Nuestra mejor versión: las 3 R de la alineación

Por la psicóloga organizacional Laura Moran Roberts, profesora en University of Virginia Darden School of Business_
¿Estás aportando lo mejor de ti en el trabajo? Sé que estoy haciendo esta pregunta en una era de creciente agotamiento, desconexión general y desapego. No debería sorprendernos que menos de dos de cada cinco trabajadores, según Gallup, estén comprometidos con su trabajo. Esa estadística ha sido estándar durante al menos 20 años.
Los hombres trabajadores de más edad y los trabajadores blancos son menos propensos a declarar agotamiento que sus homólogos de grupos marginados, pero ahora el 42% de más de 10.000 trabajadores de oficina a tiempo completo de seis países, incluidos EE.UU. y el Reino Unido, declaran un mayor distanciamiento mental de su trabajo, agotamiento energético y negativismo, en resumen, lo contrario de la mejor activación personal en el trabajo.
Muchos de nosotros nos hemos desviado de nuestra mejor versión. Pensemos en los coches. Cuando no atendemos a los pequeños baches del camino o el sistema de suspensión está debilitado, somos más propensos a salirnos de la carretera y a subirnos a la acera, o incluso a chocar contra quienes se nos cruzan, dejando daños importantes a nuestro paso. Lo mismo nos sucede como seres humanos si no contamos con un sistema de apoyo, o simplemente por el desgaste ordinario de asumir más de lo que podemos manejar sin un mantenimiento adecuado. Al final, podemos empezar a tener un rendimiento inferior debido a la desalineación, pero esa no es la única razón.
¿Cómo pasamos de la supervivencia a la prosperidad y el florecimiento en nuestro trabajo?
Debemos preguntarnos cómo podemos descubrir nuestra mejor versión. ¿Cómo reavivamos la llama de nuestros deseos más profundos de conectar y contribuir desde una posición de fortaleza? ¿Cómo pasamos de la supervivencia a la prosperidad y el florecimiento en nuestro trabajo
Redefinir, realinear y rediseñar
Destacaré tres pasos de lo que llamo la búsqueda de la alineación. Están basados en datos y evidencia, pero los traduciré en acciones que nos ayuden a armonizar nuestra mentalidad y comportamiento con nuestra mejor versión. Los llamo las tres R de la búsqueda de la alineación:
1) Redefinir: Llevo más de 20 años investigando sobre esto y a la mayoría de las personas les cuesta definir, describir y descubrir su mejor versión. La cuestión es: ¿la reconoces siquiera? Piensa en tu mejor yo como tu fuente de vitalidad y creación de valor. Al redefinirte en estos términos, empiezas a clarificar y apreciar el valor de tus fortalezas y contribuciones. A esto lo llamamos trabajo de identidad positiva.
Es el esfuerzo constante que hacemos para construir un sentido más positivo de nosotros mismos y ser vistos con buenos ojos por los demás. Los seres humanos tenemos un deseo insaciable de cultivar y mantener identidades positivas, pero también tenemos un gran problema. No importa que nuestro trabajo se considere de mayor o menor estatus, la mayoría no sabemos lo buenos que somos. Los seres humanos tenemos un deseo insaciable de cultivar y mantener identidades positivas
Vivimos en lo que denomino un déficit de elogios. Damos y recibimos poca o ninguna retroalimentación práctica y de alta calidad sobre nuestras fortalezas y contribuciones. Subestimamos el impacto positivo de los elogios genuinos y el de las expresiones sinceras de gratitud.
Como resultado, también subestimamos hasta qué punto nos aprecian los demás. En su lugar, intercambiamos cumplidos superficiales y vagos. Confiamos en nuestros propios prejuicios.
Carecemos de los datos necesarios para descubrir lo mejor de nosotros mismos. Por supuesto, podemos creer que somos mejores que la media en varias habilidades y atributos que en realidad no se corresponden con nuestras fortalezas, pero esto nos lleva por caminos que no se alinean con nuestra mejor versión.
Este primer paso de la redefinición consiste en cambiar nuestra mentalidad sobre nuestras fortalezas y limitaciones para comprender, aceptar e identificarnos mejor con la realidad: que somos, de hecho, más fuertes de lo que creemos.
Mis colegas del University of Michigan's Center for Positive Organizations han desarrollado y probado una herramienta empíricamente validada para descubrir nuestra mejor versión reflejada.
La buena noticia es que no solo se manifiesta en los momentos cumbre, sino también en nuestras acciones cotidianas: movilizando a otros para realizar tareas, perseverando ante los desafíos y tendiendo puentes que conectan e incluyen a las personas. Todas estas acciones pueden aprovechar nuestros puntos fuertes, reflejar nuestros valores fundamentales, aumentar nuestra propia vitalidad y ayudarnos a fortalecer a los demás.
Cuando ponemos en práctica nuestros talentos de esta manera, generamos vitalidad. Esto significa que creamos una experiencia positiva que enriquece nuestra vida y también impulsa la creación de valor. Estamos dando resultados. Estamos aportando al mundo una contribución importante y valiosa, no solo para nosotros, sino también para quienes nos rodean. A medida que aprendemos más sobre nosotros mismos y compartimos este conocimiento con los demás, establecemos conexiones más auténticas con nuestras fuentes de fortaleza
2) Realinear: La segunda fase de la búsqueda de la alineación es la realineación. ¿Cómo utilizamos este mayor autoconocimiento de nuestras identidades positivas en el trabajo para afrontar mejor las presiones de la inseguridad, los compromisos contrapuestos y los sentimientos de exclusión?
A medida que aprendemos más sobre nosotros mismos y compartimos este conocimiento con los demás, establecemos conexiones más auténticas con nuestras fuentes de fortaleza. También conectamos más profundamente con nuestras tareas laborales, con nuestras organizaciones y con nuestra red social de colegas, tanto profesionales como no profesionales. Por lo tanto, para realinear tu tiempo y talentos de manera que actives tu mejor yo, necesitas calibrar tu capacidad, tu compromiso y tu habilidad para maximizar tus contribuciones.Para realinear tu tiempo y talentos de manera que actives tu mejor yo, necesitas calibrar tu capacidad, tu compromiso y tu habilidad para maximizar tus contribuciones
Primero, debes preguntarte: ¿Cuáles son mis capacidades? ¿Cómo me permiten mis fortalezas obtener constantemente los resultados deseados? En segundo lugar, ¿cómo puedo alinear mis compromisos laborales con mis valores fundamentales? ¿Cuál es mi razón para participar y contribuir? Y, en tercer lugar, ¿cómo puedo generar la flexibilidad y aprovechar los recursos necesarios para aumentar mi capacidad y dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para reflejar mi mejor versión? Al evaluar continuamente lo que aportamos a nuestro trabajo, podemos alinearnos más con nuestro mejor yo.
3) Rediseñar: La tercera fase de la búsqueda de la alineación también plantea un interrogante importante: ¿mi trabajo saca lo mejor de mí? La fase de rediseño implica que, en ocasiones, debemos rediseñar nuestras organizaciones de manera que honren, evoquen e inspiren a las personas a desarrollar su mejor versión.
Los estereotipos, los sesgos intergrupales, los prejuicios y la opresión resaltan los atributos negativos, especialmente los de los miembros de colectivos marginados, y restan importancia a las fortalezas y contribuciones.La tercera fase de la búsqueda de la alineación plantea un interrogante importante: ¿mi trabajo saca lo mejor de mí?
Por eso, cuando nos encontramos en un contexto de desafirmación y devaluación, es posible que necesitemos rediseñar esa organización como líderes. También puede que necesitemos rediseñar nuestra trayectoria profesional y nuestra vida para que nuestro trabajo pueda sacar lo mejor de nosotros. La diversidad, la inclusión, la equidad y la justicia son fundamentales para crear lugares de trabajo donde seamos verdaderamente libres para desarrollar nuestra mejor versión, independientemente del poder, el estatus, el respeto o nuestras identidades sociales. Cuando nos encontramos en un contexto de desafirmación y devaluación, es posible que necesitemos rediseñar esa organización como líderes
Apostemos por el potencial de las personas. Fijémonos en quienes suelen estar infravalorados y faltos de recursos, y tomémosles como nuestros campeones y nuestros socios, sirviéndoles de mentores, patrocinadores y coaches, y proporcionándoles la retroalimentación sustantiva y la cobertura segura necesarias para sobrevivir y prosperar en el trabajo. Así que prepárense para una búsqueda de alineación que podría requerirles rediseñar su organización y, posiblemente, su vida.
Un trabajo sin fin
La búsqueda de la alineación nunca termina. Es un esfuerzo continuo por redescubrir lo que nos hace especiales, combatir nuestras inseguridades aferrándonos a nuestras fortalezas y diseñar nuestro entorno de manera que saque lo mejor de nosotros mismos y de los demás.
Quizás tengamos que replantearnos nuestra carrera, pero siendo emprendedores es donde asumimos la valiente responsabilidad con nosotros mismos, alineándonos con nuestra mejor versión y brindando nuestros mayores dones al mundo, incluida tu organización.
En este sentido, la cultura es la base. Identificar las fortalezas y potenciar las contribuciones de las personas nos ayuda a obtener datos más precisos y, posteriormente, a formar equipos que complementen y alineen a las personas en torno a sus puntos fuertes y a los requisitos de sus funciones. Sé que no es sencillo, pero también necesitamos una cultura que abrace la desviación positiva, porque no todo el mundo tiene el mismo aspecto, actúa ni trabaja igual cuando activa su mejor yo.“Soy solo uno, pero soy uno”. O dicho de otro modo: No puedo hacerlo todo, pero sí puedo hacer algo. Y como no puedo hacerlo todo, no me negaré a hacer lo que sí puedo
Cambiar una cultura implica enfrentarse a algunas de las normas y expectativas del conformismo. En su lugar, podemos aceptar y aprovechar las fortalezas como diferencias de valor y considerarlas como la fuerza de nuestro colectivo; pero con un enfoque subyacente por aprender de –y a través de– las diferencias, fomentando la seguridad psicológica y defendiendo la justicia. Creo que todos podemos acercarnos a nuestra mejor versión día a día.
No olviden esta cita del abolicionista Edward Everett Hale: “Soy solo uno, pero soy uno”. O dicho de otro modo: No puedo hacerlo todo, pero sí puedo hacer algo. Y como no puedo hacerlo todo, no me negaré a hacer lo que sí puedo.
Laura Morgan Roberts, profesora de University of Virginia’s Darden School of Business y CEO de The Alignment Quest Enterprise, durante su participación en el evento “Passion & Purpose”, co-organizado por Thinkers50 y Questrom School of Management (Universidad de Boston).
Publicado en 2025.
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