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Revolución digital

Este Cuaderno de la Fundación CEDE, realizado bajo la dirección de Julio Linares, vicepresidente de Telefónica y patrono de la Fundación, con la colaboración y patrocinio de Telefónica, tiene el propósito de agrupar todos los ámbitos de innovación tecnológica de una forma ordenada, para acercarlos al directivo e informar de las oportunidades, retos y amenazas que las nuevas tecnologías suponen en el desempeño de su función directiva y para las empresas.

 En el acto de presentación, Julio Linares afirmó que “ser digitales no es una opción, es una necesidad”, aunque “solo estamos en el inicio de la revolución”. Destacó el potencial del mercado de bienes virtuales u objetos intangibles, un mercado que no requiere “de grandes inversiones, sino de grandes ideas”. La movilidad, la banda ancha y el cloud se configuran como las principales tendencias tecnológicas; el Internet de las cosas, el big data y la TV 4K, como las nuevas olas; y los robots, los drones y las impresoras 3D, como las tendencias en producción y operaciones.

Según Linares, las aplicaciones diversas de la nueva tecnología y sus usos por los diversos segmentos del mercado han creado un entorno digital que presenta oportunidades que hay que aprovechar y desafíos que hay que afrontar. Las diferencias en materia de innovación, procesos, puntos de contacto, eficiencia y tecnología de las empresas digitales requieren de un estilo de dirección digital, “con foco en el conocimiento, en la gestión del talento digital y en la creación de un ecosistema de colaboración y proveedores abierto”.

En opinión de Ángeles Delgado, directora general de Fujitsu para España y Portugal, entramos en un mundo virtual en el que la tecnología, los procesos y las personas se funden en un nuevo ecosistema en el que surge una nueva forma de innovar, que en Fujitsu denominan: Human Centric Innovation. En este ecosistema, el directivo “no tiene elección, tiene que convertirse en un líder transformador, anticiparse y entender esa revolución, algo que pasa por comprender cuál es su nuevo escenario de mercado, la competencia, los aliados, etc. Solo de ese conocimiento saldrá una buena estrategia digital (…)”. Para tener éxito, Delgado apeló al talento de organizaciones colaborativas, ágiles, flexibles y sin miedo.

Por último, Ingemar Naeve, presidente de Ericsson España, subrayó la esencia última de las innovaciones: tecnología para hacer el bien, lo que en Ericsson llaman Technology for good.

Es competencia de los directivos asegurarse “de que este nuevo mundo que se está creando sea en beneficio de todos y que el reparto sea igualitario”. Para garantizar que la revolución digital sea positiva, insistió en el trabajo sobre tres áreas: “sostenibilidad del ecosistema, retorno a la sociedad y confianza digital”.

Aplicar la misma regulación a todos los agentes para mantener un círculo virtuoso donde cada agente implicado tenga un retorno adecuado según su esfuerzo es esencial para la sostenibilidad del ecosistema. Según Naeve, hasta ahora “los grandes beneficios se acumulan en muy pocas manos. Hay que crear empleo directo en los mercados donde se generan estos negocios”. Finalmente, puso de relieve la necesidad de generar confianza digital en los ciudadanos, porque “el correcto manejo de la información por parte de las administraciones públicas, y el uso de una estrategia de seguridad y ciberseguridad proporcional y adecuada constituye un valor crítico de las sociedades democráticas”.

Revolución digital no solo expone de manera amena y directa todas las tendencias tecnológicas sino, sobre todo, “sus impactos en los mercados (oferta y demanda), en la sociedad, en la industria y en la economía”, tal y como César Alierta, presidente ejecutivo de Telefónica, concluye en la introducción de este Cuaderno de la Fundación CEDE.