Rediseñar la experiencia laboral
El consultor estadounidense John Hagel lleva 35 años ayudando a los directivos a anticipar y abordar oportunidades y desafíos empresariales emergentes.
Hagel abandonó su trabajo en multinacionales como Atari y McKinsey para centrase en su faceta emprendedora. Tras fundar dos empresas de base tecnológica, en 2007 creó Deloitte Center for the Edge, un centro de investigación con sede en Silicon Valley, especializado en identificar oportunidades de negocio y asesorar sobre ellas.
Ha escrito ocho libros sobre gestión empresarial, además de decenas de artículos e investigaciones en este ámbito. Asegura que actualmente la tecnología domina los cambios, pero recomienda a los directivos movilizar y motivar a sus equipos con el objetivo de encontrar vías de conexión.
Un cambio de rumbo
Cada vez más empresas y empleados se preguntan: ¿cómo será el futuro del trabajo? Sin embargo, antes de dar respuesta a esta cuestión deberíamos plantearnos un asunto que nos hace remontarnos a los fundamentos históricos de la humanidad: ¿cómo debería ser el trabajo?
En un mundo de eficiencia escalable, hemos adoptado una visión sobre el trabajo en la que cada función se encuentra altamente especificada, y donde prácticamente no existen ineficiencias. Un sistema rutinario que las máquinas pueden realizar mucho mejor que las personas.
Personalmente, creo que es una bendición que las máquinas se ocupen de este tipo de tareas, porque por primera vez en la historia tenemos la oportunidad de recapacitar sobre el verdadero trabajo que deberían desempeñar las personas, y que será el que realmente fomente el crecimiento y la prosperidad de las economías.
Un concepto de trabajo muy diferente en el que los empleados se centren en la búsqueda de nuevas soluciones y oportunidades que aporten valor a las organizaciones y a la sociedad.
El Center for the Edge ha publicado recientemente un informe que recoge diferentes casos de compañías que han empezado a aplicar este novedoso proceso. Mi ejemplo favorito es el de Morning Star, compañía especializada en la fabricación de productos relacionados con el tomate. La empresa ha redefinido el trabajo desde una perspectiva fundamental para los trabajadores y ha conseguido crear un enorme valor para los granjeros, demostrando que cambiar el rumbo es viable y que, además, tiene grandes implicaciones.
Pasar de habilidades a capacidades
Hoy en día, la mayoría de las organizaciones se centran en dotar de nuevas capacidades a la fuerza laboral (reskilling), con el objetivo de que esta pueda realizar tareas rutinarias de forma más eficiente. El principal problema es que las habilidades siempre están adaptadas a la labor que realizan los empleados como, por ejemplo, manejar determinada maquinaria o realizar trámites burocráticos específicos. Sin embargo, el nuevo método al que me refiero va más allá de las habilidades y se focaliza en las capacidades.
Las capacidades no tienen conexión alguna con el contexto en el que se desarrollan. Tienen que ver con virtudes como la curiosidad, la creatividad, la imaginación o la inteligencia emocional y social. Identifican problemas que no habíamos visto antes y aportan soluciones desde nuevas perspectivas.
Es cierto que actualmente existen personas capaces de desarrollar esa creatividad a la que me refiero, pero a la mayoría de nosotros nos gusta que nos digan qué tenemos que hacer.
De niños, todas las personas tuvimos esas características, pero más tarde fuimos al colegio y allí se nos enseñó a coartar nuestra curiosidad y nuestra creatividad, a sentarnos a escuchar lo que decía el profesor y demostrar en un examen que lo habíamos memorizado. Pensábamos que siguiendo esa fórmula tendríamos éxito en el ámbito laboral, y durante mucho tiempo ha sido el mejor camino para triunfar en un mercado de trabajo como el que todavía impera.
Sustituir el compromiso por la pasión
El futuro del trabajo pasa por el aprendizaje a lo largo de la vida, y este proceso requiere un enorme esfuerzo por parte del trabajador. ¿Dónde encontraremos la motivación para hacerlo? La clave para conseguirlo se encuentra en trabajar bajo los cánones de la pasión del explorador. Las personas que tienen este tipo de pasión encuentran la motivación que requiere el aprendizaje constante.
Desde el punto de vista del trabajador, la clave para liberar esta nueva fórmula de trabajo que estamos describiendo radica en conseguir cambiar el actual concepto de compromiso por el de pasión por el trabajo. Si conseguimos que los trabajadores se apasionen con lo que hacen y sigan esa pasión, habremos encontrado una oportunidad realmente diferente.
No obstante, aplicar estas nuevas metodologías a las que me refiero requiere repensar la empresa de arriba abajo. En Deloitte nos apasiona todo lo relacionado con el design thinking y las metodologías de diseño. Por eso, llevamos mucho tiempo trabajando en el rediseño del medio ambiente laboral.
¿Qué ocurriría si cambiásemos nuestros entornos laborales no sólo desde el punto de vista físico, sino también virtual y de gestión? ¿Qué pasaría si rediseñásemos la totalidad de la experiencia laboral para acelerar el aprendizaje, el rendimiento y la mejora? El actual entorno empresarial está focalizado en la ingeniería de procesos, ¿cómo podemos conseguir métodos más eficientes?
Deberíamos dejar de lado la ingeniería de procesos y ocuparnos de rediseñar las prácticas empresariales. Sólo a través de este planteamiento podremos descubrir oportunidades escondidas.
En los próximos años se van a producir grandes cambios en las organizaciones que necesitarán diferentes formas de liderazgo, pero debemos tener en cuenta que las grandes instituciones movilizarán todo su sistema inmunitario para destruir cualquier esfuerzo destinado a generar movimientos en las actuales estructuras de trabajo.
Avanzar en el proceso de transformación empresarial, además de una oportunidad, es un imperativo, porque si no encontramos nuevas fórmulas que nos permitan añadir valor a la empresa, acabaremos siendo marginados.
La gran oportunidad que representa la perspectiva que planteamos es que permite redefinir el concepto de trabajo desde sus fundamentos y crear un entorno win-win para trabajador y empresa, en el que las compañías incrementan el valor que ofrecen al mercado, mientras que los empleados pueden realizar por primera vez labores que aporten valor desde el punto de vista humano.
John Hagel, co-presidente del Center for the Edge (Deloitte) en el 10º Global PETER Drucker Forum.
Texto publicado en Executive Excellence nº157, mayo de 2019.