Leadership everywhere
Cuando el pasado año anunciamos el lema del Global Peter Drucker Forum de 2020, “Leadership everywhere”, no podíamos sospechar la importancia que adquiriría en el contexto de una crisis entonces inimaginable. Hoy nos enfrentamos a una situación con tremendas repercusiones sociales, sanitarias y económicas, pero también a una crisis de liderazgo, que deja al descubierto la confusión y la desorientación de las esferas directivas en el sector público, privado y en diferentes instituciones.
Hemos escuchado a líderes argumentando que los datos y las recomendaciones de los científicos son los que motivan sus decisiones; y no hay duda de que ese conocimiento es indispensable, sobre todo en un escenario de crisis. Pero, al mismo tiempo, es obvio que hace falta mucho más cuando uno se enfrenta a una realidad tan compleja a escala global.
Los grandes líderes deben ser grandes sintetizadores, capaces de aplicar un razonamiento lógico y de ver a través de las diferentes disciplinas profesionales. Deben aplicar la razón, pero también saber llegar a compromisos, intercambios y compensaciones, especialmente cuando no hay una solución clara; y nunca la hay en un momento de dificultad como el presente.
Además, han de ser grandes comunicadores, para asegurarse de que sus decisiones sean entendidas por todos, y ser conscientes de que los valores que apliquen serán determinantes. Cuando hablen de la valoración del impacto, tal y como sabemos en el mundo de los negocios, no han de considerar solo el corto plazo, sino también el largo; y en este último debemos focalizarnos hoy.
Todo radica en continuidad y cambio, y hemos de encontrar nuestro camino hacia el futuro sin tirar por la borda nuestro pasado
En situaciones sin soluciones perfectas como la actual, se necesita valor y coraje para poder tomar las decisiones que han de tomarse. Promover la idea de que las medidas tecnocráticas aportarán la respuesta por sí solas es un camino peligroso, más aún cuando estas acciones no suelen tener en cuenta todos los daños colaterales que acarrean.
No es casual que preocupaciones de esta naturaleza fuesen críticas para dos pensadores de management tan relevantes a quienes con gran tristeza hemos despedido este año. Uno es nuestro amigo y mentor Clayton Christensen, y otro es Joseph Maciariello, el colaborador más próximo de Peter Drucker, y de alguna forma su sucesor académico. En los últimos años de su vida, Maciariello centró su trabajo en uno de los conceptos clave de Drucker, el concepto que define el management como un arte liberal; y lo hizo accesible para el ámbito educativo y para aquellos profesionales liberales que quieran emplearlo.
En este momento, tratar al management como un arte liberal es un manifiesto en contra de las formas de gestión puramente burocráticas y tecnocráticas; y es también el eje central de este Foro. Las ideas de Peter Drucker sobre gestión y liderazgo nunca han sido más oportunas. No se trata de resetear todo, sino de entender que –como él siempre dejó bien claro– todo radica en continuidad y cambio, y hemos de encontrar nuestro camino hacia el futuro sin tirar por la borda nuestro pasado.
No me gustaría concluir sin transmitir una visión esperanzadora y la convicción de que el liderazgo adecuado puede dirigirnos con acierto. También quisiera destacar la participación de los más jóvenes en el Foro y en los concursos que hemos puesto a su disposición, y el apoyo de todas las instituciones, empresas y medios* que han hecho posible este encuentro bajo unas condiciones tremendamente complicadas. Su ayuda no es solo económica, sino que son partners que contribuyen al desarrollo de nuestra estrategia.
Richard Straub, presidente de Peter Drucker Society y del Global Peter Drucker Forum
Texto publicado en Executive Excellence nº171, noviembre 2020