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Voluntariado corporativo, más que una moda

(Tiempo estimado: 5 - 9 minutos)

GESTIÓN EMPRESARIAL / RECURSOS HUMANOS

Cuando hablamos de voluntariado corporativo (VC) o empresarial (VE) nos estamos refiriendo a un fenómeno relativamente nuevo en España.

De hecho, podríamos decir que es en los últimos diez años cuando realmente se empieza a utilizar este concepto, siendo una actividad que se enmarca dentro de las acciones que la empresa aglutina bajo el nombre de Responsabilidad Social Empresarial(RSE). Sin embargo, el concepto de “voluntariado”, en general, no es algo nuevo en nuestro país. Incluso pueden verse las raíces de esta actividad en el pensamiento renacentista. De hecho, el humanista Juan Luis Vives se inspiró en los principios del cristianismo en su Tratado sobre el Socorro de los Pobres para trazar una versión primitiva del voluntariado, donde hace referencia al derecho de la persona a una asistencia efectiva y organizada.

No obstante, su verdadero reconocimiento e institucionalización no llegaría hasta los años 90. En ese momento, se redacta la primera ley estatal del voluntariado social y aparecen los primeros planes de voluntariado autonómicos. Así, el término empieza a estar de moda y todo el mundo habla de él. 

Con la aprobación de la Ley 6/1996, del 15 de enero, se define el concepto de voluntariado como el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil o cualquier otra retribuida. También debe tener carácter altruista y solidario, su realización debe ser libre, sin contraprestación económica y desarrollarse a través de organizaciones privadas o públicas y con arreglo a programas o proyectos concretos.

El voluntariado corporativo tiene que caminar bajo este paraguas legal y cumplir los requisitos que marca dicha ley, en el sentido de que las actividades tienen que ser siempre voluntarias. Esto quiere decir que la empresa nunca puede obligar o presionar a sus empleados a realizar esta actividad, si no lo desean. Tampoco puede hablarse de voluntariado corporativo cuando es remunerado o el empleado de forma particular lo realiza en su tiempo libre. Si se pone en marcha un programa de voluntariado corporativo sin tener en cuenta estas máximas es bastante probable que fracase, al igual que si la empresa trabaja sin cumplir los códigos de conducta o no es transparente en su actividad.

Como comentamos al principio, el voluntariado corporativo es una acción enmarcada dentro de la RSE y podría entenderse que la cesión de “capital humano” es una de las máximas expresiones de la aportación que una empresa puede hacer a la comunidad. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la RSE como “el reflejo de la manera en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen sus actividades sobre la sociedad, y en la que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores”. La OIT busca, a través de la legislación de la RSE, guiar a las multinacionales, pymes,  gobiernos, empleadores y organizaciones de trabajadores en la adopción de políticas sociales y buenas prácticas. La ciudadanía es cada vez más exigente con las empresas y su responsabilidad frente a la comunidad, del mismo modo que sus propios trabajadores también demandan una mayor cercanía y un compromiso mayor frente a las realidades sociales y medioambientales.

El voluntariado corporativo en España

Desde hace unos años, las empresas españolas también están empezando a ser conscientes de su potencial como agente beneficioso para la comunidad y una de sus herramientas para alcanzar estos objetivos es el voluntariado corporativo, aún no demasiado extendido en nuestro país, pero cada vez con más presencia. En países como Inglaterra el llamado corporate volunteer está más implantado y, debido a esta realidad, fueron entidades británicas como Barclays Bank las pioneras en desarrollar el voluntariado corporativo en España. Lo que hizo Barclays Bank fue implantar buenas prácticas que consistían en movilizar a los empleados mediante actividades promovidas y facilitadas por el banco. A través de estas actividades, los empleados tienen la oportunidad de participar como voluntarios en proyectos sociales, además de contribuir a mejorar su satisfacción personal, el sentimiento de comunidad y la autoestima. 

El estudio “Volunteer Impact”, realizado por Deloitte, muestra que el 62% de los trabajadores de entre 18 y 26 años prefiere acceder a las empresas que ofrecen programas de voluntariado y que el 97% de los trabajadores de esta franja de edad cree que todas las compañías deberían promover este tipo de iniciativas. Este es un dato interesante ya que no solo es la ciudadanía la que prefiere empresas socialmente responsables, sino que también es un aliciente a la hora de buscar empleo y decidirse por una empresa u otra.  

Actualmente, los sectores más activos en el desarrollo de programas de voluntariado corporativo son la banca y las telecomunicaciones. Las empresas están evolucionando de ser donante de fondos o simples filántropos, a ser financiadores y participantes en los proyectos sociales, alineados e integrados con sus estrategias de RSE y alejándose de los antiguos criterios de decisión más personales.

Una buena radiografía de este fenómeno la ofrece el Observatorio de Voluntariado Corporativo en su Informe del año 2010: los departamentos responsables de las acciones de voluntariado en las empresas son el de Responsabilidad Social Corporativa (30,2%) y el de Recursos Humanos (26,4%). Asimismo, el 63% ofrece voluntariado grupal frente al 27% de voluntariado individual. Otro dato importante es que el 45% de las empresas realizan las acciones de voluntariado en horario laboral, frente al 55% que lo desarrollan en el tiempo libre. Los principales objetivos que persiguen las empresas con el voluntariado corporativo son el aumento del orgullo de pertenencia, la mejora del clima laboral y el desarrollo de las capacidades de los empleados.

Beneficios del voluntariado corporativo

Un siguiente punto a destacar son las ventajas y beneficios que el voluntariado corporativo reporta a la empresa que lo promociona, los empleados que lo llevan a cabo y al colectivo beneficiario o la comunidad. Si empezamos por los beneficios para la propia organización, cabría destacar que este tipo de voluntariado muestra la imagen de una empresa solidaria, comprometida con la comunidad y con un vínculo más estrecho con las entidades no lucrativas. También es una manera de poner en valor la preocupación por el desarrollo y las desigualdades de la comunidad. Además, es una herramienta para mejorar y fomentar la comunicación interna y el clima laboral. Permite, además, favorecer la integración e implicación de todos los departamentos y empleados, siempre que se produzca implicación de la alta dirección apoyando la realización de estos programas.

En lo que se refiere al empleado, es una forma de motivarlo y fidelizarlo, promoviendo el trabajo en equipo y la cultura corporativa, e impulsando el desarrollo de sus competencias y habilidades personales para el liderazgo. El empleado voluntario se siente parte de la estrategia social de la empresa y aumenta su grado de satisfacción y motivación en el trabajo, porque entiende que aporta sus habilidades y conocimientos profesionales y personales, su capacidad de diseñar y gestionar proyectos, y que cumple con los objetivos previstos.

Por último, y no menos importante, otro gran beneficiado de estos programas es la propia comunidad, a cuyo desarrollo contribuyen conjuntamente las empresas y sus trabajadores. El voluntariado corporativo permite acercar mundos, crear puentes y generar beneficios a los que participan dando y recibiendo a través de resultados positivos tanto en la empresa como en la comunidad. Los beneficiarios más habituales de estos proyectos son la infancia y juventud, las personas con discapacidad y los inmigrantes. 

Además, las empresas pueden ofrecer a las entidades no lucrativas un voluntariado profesional que ya está formado en distintas técnicas de gestión y experimentado en la realidad del ámbito laboral. Este colectivo también puede acabar aumentando la base social de estas entidades no lucrativas, a las que las empresas pueden aportar, además, contactos, herramientas de gestión, espacios o excedentes.

Pero el voluntariado corporativo (y su puesta en marcha) no está exento de dificultades. No podemos olvidar los inconvenientes que puede generar a la hora de cuadrar horarios de actividades, la posible falta de apoyo por parte de los empleados o su frustración al no ver los resultados de su actividad voluntaria, así como la falta de recursos para realizarla correctamente.

Si hablamos de objetivos de futuro y retos pendientes del voluntariado corporativo, uno de ellos podría ser el trabajo en red, con la puesta en marcha de proyectos donde participen conjuntamente personas de distintas empresas. Otro de los retos importantes es la mejora en la formación previa del empleado antes de que éste comience su actividad voluntaria. También hay que fomentar que los proyectos sean de larga duración, buscar la involucración de las Administraciones Públicas para que apoyen e impulsen los proyectos de RSE de las empresas, la evaluación anual en base a sus impactos y resultados en la comunidad, así como la satisfacción de los empleados con los mismos.

La realidad es que depende de todos (empresas, entidades no lucrativas, administraciones, usuarios, ciudadanos…) que el voluntariado corporativo no sea únicamente una moda y se convierta en una herramienta real para luchar por la justicia social, contra las desigualdades y los problemas medioambientales. La sistematización y elaboración de planes de voluntariado corporativo dentro de las empresas, junto a la actualización y adaptación de estos mismos planes dentro de las entidades no lucrativas, permitirá que esta forma de participación permanezca mucho tiempo. De esta necesidad de actualización nace el Proyecto de Planes de Voluntariado de la Fundación Luis Vives, que apoya a diez entidades no lucrativas en la elaboración de planes de mejora y forma, la adaptación de sus acciones de voluntariado para la correcta relación con su correspondiente dentro del mundo empresarial. 


Carlos López Abad, responsable del Proyecto Elaboración de Planes de Voluntariado Fundación Luis Vives

La Revista Española del  Tercer Sector, editada por la Fundación Luis Vives, ofrece en su número 18 un Monográfico sobre Voluntariado dedicado a analizar la naturaleza y desarrollo de este ejercicio de participación ciudadana solidario y altruista.

www.fundacionluisvives.org


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