Hablemos claro sobre el comercio mundial
Dani Rodrik / Editorial Deusto
La globalización no ha beneficiado a todo el mundo. Muchos trabajadores europeos y estadounidenses han resultado excluidos debido a la externalización de ciertos trabajos industriales a China, México y otros lugares. Al mismo tiempo, el proceso de internacionalización ha favorecido al sector de las finanzas y a profesionales altamente especializados, capaces de beneficiarse de unos mercados en expansión descontrolada.
La globalización no ha sido la única responsable de la creciente desigualdad que existe en los países avanzados. Sin embargo, las políticas comerciales que la hicieron posible han creado enormes problemas, a los que no son ajenos los países que se aprovecharon de ella.
Como recuerda este libro exhaustivo y apasionado, hay muchísimo en juego. La globalización mal gestionada está teniendo consecuencias importantes. No sólo en Estados Unidos, sino también en el resto del mundo desarrollado —en especial en Europa— y en los países con ingresos bajos y medios. Por ello, es de capital importancia lograr un equilibrio entre la apertura económica y el derecho a la gestión del espacio político de los Estados.
En lugar de abogar por unas fronteras cerradas o defender a los proteccionistas, Rodrik demuestra que se puede restaurar un equilibrio juicioso entre la gobernanza nacional y la global. Para ello, repasa las recientes experiencias de varios países avanzados, la eurozona y las naciones en desarrollo y propone un camino futuro con nuevas ideas, donde se reconcilian la actual economía de la desigualdad y las nuevas tecnologías con una democracia abierta y con inclusión social.