Fundibeq, la calidad en el entorno iberoamericano
GESTIÓN / NEGOCIOS / MERCADO
Manuel López Cachero preside, desde marzo de 2008, el Patronato de la Fundación Iberoamericana para la Gestión de la Calidad (FUNDIBEQ), que tiene como objetivo principal desarrollar la gestión global de la calidad en el ámbito iberoamericano. Asimismo, López Cachero es presidente de AENOR.
Fundada en 1998 como una organización supranacional, sin ánimo de lucro, dedicada a mejorar la competitividad e imagen del tejido económico y social de la comunidad iberoamericana y la eficacia de sus organizaciones públicas, FUNDIBEQ está presente en 22 países.
Entre sus programas destaca el Premio Iberoamericano de la Calidad, en el marco del Programa Oficial de las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y Gobierno realizadas anualmente. El Premio tiene un valor ejemplarizante, ya que supone un estímulo para otras organizaciones y un incentivo hacia la mejora. También destacan las Convenciones Iberoamericanas de Excelencia en la Gestión, como un punto de encuentro para expertos internacionales en el que analizar y debatir las últimas tendencias de la calidad y la excelencia.
El próximo 19 de septiembre, Madrid acogerá la XVI Convención Iberoamericana de Excelencia en la Gestión, que contará con el apoyo del Club Excelencia en Gestión.
FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: Desde 1998 hasta hoy, FUNDIBEQ ha recorrido un largo camino. ¿Cómo ha sido esta travesía y qué objetivos tiene la Fundación respecto del entorno latinoamericano?
MANUEL LÓPEZ CACHERO: Por razón de su propia denominación, como Fundación Iberoamericana, tiene una vocación muy definida en esa área geográfica, con lo que esto significa de antecedentes y presentes sociológicos, culturales, históricos, políticos –aunque no sea ese nuestro papel– y desde luego económicos. Hace 14 años ya era vigente la necesidad de relación de los países de ambos lados del Océano, de un lado los americanos y de otro los de la Península Ibérica, sin olvidar a Portugal; pues el flujo entre unos y otros era una realidad.
Ya en 1998 se percibía que Brasil no solo era un país emergente, sino que tenía una importante relación con Europa, particularmente con Portugal y España. De la misma manera que México y en general todos los países de Latinoamérica. Por otra parte, estaban los intereses hispanoportugueses. Es evidente que la penetración que han tenido las sociedades españolas en estos años es notable, sin entrar en valorar el desarrollo de las Cumbres, que a veces se plantean de una forma crítica. Al margen de su contingencia, creo que estas siguen significando un intento de encuentro entre los máximos representantes de países que comparten historia y en buena medida cultura común, con grados distintos de desarrollo económico –que podrán, o no, perfeccionarse en el futuro–, y que representa un marco multilateral de relación del que se benefician todas las economías implicadas. No se puede ocultar el hecho de que hay importantísimas empresas españolas operando en Latinoamérica y empresas latinoamericanas que potencian su proyección exterior. Creo que eso es bueno para las empresas, y en general para los países, por encima de algunas incidencias y coyunturas como las que recientemente hemos vivido. Si lo vemos así, en un marco general, creo que se entiende bien el papel de FUNDIBEQ..
En los últimos 20-25 años hemos asistido a un renacimiento de la cultura de la calidad en todo el mundo desarrollado, pareciese como si de repente todos nuestros países hubiesen llegado a la conclusión de que no solo hay que hacer bien las cosas. Creo que esto ha sido positivo para el desarrollo de la economía, del comercio y de la sociedad en general. En Europa llevábamos, por las razones que sean, un notable adelanto en estas iniciativas. Incluso ahora que las cosas económicamente no van bien, y particularmente en España, las políticas de calidad en nuestro país siguen siendo notablemente diferenciadas respecto a muchos países del mundo, por no hablar de América respecto a lo que corresponde a normas ISO. En España somos el tercer país europeo en temas de calidad en ISO 9001 y los primeros en temas medioambientales y en Sellos de Excelencia. Precisamente, FUNDIBEQ ha tratado de difundir modelos de calidad, intentando que las políticas que tan buen resultado han dado en Europa fuesen una realidad en el mundo latinoamericano.
FUNDIBEQ ha conseguido concienciar a sectores amplios en las administraciones, en los gobiernos, también en el tejido empresarial, en América respecto a la conveniencia de aplicar políticas de calidad, promoviendo su adopción y que sean los propios países quienes las hagan y sus propios expertos quienes las juzguen y participen en los procesos de evaluación.
Desde hace menos tiempo, pero haciéndolo de una forma eficaz, FUNDIBEQ también está difundiendo la calidad con otros sistemas distintos de los Sellos de Excelencia, como por ejemplo a través del programa IberQualitas, que promueve la aplicación de las nuevas ISO 9000.
F.F.S.: Nos decía Marco Antonio Slim que Iberoamérica está en una coyuntura de crecimiento tal que, si se mantiene en una década, la región podría salir definitivamente de la pobreza; y creemos que FUNDIBEQ puede jugar un papel en todo este proceso, ¿es así?
M.L.C.: Me parece indudable que es así, porque las tasas de crecimiento en los países latinoamericanos –al margen de que todavía no todos han alcanzado el suficiente ritmo– son muy esperanzadoras. La evolución de Latinoamérica en la última década es muy positiva, y debe inspirarnos confianza y esperanza en el crecimiento. Como hecho significativo mencionaría la República del Salvador, un país que sufrió tanto con la guerra hace unos años y que está haciendo importantes progresos en políticas de calidad.
FUNDIBEQ puede jugar un papel importante. Nosotros tenemos las llamadas Organizaciones Nacionales Asociadas, las ONAS, y las regionales, las ORAS. Cada una de estas Organizaciones concede un Premio, donde la intervención de FUNDIBEQ es mínima. Nosotros únicamente asesoramos y apoyamos, pero la concesión del Premio le corresponde a cada país. Nuestro planteamiento no es el de “colonizar” nada, sino el de apoyar, porque entendemos que hay una realidad demostrada que indica que este tipo de métodos y de principios han sido desarrollados en donde hemos nacido, concretamente en España y en Portugal, con proyección europea, y que podemos poner nuestra experiencia al servicio del resto de países.
Si estos entornos y sus ONAS y ORAS siguen creyendo que el método es bueno, si recibimos el apoyo imprescindible de los gobiernos (no mediante subvenciones, sino con reconocimientos específicos), creo que FUNDIBEQ puede seguir jugando un papel fundamental. Además hay un hecho que me avala a decirlo, y es que fue en una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno donde se dio un mandato a la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) para el programa IberQualitas, un programa orientado fundamentalmente a la promoción en calidad de la pequeña y mediana empresa. Eso se encomendó a la Secretaria como órgano ejecutivo y SEGIB nos lo ha encomendado a nosotros; luego es una buena prueba de que esto que digo no es una idea quimérica. En lo posible, el papel de FUNDIBEQ tiene que ser el de armonizar, encauzar y estimular.
F.F.S.: En este mismo número, incluimos una entrevista con Mary Anastasia O’Grady, miembro del Consejo Editorial de The Wall Street Journal, que nos da una perspectiva muy diferente de los niveles de desarrollo y bienestar de unos países latinoamericanos y otros. ¿Cómo definiría la actuación o la capacidad de FUNDIBEQ para trabajar en ciertos entornos? ¿Dónde están más cómodos o pueden desarrollar estratégicamente sus funciones?
M.L.C.: Cómodos estamos en todos, aunque por supuesto hay países de diferentes velocidades. Creo que el verdadero problema radica en la aptitud y la actitud.
La aptitud es algo que viene dado, desde el punto de vista económico, por las circunstancias de cada país. Si nosotros vamos a cualquier país latinoamericano a decirle que lo más importante que puede hacer es promocionar la calidad, no nos hará caso, porque posiblemente existan aspectos más perentorios. Si hay algo importante que deben hacer empresas y organizaciones en América, es dedicarse a la calidad. Para mí es pura cultura, no tanto algo económico; fíjese que cuando yo hablo de la calidad me refiero a ella como arma de la competitividad, porque para mí es un facto adicional que pone luz respecto a cómo creo que es la competitividad (pues no creo en la competitividad solo por precio como elemento único ni más importante). Ahora, si yo tuviese que dirigir un país de varios millones de habitantes que está combatiendo la pobreza y los cataclismos, probablemente no le diría esto. Por eso hablo de la aptitud.
Otra cosa es la actitud, que sí la podemos ver, en general, positiva. Mi experiencia es que los mandatarios de los países de Latinoamérica han entendido que no vale el consumo en masa –que supone adquirir cualquier cosa a un precio barato–, sino adquirir aquellas cosas que son útiles y que valen lo que cuestan. Habrá sitios concretos con mayor respaldo, por razones de tamaño, PIB, número de empresas, etc. Pero si ponderásemos ese apoyo en relación a índices tales como censo industrial, empresarial y población, el resultado sería bastante similar.
De los 22 países que componen Iberoamérica, 17 tienen Premio Nacional y los otros están en vías de obtenerlo, y para eso vamos a asesorarles. Este año 2012 tenemos un récord: 20 organizaciones públicas y privadas de todo tipo se presentan al Premio Iberoamericano. Estos son datos que avalan que el apoyo a las políticas de calidad está en plena ebullición en el mundo iberoamericano, ya sea con normas ISO o a través de diferentes modelos.
F.F.S.: Recientemente declaraba que “la calidad es el factor fundamental de competitividad en una economía donde se multiplica la oferta”. En nuestro país vivimos hoy un proceso de internacionalización forzada. ¿Hasta qué punto es importante la calidad en este proceso?
M.L.C.: Si lo es en el mercado interior, en el exterior me parece esencial. En términos generales, en las transacciones internacionales cada vez prima más la exigencia de calidad. Aunque es verdad que ciertos productos provenientes de algunos países se caracterizan porque su precio los hace especialmente atractivo, creo que la gente cada vez es más consciente de lo que esos productos son. Que se demanden de manera creciente en una época como la actual solo tiene una explicación, la enorme crisis; pero es algo transitorio.
Por ejemplo, AENOR acaba de firmar un acuerdo con las autoridades saudíes para realizar ciertas inspecciones de embarque de productos que se exportan de España a Arabia Saudí en un momento de gran auge. El AVE va ser una auténtica revolución social y económica allí, y las autoridades saudíes nos han pedido el máximo rigor en cuanto a la calidad de lo que se exporta. Creo que si hay algo que va ser relevante en los próximos años en el mundo de las transacciones internacionales va a ser la exigencia de altas prestaciones en calidad. Eso es compatible con que, en épocas de grave crisis económica, puedan expandirse el consumo y la demanda de ciertos productos de calidad inferior, y no seré yo quien lo censure. Pero estoy convencido de que la internacionalización es sinónimo de exigencia de calidad.
F.F.S.: El Premio Iberoamericano de la Calidad cuenta con un apoyo inusitado de las estructuras públicas. ¿Qué objetivo persigue de aquí a futuro?
M.L.C.: Seguir sirviendo de estímulo y de faro. Antes he dicho que la gran posibilidad de desarrollo de las actividades de FUNDIBEQ pasa no tanto porque esta asuma el liderazgo de cada país sino por el fortalecimiento de lo que hacen las Organizaciones Nacionales Asociadas.
Si eso es así, el referente común que tienen todas esas Organizaciones es el Premio. Por eso, cuando una empresa en Colombia consigue el Premio Nacional, luego concurre al Iberoamericano. La función de este Premio es la de servir de expresión de lo que hace el aglutinante, que es FUNDIBEQ, de referencia y de faro para los Premios Nacionales, y de estímulo para quien lo consigue.
Todo esto, unido a los programas de formación, a IberQualitas, al programa Aprender de los Mejores –que significa la posibilidad de aprender de los que han obtenido un Premio en reuniones de trabajo donde los ganadores cuentan a los demás su propia experiencia–, etc. va a reforzar a los Premios, y en consecuencia a FUNDIBEQ. Claro que tiene peligros, especialmente el económico, pues si esta situación sigue inundándonos, vacilamos todos; pero en condiciones normales, veo un gran futuro al Premio Iberoamericano.
Cabe destacar que, bajo el programa IberQualitas, se está auspiciando el Premio Iberoamericano (para luego enmarcarlo dentro de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, la entrega de los Premios, etc.) y el programa de Pymes IberQualitas, que desde hace cuatro años estamos desarrollando junto con SEGIB para tratar de favorecer a las pymes en sus sistemas de calidad con la herramienta más conocida y difundida del mundo, como es la ISO 9001. Eso significa el aprovechamiento de los métodos conocidos para medir y expandir la calidad. Por eso, soy optimista.
F.F.S.: En este proceso de internacionalización forzada, cada vez es más importante para nosotros Iberoamérica. ¿Qué valor diferencial representa la integración dentro del ADN de las empresas españolas el factor calidad a la hora de aproximarse al entorno latinoamericano?
M.L.C.: Creo que, cuando las empresas españolas iniciaron ya hace años su penetración en el mundo iberoamericano, buscaban expansionar su ámbito de negocio. ¿Qué ocurre con la calidad? Una empresa transnacional se asienta en el país y tiene que trabajar conforme a las expectativas de la sociedad donde se inserta. Nuestras empresas llegan allí con la intención de hacerlo bien y, conforme pasa el tiempo, se dan cuenta de que hay que intentar hacerlo mucho mejor, porque la competencia en Latinoamérica es feroz, más aún con el poderoso vecino del norte: EE.UU., un gran país con una vitalidad y capacidad de penetración impresionantes. El competidor nato de toda empresa española en Latinoamérica es, en general, una gran empresa norteamericana.
Las empresas españolas están haciendo un esfuerzo importantísimo por mantener y, si pueden, incrementar sus cuotas de mercado en los países latinoamericanos, aunque saben que existen importantes competidores, nacionales y no nacionales. Cuando llegan, se encuentran con que hay otros inversores, con que prestan productos o servicios razonablemente buenos, pero que si quieren permanecer allí tienen que mejorar. En mi opinión, si una empresa seria se establece en un país y no practica una política de calidad podrá triunfar uno o dos años, pero pronto tendrá que hacer las maletas y regresar.
F.F.S.: Tuvimos el placer de escuchar al consejero y director general responsable de Estrategia de Banco Santander, Juan Rodríguez Inciarte, explicando el proceso de difusión, traspaso y normalización de ejemplos y prácticas positivas de un país a otro. ¿Es esto algo similar a lo que hace FUNDIBEQ dando a conocer sus prácticas en muchos entornos?
M.L.C.: Efectivamente, eso es lo que se consigue con el programa Aprender de los Mejores, donde FUNDIBEQ proporciona el marco. La idea de monopolio del saber ha pasado a la historia. Por supuesto que a quien tiene una idea le gusta que esta le dé ventajas competitivas, pero para eso están las patentes.
Sin embargo, hace muchos años que se entendió en economía que la competencia en los productos no significa necesariamente hacer las cosas igual. Los primeros economistas que pensaban en el mercado consideraban que lo primero que tenía que ocurrir es que hubiera empresas que hicieran lo mismo y de la misma manera, y que las ventajas de unas respecto a otras estaban en la eficiencia con la que manejaban sus recursos. Hoy la competencia implica que cada defienda su producto, pero abandonando de facto ese viejo principio de que las cosas son idénticas. Nosotros, los ciudadanos, queremos que sean distintas, pero que sirvan para lo mismo. En este sentido, si hay un elemento diferenciador clarísimo, es la calidad.
Por eso creo que los intercambios de opinión son posibles, porque cuando un director de una empresa cuenta lo que hace no tiene necesidad de revelar sus secretos industriales, sino de hablar de qué cosas hace para que su organización funcione. Eso no va a suponerle mermas de su capacidad ante los demás, sino que con el intercambio él también puede aprender, porque la gente con la que se reúne no es menos capaz que él. En el Programa Aprender de los Mejores se difunden las experiencias de éxito de los ganadores del Premio Iberoamericano y de los Premios Nacionales y Regionales de la Calidad y la Excelencia.
F.F.S.: Por último, qué detalles nos puede anticipar de la próxima Convención Iberoamericana de Excelencia en la Gestión.
M.L.C.: Cada año realizamos la Convención en un país diferente. Este 2012 celebraremos la XVI edición el próximo 19 de septiembre en Madrid. Primero se reunirá el jurado del Premio y luego habrá varias sesiones de trabajo.
Esta Convención es un pórtico que, como ya está instituido, todo el mundo asume como propio. El intercambio de opiniones, conocimientos y saberes es muy fluido. En este tipo de actos no solo se conoce a las personas, sino especialmente las experiencias de otros. Recuerdo que hace unos años un Ministro caribeño me contaba con entusiasmo cosas que él y sus colaboradores habían aprendido en reuniones de este tipo; y le aseguro que no es un ejemplo aislado.
En la XVI Convención, que tendrá lugar en el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está confirmada la asistencia de uno de nuestros ministros, así como de otras autoridades autonómicas de alta significación. El hecho de que, con independencia de nuestra situación económica, en Latinoamérica se reconozca que el trabajo en España, en lo técnico, se hace bastante bien, se ve fortalecido con estos respaldos públicos, algo que para nuestros visitantes latinoamericanos es muy importante.
Durante la Convención se celebrarán tres mesas redondas, las dos primeras sobre Experiencias de Premios Iberoamericanos en el Sector Privado y Público, respectivamente; y una tercera mesa acerca de la Excelencia en la gestión de las grandes corporaciones multinacionales iberoamericanas; además de ponencias a cargo de prestigiosos economistas e investigadores.
Entrevista publicada por Executive Excellence nº93 jun12