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Imaginación e IA: humanos y máquinas en sintonía

(Tiempo estimado: 5 - 9 minutos)
Imaginación e IA: humanos y máquinas en sintonía

La IA sigue cumpliendo el vaticinio de ser la gran revolución tecnológica de nuestra era. Desde que ChatGPT de OpenAI ganara popularidad, han surgido más y más desafíos de esta inteligencia que ahora se adentra en el territorio creativo.

Para Bill Gates, su desarrollo es tan fundamental “como la creación del microprocesador, el PC, Internet y el teléfono móvil. Cambiará la forma en que las personas trabajan, aprenden, viajan, reciben atención médica y se comunican entre sí. Industrias enteras se reorientarán en torno a ella. Las empresas se distinguirán por su buen uso”. Esta última afirmación es clave.

Si nos decantamos por el vaso medio lleno, adoptando una actitud colaborativa con esta tecnología disruptiva y asumiendo una mentalidad de crecimiento, en lugar de una apocalíptica, podremos aprovechar todo su potencial. La revolución es irrefrenable y plantea arduos debates, como los que diariamente están sobre la mesa en torno a cuestiones como el futuro de la fuerza laboral, su regulación, la privacidad, los sesgos y prejuicios, etc.

Con la entrada en escena de ChatGPT, demostrando el poder de la IA generativa, hay quienes han visto peligrar la creatividad humana. Si la primera ola de la automatización y la IA afectó principalmente a los trabajadores manuales hasta llegar a los de cuello blanco, ahora las dudas se ciernen sobre su alcance en un área eminentemente humana: la imaginación. ¿Está la imaginación humana amenazada con esta dosis de IA generativa?Con la entrada en escena de ChatGPT demostrando el poder de la IA generativa, hay quienes han visto peligrar la creatividad. ¿Está la imaginación humana amenazada?Para Natalie Nixon, autora de The Creativity Leap. Unleash Curiosity, Improvisation, and Intuition at Work, “los algoritmos todavía necesitan humanos que sepan cómo formular mejores preguntas. Y cuanto mejor sean haciendo preguntas (un catalizador para desarrollar su capacidad creativa), más eficaz será ChatGPT”. Nixon propone aproximarse a la IA generativa con un espíritu de cocreación, siendo a la vez conscientes de las limitaciones reales que presenta.

“Los macrodatos y mecanismos como ChatGPT pueden revelar patrones, pero no necesariamente distinguen el significado de los patrones. Esto se debe en parte a la forma en que funciona ChatGPT, rastreando y depurando un Internet que solo es representativo de las personas que lo utilizan. Por lo tanto, la World Wide Web no está llena de aportaciones de cada persona de cada pequeño pueblo y rincón del mundo. Es decir, sus aportaciones son limitadas”.La era de la IA está llena de oportunidades y responsabilidades

Al respecto, Bill Gates sostiene que “el mundo necesita establecer reglas de juego para que cualquier desventaja de la IA sea ampliamente superada por sus beneficios, y para que todos puedan disfrutar de esos beneficios sin importar dónde vivan o cuánto dinero tengan. La era de la IA está llena de oportunidades y responsabilidades”.

Como filántropo, está convencido de que la IA puede ayudar a reducir algunas de las peores desigualdades, como las relacionadas con la educación y la salud. “Es difícil imaginar un mejor uso de la IA que salvar las vidas de los 5 millones de niños menores de 5 años, nacidos en países pobres, que cada año mueren en el mundo por causas evitables como diarrea o malaria”.

Gates reflexiona sobre la urgencia de orientar a “las mejores inteligencias artificiales” a resolver los mayores problemas de la humanidad, y se pregunta: “Aunque no deberíamos esperar a que esto suceda, es interesante pensar si la IA alguna vez identificaría la desigualdad y trataría de reducirla. ¿Es necesario tener un sentido de moralidad para poder ver la inequidad, o una IA puramente racional también la vería? Si reconociera la desigualdad, ¿qué sugeriría que hiciéramos al respecto?”.No solo necesitamos big data, sino también deep data 

Para acercarse a cuestiones tan específicas y complejas, Natalie Nixon sugiere que “no solo necesitamos big data (la vista de pájaro), sino también lo que yo llamaría deep data (la vista de gusano –esto es, una visión por debajo del sujeto u objeto a examinar–). Los datos que proceden de observaciones profundas, interacciones interpersonales e historias”.

Exprimir todas las inteligencias 

En una de las últimas reuniones alumni de London Business School, el profesor Julian Birkinshaw puso de relieve varias limitaciones de la IA que, a día de hoy, harían imposible que esta abordara por sí sola retos como la reducción de la desigualdad, y que por el contrario sí capacitan a las personas para hacerlo.

Una de ellas es “permitir lo irrazonable”, pues son los individuos "poco razonables" quienes crean oportunidades que cambian el mundo para bien. Sean cuales sean sus defectos, Elon Musk ha transformado industrias, asevera Birkinshaw.La IA no “permite lo irrazonable”, y son los individuos "poco razonables" quienes crean oportunidades que cambian el mundo para bien 

El académico también habló de tolerar la contradicción, dado que no hay nada más humano que adoptar posiciones inusuales y poco ortodoxas. “Lo que nos diferencia es la capacidad de detectar esas oportunidades”, afirmó. Como también nos distingue la visión a largo. “Un trabajo clave de los directivos es tomar recursos de un área rentable del negocio y aplicarlos a algo que no genere beneficios monetarios instantáneos, como la investigación, la formación y el desarrollo. Este comportamiento inicialmente contraproducente –que la IA no puede reproducir– es lo que impulsará a largo plazo a la empresa hacia una mayor innovación, rendimiento y beneficios”.

Ante este contexto de contradicciones, Bill Gates advierte de la polarización que subyace tras la IA: “Las fuerzas del mercado no generarán de forma natural productos y servicios de IA que ayuden a los más pobres. Lo más probable es que hagan lo contrario". Sin embargo, "con una financiación fiable y las políticas adecuadas, los gobiernos y la filantropía podrían garantizar que la IA se utilizase para reducir la desigualdad”.Las fuerzas del mercado no generarán de forma natural productos y servicios de IA que ayuden a los más pobres. Lo más probable es que hagan lo contrario

¿Por dónde empezar?

La envergadura del desafío es tal que resulta necesario contar con todas las inteligencias disponibles (humanas y artificiales). La resolución a cualquier problema parte de la identificación del mismo, de glosar el estado actual de lo que ocurre para empezar a ponerle remedio, a imaginar y explorar soluciones; pero también en esto ambas inteligencias muestran diferencias.

"Contar historias, el arte de desarrollar narrativas, se considera una de las habilidades más necesarias en los negocios. Esto se debe a que las historias permiten comprender intuitivamente nuevas ideas comerciales, mensajes de marketing y visiones de futuro y resonar con ellas", opina Yoshikuni Takashige, ex VP y Chief Strategist de Fujitsu y embajador del Global Peter Drucker Forum.

El directivo sostiene que a pesar de que tradicionalmente el storytelling haya sido un acto eminentemente humano, ese estatus único está siendo cuestionado por la evolución de las tecnologías. Angus Fletcher, profesor de Story Science en Ohio State’s Project Narrative, recurre a su formación en literatura y neurociencia para entender cómo los cerebros y las máquinas procesan las historias y narraciones y cómo, gracias a la comprensión de los distintos mecanismos de la narrativa y la lógica, podemos apreciar el potencial de asociación y colaboración entre humanos y máquinas. “Aprovechando los puntos fuertes de ambos, seremos capaces de desarrollar estrategias más eficaces para la resolución de problemas y la comunicación”.Los humanos pensamos en términos narrativos, lo que nos permite una comprensión más matizada del mundo. La computación artificial, por el contrario, no puede captar la totalidad de un proceso que se desarrolla a lo largo del tiempo, sino que procesa instantáneas

Para Takashige, "pensar en lo que 'la IA puede hacer' nos lleva a 'revisar lo que somos los humanos'". En su opinión, somos seres únicos que viven creando y comunicando historias: "Individualmente, creas tu propia narración personal para identificar quién eres y qué quieres llegar a ser, pero también creamos historias compartidas". Parafraseando el pensamiento de Marcel Duchamp ("en la obra de arte el artista hace la propuesta y el espectador completa el acto creativo"), Takashige concluye que "el storytelling es siempre una colaboración entre narrador y audiencia. Solo cuando la historia se experimente en la mente y el cuerpo del público, los significados se revelarán por completo". Pero esos significados presentan la complejidad añadida de ser a veces distintos, según el acervo cultural; algo que todavía se escapa a la capacidad de la IA.

"No creo que los modelos de IA puedan reproducir estos significados simbólicos, porque no tienen ni conciencia subjetiva ni experiencias corporales. Desde este punto de vista, los modelos de IA carecen de una comprensión más profunda de los significados vinculados a nuestros sentidos, emociones y valores".Los modelos de IA carecen de una comprensión más profunda de los significados vinculados a nuestros sentidos, emociones y valores

Por su parte, el profesor Angus Fletcher considera que la IA en ningún caso podría innovar “porque, en esencia, no puede tener pensamientos negativos, un aspecto clave de la creatividad humana”. Además, los ordenadores trabajan en el presente matemático, con cosas que son eternamente ciertas y no cambian con el tiempo; mientras que los humanos pensamos en términos narrativos, lo que nos permite una comprensión más matizada del mundo. La computación artificial, por el contrario, no puede captar la totalidad de un proceso que se desarrolla a lo largo del tiempo, ya que únicamente puede procesar en instantáneas. Piensa en todas las posibilidades a la vez como probabilidades –tal y como hace un ordenador al jugar al ajedrez–, pero no tiene en cuenta todos los posibles estados futuros y cadenas causales que por ejemplo intervienen en una jugada, afirma Fletcher.

Aunque, por el momento, parece que las personas seguimos ostentando el imperio de la creatividad de manera unilateral, la estratega creativa Natalie Nixon defiende que “la I de IA significa inteligencia e imaginación y los humanos somos responsables de ambas”… y ambas serán imprescindibles para resolver los grandes retos de la humanidad. Por tanto, aprender a coexistir con las tecnologías y a liberar el potencial de todas las inteligencias a nuestro alcance quizá sea lo más sensato. 


 Artículo publicado en septiembre de 2023.

Imágenes: Apertura © Gerd Altmann en Pixabay; interiores © Image By stockgiu © Image By Sketchepedia en Freepik.


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