Cooperación y tecnología, las armas contra un fraude eléctrico
“El hecho de no estar alineados con las condenas de los países de nuestro entorno, que contemplan penas de cárcel severas, está atrayendo a las mafias organizadas a España. Cuando hay una plantación de marihuana, siempre hay un delito de fraude eléctrico; pero se condenan ambos (delito contra la salud pública y defraudación de fluido) de forma independiente", afirma José Antonio Franco, responsable de Recuperación de Energía de e-distribución, la filial de Redes de Endesa.
Cuando hay una plantación de marihuana, siempre hay un delito de fraude eléctrico
INSEGURIDAD JURÍDICA Y DISLATE LEGAL
Además, en la defraudación de fluido eléctrico no hay pena de cárcel, independientemente del volumen y de la reiteración. No hay antecedentes penales, no hay agravante. De acuerdo con el artículo 255 de nuestro Código Penal, se trata de un delito leve con pena de multa de tres a doce meses; si la cuantía de lo defraudado no excede de 400 euros, se impondrá una pena de multa de uno a tres meses. Y si no se puede saber la cifra defraudada, la cantidad a facturar corresponderá al 100% de la potencia eléctrica contratada o que se debiese haber contratado durante seis horas al día en el último año. Es decir, no vas a la cárcel, porque tienes la opción de pagar la multa.
Aunque entraña gran peligro para la seguridad y la salud, en España no se aplica en ningún supuesto una pena privativa de libertad por este delito, al contrario que en otros países de la UE. Tal como recoge un informe publicado por la Fundación ESYS, el Código penal alemán contempla la pena privativa de libertad de hasta cinco años, y el italiano asemeja la sustracción fraudulenta de energía con el delito de hurto, imponiendo una pena de seis meses a tres años de prisión. En el caso del Código penal francés, se asimila la defraudación de energía eléctrica al robo con una pena de cárcel de tres años y una multa de 45.000 euros. Al contrario que en otros países de la UE, en España no se aplica en ningún supuesto una pena privativa de libertad por el delito de defraudación de fluido eléctrico, algo que está atrayendo a las mafias organizadas a nuestro país
COOPERACIÓN Y TECNOLOGÍA, LAS ARMAS CONTRA EL DELITO
El análisis de datos, el uso de big data y el machine learning se han revelado fundamentales para la detección de potenciales fraudes. “Gracias a la tecnología recopilamos y procesamos datos diariamente. Tenemos modelos de análisis predictivo, mediante machine learning e IA, que nos permiten ver los perfiles de una pérdida que, en el caso de la marihuana, se identifica bastante bien porque es muy característica. La dificultad radica en comprobar esa sospecha de fraude en el terreno”, cuenta José Antonio Franco.
En este sentido, “disponemos de mecanismos y tecnología suficiente como para ubicar dónde se encuentra el fraude, pero necesitamos recoger pruebas en campo que lo demuestren e incluso identificar quién lo ha realizado”, matiza la responsable de Inspecciones de Andalucía y Extremadura de Endesa. Disponemos de mecanismos y tecnología suficiente como para ubicar dónde se encuentra el fraude, pero necesitamos recoger pruebas en campo que lo demuestren e incluso identificar quién lo ha realizado
Para esto, la colaboración entre las distribuidoras y todas las Fuerzas de Seguridad del Estado es muy estrecha. “Si nosotros detectamos algún posible punto, lo informamos y ellos hacen su investigación. Y al contrario, si ellos tienen indicios, nos solicitan datos de consumo o de perfilado de esa demanda, y trabajamos conjuntamente”, explica.
Pero la tecnología avanza para todos y las infraestructuras de los cultivos ilegales son cada vez más sofisticadas. Normalmente, desmantelar una plantación de marihuana es fruto de una investigación muy larga en el tiempo que busca desarticular una organización criminal desde la cabeza, y que requiere de órdenes judiciales de registro que también tardan en llegar. “Siempre que se hacen esas actuaciones, los agentes necesitan de los técnicos de las distribuidoras para que asistamos, cortemos y eliminemos la inseguridad en cuanto a fraude eléctrico. Las trampas son múltiples: puertas electrificadas a la entrada de las viviendas, picas enganchadas a los pomos de las puertas… Requieren de nuestro conocimiento y nosotros de seguridad. Nuestros inspectores van cubiertos con pasamontañas, sin matrículas en los coches y escoltados en todo momento. Tras la detección e inspección en campo, la colaboración continúa, pues tenemos que ir al juzgado a ratificar la defraudación de fluido eléctrico y las pruebas obtenidas para que se imputen los dos tipos de delito". Hay tecnología, hay colaboración, pero falta un endurecimiento de la legislación y una mayor cooperación de la sociedad. No olvidemos que estamos hablando de un fraude que pagamos todos
Hay tecnología, hay colaboración, pero falta un endurecimiento de la legislación y una mayor cooperación de la sociedad. No olvidemos que estamos hablando de un fraude que pagamos todos; ya que, según la normativa eléctrica española, las pérdidas totales las soporta el comercializador, que lo traslada a su precio habitual.
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Artículo publicado en Executive Excellence n182, octubre 2022.
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