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"Farmasierra es una compañía muy atractiva para colaborar como outsourcing de producción, de distribución o de I+D"

(Tiempo estimado: 7 - 14 minutos)

Antes de fundar el Grupo Farmasierra en 1996, este salmantino nacido en Béjar, fue director de Operaciones de Calidad y de la División Técnica de Pfizer y, con anterioridad, director de Calidad y Garantía de Calidad en Antibióticos.

Doctor en Ciencias Químicas, especialidad de Bioquímica, por la Universidad Técnica de Munich, PDD por IESE y Dirección de Investigación y Manufactura por el Massachussets Institute of Technology, su amplia formación académica abarca estancias científicas en varias instituciones alemanas, la participación en diversos congresos internacionales, así como publicaciones científicas y patentes de producción de medicamentos.

Tomás Olleros dirige a más de 200 pesonas en Farmasierra, operador global farmacéutico, cuya filosofía de trabajo “se ha ido creando a lo largo de estos 13 años, marcada por una forma de hacer que mira siempre hacia delante, y con unos valores de compromiso, interés y dedicación implantados dentro de la compañía a todos los niveles”.

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS Y ALDARA BARRIENTOS: Farmasierra se constituye en 1996. Usted ha declarado en ocasiones anteriores que nunca creyeron que el crecimiento del Grupo sería tan rápido. ¿Cuáles considera que han sido los factores desencadenantes del ascenso de Farmasierra? 
 
TOMAS OLLEROS: En primer lugar, una apuesta decidida por la innovación tecnológica. Desde el principio tuvimos muy claro que había que actualizar rápidamente la tecnología que teníamos, había que hacer un esfuerzo grande en la calidad a todos los niveles, también en el servicio de calidad a los clientes, y entrar en una política continua de inversiones. Gracias a esto, en los 5 primeros años ya habíamos doblado la cifra de negocio con la que inicialmente partimos. 
Al comienzo, nuestra primera facturación fue para un único cliente. Hubo una desinversión por parte de la compañía Pfizer, en concreto de su planta farmacéutica, y yo realicé un management buy out. Partimos con la facturación para un único cliente y para el mercado español. 
A partir de ahí, con las inversiones en innovación tecnológica y la creación de un equipo humano dispuesto a dar un servicio de excelencia, fuimos creciendo a razón del 20%, con lo cual en 2001 ya habíamos duplicado la cifra de negocio.
A su vez, hicimos una gran ampliación de la planta farmacéutica y así en el año 1998 incorporamos un 30% más de capacidad. Los crecimientos posteriores fueron más modestos, pero siempre manteniendo un ascenso continuo.
En 2005, nos planteamos que si queríamos optar a crecimientos mayores y poder competir teníamos que dar un salto a nivel internacional, ofertando nuestros servicios de manufactura y los posibles productos que iban a salir de nuestro I+D+i. Esto nos obligaba a incrementar otra vez nuestra capacidad tanto de producción como de distribución. En el 2007, hicimos una duplicación de la capacidad existente, que representó un reto económico tremendo, ya que se trataba de pasar de una producción de unos 35 millones de unidades a 70 millones, lo que nos convertía en una de las tres primeras plantas de producción de España.
En el área de distribución, donde también habíamos ido creciendo a un ritmo importante, nos propusimos posicionarnos entre los primeros distribuidores a mayoristas y creamos un centro de distribución. Este ha sido el desarrollo en el área industrial. 
En cuando a I+D+i hemos tardado mucho más tiempo en tener resultados, pero el mismo mes de diciembre de 1996 en el que la compañía empezó, ya habíamos creado un pequeño laboratorio de desarrollo. Todos estos años han sido de continua inversión y captura del conocimiento. Hemos estado en contacto con multitud de universidades, con muchos países y diferentes compañías… Todo esto ha ido generando poco a poco ideas, líneas de trabajo y captación de investigadores que nos han permitido crear un grupo en el área de I+D+i. 
Después de los primeros 8 años, conseguimos resultados tangibles, al principio modestos en cuanto al tipo de producto, pues son productos sencillos que no estaban en el mercado, pero siempre basados sobre principios activos y medicamentos conocidos. Hemos hecho combinaciones que no existían y desarrollado nuestros ensayos clínicos. Finalmente, el área de I+D+i ha dado ya resultados y esos productos los estamos comercializando y, al mismo tiempo, licenciando en España y a nivel internacional.
Si vemos todo el desarrollo de estos 13 años, el resumen sería: inversión en calidad, en innovación tecnológica; ampliación de la capacidad industrial y, paralelamente, la adquisición de conocimiento. Hemos sido capaces de ofertar a otras compañías licencias de productos innovadores, al mismo tiempo que hemos promovido un desarrollo comercial local, al trabajar nosotros en España con nuestra propia red comercial. 
En estos momentos nos encontramos con cuatro áreas de actividad: I+D+i, manufactura, distribución y comercial, en compañías diferentes, pertenecientes todas ellas al grupo Farmasierra, que trabajan en sinergia en la medida de las posibilidades pero que, a su vez, son actividades independientes en las que cada área tiene su presupuesto, sus objetivos, sus inversiones y su propio desarrollo al ritmo que sabe y que le permite el mercado.
 
F.F.S. y A.B.: ¿Cuál es el porcentaje de producción propia (de la marca Farmasierra) y cuál el producido bajo licencia de otros productos de diferentes compañías?
 
T.O.: La proporción es 90% en producción de productos de otras compañías que nos encomiendan su fabricación, incluyendo aquí los que licenciamos, frente a 10% de productos de Farmasierra. Nuestro modelo de negocio está basado en ambas áreas y probablemente, aunque sigamos creciendo, en los próximos años la proporción de los productos que fabriquemos de otras marcas sea muy alta. 
 
F.F.S. y A.B.: Hablando de su producción propia y de la investigación. ¿Cómo es la relación con el entorno universitario en I+D+i?
 
T.O.: Nuestros proyectos son normalmente internos, aunque hay fases en las que sí necesitamos el apoyo de técnicas especializadas y de equipos especialmente formados en un área y ahí es donde buscamos el apoyo en las universidades. Tenemos relación habitual con la Universidad Central de Barcelona, con la Autónoma de Madrid o con la de Alcalá de Henares. También colaboraciones con San Pablo CEU o con la Universidad de Salamanca, y contactos continuos con investigadores fuera de España, algo que nos viene muy bien para contrastar ideas y desarrollar otras que ellos nos proporcionan. 
Somos muy conscientes de que el conocimiento hay que buscarlo constantemente fuera, pues internamente nosotros ya desarrollamos y aportamos todo lo que está en nuestras manos.
 
F.F.S. y A.B.: Considerando una situación de dificultad económica como la actual, ¿cuáles son las respectivas expectativas de futuro en cada área y cuál considera que se verá más afectada en su crecimiento? 
 
T.O.: La de I+D+i tiene un requerimiento de inversión importante, con un alto grado de incertidumbre, yo no lo llamaría riesgo, en cuanto a los resultados que se puedan obtener. Tenemos buenas perspectivas de tener un retorno de la inversión que estamos haciendo, porque es una inversión bien planificada, pensada durante mucho tiempo, contrastada interna y externamente, al igual que todos nuestros proyectos, de manera que debería haber un buen desarrollo.
El área de manufactura es más sólida. Te permite calcular mejor y estimar los retornos, planificar bien las inversiones… Es algo más seguro, pero también es cierto que la competencia es enorme en el área de producción, hasta el punto de que hay un exceso de capacidad productiva a nivel mundial y la competencia se amplía a países tan grandes como China e India, aunque para contrarrestar nos empleamos a fondo en el área de I+D+i, en lo que a innovación tecnológica se refiere, que a lo mejor otras compañías no están dispuestas a adquirir o a desarrollar.
El área de distribución está en continuo cambio desde hace años. En Farmasierra nos hemos querido posicionar en el suministro a mayoristas. Estamos especializados en el medicamento, hemos incorporado a su distribución, el almacenamiento, la trazabilidad, la fiabilidad en la preparación y el envío de pedidos, desde la base de que somos una compañía altamente dedicada y dotada para hacer esa actividad. Ahí es donde estamos compitiendo, pero también es cierto que el sector de la logística está en pleno cambio, ya no es tan sectorial como lo fue en tiempos, y ahora un operador logístico trabaja en todos los sectores que puede. Nosotros aquí llevamos un camino diferente: especialización exclusiva en el medicamento y fundamentalmente suministro a mayoristas, y también a farmacias y hospitales.
Por último, el área comercial va a crecer porque está siendo alimentada con buenos productos y ya estamos teniendo resultados. De hecho, los grandes crecimientos están viniendo de los nuevos productos y pensamos que esto va a seguir siendo así en los próximos años. Aquí tenemos el área de licencias, para poder comercializar nuestros medicamentos a nivel internacional, y por aquí también se prevé un crecimiento que dará más volumen de producción al área de manufactura.
 
F.F.S. y A.B.: Uno de los grandes hitos del Grupo está previsto para el próximo año, para 2010: Ser la primera planta española en capacidad productiva y una de las mayores de Europa. Háblenos sobre este proyecto.
 
T.O.: La primera fase, que era hacer la ampliación físicamente y crear los espacios para empezar con la primera adquisición de nueva maquinaría y plantas de fabricación, como la de líquidos o una segunda de geles, está ya concluida. De la gran ampliación que hicimos, el 30% funciona a pleno rendimiento. Entendemos que en el año 2010 se producirá el gran incremento y podremos aumentar otro 30% la producción, y en los años siguientes iremos saturando poco a poco nuestra capacidad. El año 2010 es determinante para llegar a 2011 con nuestros deberes hechos y el plan estratégico desarrollado.
 
F.F.S. y A.B.: Entre sus clientes de fabricación y distribución se encuentran las primeras compañías farmacéuticas mundiales, participan constantemente en proyectos de colaboración internacional con marcas de prestigio en Estados Unidos, Inglaterra, Suecia, Alemania, Italia… ¿Cuáles son los planes de Farmasierra fuera de España?
 
T.O.: Nuestro plan es basarnos fundamentalmente en las licencias de productos. No invertiremos en infraestructuras fuera de España. Ahora nuestra relación a nivel internacional es a través de otras compañías a las que les licenciamos nuestros productos, de hecho ya tenemos licencias en Inglaterra e Irlanda, en los Países Nórdicos, en los Bálticos, los del Este de Europa y estamos en conversaciones con Italia, Portugal e India. No sólo tenemos que pensar que India o China pueden hacer negocio aquí, también allí existen muchas compañías que están dispuestas a colaborar y a adquirir productos y nuevas licencias. Esta actividad internacional siempre la desarrollaremos con compañías implantadas en esos países.
 
F.F.S. y A.B.: En un entorno que exige profesionales altamente cualificados, ¿cuáles son las políticas de atracción y retención del talento?
 
T.O.: La rotación del equipo humano de Farmasierra es muy baja. Tal vez contribuye a ello la política de reinversión continua que tenemos en la compañía que permite a los profesionales trabajar con ciertas garantías de continuidad, de supervivencia y apostar por un desarrollo de su carrera profesional dentro de la compañía.
Cualquier persona que ha querido y ha sabido aportar a la empresa ha tenido grandes oportunidades. La inversión, ver que hay ideas y vocación de futuro es lo que más retiene el talento en nuestra compañía.
Además se implementan diversos planes de formación, como la formación continua en inglés y en las técnicas específicas de cada área: control de calidad, técnicas de análisis, de producción, actualización de las normas de correcta fabricación que están establecidas por ley y que exigen reciclarse; formación en diferentes tecnologías, asistencia a seminarios y congresos relacionados con las áreas de I+D en las que estamos trabajando… El departamento de RRHH vela para que se desarrolle el conocimiento, las competencias y que además sea algo vivo, que nos permita avanzar. 
 
F.F.S. y A.B.: En el pasado congreso de CEDE, Peter Hug (Roche Pharma) y Juan Antonio Zufiria (IBM) llamaban la atención sobre los cambios que se están produciendo en la industria farmacéutica a todos los niveles y hablaban del paso de una medicina empírica a un tratamiento personalizado, de un conocimiento bioquímico externo a la célula a trabajar internamente en la célula. Si esto es así, el mundo de la farmacia caminará hacia niveles de especificidad muy altos. También comentaron que el 20% de las autopsias realizadas en EE.UU. confirmaron un diagnóstico erróneo, por lo cual en este sentido también habrá mucho trabajo por hacer. ¿Cómo será el futuro de la medicina? ¿Qué escenario se plantea?
 
T.O.: Sin duda, la medicina personalizada se impone y el área del diagnóstico tendrá ahora su gran oportunidad. Habrá que superar una barrera económica inicial, pues en una primera fase será necesario incorporar tecnologías muy caras. Estas técnicas, que no se van a aplicar a toda la población, se verán favorecidas posteriormente con un abaratamiento que responde a su universalización. Es decir, en un primer momento se podrá hacer un chequeo exacto respecto a determinadas patologías. Después, la tendencia será buscar franjas de población con un grupo más o menos uniforme de personas que respondan a una misma patología, de manera que no haya que hacer un medicamento para cada uno, sino un tipo de medicamento para un sector amplio.
 
F.F.S. y A.B.: ¿Cómo afectará eso al sistema productivo de una empresa como Farmasierra? 
 
T.O.: Actualmente, nuestra área de I+D está muy atenta a todos estos cambios. Tenemos que resistir, mantener una planta de producción totalmente actualizada es algo muy caro, que no todas las compañías están dispuestas a hacer pero sí a exigir y, por tanto, habrá una mayor externalización y especialización de los fabricantes, que tendrán que demostrar una alta capacidad de producción. Habrá oportunidad para aquellos que tengan la tecnología, los mercados y la capacidad de reacción para ponerse a fabricar rápidamente, de acuerdo a unas determinadas indicaciones. Ahí tiene que haber una tecnología nueva, mucho más rápida y eficiente, que en un corto espacio de tiempo ponga a disposición del paciente la medicación que requiere. 
Si nosotros queremos estar, debemos aportar en ese nuevo tipo de fabricación, que será diferente al actual. En este sentido, somos una compañía atractiva para colaborar como outsourcing  de producción, de distribución o de I+D. Por ejemplo, hay actividades de investigación y desarrollo que las grandes compañías prefieren que se las demos los laboratorios especializados. En este escenario, tal vez las que más pueden sufrir son las compañías que están cerca del top, pero que no lo son, y que empiezan a ser absorbidas por otras más grandes. Si las empresas medianas están altamente especializadas en productos que a su vez sean de interés para las grandes, tendrán su oportunidad de desarrollo o su riesgo de poder ser absorbidas; pero las compañías de nuestro tamaño, en las actividades en las que nosotros trabajamos, tenemos una gran oportunidad de colaboración y oferta a otras empresas que no están dispuestas a invertir en ese tipo de desarrollos.
 
F.F.S. y A.B.: La instalación de la receta electrónica en Extremadura parece que ha descargado de mucho trabajo a los médicos y ha confirmado que la estructura de distribución tiene campos de mejora a muchos niveles, pero que ya tenemos la tecnología. ¿Es utópico pensar que un futuro cercano tendremos recetas específicas y Farmasierra desarrollará esos productos personalizados y, a través de una logística de distribución de alta tecnología, los entregará en tiempos muy cortos? 
 
T.O.: Eso será así en muchos casos, excepto para los genéricos. Digamos que, en cierto modo, es algo que incluso está ya diseñado: que un médico diga “quiero esta fórmula para este paciente en 24 horas”. Ahí tendremos que tener conectada perfectamente nuestra fabricación  con la demanda del médico vía tecnologías modernas de la información para que, en un tiempo muy corto, podamos disponer de esa fórmula específica. No es una utopía, sino algo en lo que ya se está trabajando, porque además puede llegar de la noche a la mañana y los fabricantes tenemos que estar en disposición de dar una respuesta efectiva.

Entrevista publicada en Executive Excellence nº65 dic09

 


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