Cinco claves para mejorar tu fortaleza mental
Vivimos tiempos revueltos. La incertidumbre se ha instalado en cualquier parcela de nuestra vida. Todo tiene una fecha de caducidad más corta, y parece que cualquier cosa está condenada a fallecer. En estas circunstancias, desarrollar la fortaleza mental como hábito es clave. La adversidad, antes o después, toca a las puertas de todas las casas, ya sea en forma de despido laboral, quiebra de empresa, ruptura sentimental, enfermedad o cualquier otra circunstancia. La cuestión es inmediata, ¿qué podemos hacer para ser mentalmente más fuertes?
1. GRATITUD
Aunque cada situación particular es diferente, y hay personas que tienen unas circunstancias muy complicadas, también es cierto que muchos problemas de tristeza, bajón y desánimo se resolverían si fuésemos más agradecidos. Sufrimos mucho por lo poco que nos falta y disfrutamos muy poco de lo mucho que tenemos. Muchas decepciones proceden del exceso de expectativas ―querer mucho y de todo― y de no saber apreciar todo lo que ya tenemos. En la vida se puede estar mal, y se puede estar peor (basta echar un vistazo alrededor), por eso siempre hay que ser agradecidos. El emperador Marco Aurelio recordaba: “No sueñes con las cosas que no tienes, más bien reconoce las bendiciones de las cosas que sí posees. Luego, recuerda agradecido cómo estarías de ansioso si tus posesiones no fueran tuyas”.
Cuando aumentas la gratitud, desactivas la negatividad de tu vida. La gratitud es fuerza y poder. No se puede ser agradecido y estar decaído al mismo tiempo. De ello ha dado buena cuenta la Psicología Positiva, que ha demostrado científicamente cómo la gratitud es una de las doce actividades para aumentar nuestra felicidad de manera deliberada. La gratitud es una forma de ver que cambia nuestra mirada. Como señala Wayne W. Dyer: “Cuando cambiamos nuestra forma de mirar las cosas, las cosas que miramos cambian”. Cuando aprecias lo bueno, lo bueno se aprecia. En lo que te concentras, se expande. Sufrimos mucho por lo poco que nos falta y disfrutamos muy poco de lo mucho que tenemos
2. PROPÓSITO
En El hombre en busca de sentido, Viktor Frankl escribe: “No hay nada que capacite tanto a una persona a sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas como la consciencia de tener una tarea en la vida”. ¿Qué es lo que hizo que Martin Luther King, Gandhi o Nelson Mandela, cuando todo eran dificultades y la situación invitaba al pesimismo y a tirar la toalla siguiesen adelante? Todos ellos tenían una visión elevada que trascendía su figura. Ese propósito grande al servicio de una causa colectiva por un mundo mejor les hizo soportar y superar todo tipo de obstáculos exteriores y encontrar todo tipo recursos interiores para ganar su lucha.
Cuando vives de acuerdo a un propósito estimulante, menos poder tienen las circunstancias sobre ti
Cuando estás alineado con tu propósito, los miedos pierden fuerza y las capacidades se estiran hasta límites insospechados. Cuanto más te remueva por dentro tu propósito y mayor sea su impacto en la vida de los demás, menos desagradable resulta resistir las contrariedades de la vida. Cuando vives de acuerdo a un propósito estimulante, menos poder tienen los acontecimientos y las circunstancias sobre ti. Ya lo señalaba Oprah Winfrey: “No hay nada más importante que encontrar tu verdadero propósito en la vida”.
3. NO QUEJAS
Quejarse, como todo, también es un hábito. Y un hábito es un comportamiento enraizado del que luego no es fácil desprenderse. Además, quejarse no soluciona nada: te hace sentir bien hoy, pero tus problemas continúan mañana. En cierta ocasión, el tenista Rafa Nadal decía: “La cabeza es el 90% del éxito de un deportista”. A raíz de este comentario, un periodista le preguntaba cómo se practicaba la fortaleza mental. Y contestaba:
− Estás preparado mentalmente cuando saltas a la pista cada día y no te quejas cuando juegas mal, cuando tienes problemas, cuando sientes dolores y pones la actitud adecuada, la cara correcta y focalizas; no te centras en las cosas negativas y en los problemas por los que juegas mal o por los dolores.
La mejor forma de construir y fortalecer nuestra mentalidad es trabajarla cada día con una actitud estoica. No siempre vas a tener buen ánimo, pero siempre debes tener disciplina. Si no tienes ganas, hazlo sin ganas. Si solo haces lo que te apetece, cuando te apetece… no puedes llegar demasiado lejos. Ante cada contrariedad que se nos presenta, en lugar de quejarnos, es una ocasión de practicar la resistencia mental apretando los dientes y aguantando lo que toca, sabiendo que siempre que llueve, escampa… y quien resiste, vence.
Si solo haces lo que te apetece, cuando te apetece, no puedes llegar demasiado lejos4. APOYOS EMOCIONALES
La mejor forma de hacer frente a las vicisitudes es contar con refugios afectivos a los que acudir en momentos de naufragio. Cuando estamos pasando una mala época, es clave tener un entorno sólido (amigos y familia) como bálsamo; ahí es donde nos van a arropar, cuidar, mimar y estimular, y así salir recuperados y fortalecidos. El afecto es el mejor reconstituyente que existe ante cualquier eventualidad. Cuanto más dura es la vida, más importante es el afecto. Con otros cerca siempre es más fácil soportar cualquier dolor. Las relaciones dan sentido a la vida en todos los aspectos. No son solo una fuente de recursos cognitivos (conocimientos, herramientas, contactos…) sino también de recursos emocionales (apoyo, acompañamiento, aliento, estímulo…). Como reza el dicho: “Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida, en media pena”.
El afecto es el mejor reconstituyente que existe. Cuanto más dura es la vida, más importante es el afecto
En un estudio llevado a cabo en Suecia con 180.000 personas durante un plazo de seis años, se observó que aquellos que se sentían más aislados tenían un riesgo cuatro veces mayor de morir prematuramente. La psicoterapeuta Irmtraud Tarr, autora de El consuelo, nos dice: “En nuestro tiempo, la mayoría de la gente está muy sola. Tenemos un cerebro social y para sobrevivir nos necesitamos los unos a los otros. Compartiendo los estados emocionales de otras personas nos sentimos directamente concernidos y se despiertan en nosotros la simpatía y la compasión que nos mueven a la acción”.
5. ACTITUD
Solo hay dos formas de afrontar la vida: desde la negación y el rechazo o desde la aceptación y la responsabilidad. Hay muchas cosas que escapan a nuestro control, pero hay una que siempre nos pertenece al cien por cien y sobre la que nadie puede influir: nuestra actitud, cómo respondemos a todo lo que nos ocurre. Y lo más importante: una actitud es una respuesta, se elige. Elegir nuestra actitud es nuestra gran libertad. Una buena actitud lo cambia todo; una buena actitud es capaz de sacar partido de cualquier circunstancia y transformar cualquier acontecimiento.
La frustración procede siempre de no aceptar la realidad. El reconocimiento y la aceptación de los hechos te dan libertad respecto a ellos. Como apunta Eckhart Tolle en El poder del ahora: “Cualquier cosa que el presente te ofrezca, acéptalo como si lo hubieses elegido. Practica la presencia [ahora], abraza el lugar donde ocurre la vida. La no resistencia es la clave para el mayor poder en el universo”.
Francisco Alcaide Hernández, conferenciante, formador y coach en liderazgo y motivación. Autor del bestseller internacional Aprendiendo de los mejores (27ª edición).
Artículo publicado en noviembre de 2022.