Empresas excelentes y comprometidas
Executive Excellence acude puntualmente a la cita con sus lectores. Hoy el acontecimiento tiene un significado especial, pues este encuentro periódico alcanza ya la redonda cifra de cincuenta. Colaboro con este apasionante proyecto editorial desde hace años, y al echar la vista atrás me pongo a pensar sobre el valor que aporta la revista.
Tengo que concluir que este valor es mucho más que la suma de las opiniones e informaciones difundidas por cada número en particular. Al final, lo que queda es el vínculo que este proyecto ha sido capaz de generar con todos sus stakeholders: empleados, colaboradores, lectores, anunciantes, proveedores y otros Partners. Saber que la revista estará disponible un mes tras otro, fiel al compromiso que ha adquirido con todos y de acuerdo con los principios que la han definido desde el principio, genera un marco de confianza muy valioso.
La revista se mantiene gracias al compromiso de muchas personas, pero su mérito reside en la capacidad de generar ese compromiso. La lealtad es algo que no se impone, sino que se merece. Los lectores son libres de utilizar este instrumento para conseguir información y contrastar sus opiniones; los colaboradores somos libres de difundir nuestras propuestas a través de éste o de otros cauces; los empleados son libres de volcar todas sus capacidades y continuar vinculados a un proyecto, frente a la alternativa de limitarse a cumplir o buscar posibilidades profesionales en otro lugar.
En un régimen de libre mercado, las organizaciones sobreviven y se desarrollan gracias a decisiones voluntarias, no a imposiciones. Por eso, la capacidad de generar compromiso se ha convertido en una de las competencias nucleares entre quienes lideran proyectos de largo alcance. Todavía hay directivos que se desenvuelven más cómodamente en relaciones de dominio, que añoran los tiempos en los que la posición monopolística de su empresa, o algún otro tipo de ventaja, les permitían trabajar con clientes cautivos. Estas personas echan de menos la época en la que una sobreoferta de talento les facilitaba la posibilidad de tomar las riendas en el mercado laboral e imponer a sus empleados (actuales o futuros) unas estrictas condiciones que sólo se soportan sobre el hecho de que cualquier otra alternativa es aun menos ventajosa. Tal vez recuerdan con nostalgia los años en los que los proveedores estaban vinculados por lazos de estricta necesidad, y no les quedaba más remedio que enredarse entre ellos en una estéril guerra de precios que no beneficiaba a nadie.
El aniversario de Executive Excellence aparece como una hermosa metáfora sobre el modo de hacer negocios en un entorno en el que hacemos pocas cosas por estricta obligación, y donde las más valiosas de nuestras acciones se derivan de una decisión libre y del compromiso que otros han sido capaces de iniciar y de mantener. Enhorabuena.
José Aguilar López, socio director de MindValue
Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº50 may08