La nueva Copa América: el futuro de la vela deportiva
GESTIÓN / ESTRATEGIA
Proclamado vencedor en cuatro ocasiones, Russell Coutts es el regatista con más éxito de la historia de la Copa América. Su segundo récord 14-0 en las ediciones de 1995, 2000 y 2003 de este campeonato aún no ha sido batido y le ha permitido alzar el trofeo en nombre de cada uno de los tres equipos distintos que ha liderado.
Russell se proclamó campeón mundial juvenil en 1981, ganó una medalla de oro olímpica en 1984 (en la extenuante regata en solitario de la clase Finn) y, en 1992, ganó el primero de sus tres campeonatos mundiales de vela. La Federación Internacional de Vela le ha proclamado en dos ocasiones Regatista Mundial del Año (en 1995 y 2003).
Su último desafío exige algo más que destreza en el agua. El éxito de su equipo en la 33ª edición de la Copa América le ha brindado la oportunidad de ayudar a transformar dicha competición en un acontecimiento sostenible y dedicado a los fans, gracias a lo cual se ha registrado un fuerte aumento del público juvenil.
En la pasada edición del Global Sports Forum de Barcelona, organizada por Havas Sports & Entertainment, Coutts compartió los aspectos más destacados de esa transformación. Uno de ellos es la introducción de los catamaranes a vela de alta velocidad como el barco predilecto de la 34ª edición de la Copa América. La World Series de la Copa América en Cascais será testigo del debut del diseño exclusivo del AC45 en competición.
“El AC45 es una de las piezas centrales de nuestro esfuerzo por transformar la Copa —explicó Russell—. Se utilizará en la World Series de la Copa América durante todo el año 2012 y ofrecerá a los nuevos equipos una importante pasadera para el desarrollo de su navegación con catamarán de vela alar (wingsail)”.
Neozelandés nacido en Wellington en 1962, Russell Coutts se licenció en Ingeniería por la Auckland University of Technology, título que ha aplicado a buen fin en la concepción de un nuevo yate para la Copa América u otros grand-prix. Asimismo, su formación le ha ayudado a concebir y codiseñar la competición RC44 con monocasco de diseño único, que recorre toda Europa. Russell Coutts es patrón y director general del Oracle Racing de Larry Ellison.
Breve historia de la Copa América
La Copa América de vela es la competición náutica más antigua de mundo y el tercer acontecimiento deportivo más visto, tras el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos.
Su historia comienza en el año 1851 cuando, con motivo de la celebración en Londres de la Gran Exposición Universal, se creó una regata cuyo ganador recibiría como trofeo un aguamanil de plata diseñado por Robert Garrard, joyero de la Casa Real, y cuyo valor era de 100 guineas de oro. Esta joya fue donada al Real Escuadrón de Yates (club organizador de la regata) por el marqués de Anglesey. Por eso se conoce a la Copa América como la Copa de las 100 guineas.
Aquel primer recorrido llevó a las embarcaciones a la Isla de Wight, al sur de Inglaterra. Los participantes: 14 barcos del Real Escuadrón de Yates y la goleta América, en representación del Club de Yates de Nueva York, debían dar una vuelta a la isla para proclamarse vencedores. Finalmente, los americanos se hicieron con la victoria.
El armador de la goleta americana donó el trofeo al Club de Yates de Nueva York, que se convirtió así en el primer comodoro de la competición, con el objetivo de promover un torneo entre naciones mediante la organización de una regata que tuviese la copa de las 100 guineas como premio. A partir de ese momento, el trofeo se llamó Copa del América (o Copa América).
Desde 1870 hasta 1983, los americanos fueron los ganadores invencibles, hasta que el Australia II, del Real Club de Yates de Perth, les arrebató la Copa. Esta victoria puso fin a más de un siglo de dominio americano. Sin embargo, tardaron poco en recuperar el trofeo: en la siguiente defensa del título, el Stars & Stripes (con Dennis Conner como patrón) del Club de Yates de San Diego, California, vence y devuelve la Copa a tierras americanas. Hasta 1995, cuando el Team New Zealand logra imponerse a los estadounidenses, defendiendo este resultado en la edición posterior.
En 2003, el equipo Alinghi (Sociedad Náutica de Ginebra) consiguió el triunfo, convirtiéndose en el primer equipo europeo, con bandera Suiza, en ganar un título. Sin embargo, para poder defender el título, dado que el país no tiene salida al mar, los dirigentes del Alinghi tuvieron que seleccionar una sede fuera de Suiza. La elegida fue Valencia. Allí se disputó la 32ª edición de la Copa América. El Alinghi revalidó su liderazgo y reconfirmó a Valencia como sede para defender el título en 2009. Una decisión no exenta de polémica.
Tras ganar en la edición de 2007 disputada en Valencia, la Sociedad Náutica de Ginebra firmó el protocolo de la 33ª edición con el Club Náutico Español de Vela (CNEV). Sin embargo, el Club de Yates Golden Gate (GGYC) impugnó esta situación, al considerar que el CNEV no cumplía los requisitos que se exigen a los clubes que deseen participar en la Copa América, según los estatutos del trofeo (el famoso documento “Deed of Gift”, que recoge las bases de la competición). Llevó su protesta a la Corte Suprema del Estado de Nueva York y ganó el litigio definitivamente en 2009, por lo que se convirtió en el club desafiante de referencia (Challenger of Record) de la edición 33ª, anulando el protocolo firmado con el club español y procediendo a la firma de un nuevo protocolo, que rigió la edición.
En 2010, el equipo BMW Oracle Racing del millonario norteamericano Larry Ellison, bajo la grímpola del Club de Yates Golden Gate, derrotó a los suizos y devolvió la Copa a los Estados Unidos, tras 15 años de periplo por Oceanía y Europa.
En 2013, la Copa América de vela celebrará su 34ª edición en San Francisco (California), entre multicascos de 72 pies de eslora (clase AC72). El Club de Yates Golden Gate (GGYC), vencedor de la última edición, es el defensor de la Copa y estará representado por el equipo Oracle Challenge. Esta nueva regata determina un cambio absoluto, pudiendo decir que la Copa América entra en el siglo XXI con una propuesta excitante que atraerá a una nueva generación de participantes y aficionados.
FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: ¿Cómo cree que cambiará el mundo de la vela con este nuevo planteamiento para la Copa América?
RUSSELL COUTTS: La vela tiene una larga y triste historia, que durante muchos años ha dado grandes frutos y bellas regatas. Hasta hace poco, la retransmisión de este evento presentaba grandes dificultades para los productores de televisión, pues no se sabía cuánto podía durar una carrera y los barcos eran lentos. Hoy se está produciendo una revolución en este magnífico deporte. Las condiciones están cambiando de una forma radical, lo cual permitirá acercarlo a las masas.
Retransmitir un partido de fútbol resulta sencillo, dado que se celebra en un entorno controlado. Ahora, gracias a las nuevas tecnologías y a la celebración de las regatas próximas a la costa, su retransmisión ha dado un salto muy importante. Antes las regatas se celebraban a distancia, aunque cerca del corazón. Hoy las distancias se han reducido.
F.F.S.: Gracias a usted, la Copa América vino a España, aunque ahora la hayan trasladado a San Francisco. ¿Cuáles son las expectativas?
R.C.: Tenemos que diferenciar las regatas transoceánicas de la Copa América. Las primeras son más una aventura, y la segunda es una regata que se celebra en la costa. Las diferencias podrían ser las existentes entre un sprint y un maratón. Esa es una de las grandezas de este deporte, que permite plantearse diferentes direcciones a recorrer para competir.
Los cambios que estamos implementando en la Copa América permitirán atraer a la gente joven a este deporte. Tras haber estado muchos años practicándolo, me alegra que el nuevo formato aproxime a navegantes olímpicos jóvenes, permitiéndoles vivirlo con intensidad.
El hecho es que se está reinventando la vela con los multicascos. Éramos conscientes de que este deporte necesitaba un “lifting”, y el concepto de multicascos forma parte de ese proceso de cambio. Si en una sala preguntamos quién sabe navegar, serán muchos quienes levanten la mano sin ser conscientes de que esta misma pregunta, hecha en un entorno de pilotos, tendría una respuesta diferente; todos sabemos conducir pero, ¿quién sabe pilotar un Fórmula 1? El alto nivel de habilidades necesarias para conducir un multicascos, especialmente los utilizados en la Copa América, es similar al de un piloto de Fórmula 1. Aun siendo muchos los que saben navegar, son pocos los que saben competir con este tipo de barcos que, no solo es difícil de llevar, sino mucho más peligroso, pues tiene más posibilidades de volcar. Son barcos muy veloces.
Una de las cosas que hemos hecho para la Copa América es intentar que sea más fácil de entender para la audiencia. Toda la cobertura está destinada a explicar este deporte, ya que en el pasado fue complicado. Se celebraba en alta mar, las reglas podían inducir a confusión y, debido a ello, muchos no lo comprendían. Por eso hemos invertido mucha energía y esfuerzos para hacer que la vela llegue a todo el mundo, de un modo más sencillo y comprensible.
La aparición de gráficos en la televisión, la descripción más precisa del área de regatas, etc. son factores que contribuirán a esta simplificación y ayudarán a hacer más accesibles una regata y la plataforma que rodea a esta competición.
Quienes retransmiten las competiciones, perciben que ha nacido algo nuevo. El haber conseguido acercar la tecnología y ponerla a disposición de las regatas está transformando la vela.
F.F.S.: Que se celebre la Copa América cerca de Silicon Valley, uno de los entornos con mayor tecnología del mundo, ¿qué ha significado para la Copa América? ¿Permitirá aproximar este deporte a generaciones digitales?
R.C.: Absolutamente. Están llegando muchos jóvenes ambiciosos con deseos de dejar su impronta en este deporte, con nuevos formatos. Creo que muy pronto ellos dominarán esta competición en la que, cada vez más, el aspecto físico es fundamental. Todo esto acabará transformando el concepto de las tripulaciones.
Ahora hay que reaccionar con mucha más rapidez, y si bien es cierto que este deporte tiene una gran tradición, esa misma tradición lo ha estado reteniendo y evitando su desarrollo. Siempre existen resistencias al cambio, y en el caso de la Copa América son evidentes, ya que en más de una ocasión se prohibieron diseños innovadores, como el de los catamaranes (que ganaron y demostraron ser mucho más rápidos). Todo esto ha contenido la evolución del deporte durante muchos años, actuando como un freno. Hoy podemos comprobar cómo el advenimiento de estas tecnologías está revolucionando las carreras transoceánicas, reduciendo los tiempos de una forma drástica. Cascos diferentes, velas con nuevas tecnologías y diseños..., todo esto lleva al sector a una innovación radical. El hecho de que la Copa América sea el vértice del proceso de cambios hace que ejerza el rol de líder en esta revolución del mundo de la vela.
Próximamente se van a celebrar regatas en Venecia y en San Francisco. Una de las ventajas es que van permitir que estas ciudades se aproximen a su mar. La competición de San Francisco, dentro de su bahía, es algo que nunca antes se había hecho. En el caso de Venecia, vamos a regatear frente a la ciudad y terminaremos frente a la Plaza de San Marcos.
Introducir las regatas en estas ciudades hace que sea más interesante para los deportistas que participan y para todos los socios comerciales involucrados. Es como si estuviéramos construyendo estadios dentro de las ciudades para navegar. Las dos urbes –San Francisco y Venecia– tienen una gran tradición y conexión con su entorno marino, de modo que este evento servirá para reforzar esos lazos. Es una gran oportunidad para ambas, que generará beneficios en las ciudades.
F.F.S.: Hasta hoy, la Copa América ha estado reservada a las grandes fortunas y a los equipos privados. Ahora se está planteando una gran acción de marketing para conectar a la juventud con este evento, a través de los canales digitales. ¿Como están reaccionando los diferentes equipos de la Copa América ante este reto? ¿Qué piensan los patrocinadores?
R.C.: Es cierto que, históricamente, para ganar la Copa América se necesitaban muchos recursos, pero, curiosamente, no han sido siempre quienes más han invertido los que han obtenido el triunfo. La inversión financiera no es un seguro de éxito. El año de 1983 es uno de tantos ejemplos donde pudimos observar que un equipo con menos presupuesto que otros obtuvo la victoria. Para mí, lo importante no es cuánto dinero se tiene, sino cómo se utiliza.
El factor tiempo es esencial. Los procesos de planificación son tan importantes que, por muchos recursos que se tengan, si no están disponibles y planteados en un período racional, los resultados no llegan. El reto del equipo de la Copa América es utilizar los recursos de la forma más adecuada y tomando las decisiones más acertadas. Esto es lo que diferencia a los buenos equipos.
Respecto de la evolución de los diferentes participantes en la Copa América, parte de su percepción está relacionada con nuestros objetivos centrados en la construcción de una plataforma sostenible para este deporte. En el pasado, la Copa América se ha financiado gracias a personas muy influyentes. Si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de que esto es parte de la herencia de la Copa América. Personas como J.P. Morgan, Vanderbilt, Alan Bond o Raul Gardini han tenido sus equipos y han invertido fortunas en ellos.
A pesar de que hemos realizado grandes cambios para reducir los costes, aún queda mucho camino por recorrer. Tenemos que conseguir que las carreras sean más frecuentes y regulares para aumentar la visibilidad y su valor comercial, haciendo de ellas una plataforma sostenible, capaz de auto-sustentarse.
En el mundo de la vela se utiliza una terminología muy precisa y antes, para entender este deporte, casi era necesario aprender un idioma. Ahora la nueva tecnología está rompiendo estas barreras.
Hay otro aspecto que, afortunadamente, continúa siendo importante para nosotros, como son las marcas icónicas (Louis Vuitton, Prada, TAG Heuer, Emirates…) que tradicionalmente se han sentido muy próximas a las imágenes elitistas de este entorno. Estas marcas ven cómo se está generando una nueva imagen deportiva y de exigencia física que está transformando este deporte en algo, valga la redundancia, más físico y deportivo. Lo que en el pasado ha sido difícil de entender, pues era un ambiente purista y no atlético, será difícil de dejar de percibir en el futuro. Los nuevos barcos supondrán requerimientos atléticos muy elevados, lo cual nos ofrece grandes posibilidades.
F.F.S.: Muchas de las marcas que ha mencionado son exclusivas. ¿Cree que con esta nueva orientación se sentirán atraídas marcas más generalistas?
R.C.: Ya tenemos marcas, como Puma, que son más generalistas, pero es cierto que hay otras nuevas que intentan aproximarse para asociar su imagen a la vela. Cuando la gente mira hoy los barcos de la Copa América, se da cuenta de que no reflejan la imagen que ellos tenían de un barco de vela. Ocurre lo mismo con los Fórmula 1. Que las personas, al observar estos barcos, sean capaces de reconocer las necesidades complejas que se requieren para navegar en ellos, no hace sino elevar el nivel de este deporte. Que se estén intentando romper los límites resulta una aportación de innovación y una atracción innegables.
F.F.S.: En este Global Sports Forum, nos decía Sebastian Coe que los Juegos Olímpicos de Londres necesitan acercarse a la juventud, al igual que la Copa América; sin embargo, esta última conserva una marcada tradición como evento histórico. ¿Cree que lo logrará?
R.C.: Estoy convencido de que la nueva Copa América será un polo de atracción para la juventud. Cuando observo la positiva reacción de las empresas de televisión o de los antiguos sponsors y organizadores, siento que estos grandes cambios son buenos. Solo así es posible vencer la tendencia al inmovilismo.
Quienes, desde una perspectiva teórica, califican las variaciones como excesivas, una vez que las observan en directo reconocen que son muy positivas, de modo que solo puedo ver un futuro brillante.
Entrevista publicada en Executive Excellence nº94 jul/ago12