El bienestar mental en la economía de proyectos
La importancia del bienestar mental en la economía de proyectos y su relación con la Gran Dimisión
Los expertos afirman que la prevalencia de las enfermedades mentales ha alcanzado un máximo histórico en Estados Unidos, llevando incluso a la Casa Blanca a elaborar una estrategia para abordar este problema. La Depresión no ha hecho más que expandirse desde el comienzo de la pandemia, afectando a uno de cada tres estadounidenses. Muchas personas dejaron sus empleos porque se habían “quemado” y se sentían sobrepasadas en el trabajo, lo que provocó la Gran Dimisión.
En mi opinión, uno de los principales desencadenantes de la Gran Dimisión ha sido el auge de la Economía de Proyectos. No es el trabajo operativo el que genera estrés y conduce al agotamiento, sino el crecimiento exponencial de los proyectos y del trabajo por proyectos.
Trabajar en un proyecto muy exigente puede ser realmente estresante, y si se prioriza el rendimiento frente a los aspectos relacionados con las personas, el bienestar humano puede verse perjudicado. Aún más peligroso es trabajar en muchos proyectos diferentes simultáneamente; algo que ha ocurrido en muchas organizaciones, donde se les ha pedido a los empleados contribuir a más y más proyectos, pero sin abandonar sus tareas habituales.
Datos de la investigación realizada por el autor junto con HBR para la publicación del libro The HBR Project Management Handbook.
En este nuevo mundo impulsado por el cambio, los directores de proyectos y los sponsors deben adoptar un enfoque proactivo hacia los problemas de salud mental en sus proyectosLa salud mental y el bienestar se revelan como temas esenciales para todos los profesionales, pero pueden ser un reto mayúsculo para quienes trabajan en entornos colaborativos de ritmo acelerado. Por eso, los equipos de proyectos se ven sometidos a una presión creciente para ayudar a sus colaboradores en la reducción del riesgo de estrés y desgaste. Si has trabajado antes en proyectos, sabrás que todo gira en torno al tiempo, concretamente al tiempo asignado a tareas y reuniones. Estas estrictas limitaciones sobre el tiempo motivan que cada miembro del equipo se deba concentrar en hacer su función lo más rápido posible, para evitar un crecimiento excesivo del alcance del proyecto, y seguir manteniendo unos flujos de trabajo manejables. Pero, ¿cómo afecta esto a su salud mental?
¿De qué manera el trabajo por proyectos puede influir negativamente en el bienestar mental?
Me gustaría profundizar en cuatro formas por las que trabajar por proyectos puede tener un impacto negativo en la capacidad para gestionar el bienestar mental.
1) El cambio constante y la presión por las entregas
Ambas situaciones –el cambio constante y la presión por el cumplimiento de objetivos– se deben a la propia naturaleza de los proyectos, eminentemente orientada al cliente. Si este no está satisfecho con el trabajo, puede solicitar cambios. Si estos no se realizan pronto, el proyecto podría fracasar y el cliente, abandonar. La presión por cumplir los objetivos hace que las limitaciones del tiempo sean primordiales.
En consecuencia, los equipos de proyectos suelen dividir su trabajo en partes más pequeñas, lo que dificulta la obtención de resultados completos y consistentes. Estas particiones más pequeñas de trabajo suelen traducirse en que las tareas sean más intensas y requieran de más tiempo que si el mismo trabajo se realizase a más largo plazo. Es posible que una persona se vea obligada a realizar varias tareas a la vez y a ir de un lado para otro, intentando hacer que todo funcione, para cumplir las entregas. Esto puede representar un estrés considerable para su bienestar mental, sobre todo si se compromete en exceso o trabaja con un patrón de cambios agresivo.
2) La falta de control sobre el trabajo y el entorno
En muchos proyectos, es probable tener muy poco control sobre lo que se hace, cuándo y con quién. Esto puede llegar a comprometer la gestión de los niveles de energía y el equilibrio entre vida laboral y personal; pues quizás haya que trabajar en turnos que impiden conciliar o con personas cuyos estilos de trabajo son dispares. Para mitigar el impacto negativo de la falta de control, son de gran utilidad algunas sencillas estrategias de autogestión. Por ejemplo, el uso de apps de productividad para controlar el tiempo dedicado a cada tarea o la creación de límites virtuales entre el trabajo y las actividades no laborales.
En muchos proyectos, es probable tener muy poco control sobre lo que se hace, cuándo y con quién. Esto puede llegar a comprometer la gestión de los niveles de energía y el equilibrio entre vida laboral y personal
3) La cultura de la prisa y el ajetreo
Este tipo de cultura, endémica en el trabajo por proyectos, puede hacer que una persona sienta que ha de estar haciendo diez cosas a la vez permanentemente; sin duda algo estresante y que puede provocar una sensación de agobio. Resulta complicado enfrentar ese nivel de ajetreo y mantenerse mentalmente sano. Como gestor de proyectos, es posible exigir a los miembros del equipo que reduzcan el ritmo y sean más conscientes de cómo trabajan. Otra opción es practicar algunas estrategias sencillas para gestionar la cantidad de trabajo a realizar, como elaborar una lista de tareas pendientes para hacer un seguimiento de las mismas, de modo que pueda verse qué hay que hacer y cuándo, o emplear técnicas de gestión del tiempo, como el método Pomodoro, que ayudan a mantener la concentración.
3) Exigencias conflictivas sobre tu tiempo
Si eres parte de un equipo de proyectos, es probable que varios stakeholders te “empujen” a distintas direcciones. Esto puede generar demandas contradictorias de tu tiempo, dificultando la concentración y productividad. Para reducir el impacto negativo, hay que intentar dejar claro –tanto a los miembros del equipo como a los stakeholders– cuál es tu disponibilidad. Así evitarás sentirte sobrecargado y frustrado. También es útil usar algunas estrategias de gestión del tiempo, para asegurarte de que lo empleas eficazmente. Por ejemplo, un software de productividad online ayudará en la gestión de tareas y proyectos, o la técnica Pomodoro, en la dosificación del trabajo en intervalos con descansos.
Conclusión
El trabajo por proyectos puede ser un reto para la salud mental. Los cambios constantes, la falta de control, la cultura de la prisa y el ajetreo, y las exigencias contradictorias sobre tu tiempo pueden resultar estresantes y difíciles de manejar. Es esencial ser consciente de la influencia de todos estos factores sobre la salud mental, a fin de tomar las medidas necesarias para gestionarlos.
Antonio Nieto-Rodríguez, líder en gestión de proyectos e implementación de estrategias.
Este artículo, publicado originalmente por su autor en inglés, se publica en español en Executive Excellence con su autorización expresa.
Imágenes de interior: © Josh Clifford y © Gerd Altmann en Pixabay.
Diciembre de 2022.