El renacimiento de la energía nuclear
La evolución tecnológica reciente está marcando un punto de inflexión para la industria nuclear, que vive un momento dorado. El futuro de la nueva energía nuclear pasa no solo por la construcción de reactores de generación 3+ y 4, sino también por los SMRs (Small Modular Reactors), de los cuales hay más de 70 diferentes proyectos en desarrollo.
Además, los diseños de estos prototipos de nueva generación nuclear proceden en su mayoría de vendors distintos de las tradicionales de utilities: start-ups y compañías de capital riesgo, algunas financiadas por grandes nombres del ámbito empresarial, como Bill Gates con TerraPower, quienes cuentan mayoritariamente con desarrollos tecnológicos propios.
Adicionalmente, esta coyuntura favorable se ve influenciada por el uso que se ha hecho de la energía como arma geopolítica, algo que se ha puesto de relieve con la guerra de Ucrania, un conflicto con consecuencias imprevisibles. En un mundo que sortea la ya de por sí complicada transición energética, con la mirada puesta en el proceso de alcanzar Net Zero, la energía nuclear resulta imprescindible.
Capacidad instalada de SMR y emisiones acumuladas evitadas. El potencial de los SMRs como componente tecnológico competitivo y de bajas emisiones de carbono de los futuros sistemas energéticos integrados suscita gran interés. Según estimaciones de la Agencia de Energía Nuclear, un despliegue rápido de estos reactores podría contribuir a evitar la emisión de 15.000 millones de toneladas de CO2 desde ahora hasta el año 2050. “Small Modular Reactors”, © OECD 2021, p. 2, Figure 2: SMR installed capacity and cumulative emissions avoided.
Acostumbrada a estar en el foco de la polémica por diversos motivos, la evidencia científica está a favor de la energía nuclear: su contribución es esencial para garantizar un suministro estable ante al reto climático, que avanza hacia un futuro basado predominantemente en las energías renovables. Es más, incluso promediando los 90 diferentes escenarios y proyecciones que ha estudiado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (más conocido por sus siglas en inglés, IPCC), para alcanzar cero emisiones sería necesario triplicar la capacidad nuclear mundial.
Con el fin de comprender bien el rol estratégico de la energía nuclear a nivel global, conversamos con William D. Magwood, IV, director general de la NEA (Nuclear Energy Agency).
La NEA, parte de la OCDE, es un organismo intergubernamental que facilita la cooperación entre países con infraestructuras de tecnología nuclear avanzada para buscar la excelencia en seguridad nuclear, tecnología, ciencia, medio ambiente y regulación. Entre sus miembros figura Rusia, adherida en 2013. (N. de R.: Esta entrevista se realizó el 28 de febrero de 2022, cuatro días después de que comenzara la invasión a Ucrania y antes de que Rusia empezase a tomar el control de sus plantas nucleares).
William D. Magwood, IV asumió su cargo en 2014, respaldado por una amplia trayectoria en el ámbito nuclear. Fue uno de los cinco profesionales elegidos por el presidente Obama, y confirmados por el Senado, para participar en la Comisión de Regulación Nuclear de los Estados Unidos. Durante ese periodo (2010-2014), defendió la importancia de la independencia reguladora nuclear y la necesidad de mantener una regulación fuerte, creíble y técnicamente sólida no solo en los Estados Unidos, sino en todos los países que utilizan este tipo de energía. Entre 2005 y 2010 ofreció asesoramiento independiente y estratégico a clientes estadounidenses e internacionales sobre cuestiones de política energética, medioambiental, educativa y tecnológica. De 1998 a 2005, dirigió el programa de energía nuclear civil en el Departamento de Energía de EE.UU. Anteriormente, gestionó programas investigación de servicios eléctricos y política nuclear en el Edison Electric Institute en Washington, DC, y trabajó como científico en la Corporación Eléctrica Westinghouse en Pittsburgh, Pennsylvania.
FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: Cuando se creó, la NEA estaba compuesta por países de la OCDE. Hoy reúne a 34 estados de todo el mundo, entre ellos los países de Europa del Este, que claramente desean desarrollar nuevas centrales nucleares. ¿Cómo les apoya la NEA?
DG MAGWOOD: Quisiera aclarar que apoyamos a todos nuestros miembros de la misma manera: compartimos información y participamos en la investigación de retos y problemas, como la disposición de residuos nucleares, la protección ante radiaciones o el análisis de nuevas tecnologías y su posible implementación. No sería preciso decir que proveemos de servicios especiales a ciertos grupos de países. En el caso de los del Centro y Este de Europa, hemos comenzado discusiones respecto de qué pueden hacer colectivamente, dadas las problemáticas comunes. Muchos de ellos están analizando la construcción de nuevas centrales nucleares y comparten cuestiones relacionadas con recursos humanos o se enfrentan a desafíos similares en relación con la disposición de residuos nucleares. Se analizan estos problemas de forma colectiva para buscar soluciones comunes, pero tratamos a nuestros miembros del mismo modo y, al contrario que la IAEA (International Atomic Energy Agency) de Viena, no damos formación o ayudamos a construir capacidad nuclear en los países. Nuestros miembros participan de forma igualitaria y trabajan juntos en propósitos comunes.
F.F.S.: En un escenario de reactores de generación 3 (+) muy caros, cuya construcción está provocando sobrecostes financieros y grandes retrasos (AP1000 o el EPR) y reactores de generación 4 y SMRs (reactores modulares pequeños) aún por construir, ¿cuál será el camino? ¿Tendrán éxito las múltiples iniciativas como OKLO, TerraPower, NuScale que, surgiendo de start-ups, empresas de capital riesgo y otros entornos empresariales distantes del clásico ámbito de la energía nuclear, están proliferando? ¿Cómo se puede ayudar a tomar una decisión a estos países que desean promover nuevas nucleares?
DG MAGWOOD: Observamos con mucha atención las cuestiones asociadas con las plantas de tercera generación. Resulta evidente que los sobrecostes y retrasos que menciona, y que han ocurrido en Francia, Finlandia o los Estados Unidos, derivan del largo periodo de inactividad en la construcción de plantas nucleares experimentado en esos países.
Se necesitan excelentes gestores de proyectos capaces de orquestar proyectos tan complejos y cadenas de suministro bien establecidas
Resulta razonable decir que grandes proyectos, como son estos, requieren de ciertas competencias. Los países occidentales de la OCDE han perdido estas competencias por falta de práctica. Se necesitan excelentes gestores de proyectos capaces de orquestar estos proyectos tan complejos, así como cadenas de suministro bien establecidas, de manera que las partes necesarias lleguen al proyecto en tiempo y condiciones. Ha pasado tanto tiempo sin que se construyan estas plantas en los países occidentales que, sencillamente, hemos perdido la capacidad de hacerlo.
Parte de la motivación de los países occidentales con los reactores modulares pequeños (SMRs) deriva de su falta de capacidad para construir grandes reactores
La buena noticia es que, gracias a la experiencia adquirida en los proyectos de construcción del AP1000 y del EPR, la industria ha reconstruido parte de su infraestructura. El aspecto negativo es que, debido a los retrasos asociados con estos proyectos, no existe mucho interés en la industria para construir grandes plantas nucleares. Quizás este hecho haya sido también la causa del tremendo entusiasmo suscitado por el nuevo tipo de instalaciones nucleares, los reactores SMRs (small modular reactors) y los reactores de cuarta generación, que pueden aportar soluciones a esta problemática actual. Parte de la motivación de los países occidentales con los SMRs deriva de su falta de capacidad para construir grandes reactores. La creencia generalizada es que será más sencillo y eficiente poner en marcha procesos de fabricación de SMRs que construir (individualmente) grandes reactores. Una analogía podría ser la de la construcción de grandes aviones. La fabricación de maquinaria compleja en grandes factorías es algo que se le da muy bien a los países occidentales;por el contrario, frecuentemente se encuentran con dificultades con los grandes y complejos proyectos de construcción.
Reactores modulares pequeños (SMRs): un valor en alza. Son reactores nucleares avanzados con una potencia de salida de entre 10 MWe y 300 MWe por unidad (casi un tercio de la capacidad de generación de los reactores nucleares de potencia tradicionales). Simplifican el diseño y se producen en fábrica, por lo que se ahorra en costes y tiempo; presentan un alto nivel de seguridad inherente y son soluciones útiles para generar electricidad en ubicaciones remotas. Canadá, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido son algunos de los países con SMRs en fase avanzada de diseño. La central nuclear china de Shidao Bay acoge el primer reactor SMR terrestre del mundo y Akademik Lomonosov de Rusia es la primera central nuclear flotante. Monografía “Reactores Modulares Pequeños”, © Foro de la Industria Nuclear Española, 2022
Si en el pasado estas tecnologías fueron desarrolladas por gobiernos, hoy están siendo lideradas por el sector privado, lo cual representa un cambio significativo. Pienso además que existe una altísima probabilidad de que algunas de estas iniciativas tengan éxito. En la actualidad hay casi 80 proyectos de este tipo en marcha, incluidos los esfuerzos de desarrollo y demostración en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Francia, entre otros. Varias de estas iniciativas podrían introducir nuevas tecnologías en el mercado en torno al final de esta década.
En el pasado estas tecnologías fueron desarrolladas por gobiernos, pero hoy están siendo lideradas por el sector privado, lo cual representa un cambio significativo
Vivimos tiempos emocionantes y soy optimista. Algunas de estas tecnologías cumplirán con lo que prometen y estarán disponibles a tiempo para servir a la transición energética hacia Net Zero. Estoy convencido de que marcarán la diferencia, dado que las perspectivas son muy prometedoras. Lo importante será su implementación y la gran pregunta si ¿podremos unir las piezas y orquestar un proyecto de manera que evitemos los sobrecostes del pasado?
Lo importante será la implementación y si podremos unir las piezas y orquestar un proyecto de manera que evitemos los sobrecostes del pasado
F.F.S.: La NEA prevé ayudar a países que pretendan desarrollar la generación nuclear, no solo dentro de la OCDE sino también fuera de ella. Arabia Saudí ha planificado 12 reactores; India también va a construir nuevas instalaciones nucleares. ¿En qué se concretará el papel de la NEA en estos lugares?
DG MAGWOOD: Nuestra función se centra fundamentalmente en el fomento de la cooperación en ámbitos técnicos y políticos. En el caso de muchos países no miembros con los que trabajamos, como China, los Emiratos Árabes Unidos y otros, nuestra labor se centra en las actividades de seguridad nuclear. Actualmente no estamos interactuando con Arabia Saudí, pero estamos abiertos a ello. Vemos que existe un deseo, fuera de los actuales países miembros, de participar con la NEA, por el conocimiento que aporta en las áreas de seguridad nuclear, tecnología nuclear y otras áreas.
Nos comprometemos con estos países en dichos aspectos y estamos organizando el Marco Internacional para la Cooperación en Energía Nuclear, que implica a 65 países incluyendo los de África, Oriente Medio y el Sudeste asiático. En este Marco, aparte de transmitir el conocimiento de la NEA, aprendemos sobre los problemas a los que se enfrentan estos países, apoyándolos de vez en cuando, aunque no sea esta nuestra principal responsabilidad. Animamos a los países que están dando su primer paso para establecer actividades de energía nuclear a que consulten con la IAEA como apoyo para construir sus programas y, cuando hayan alcanzado una fase más avanzada, acudan a la NEA.
F.F.S.: ¿Cómo gestiona la NEA la excelencia y las mejores prácticas en la generación de energía nuclear entre países que tradicionalmente no han sido transparentes en la gestión de la seguridad (Rusia y China, esencialmente)?
DG MAGWOOD: Algo que podido observar en la última década es que los reguladores y operadores de todo el mundo hablan entre sí casi constantemente. Se puede argumentar que ciertos países son menos transparentes, pero la realidad es que en todo aquello vinculado con regulaciones de seguridad nuclear, el intercambio de información entre países es muy intenso. No puedo decir que haya algún país con el que estemos trabajando donde no exista franqueza y transparencia respecto de las regulaciones y la seguridad nuclear. Además, la comunidad de operaciones nucleares, incluidos operadores en Rusia y China, comparten experiencias constantemente.
Existe una práctica y un entendimiento internacional muy consistente sobre lo que se entiende por una buena seguridad nuclear y una buena cultura nuclear
Existe una práctica y un entendimiento muy consistente en todo el mundo sobre lo que se entiende por una buena seguridad nuclear y una buena cultura nuclear. La comunidad internacional ha conseguido que todos los países presten atención a estas cuestiones, independientemente de la estructura política que tengan.
MÁS DE LA ENTREVISTA CON WILLIAM D. MAGWOOD, IV:
¿Qué países están acometiendo ambiciosos programas nucleares?
Entrevista con William D. Magwood, IV, director general de OECD Nuclear Energy Agency (NEA), publicada en Executive Excellence n179, marzo 2022.