeños productores de energía renovable (solar o eólica) a las empresas de electricidad para su distribución local.
-Los contadores inteligentes para la optimización de la carga de red, fomentando entre los consumidores el consumo en horarios de baja demanda.
- Estas iniciativas permitirían reducir las emisiones de CO2 europeas en más de 43 millones de toneladas y un ahorro potencial en consumo energético de 11.400 millones de euros (en España: 4 millones de toneladas de emisiones de CO2, y ahorros de 1.070 millones de euros).
- Logística inteligente. Las operaciones de transporte y logística generan altos niveles de emisiones de CO2, siendo responsables del 5,5% de las emisiones mundiales. Las telecomunicaciones inalámbricas pueden ayudar a mejorar su eficacia:
-Rediseñando las redes de distribución dinámicamente para aprovechar las mejores rutas y métodos de transporte.
-Mejorando la carga de los vehículos.
-Supervisando a distancia el estado de los vehículos.
- Estas iniciativas permitirían reducir las emisiones de CO2 europeas en más de 35 millones de toneladas y un ahorro potencial en consumo energético de 13.200 millones de euros (en España: 3 millones de toneladas de CO2, y 1.240 millones de euros).
- Ciudades inteligentes. Las telecomunicaciones inalámbricas pueden mejorar:
-La gestión del tráfico urbano, a través de sistemas de supervisión que gestionen en red los semáforos, paneles de señalización y sistemas auxiliares que permitan el encauzamiento dinámico del tráfico para reducir los atascos.
-La eficiencia de los servicios básicos (agua, etc.).
- Estas iniciativas permitirían reducir las emisiones de CO2 europeas en más de 10 millones de toneladas y un ahorro potencial en consumo energético de 3.700 millones de euros (en España: 1 millón de toneladas de CO2, y 350 millones de euros).
- Sistemas de producción inteligente. La actividad industrial es la tercera fuente más importante de emisiones con un 18% del total de emisiones. Las TIC inalámbricas podrían facilitar la supervisión de las máquinas a distancia, automatizar las comunicaciones entre los diversos subprocesos de producción u optimizar el cumplimiento de los pedidos. Estas iniciativas permitirían reducir las emisiones de CO2 europeas en más de 1,9 millones de toneladas y un ahorro potencial en consumo energético de 832 millones de euros (en España: 0,18 millones de toneladas de CO2, y 80 millones de euros).
Además de los ahorros de costes energéticos y emisiones de CO2, este tipo de iniciativas conlleva beneficios adicionales (vehículos y maquinaria más fiables gracias al mantenimiento predictivo, reducción de las necesidades de espacio de oficinas, facilitan la conciliación de vida laboral y personal, ahorro de tiempo en desplazamientos, etc.).
Reducción de emisiones en el sector de las telecomunicaciones
Las empresas del sector de telecomunicaciones, además de contribuir con sus productos y servicios a que otros sectores reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero, también deben implantar actuaciones para reducir sus propias emisiones.
En este sentido, Vodafone está comprometida con el desarrollo sostenible en sus operaciones, lo que significa que tiene en cuenta los impactos de su actividad en el entorno, tanto del despliegue de su red (en todas las fases: diseño, construcción, operación y mantenimiento), como de sus tiendas y oficinas, así como del ciclo de vida de los equipos que compra y vende.
Como toda actividad empresarial, las telecomunicaciones precisan del consumo de energía, principalmente en tres áreas:
- Red de telecomunicaciones: que incluye las estaciones base que envían y reciben señales de radiofrecuencia, así como los centros de conmutación y de datos para direccionar las llamadas y captar la información.
- Oficinas y centros de atención al cliente.
- Tiendas.
Del consumo total en estas tres áreas, más del 85% corresponde al consumo de energía eléctrica que tiene lugar en las operaciones de red. Por este motivo, Vodafone España, consciente de la necesidad de reducir su contribución al cambio climático, viene desarrollando desde el año 2003 Planes de Eficiencia Energética.
En estos momentos, Vodafone España está desarrollando su segundo Plan de Eficiencia Energética 2006-2010, con el que se pretende ahorrar un 8% del total del consumo energético previsto desde el año fiscal 2006-07 hasta el 2009-10, lo que implicaría una disminución del 35% de emisiones de CO2/MB de tráfico. Este Plan de Eficiencia 2006-10 contempla proyecciones para inversiones en tecnologías más eficientes y objetivos de mejora de eficiencia tanto en la red de acceso como en los centros de conmutación y de datos.
De esta forma, desde el inicio de los citados Planes de Eficiencia Energética, se ha logrado un ahorro total de emisiones de CO2 de 22.334 toneladas, lo que equivale a la cantidad que absorbería un área forestal de 3.127 Ha en un año.
Al mismo tiempo, Vodafone España es consciente del impacto significativo que producen los desplazamientos que realizan sus empleados. Por ello, ha establecido medidas que contribuyen a una Movilidad Sostenible, es decir, una movilidad que busque compatibilizar una mayor eficiencia y competitividad económica, con una minimización de los impactos ambientales asociados y que además contribuya a una mayor seguridad vial o a la conciliación de la vida laboral y personal.
Salas de videoconferencia
Dispone de más de 60 salas de videoconferencia donde anualmente se realizan más de 10.000 videoconferencias, que permiten un ahorro de 1.000 toneladas de CO2 cada año.
La instalación de las salas de videoconferencia permite además:
lFacilitar la conciliación de la vida personal y laboral.
lLas reuniones y la formación se realizan de una forma rápida y eficaz.
lUn aumento en la eficiencia de costes.
Servicio de lanzaderas y
vehículos de flota más eficientes
Desde el año 2000 se implantaron las primeras lanzaderas para el personal con turno de noche del Servicio de Atención al Cliente enlazando la sede principal con nodos de transporte público cercanos. Este servicio ha evolucionado hasta contar en la actualidad con 30 trayectos diarios, más el servicio que presta una lanzadera realizando constantemente el recorrido entre las dos sedes principales de Madrid.
El cambio climático supone uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad actual, y todos los agentes involucrados tienen la doble responsabilidad de reducir sus propias emisiones, y de contribuir con sus productos y servicios a la reducción de emisiones de otros sectores.
En este contexto, el sector de las telecomunicaciones está en una posición privilegiada en la medida en que es un sector con niveles de emisiones relativamente reducidos y puede contribuir de forma notable a que una nueva economía con bajos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero pueda ser una realidad.