Simbiosis entre IA y comunidad senior
La sevillana Pilar Manchón está considerada como una de las personas latinas más influyentes en el ámbito de la tecnología. Actualmente es vicepresidenta de Inteligencia Artificial en la empresa estadounidense Roku Inc. En su conferencia magistral, desgranó algunas posibilidades de la IA y las consecuencias de su democratización, un ámbito en que el todavía hay muchas incógnitas.
Prosperidad para todos
Los soldados del ejército de EE.UU. ya están utilizando exoesqueletos para correr largas distancias, pero esta innovación también permite la movilidad a personas paralíticas o con enfermedades neurodegenerativas que les impiden caminar. El código de vida, el ADN, ya se está manipulando, lo que hará posible prevenir enfermedades, prolongar la vida o simplemente manipular el color de ojos. Si vamos más allá, la vejez se trata como una enfermedad que tiene cura, y ya se habla de la muerte de la muerte, cuando esta no exista como cauce natural de vida y sea evitable.
¿Cuándo vamos a tener el primer humano genéticamente modificado? Si pensamos en cómo cambiar el código de vida, hablamos de crear una nueva especie de humanos. Eso conlleva una evolución de quiénes somos, dónde queremos llegar y cómo llegamos. En función de mis creencias religiosas o principios éticos, mi capacidad adquisitiva, mi disponibilidad según dónde vivo o trabajo, y la legislación, puedo tener acceso a determinadas tecnologías que otros no pueden. La consecuencia es una economía de más desigualdad. Estamos creando nuevas sociedades ergo nuevas posibilidades de discriminación y nuevos conceptos de diversidad. La pregunta es: ¿cómo se gestiona todo esto?
Si una persona se convierte en todopoderosa y se corrompe, es mucho más peligrosa que una IA, que no tiene ambición ni sentimientos. Sólo podremos avanzar como sociedad, si trabajamos juntos para crear prosperidad para todos. La posibilidad de disrupción con la IA y la robótica es casi infinita. La tecnología es fantástica y va a hacer cosas muy concretas, pero todavía estamos muy lejos de ser contextualmente inteligentes, y crear algoritmos maestros que sean capaces de aprender como lo hacemos los humanos. Si la IA y la robótica llegan a igualar a los humanos, seremos inferiores, porque hay capacidades que las máquinas tienen y que los humanos nunca vamos a tener.
Buscando el equilibrio
Existen varias cuestiones que deben estar alineadas para progresar si queremos que la IA y la robótica puedan ser verdaderamente positivas, entre ellas:
- Privacidad: deseamos un servicio personalizado, pero para eso hay que compartir datos, hasta el punto de que determinadas empresas saben más sobre nosotros que uno mismo. ¿Cómo encontramos la zona de confort en la que cedo información sin poner en peligro mi privacidad y libertad?
- Confianza: ¿Cuánta confianza puedo depositar en un asistente virtual para que me dé lo que necesito? ¿Me está recomendando lo mejor para mí, lo mejor para la empresa que lo fabrica o lo mejor para la compañía que ha contratado a esa empresa que lo fabrica? Los humanos tenemos unas necesidades cognitivas, pero somos fácilmente manipulables. ¿Hasta cuándo y hasta dónde pueden esos mecanismos artificiales llegar a elaborar estrategias de convicción, persuasión o manipulación?
- Normativa: ¿Alguien sabe de alguna regulación que se haya antepuesto a una disrupción tecnológica? No ha ocurrido nunca. Cuando la generación de tecnología es exponencial, el riesgo también se multiplica exponencialmente. La normativa debe mantenerse al día con estas disrupciones, incluso si nos llevan a la manipulación genética y al diseño de seres humanos, para evitar que se creen comunidades vulnerables.
El papel de los senior
Sabemos que los mayores son mentores, personas con sabiduría acumulada que solo se consigue con la experiencia, y con influencia sobre las nuevas generaciones para ayudarles a entender el mundo con paciencia. Pues bien, hay que pensar en la IA como un niño que está aprendiendo, porque a día de hoy los algoritmos no son capaces de aprender como los seres humanos.
Puede haber, por lo tanto, una simbiosis. La robótica y la IA representan una oportunidad para mejorar la calidad de vida de nuestros mayores, pero también una oportunidad para servirse de ellos para destilar una cantidad de conocimiento y sabiduría humana y profesional que necesitamos extraer y poner en uso. ¿Por qué vamos a desperdiciar un activo tan importante? El humanismo y la IA deben ir de la mano. ¿Cómo vamos a generar una IA que sea compatible con esta sociedad si perdemos nuestro lado humano? ¡Qué mejor forma de crearlo que con las personas que tienen más experiencia de vida, y voluntad de enseñarla!
La comunidad senior representa una gran oportunidad de negocio no solo como receptor de servicios, sino como contribuyente a esta sociedad y generadora de valor. Los mayores son activos esenciales para el futuro de la educación de nuestros niños biológicos y virtuales. Las entidades virtuales puedan aprovecharse del conocimiento, la paciencia y la disponibilidad de las personas mayores, de modo que estas puedan entrenarlas, crear datos, situaciones, conocimiento; y las comunidades senior pueden beneficiarse de la inteligencia funcional de estas entidades para llevar a cabo tareas que les resulten complicadas .
Texto publicado en Executive Excellence nº153, noviembre 2018